* Lake McDonald Lodge
Nos despertamos con el sonido de la lluvia en el exterior. A través de la ventana vimos que el cielo estaba totalmente encapotado.
Tras arreglarnos y dejar el equipaje preparado, bajamos a la acojedora sala común de la cabaña donde nos pudimos preparar un café. A esto le sumamos algunas cositas que llevábamos con lo que disfrutamos de un desayuno decente. La verdad que la situación era perfecta: una sala rústica y cálida, la lluvia sonando en el exterior....

Interior de la cabaña
Al poco rato, de una de las habitaciones de la planta baja, salió una señora con la que entablamos una entretenida conversación.
Lamentablemente tuvimos que interrumpir el idílico momento. Teníamos un larga jornada de viaje y, con o sin lluvia, nos teníamos que poner en marcha.
Con el coche, nos acercamos hasta el Lodge para hacer el chek-out y a la carretera.
La lluvía seguía incansable. Habíamos tenido mucha suerte con el tiempo. No podíamos evitar pensar en la gente que tenía preparadas para hoy largas caminatas por Glacier y que se iba a encontrar con ese tiempo.

Lake McDonald Lodge
Con bastante pena, finalmente dejamos atrás el parque. Un parque que nos había fascinado con sus paisajes inigualables. Tanto, que, si volviéramos a la zona y sólo pudiera visitar uno de los dos, volvería antes a Glacier que a Yellowstone.
* En carretera
20 minutos después llegamos a West Glacier, donde hicimos una parada técnica en una gasolinera para "dar de comer" a nuestro coche. Iba a necesitarlo.
Mientras A. se dedicaba al tema, yo aproveché para hacer un par de fotos a los alrededores.

West Glacier
Seguimos adelante en dirección a Kallispel. De allá fuimos flanqueando el Lago Flathead, una zona que aparentemente se veía bastante turística (todo lo que se puede apreciar desde la carretera, entiéndase)
Tras pasar un rato recorriendo zonas de grandes ranchos, volvimos a sumergirnos en zonas boscosas. En una zona llamada Tamarack Creek hicimos una nueva parada que se llevó también su foto de recuerdo.

Parada técnica en área de Tamarack Creek
Poco minutos después conectamos ya con la autopista 90. Y por mucha autopista que fuera, no abandonamos las zonas boscosas. Si a esto le sumamos que, a pesar de haber dejado la lluvia atrás, el día seguía nublado y una densa niebla lo cubría todo, el paisaje era de lo más misterioso. Así que echamos mano de nuestra carpeta musical On Location y pusimos a todo trapo la banda sonora de Twin Peaks. La traía por si al final podíamos encajar una visita a Snoqualmie, lugar de rodaje de la mítica serie, pero iba a ser imposible, así que nos hicimos a la idea que estábamos allá mientras disfrutamos de la fantástica música.
En algún momento del recorrido, dejamos el estado de Montana y entramos en Idaho.
6 horas después de haber salido de Lake McDonald, empezamos a tener hambre y decidimos volver a probar suerte en un Applebee's. Siguiendo las indicaciones en las que te iban indicando qué restaurantes encontrarías en las próximas áreas de servicio o poblaciones, encontramos uno y para allá que nos fuimos.
Se trataba de una mezcla curiosa de diner y sportsbar, con televisiones por todas partes, emitiendo diferentes eventos deportivos. Todas en silencio y con sus subtítulos para que cada uno siguiera lo que le interesara, mientras en el ambiente se escuchaba buena música.
Nos dimos un buen atracón de comida y pudimos dar fe que las recomendaciones que habíamos leído en el foro eran más que acertadas. Y para muestra...

Comida en Applebee's
Unas horas después, dejamos Idaho y entramos una vez más en el estado de Washington. Eso sí, con un paisaje muy diferente al que habíamos descubierto al principio de nuestro viaje: llanuras inacabables de hierba seca, piedra y arena donde el verde brillaba por su ausencia.
Cuatro horas después de la comida y cuando ya no quedaba mucho para llegar a Ellensburg, la autopista se encontró con el Río Columbia. Al ver un desvío hacia un mirador, no dudamos en tomarlo. Teníamos mono de ver algo más que pura carretera. Y la verdad es que fue todo un acierto.
Dejamos el coche en el aparcamiento y seguimos un corto camino hasta el mirador. Las vistas eran espectaculares.

Río Columbia

Puente sobre el Río Columbia, que cruzaríamos al cabo de un rato
Aquél paisaje árido nos recordó mucho a nuestro viaje por la Costa Oeste de hacía dos años, cuando era el paisaje más habitual de la zona.
Tras descansar con aquellas vistas, nos dimos la vuelta con la intención de volver al aparcamiento donde habíamos dejado el coche. Y nos encontramos con esta sorpresa:

Un arcoiris completo
  
 Sin duda había merecido la pena la parada.
Volvimos al coche para recorrer las últimas millas hasta Ellensburg. Notamos que había una alta densidad de tráfico, con muchos coches de fuera de Washington y con sus conductores con sombreros de cowboy... ¿Irían todos aquellos coches al mismo lugar que nosotros?
* Ellensburg
Media hora después llegamos a Ellensburg, nuestro destino final del día.
La visita a este pueblo se debía a que durante el Labor's Weekend, el fin de semana en que se celebra el día del trabajo, organizan uno de los rodeos más importantes del país.
El Rodeo del Labor's Weekend en Ellensburg consiste en 4 días de varios rodeos diarios, puntuables para la competición nacional, en los que además se le une una gran feria y otras muchas actividades.
Tras nuestro viaje de hacía dos años, nos quedamos con las ganas de asistir a un rodeo; eso sí, queríamos que fuera lo más auténtico posible. Tras descubrir en una de las guías que teníamos que durante las fechas de nuestro viaje se celebraba este rodeo, decidimos no dejar escapar la oportunidad. Encajamos con mucha facilidad nuestro recorrido del viaje para poder pasar uno de los días del rodeo allá. Según el programa de actividades de aquél día, podríamos disfrutar, además del rodeo, de una feria e incluso de un desfile por las calles de la ciudad. La cosa pintaba muy bien.
Os dejo el link a la página oficial por si os interesa.
Ellensburg Rodeo
Ahora volvamos al viaje.
Encontramos nuestro hotel al poco de salir de la autopista. Se trataba del Quality Inn & Conference Center Ellensburg (115 dólares, desayuno incluído), un hotel muy grande y con el que quedamos muy satisfechos.
Nada más entrar en la recepción nos encontramos un montón de gente con sombreros de cowboy, vaqueros y botas. Estaba claro que todos venían a lo mismo que nosotros, a disfrutar de los Rodeos del Labor's Weekend. Y lo mejor de todo es que no se veía un sólo turista, todos eran americanos. Habíamos venido buscando autenticidad y parecía que la habíamos encontrado.
Tras el check-in, fuimos a la habitación, a la que nos acercamos con el coche para dejarlo lo más cerca posible a la entrada del edificio donde nos alojaríamos.
La habitación estaba a nivel de la calle, pero daba a la parte de atrás, con lo que no hubo problemas de ruidos procedentes de la carretera. Disponía de todas las comodidades que necesitábamos.

Nuestra habitación en el Quality Inn
Dejamos el equipaje y volvimos al coche para ir a conocer Ellensburg.
Fuimos hasta el centro en busca del lugar donde estaba situado el rodeo y la feria. Durante el trayecto, comprobamos que el pueblo se había vestido para la ocasión: estaba lleno de banderolas celebrando aquél sonado acontecimiento. Al acercarnos al lugar donde estaba el meollo de todo, vimos varias calles cortadas y numerosas indicaciones que te desviaban a diferentes zonas de aparcamiento.
Tras circular por la zona, localizamos el lugar del recinto. Se trataba de una zona cerrada muy grande que albergaba una gran feria cuyas atracciones se veían desde el interior. Poco más se podía ver desde fuera. Para entrar tenías que pagar entrada. Nosotros, con las entradas del rodeo del día siguiente, teníamos acceso libre a la zona durante el mismo día del rodeo, así que decidimos esperar a entrar al día siguiente.
Ya era tarde y no había mucho movimiento. Esperábamos que al día siguiente fuera diferente.
Aparcamos en las inmediaciones de la universidad. Y es que en Ellensburg estaba situada la Central Washington University. Gran parte del pueblo estaba ocupado por el inmenso campus, al estilo de lo que habíamos visto cuando visitamos Yale en nuestro viaje por la Costa Este.
Paseamos un rato por entre unos magníficos edificios, con el gato montés que es la mascota de la universidad, que nos vigilaba por todas partes desde numerosos carteles.

Campus de la CWU

Campus de la CWU

Campus de la CWU
Volvimos al coche y acabamos de recorrer el campus en él. Era gigantesco, con unas instalaciones deportivas que más de un equipo de fútbol de primera división español querría para sí.
Estaba ya anocheciendo, así que decidimos volver al hotel a descansar.
Al día siguiente nos esperaba una auténtica inmersión en la cultura del Oeste Americano.
          