Amanecemos relativamente pronto aunque sin ser un madrugón excesivo, para las 10.00 hemos quedado con mi hermana para desayunar en el Mercado Central.
Entramos y ¡nos encanta! Es cierto que a mí especialmente me gusta visitar los mercados de abastos tradicionales, pero este es especial. Damos una vueltilla por los puestos de la planta baja principal, nos cogemos un par de cafés para llevar y nos subimos a la planta de arriba que es donde hay puestos de comida, casi todos salados pero en uno hacen Lángos dulces y nos cogemos 2 para 2 personas (mi hermana se ha cogido un strudel en un puesto de la planta baja con un café). Son ENORMES pero hacemos el “esfuerzo” y nos los comemos, con uno para los 2 habría bastado pero ¡QUÉ RICOS!


Nos damos una vuelta por el mercado y bajamos al sótano, vemos esas pescaderías tan particulares donde tienen los peces vivos en megapeceras y te pescan en el momento el que quieres y ahí te lo despiezan, y nos parecen muy curiosos los botes de encurtidos donde hacen figuras de todo tipo, caras sonrientes, etc.
Salimos a la calle y entramos a la estación de Fovam Ter donde se coge el tranvía nº 2, lo cogemos para ver todo el lateral del Danubio, y viendo toda la zona de Buda, el Castillo, Bastión de los Pescadores, los edificios de diferentes colores a orillas del río, bonitas vistas.

Nos bajamos en el Parlamento (hoy no lo visitamos) pero damos una vuelta por los alrededores, hace un día muy bonito, muy soleado, sopla algo de viento y fresco pero se está bien, quizá unos 13º…

Vistamos el monumento a Imre Nagy

Pululamos por la zona, nos hacemos fotos y vamos a visitar el Monumento de los Zapatos, siempre impacta todo lo relacionado y relativo al Holocausto.



Vamos de nuevo hacia el monumento a Imre Nagy y nos dirigimos hacia la plaza de la Libertad. Vemos la estatua a Ronald Reagan, el monumento a los Soldados Soviéticos (justo hay un grupo de un tour gratuito, nosotros no lo hicimos pero los comentarios son muy buenos whiteumbrellatours.com/ ...s/?lang=es) y el memorial de la ocupación alemana.


Dando un paseo llegamos a la Basílica de San Andrés y entramos a visitarla. La entrada es gratuita pero subir a la cúpula son 1600 HUF (para estudiantes hay precio especial) y se puede subir o andando o en ascensor… al ascensor corriendo, para una Cúpula que se puede visitar sin tener que subir chorrocientos escalones no nos lo pensamos. No hay nadie en la puerta del ascensor, ni al salir en éste, ni por dentro de la cúpula, ni en el siguiente ascensor que se tiene que coger, vamos que podríamos haber subido sin tener que pagar entrada ya que no nos controlaron pero son poco más de 5 € así que tampoco le demos más vueltas no? Se hace cómodo subir, pero también es verdad que no hay mucha gente porque en el 2º ascensor que hay que coger sólo caben 4 personas (finas, porque como haya un poco de sobrepeso el ascensor no sube), así que imagino que con marabuntas de personas se debe hacer un poco más tedioso. Pero bueno se obtiene una buena recompensa al salir y poder admirar Budapest desde lo alto, me encanta divisar las ciudades desde las alturas y siempre que puedo lo hago. Sopla viento pero disfrutamos el rato aquí.




Nos ha dado hambre (parece que hemos hecho poco pero vamos con calma, sin prisa, haciendo fotos y disfrutando de las visitas) así que haciendo un poco horario de allí nos vamos a comer a un sitio cercano que conoce mi hermana: Drum Café, comida típica húngara, muy rico todo y muy barato, 21,34 € los 3, con dos primeros para compartir, 3 segundos y una bebida cada uno.
Curioso cartel a la entrada


Postre no nos tomamos porque íbamos a ir a otro sitio. De camino pasamos por Szimpla Ruin Bar, dimos una vuelta, nos hicimos fotos, y quedamos sorprendidos por este sitio tan curioso.



Teníamos ganas de dulce así que fuimos a por nuestro postre a Say Cheese (Erzsébet krt. 18,) una franquicia de tartas de queso de sabores tipo Nutella, Oreo, etc., bueno, estaba buena pero tampoco es para recomendar ir hasta allí (fuimos por capricho de mi hermana y había que concedérselo).
De aquí, nos vamos caminando a la estación de metro Oktogon (línea 1) y nos vamos a los baños Széchenyi. Decir que en esta línea de metro fue en la única que vimos revisor, nos dijo mi hermana que es habitual ya que es una línea muy concurrida por turistas y que ella siempre que ha montado ha visto revisores. No sé muy bien a qué hora llegamos pero era aún de día aunque quedaba poco para anochecer, no había colas para entrar aunque dentro había bastante gente. Cogimos 3 entradas, sin alquiler de toallas, ni trajes de baño ni nada, lo llevábamos todo nosotros. Y la cogimos sin cabina individual, así que baños comunes (huelga decir que mujeres y hombres por separado). El coste de las 3 entradas fueron 49,33 €, no hay descuento por ser estudiante.
Me encantó la experiencia, estuvimos prácticamente todo el rato en las piscinas exteriores porque entramos un rato en las interiores y la verdad que estaban masificadas y no le terminaba de “encontrar la gracia”, excepto a unas piscinas que me recordaban (aunque no son tan majestuosas) a la de los baños Gellert. De las piscinas exteriores: una es de natación a 28º (no la usamos), otra de ocio entre 30-34º, estuvimos un rato ya que la parte central de la misma es de “olas” y el agua te arrastra en círculo, bueno curioso. Y la tercera piscina, en la que más estuvimos y donde estaba todo el mundo, está a 38º, ¡qué gusto! Y más cuando salías al exterior y te quedabas helado. Creo que estuvimos en torno a 2 horas en total, cuando salimos de la piscina ponía que se recomienda no estar más de 20 minutos!! Bueno, estamos vivos

Los vestuarios tenían gente pero a esa hora no estaban muy masificados (debían ser las 19.30 o 20.00) las duchas no tienen puerta y para cambiarte tienes la zona de tu taquilla (funciona con una pulsera que te dan a la entrada) y hay secadores de pared, secar no secan mucho pero yo en ningún momento llegué a ver enchufes para poder llevar secador propio. Un detalle que me gustó, es que tienen bolsas de plástico que puedes coger y que vienen muy bien por si se te ha olvidado para guardar el bañador.
Salimos muy relajados y descansado (vaya paliza nos estamos dando a caminar, pero me encanta!!!) y fuimos a visitar el Castillo Vajdahunyad, muy bonito iluminado, la Estatua del Anónimo, etc.


De aquí fuimos a la plaza de los Héroes y la verdad que es mucho más grande de lo que esperaba y apenas había nadie por allí.


Llegados a este punto pensamos: ¿volvemos en metro o vamos caminando por la calle Andrassy? Pues ala, como hemos caminado poco vamos a caminar un poco más… Era de noche pero me gustó, íbamos viendo las fachadas de casas, de algunas embajadas y estuvo bien el paseo, tranquilos, hablando de nuestras cosas, etc., y llegamos al Museo del Terror, evidentemente no lo visitamos, debía llevar bastante rato cerrado. Vimos el Monumento al Muro de Berlín y fuimos a buscar una pizzería que tenía yo apuntada de Tripadvisor, que estaba muy cerquita… pero al llegar, ohhhh ya están cerrados


