A la mañana siguiente nos llamaron de recepción a las 6,15 de la mañana para despertarnos. El desayuno del hotel no estaba mal a pesar de que una vez mas se echaba de menos algo caliente y bien preparado, porque los huevos revueltos estaban hechos con huevina, la habían dejado cruda y tenía una pinta horrorosa.
El viaje hasta El Djem nos llevó 40 minutos. Durante esos 40 minutos el guía nos dio una charla en la que más que explicarnos cosas acerca del coliseo, nos contó historias del Imperio Cartaginés.
A la llegada al coliseo el guía nos acompañó hasta dentro, nos explicó como subir a los pisos superiores y bajar a las mazmorras para posteriormente marcharse sin explicar nada mas del monumento. Corrijo, también nos dijo que disponíamos de 1 hora y 20 minutos para visitarlo.
El Coliseo es impresionante y creo que sin duda es la mejor visita de todo el circuito.


Compramos un mosaico pequeño con la imagen del coliseo por el que nos pedían 40 y no conseguimos rebajarles más de 25. Nuestros compis de viaje compraron un gorro típico por 4 y luego se lo ofrecieron más barato. En los alrededores del coliseo hay que tener cuidado porque la calle que lleva del aparcamiento de los autobuses hasta el coliseo está llena vendedores pesado intentando ponerte pañuelos en la cabeza para una vez que te lo han puesto pedirte una burrada por el.
Vuelta al autocar y salida hacia Hammamet. Durante el trayecto nos repartieron una encuesta sobre el circuito para que la rellenáramosy en el folleto de la encuesta venían las excursiones opcionales y los precios oficiales.
Durante el viaje algunos de nuestros compañeros propusieron hacer una colecta para el guía y el conductor. Al principio propusieron que todo el mundo pusiese la misma cantidad pero a nosotros nos pareció demasiado dada la actitud que ambos dos habian mostrado con el grupo, así que al final acordamos que cada uno aportara lo que creyese conveniente.
A nuestra llegada al hotel entregaron la pulsera a la gente que le faltaba y …….sorpresaaaaa!!!!! Nos dijeron que hasta las 14 no nos daban las habitaciones pero que a las 12,30 teníamos una reunión con el guía de la estancia a la que debiamos acudir para que nos confirmasen el horario de los aviones de regreso a España. Dada la situación decidimos aprovechar ese tiempo para dar una vuelta por el hotel y conocer mejor los servicios e instalaciones. Solicitamos en recepción un folleto donde viniesen las condiciones del Todo Incluido. Os pongo una foto en grande porque creo que es bastante interesante que sepais lo que os incluye el hotel. Como vimos que teníamos incluida una cena temática escogimos la cena italiana del Iberoestar Aberroes y decidimos reservarla ya para que luego no hubiese problemas.
Después de dar vueltas por el hotel acudimos a la reunión con el guía de estancia cuya única finalidad era la de vender excursiones a Hammamet y a la capital porque cuando estamos dando vueltas por el hall descubrimos que había unas carpetas de los tour operadores donde estaban puestos los horarios de los viajes de vuelta. A pesar de que en este tipo de reuniones los guías suelen ser bastante pesados esta vez el hombre fue breve y conciso y no nos hizo perder demasiado tiempo. Ofreció una excursión a la capital que no estaba mal de precio pero que te ocupaba casi un día entero y nosotros decidimos que ya habíamos visto bastantes medinas y que era momento de relajarse en el hotel.
A las 14 horas fuimos a recepción para reclamar nuestra habitación y nos dijeron que todavía no estaban listas y que debíamos esperar hasta las 15. A las 15 horas volvimos a recepción y por fin nos dieron las llaves de las habitaciones. Cuando llegamos a las habitaciones nos encontramos que el servicio de limpieza acababa de entrar a arreglarlas y las habitaciones estaban patas arriba. Cuando le preguntamos a la señora de la limpieza que si le quedaba mucho nos dijo que alrededor de 30 minutos así que nos sentamos en el pasillo a esperar que terminaran. Mientras esperábamos se fue incrementando nuestro cabreo por ser los únicos que todavía no teníamos habitación, pero aun se aumentó mas cuando desde uno de los balcones del pasillo vimos a una de las familias que venía con nosotros que nos estaba llamando para enseñarnos la suit que les habían dado. Fuimos corriendo para ver la habitación y nos contaron que como habían pedido habitaciones comunicadas, para poder tener controlados a los niños, y no les quedaban, les habían dado una suit.
Cuando vimos que a nuestros compañeros de viaje les habían dado una habitación mejor al protestar decidimos bajar a la recepción del hotel para hablar con el responsable y quejarnos porque todavía no teníamos nuestra habitación. Mientras estábamos hablando el responsable de recepción nos dijo que no nos podían dar habitaciones porque de momento no tenían habitaciones comunicadas que estuviesen limpias. Nosotros le dijimos que nos daba igual que no estuviesen comunicadas y el nos dijo que en la reserva que el había recibido ponía que queríamos habitaciones comunicadas y que por ese motivo no nos habían asignado habitación antes, así que menos mal que bajamos a protestar porque sino igual todavía estábamos esperando la habitación. Las habitaciones que nos dieron estaban en el mismo pasillo, eran bastante grandes y tenían una terraza que daba al patio central del hotel. Tras haber dejado las cosas en la habitación nos pusimos el bañador y fuimos a recepción para recoger las toallas e ir a la piscina a darnos un bañito. Cuando llegamos a la recepción y pedimos las toallas nos dijeron que debíamos esperar porque estaban haciendo el cambio de turno en la recepción y estaban contando el dinero y hasta que no acabasen no podían dárnoslas. Para que te den las toallas tienes que dejar una fianza que te devuelven el último día cuando entregas las toallas.
La piscina está bastante bien. Hay tumbonas de madera con colchonetas pero hay que ir a cogerlas bastante temprano porque sino te quedas sin sitio. Además tiene dos pequeños toboganes para que los más pequeños y no tan pequeños (que se lo pregunten a mi mujer y su amiga) se diviertan. En la parte de arriba de la piscina hay dos jacuzzi.
Los animadores suelen estar por la tarde en la piscina y hacen aquagym, organizan partidos de waterpolo España vs. Reto del mundo, organizan campeonatos de dardos, etc. En la piscina hay una barra en la que ponen cócteles aunque la verdad es que la lista es un poco pobre (6 tipos con alcohol y 3 sin alcohol) y no tiene comparación con la variedad que puedes encontrar en los hoteles del caribe.
Esta es la carta de cocktails del bar de la piscina:
Piña colada: Ron blanco, zumo de piña, zumo de coco.
Solaria: Boukha, Muscat de Túnez, Zumo de naranja y sirope de granadina.
Bleu lagon: Vodka, zumo de limon, curasao azul.
Limbo: Crema de banana, ginebra, zumo de naranja y sirope de granadina.
La cerveza no estaba del todo mala pero las bebidas alcoholicas, como podreis suponer, no eran ni mucho menos de primeras marcas.
Cerca de la piscina hay un pequeño salón donde se puede ir a picar algo hasta las 17:30. Nosotros siempre íbamos y nos tomábamos una coca-cola acompañada con unos creps y unas tortitas. Después de la piscina nos fuimos a cambiarnos para ir a cenar y cuando iba por el hall me dí cuenta de que había un cartel en el que ponía que no estaba permitido ir a cenar con pantalones cortos. Como yo solo me había llevado unos pantalones largos decidí ir a recepción a preguntar y me dijeron que era obligatorio cenar en pantalón largo. Le expliqué que como nadie me había avisado acerca de esa norma casi todos los pantalones que llevaba eran cortos y me dijeron que hiciese lo que quisiera pero que las normas eran las normas. Total, un poco enfadado decidí que iría a cenar todos los días con los mismos pantalones y luego me cambiaría.
La comida del hotel está bastante bien, aunque os tengo que decir que aunque hay un poco mas de variedad al final es siempre lo mismo. Había cocineros que te hacían la pasta a tu gusto en el mismo momento, otro cocinero haciendo fideua o paella (dependiendo del dia), todo tipo de carnes (menos cerdo), algunos pescados y yo creo que lo mejor de todo eran los postres, tanto de fruta como de dulces. En la cena me di cuenta de que había un montón de gente que lo de llevar pantalones largos se lo pasaba por el arco del triunfo y decidí que las siguientes noches me iba a unir a ellos.
Después de cenar pedimos un café en la cafetería que hay en el hall del hotel y nos sentamos en una sala de té que hay al lado del bar. Mientras estábamos allí vimos que un grupo que había al lado nuestro se estaba fumando una cachimba y decidimos pedirnos una. Si no recuerdo mal la cachimba vale 12 y es bastante grande. Ese fue el comienzo de la adicción por las cachimbas de nuestro compañero de viaje.
Después del café nos salimos a tomar una copita a la terraza. En el patio central del hotel hay un escenario y los animadores montan actividades de animación por la noche. La primera noche había discoteca pero estábamos cansados y nos subimos pronto a la habitación.