El despertador sonó muy pronto. A penas eran las 5 y media y estaba amaneciendo. Una duchita y a desayunar algo, puesto que habíamos quedado en que nos recogerían en la recepción del Naiboa a las 6:45. Yo reservé la excursión con el Capitán Gringo mediante correo electrónico. El resto de amigos que hice allí, les pasé el teléfono y reservaron para el viernes 24 (tenía que haberle dicho al gringo que me diera comisión, pues le llevé mas de 20 personas!). El lunes cuando nos levantamos, llamé desde el teléfono de recepción para confirmar la reserva y decirle el número de habitación.
Bueno, serían las 6 de la mañana cuando bajamos a desayunar. No estaban hechas las tortillas ni salchichas ni comida caliente, así que cogimos un cola cao, un zumo y nos hicimos un par de sándwich de jamón y queso, y así desayunamos.
A las 6 y media, nos fuimos a esperar impacientes en recepción. Había mas gente esperando, pero habían contratado con gente de la playa y pagado por adelantado... A una pareja les llamaron y les dijeron que por problemas en el mar, que posponían la excursión para el día siguiente. Ahí nos entro el acojone general, pero bueno, a las 7 vino una monovolumen a recoger a otras 2 parejas así que dijimos, bueno, del mar va a ser que no es…
Eran las 7 y cuarto cuando se presentó de nuevo otra monovolumen. Le preguntamos al conductor si era del Capitán Gringo y el nos preguntó a su vez, el numero de nuestra habitación. Enseguida llamó por teléfono y nos preguntó si no teníamos un vauche o algo así, le dijimos que no, que no nos habían dado nada, así que le dimos nuestros nombres y lo comprobó por teléfono. Estábamos en la lista, así que pa’rriba!
Éramos los últimos de la lista, así que en la furgoneta con capacidad para 12 personas y con el aire acondicionado a tope, nos fuimos para Isla Saona!
El viaje de ida se hizo un pelín largo. Fuimos contemplando paisajes y demás, vimos Higuey y su catedral para seguir adelante y hacer un alto en el camino, donde pagamos la excursión al Capitán Gringo. De ahí a Bayahibe fue un trayecto que se nos hizo mas corto. Serían las 10 y algo de la mañana cuando nos montamos en las lanchas rápidas. A nosotros nos tocó en la 2ª fila de adelante, y como piloto, “La mula”. Nos pusimos los chalecos y ale, rumbo a Isla Saona. Entre la multitud de comentarios que leí de esta excursión, nadie nos advirtió que nos íbamos a partir el culo, literalmente! Vaya saltos! Con cada ola que cogíamos era un golpe en el culo! Llegamos con el culo anestesiado! Temía por mi capacidad para tener descendencia! Jajaja. Hicimos una parada en el canal de no se que, que es lo que separa Isla Saona de la República Dominicana, ahí nos explicaron que íbamos a parar un momentín para dejar al cocinero y a su pinche para nosotros seguir hasta canto de la playa, que es una cala que está al final de la Isla Saona y donde no llegan los tour operadores.
Nosotros estábamos solos en esta cala. Parecía una Isla desierta! Nos pusieron un snack a base de patatas fritas o algo parecido, jamón y queso. La vitamina R que no falte! Este ron si que era de verdad! Nos daríamos cuenta después de tomar a penas 4, que este si pegaba, no como el del hotel… En canto de la playa, nos dejaron como 1 hora y algo para hacer snorkel o simplemente, disfrutar de la playa. Yo apenas vi 4 peces en la barrera de coral, jejeje.

A la 1 menos 10 nos fuimos a comer a Isla Saona, donde nos esperaba nuestra langosta, con el pescado, la ensalada, patata cocida y coco. Para beber, presidente, por supuesto! Jejeje.

Fue una buena comida, estaba todo muy rico! Después de comer, nos dejaron tiempo para darnos un bañito y de nuevo a las lanchas, a ver las estrellas de mar.
Nos pararon en medio del mar, en un sitio que apenas cubriría 2 metros y medio , así que me puse unas gafas y buceando, cogí 1 estrella de mar para hacerme la típica foto.

De ahí, a la piscina natural. La verdad que todo este mar es increíble, si ya parece bonito la playa de punta cana, te das cuenta cuando vienes al sur que esto si es el Caribe. Un mar turquesa, sin olas…parece una piscina! El agua eso si, calentorra calentorra! Jajaja
En la piscina natural, yo le pregunté al viruta que sino nos iba a hacer el bautizo de ron. Se sorprendió, porque supongo que no lo tenía pensado hacer, pero ahí estábamos las 2 lanchas en medio del mar, haciendo el bautizo. Fue unas risas. Después hizo un conjuro o no se que para una pareja de recién casados, para que les fuera todo guay.

Después de mucho beber y beber aquí y por primera vez en lo que iba de vacaciones, seriamente golpeados, montamos de nuevo en las lanchas y nos fuimos ya rumbo al puerto de bayahibe no sin antes detenernos en un punto clave, en el cual y tras tirar unas migas de pan al agua, se llenó de pececitos de colores. Estuvo muy bien.
Como había cierto oleaje y estábamos parados, había gente que se estaba mareando, así que ya nos fuimos para el puerto. Desembarcamos y tras un fugaz paso por el servicio, nos montamos en la monovolumen con el aire a tope y para casa. El viaje de vuelta fue más ameno, ya que íbamos todos “más habladores” jejeje. A todos nos sorprendió ven en Higuey montado en una moto 4 personas, pero es que de las 4, una era un bebe en manos de su madre… en fin. A las 7 de la tarde estábamos ya en el hotel, con una paliza considerable así que subimos a la habitación a recostarnos un poco, hasta la hora de cenar… yo me desperté a las 9 con un hambre feroz, me di una ducha y avise a mi amigo, pero estaba tan dormido que ni se dio cuenta. Total, que yo también me recosté…así que así terminó el día.