La tarde noche la pasamos en el hotel, pero no por ello dejo de ser peculiar. El chico de recepción nos llamó como unas cuatro veces a la habitación insistiendo en que bajasemos a tomarnos una cerveza con él. Además de que tanto la cena como el desayuno los hicimos bajo la atenta e intensa mirada de unos 7 u 8 hombres a traves de una cristalera. Sin duda, nos estabamos curando de espantos porque no sería ni la primera ni la última cosa así.
Dormimos como reinas, y a la mañana siguiente de vuelta al aeropuerto con la intención de no volver a quedarnos en tierra. Allí, volvimos a encontrarnos con Mam Duu (el chico que nos ayudó el día anterior), a quien le agradecimos enormemente lo que había hecho por nosotras, mientras compartíamos un cigarrillo en la sala de fumadores del aeropuerto. También conocimos a tres parejas de españoles (los primeros que nos encontramos, siempre da alegría) que también hacían una ruta por la India, algo más larga que la nuestra.
Llegamos a Jodhpur y allí estaba nuestro driver esperándonos para llevarnos al hotel.
Impacto!! Aquello no tenia nada que ver con Delhi. Nada, pero nada de nada. Entendimos lo que era la India cuando llegamos allí. Se parecía algo a Paharganj, pero no era un barrio, era una ciudad entera. Todo era diferente, las calles, la gente, el estilo de vida, etc. Era un caos muy sucio y ruidoso, pero ese caos tenía un encanto que no puedo describir. Creo que cuando dicen que la India o la amas o la detestas es justamente por eso... depende de los ojos con los que la observes.
El driver se iba adentrando por unos callejones que yo pensaba a veces que encajabamos el coche vaya... las calles eran super estrechas y todas iguales... la Torre del Reloj en mitad de la plaza del pueblo era lo que nos servía un poco de guía, porque aparte de eso, todo era igual.

Cada hostel que veíamos era peor que en anterior, y mas se adentraba y mas pensabamos... ay madre donde nos llevará este tioo???
Pero.. SORPRESA!!!! metió el coche por una cancela de hierro preciosa que daba a un patio interior abierto super bonito también con una piscina al lado, las habitaciones que rodeaban el patio, todas con unas puertas pequeñitas rusticas y doradas muy bonitas y tipicas indias, y al fondo el fuerte Mehrangarh. Respiramos tranquilas al verlo.
Subimos a dejar las cosas a la habitación y seguimos flipando otro ratito más. El cuarto no era para menos. Todo muy indio, de colores, las paredes pintadas con elefantes, un armario muy rústico, etc... y tras refrescarnos un poco nos bajamos a dar una vuelta para ver el pueblo. Como habíamos perdido un dia, teniamos que exprimir el tiempo.
Bajamos a recepción y el chico amablemente nos explicó por donde había que tirar para subir a ver el barrio azul de Jodhpur que es de lo más típico de la ciudad asi que nos pusimos en marcha.
AVISO DE TIMO: Cuando salimos del hotel y cogimos la primera calle, aparece un tio con una sonrisa de oreja a oreja (de verdad, lo más sonriente que he visto nunca), con una tarjetita de nuestro hotel (CONSEJO: llevad siempre la tarjeta del sitio en el que os hospedeis cuando salgais a la calle por si os perdeis, que os perdereis...jajaja). Bueno, pues el happy man nos dice que él es del hotel, que trabajaba allí, y no se que película. Era MENTIRA!! No habiamos visto a ese hombre nuncaa!! Hasta que me trincó del brazo, y al ver eso, mi amiga le metió un empujón.
Pues bien, por la noche hablando con otros huespedes con contaron que se habian encontrado a ese mismo hombre, y que a ellos les había sacado la pasta. Asi que hay lo dejo. Cuidadito con los raritos que sonrien más de la cuenta, que algo quieren.
Aparte de eso, el barrio azul no lo encontramos. De hecho nos perdimos por las calles hasta que de repente apareció el verdadero chico del hotel que nos habia dado anteriormente las indicaciones montado en una moto y nos preguntó con cara de susto que como habiamos llegado hasta alli...

Nos consolamos pensando que en Málaga tenemos también el pueblo pitufo y que sería chispa más o menos lo mismo.... aunque nunca lo sabremos.
Así que nada, vuelta para abajo entre carros, carretas, vacas y perros sarnosos hasta la Torre del Reloj. La Torre del Reloj se situa en medio de una plaza rodeada de todo tipo de puestos, como si fuese un mercadillo. Es, sin duda, donde más concentación de personas hay, y donde se desarrolla la vida en esta ciudad. NO COMPREIS en estos puestos, que son de lo más caro, y tourist price. Os podeis tomar una cocacolita sentados en uno de los puestos y ver como transcurre todo a la vez que os refrescais un poco.
Tras el paseito, de vuelta al hotel, ya que habiamos quedado con el chico de recepción para que llamase a un tuktuk a precio local para llevarnos al fuerte. Pero.... problemas, como todo nos parecia igual y al principio del dia nos habiamos desorientado, no teniamos ni idea de donde se encontraba el hotel!!! Asi que nada, nos pusimos a andar hasta que encontramos a dos chicas canadienses super simpaticas que llevaban tiempo viviendo alli, y tras un ratito de chachareo, nos explicaron como llegar al hotel, y cuales debian ser las referencias a tomar para encontrarlo siempre. ¡¡SALVADAS!!
Llegamos al hotel sin mucha dificultad y de camino al Fuerte!! Pagamos unas 400Rp por el tuktuk, que nos subió hasta el fuerte, nos esperó las 2h, y nos volvió a bajar de vuelta al hotel. En el fuerte, la audioguia es gratuita, no dudeis en cogerla, es mucho mas entretenido y didáctico. Y si os preguntan si llevais camara de fotos y sólo lleváis el movil decid que NO porque sino os cobraran un suplemento (si la camara es modo Canon obviamente no sirve jajaj). Y dos cosillas más a saber sobre el fuerte... Lo primero es que el "opio" que te dan a probar para fumar dentro NO es opio de verdad ni mucho menos, por mas que el tio te diga que sí. Y lo segundo es que dentro de unas de las habitaciones hay un hombre que "lee el futuro" por algunas rupias... 600Rp para ser exactos... a nosotras nos encantan ese tipo de temas, y aunque sabiamos que era poco creíble porque su herramienta era un ordenador, tras regatear un rato nos "leyó el futuro" a las 2 por el precio de 1 (en realidad se apiadó porque no llevabamos más dinero).
Volvimos al hotel, y esperando para poder cambiar dinero conocimos a unos cuantos amigos, a los que nos volveriamos a encontrar durante todo el viaje. Por un lado dos chicos irlandeses (Sam y Dave) que estaban haciendo todo el norte de la India montados en bici. Ellos fueron los primeros que conocimos y se marchaban esa misma noche, pero les volveriamos a ver. Angela y MariCarmen aparecieron por las escaleras.. las oimos hablando español y no pudimos evitar detenerlas!! Con ellas pasariamos mucho tiempo, pero aun no lo sabiamos. Eran super distintas la una de la otra, pero de verdad que nos reimos mucho y les cogimos muchisimo cariño. Luego estaba Martin, un argentino que se iba a pegar 5 meses recorriendo Asia. y Felipe, otro madrileño jubilado que andaba 2 meses viajando creo recordar. Como ya digo, con todos y cada uno de ellos ibamos a compartir muchos momentos en nuestra aventura!!
Montado el grupo (aquello parecia una fiesta en el hall) nos fuimos todos juntos a cenar y a seguir conociendonos, y despues de eso, los chicos fueron a comprar cervezas y pasamos una velada estupenda en la terracita del hotel, con las vistas del fuerte iluminado de fondo.
Una vez los irlandeses se fueron, Angela, MCarmen, Martin, Carmen y yo nos dispusimos a dar un paseito por la ciudad a plena luz de la luna. La escena habia cambiado totalmente y nada tenia que ver con lo que parecia durante el dia. Las calles abarrotadas de personas y carros ya no existian, y el bullicio incesante se habia convertido en un silencio tan implacable que daba hasta miedito. Sólo cuatro perros andando por las calles. Aquello era la otra cara de la India, antagónica totalmente, pero con el mismo encanto que durante el dia. INCREIBLE, si podeis, no dejeis de dar un paseo por las calles vacias y silenciosas de la India, mientras todo el mundo duerme.
La noche...... una M. La peor noche que pasé. El ventilador nos daba de lleno y con un ruido brutal. Para colmo, en el aire acondicionado residian dos ratas que no se estuvieron quietecitas en toda la noche. Dormí con el pañuelo atado al cuello porque estaba viendo que ese aire acondicionado iba a acabar conmigo, y con los tapones puestos. Una maravilla, pero estabamos en India, nada nos espantaba ya.