Varios días antes de la salida del vuelo nos manda un email Patricia de Viaje Rajasthan en el que nos indica que Ikram, el que va a ser nuestro conductor (habla castellano) no va a poder llevarnos debido a que ha tenido un asunto familiar urgente y nos envían otro conductor que si bien no habla castellano como Ikram, se hace entender.
Se me revolvió algo dentro pero vale, ok. El mayor problema es que tengamos que hablar algunas cosas en inglés porque el conductor no nos entienda y salvo uno de los que vamos el resto chapurreamos algo.
Vuelo desde Madrid a Dubai estupendo como es habitual en Emirates, esta vez quizá no me gustó tanto la comida que me sirvieron.
En la escala nos compramos unos 200g dátiles (a 48€ el kilo ) pero que estaban de película, estos árabes sí que saben.
El vuelo a Delhi se nos hace corto.
Pasamos los controles y recogemos las maletas rumbo a la salida donde nos recoge Sashí, un indio del norte que poco a poco se convertirá en algo más que un conductor pero que no hablaba ni papa de cristiano.
Nos dijo que Ikram tenía problemas de estómago por lo que no pudo hacer el viaje con nosotros (otra versión) .
Salimos caminando para recoger el coche en el parquin (monovolumen de 7 plazas) donde recibimos nuestra primera leche de calor seco.
Nos llama la atención ver a varios pájaros que parecen disecados con el pico abierto del calor que hace. Nos comenta Sashí que estamos a 45 grados.
Recogemos el coche cerca de las 4 de la tarde y nos indica que tenemos que pasar por un taller en Delhi a revisar el aire acondicionado puesto que lo habían reparado el día anterior y no quedó bien.
Aprovechamos para decirle que nos lleve a una casa de cambio de moneda.
Para ir a Delhi no tardamos, revisan el aire y nos dirigimos a Mandawa que es por la misma ruta que hacia el aeropuerto.
Paramos en un local a cambiar dinero y continuamos para salir de la ciudad donde nos pegamos una hora larga de colas y retención.
Ya fuera de las zonas urbanas y con la noche encima empieza lo que yo llamaría la carrera del kamikaze para llegar a Mandawa. Hubo unos cuantos momentos de tensión, en especial uno en el que había una competición entre un autobús y varios coches para ver el que tenía más pelotas.
Si a todo esto le sumamos una tormenta en la que los relámpagos iluminaban el cielo como si fuera de día parecía que íbamos directos al infierno, los más aprensivos dejaron de mirar las maniobras para no provocar más caos del que había en esos momentos.
Por el camino y viendo que se hacía tarde le pedimos al conductor que nos parase en algún sitio para cenar.
Nos llevó a un restaurante en el que nos estaban esperando puesto que había llamado pero no nos gustó el sitio, queríamos algo rápido por ser tan tarde y continuamos hasta otro donde cenamos algo y continuamos.
Llegamos casi a las 11 de la noche a Mandawa para ir directos a la haveli donde hicimos el checkin, nos duchamos y a la cama después del tute de carretera y con los vuelos a la espalda.
Se me revolvió algo dentro pero vale, ok. El mayor problema es que tengamos que hablar algunas cosas en inglés porque el conductor no nos entienda y salvo uno de los que vamos el resto chapurreamos algo.
Vuelo desde Madrid a Dubai estupendo como es habitual en Emirates, esta vez quizá no me gustó tanto la comida que me sirvieron.
En la escala nos compramos unos 200g dátiles (a 48€ el kilo ) pero que estaban de película, estos árabes sí que saben.
El vuelo a Delhi se nos hace corto.
Pasamos los controles y recogemos las maletas rumbo a la salida donde nos recoge Sashí, un indio del norte que poco a poco se convertirá en algo más que un conductor pero que no hablaba ni papa de cristiano.
Nos dijo que Ikram tenía problemas de estómago por lo que no pudo hacer el viaje con nosotros (otra versión) .
Salimos caminando para recoger el coche en el parquin (monovolumen de 7 plazas) donde recibimos nuestra primera leche de calor seco.
Nos llama la atención ver a varios pájaros que parecen disecados con el pico abierto del calor que hace. Nos comenta Sashí que estamos a 45 grados.
Recogemos el coche cerca de las 4 de la tarde y nos indica que tenemos que pasar por un taller en Delhi a revisar el aire acondicionado puesto que lo habían reparado el día anterior y no quedó bien.
Aprovechamos para decirle que nos lleve a una casa de cambio de moneda.
Para ir a Delhi no tardamos, revisan el aire y nos dirigimos a Mandawa que es por la misma ruta que hacia el aeropuerto.
Paramos en un local a cambiar dinero y continuamos para salir de la ciudad donde nos pegamos una hora larga de colas y retención.
Ya fuera de las zonas urbanas y con la noche encima empieza lo que yo llamaría la carrera del kamikaze para llegar a Mandawa. Hubo unos cuantos momentos de tensión, en especial uno en el que había una competición entre un autobús y varios coches para ver el que tenía más pelotas.
Si a todo esto le sumamos una tormenta en la que los relámpagos iluminaban el cielo como si fuera de día parecía que íbamos directos al infierno, los más aprensivos dejaron de mirar las maniobras para no provocar más caos del que había en esos momentos.
Por el camino y viendo que se hacía tarde le pedimos al conductor que nos parase en algún sitio para cenar.
Nos llevó a un restaurante en el que nos estaban esperando puesto que había llamado pero no nos gustó el sitio, queríamos algo rápido por ser tan tarde y continuamos hasta otro donde cenamos algo y continuamos.
Llegamos casi a las 11 de la noche a Mandawa para ir directos a la haveli donde hicimos el checkin, nos duchamos y a la cama después del tute de carretera y con los vuelos a la espalda.