Nos sorprendió... Lejos de ser la fría Ciudad nórdica que esperábamos, la capital noruega se nos muestra animada, viva y alegre de día y de noche.
Nos alojamos en un céntrico hotel de muchísimas habitaciones, minimalista, moderno, funcional y económico, de los que vienen proliferando en las grandes urbes: SMARTHOTEL OSLO.
Habitación pequeña de 8 metros cuadrados, pero no le falta de nada: TV de pantalla plana, escritorio (plegable), baño con ducha… Impecable. Ah, y wifi gratis. Más que suficiente para descansar después de un día de caminata urbana.

En el vestíbulo del hotel hay ordenadores y un punto de venta de aperitivos y bebidas. El desayuno se puede tomar en el comedor o en la bonita terraza de que dispone.
Totalmente recomendado para una escapada.