Día 8 de agosto. Martes
El plan de hoy era hacer ruta de cascadas de Atherton Tablelands, terminando con el intento de avistar el ornitorrinco en Yungaburra, donde dormimos.
Nos despertamos temprano ya que nuestra habitación da a la calle principal de Ingham y aquí al amanecer ya hay traqueteo de coches. Así que sobre las 7:30 estamos en pie y tranquilamente nos preparamos el desayuno aprovechando la cafetera de la habitación. Nos la tomamos con unas galletas en la terraza comunal que tiene la habitación, disfrutando del buen día que hace.
Vistas desde la terraza del hotel
Dejamos las llaves en recepción ya que no hay nadie aún cuando nos largamos y nos ponemos en marcha dirección al norte. La idea era ir hasta Innisfail y ahí dejar la Bruce Hwy para coger la 25. Sin embargo el maps de google nos manda por otro sitio y como nunca ha fallado le hacemos caso y así, poco a poco, entre cañaverales de azúcar, empezamos a adentrarnos en el bosque tropical.
Nuestra primera parada la realizamos para hacer el sendero que te lleva a las Nandroya Falls.
Está fatalmente señalizado y nos lo pasamos con el coche, por lo que cuando vimos que seguro que nos lo habíamos pasado, dimos media vuelta. Hay que dejar el coche en Henrietta Creek Campground, que sí está más o menos bien señalizado, y dirigirse paralelo a la carretera para el oeste. Ahí se ve el cartel que indica el sendero.
El sendero es circular, pero como se nos echó el tiempo encima volvimos por el mismo sitio que fuimos. En total unos 4.5 km. 1.5 más si haces el loop. La ruta más que recomendable. No vimos ni al tato, con un bosque denso y húmedo y un recorrido para nada duro. Sudar, sudé lo suyo, pero por la humedad, no por la dureza. Antes de llegar a las Nandroya Falls pasamos por otra caída de agua más timorata, las Silver Creek Falls, pero agradables a la vista. La rutilla la finalizamos sobre las 1 de la tarde.
Comienzo de la ruta. Detalles de la misma
La Silver Creek Fall. Finalmente la doble cascada Nandroya, con la principal dando el Sol justo de frente.
Ya en el coche nos dirigimos para realizar la conocida ruta de las cascadas de Milla Milla. Antes nos desviamos para ver las Mungalli Falls, que creo que era la más alta de la zona, pero tras andar un poco nos damos cuenta que hay que hacer una senda de unos 45' y nos llevaría demasiado tiempo. Así que para el coche y a coger el desvío para ver Ellinjaa, Zillie y la más famosa, Milla Milla. Las tres están próximas entre sí y cuentan con un parking cada una para dejar el coche. Ellinjaa la mal vemos desde arriba. Se ve potente, pero pasamos de bajar a la base. Zillie es más ancha, pero muy bonita. Milla y Milla tiene bastante gente bañándose en la poza y llendo para ponerse detrás de la cascada, imposibilitando hacer una foto sin gente que aparezca.
Ellinjaa, Zillie y Milla Milla
Como son las 2:30 pm pasadas decidimos ir a comer a algún pueblo de la zona. Indicar que ya estamos en pleno Atherton Tablelands y es una zona preciosa, de colinas verdes, ricas en pastos y con muuuuchas vacas. En el poblado de Milla Milla paramos pero no hay nada. Nos dirigimos a Malanda y allí paramos en un bar, pero nos dicen que la cocina cerró a las 14 horas, así que les compramos unas patatas en bolsa y unas cervezas para descansar un poco.
En Malanda aprovechamos para realizar una rutilla, la Tulip Oak Walk, de 1 km y donde es posible ver canguros arborícolas. www.malandafalls.com/ .../walks.pdf
Para empezar, por allí merodeaban los pavos salvajes de siempre, que prácticamente comieron de la mano de mi mujer. La ruta en sí nos gustó mucho, muy tranquila con unos pedazo árboles que no veas, siempre atentos junto a otra pareja a las copas para ver si ves al marsupial, pero no tuvimos suerte. También es posible en el río ver desde la plataforma que tienen al ornitorrinco, pero a las horas que estábamos va a ser difícil.
Detalles de la Tulip Oak Walk
Ya eran pasadas las 16:30, hora de ir ya para Yungaburra, que el atardecer está próximo. Dirigiéndonos para allá pasamos justo por donde se encuentra el Curtain Fig, y viendo que no había ni un coche en el aparcamiento no dudamos en parar e ir a verlo. Aquello es una bestialidad. Por muchas fotos que veas no te haces la idea de lo grandísimo que es el árbol. Al poco rato llegaron un grupo de japoneses y nosotros fuimos para el pueblo.
Decir que aunque pequeño, Yungaburra es un lugar muy pintoresco y atractivo para el turista. Nuestro hotel (si se puede llamar así a una casa con dos alojamientos, es The Gables. 80 AUD solamente por lo que era un apartamento con su dormitorio, baño y cocina-comedor. Super chulo y realmente recomendable. La pobre dueña estaba esperandonos, deseando de que llegaramos.
Dejamos las maletas y disparados para la plataforma de observación, que son las 17:15 y en una hora es casi de noche. Todo nerviosos y con la prisas como siempre oímos un poco de jaleo entre la gente, parece que algo se divisa. Nos ponemos como podemos pero parece que se ha ido. Mierda. El plan era dejar atrás la plataforma y adentrarnos por la ribera del río a una zona más tranquila. La manera era haciendo el Peterson Creek. Empieza pasando el puente y justo a la izquierda sale un sendero que pasa por debajo del mismo. Es lo que hacemos.
Vamos caminando, divisando en los diferentes meandros y en absoluto silencio, a ver si hay suerte. La observación no es fácil. El agua es turbia, nada cristalina. Tras un ratito me ha parecido ver movimiento en el agua, llamo la atención con gestos a mi mujer y le digo donde creo haber visto movimiento. Nos quedamos quietos y algo se mueve, no sé muy bien. Empiezo a disparar fotos como loco, con las ISO de la cámara en automático para que no haya problemas de luminosidad, que entre que es tarde y estamos en una zona con bastante densidad forestal se ve poco. Miro las fotos y al final está claro que eran tortugas.
Seguimos avanzando, haciendonos la idea de que no vamos a verlo. Además unos niños vienen y están dando nada más que voces Menos mal que van en dirección contraria. Hay una madre e hija de habla francesa, también observando con avidez. Así, los cuatro próximos pero repartidos en una extensión de 40 metros abarcamos más territorio, hasta que mi mujer al fin, da con uno. Aquello es el no más. Estuvimos detrás del pobre media hora, haciendo fotos por doquier, esperando que apareciera en otro sitio cuando se sumergía en el agua y lo perdíamos por completo. Pasadas las 18:10 y justo cuando estábamos en el puente colgante de mitad del sendero, dimos la vuelta para que no se nos hiciera completamente de noche. Felices.
Ornitorrinco. Objetivo del día y uno de los por qués para nosotros de venir a Australia.
Ya de vuelta nos pasamos por una tienda a comprar cervezas y algo de comer, que tras la ducha de rigor engullimos viendo más Orphan Black.
Muy buen día el de hoy que podríamos haber rematado haciendo el tour nocturno que ofrecen aquí: www.alanswildlifetours.com.au/ y cuya propaganda vimos en la habitación.
Día 9 de agosto. Miércoles
Me levanto bastante tempranico debido al cantar de los pájaros. Espero mirando fotos en el portátil a que mi mujer se despierte para ponernos con el desayuno. Café doble y unas galletas que compramos en Ingham. Cogemos las maletas, las llevamos al coche y dejo las llaves a la dueña. El día está nublado y parece que ha llovido algo por la noche. Nos damos una vueltecilla por el pueblo para verlo algo mejor que ayer y la verdad es que nos reafirmamos en que es un pueblo muy coqueto.
El plan matutino es ver Mt. Hypipamee N.P. y el Lago Eacham y dirigirnos ya para Cairns. Dirigiéndonos para Hypipamee nos cae una buena tromba de agua. Por suerte para nosotros cuando llegamos allí ha parado.
Al cráter Hypipamee se llega por una ruta bien señalizada y preparada para el turismo. El cráter, lleno de agua pues es eso, nada más. Decidimos alargar la ruta haciendo la que se dirige a las Dinner Falls. El camino ya es más "salvaje" y lo agradecemos. A buen paso hace las dos rutas en una hora con las fotos de rigor incluidas. A mi personalmente me agradó, aunque no hubo suerte con el Casuario, ya que esta es otra zona donde poder divisarlo.
En el parking del Mt. Hypipamee. Foresta. Cráter. Camino. Dinner Falls
Tras ello nos fuimos para hacer la ruta de 3 kms. que rodea al lago Eacham. Debo decir que es la ruta que menos me gustó de toda la zona. No está mal, pero el lago solo lo ves un par de veces en el que se abre el bosque tropical algo. Lo más destacado un par de árboles gigantes con sus raíces. Luego, por el aparcamiento aparecieron más pavos salvajes.
Camino del lago Eacham. Árboles gigantes. Lago Eacham. Otro pavo
Ya en el coche nos dirigimos para Cairns. Al principio nos perdemos porque no hay cobertura y el gmaps no tira, pero una vez la recuperamos pues a seguir por donde nos dice. El camino una tortura de curvas. Además mirando el correo, recibo uno del hotel de Palm Cove, donde pasaríamos las siguientes tres noches, diciéndonos que debido a una rotura en una tubería nos trasladan a otro hotel, al Mango Lagoon Resort.
Llegamos a Cairns y entramos a The Jack thejack.com.au/ , un backpapers con un pub que tiene una pinta estupenda. Allí nos tomamos unas cervecitas con algo de zampar y llamamos a María de Cairns Unlimited, con la cual quedamos en llamarla para vernos cuando llegaramos a la zona. Quedo con ella a las 16:30 horas, así que como tenemos tiempo de sobra decidimos ir a un centro comercial cercano para comprar una maleta para mi mujer que la que tiene está totalmente hecha polvo. Al final nos llevamos una Samsonite blanda que estaba con un 50% de descuento.
Habíamos quedado con María en el Jonnson Farm Market, que resulta que estaba a más de 6 kms de donde estábamos. Cairns no es que sea extremadamente grande, pero como aquí vive todo el mundo en casitas con jardines pues lo que sí es es extensa. Estuvimos una hora hablando de cómo iba el viaje, qué nos parecía el país, etc, etc. Muy maja esta madrileña.
Y nos fuimos para nuestro hotel. Por el camino, en un lugar donde María nos dijo vimos multitud de wallabíes. Los vimos desde la carretera y para aquellos que les gusta pasear cerca decir que estaban por el Centenery Park de Trinity Beach.
Llegamos a nuestro hotel justo a las 18 horas y menos mal porque a esa hora se iba el recepcionista. Desde ya os digo que fue el hotel más caro (170 AUD por noche) y el que menos nos gustó. Ya cuando estábamos en Cairns nos dijimos que nos habíamos equivocado y que debíamos habernos quedado en la ciudad, que tenía pinta de tener entretenimiento de sobra. Pero cuando estaba planificando el viaje vi que podríamos relajarnos un poco en la playa de Palm Cove y por eso decidí por este sitio. Al final ni un día de playa ya que siempre volvíamos al anochecer. La habitación que nos dieron pequeña y habitada por cucarachas. Además no te hacían la habitación ni cambiaban las toallas, tal como nos enteramos al día siguiente. Maldita tubería que nos hizo ir a este resort.
Tras la ducha nos dimos un paseo por la calle principal viendo los locales. Mucho restaurante pijito. Esto no es lo nuestro. Al final compramos unas cervezas y un seafood basquet con unos doritos que nos llevamos a la habitación y nos lo tomamos viendo más serie. Por cierto, el seafood una fritanga que no valía ni un duro. Mal empezamos.
Día 10 de agosto. Jueves
Hoy se supone que es uno de los días grandes de nuestro viaje, ya que vamos a hacer snorkel y bautizo de buceo por el arrecife de coral.
El día empieza bastante temprano ya que a las 7:30 hemos de estar en la terminal de Cairns y antes quedamos con María en su casa para recoger una cámara acuática. Así que a las 6:45 estamos en el coche, llegamos a la casa de María que me explica someramente como funciona la cámara acuática y de allí a un parking al aire libre que por 3 AUD podemos dejar el coche todo el día. De allí al Reef Fleet Terminal hay poco menos de 10 minutos andando.
Llegamos pasadas las 7:30 pero no hay problemas ya que el barco no sale hasta las 8:30. En la terminal, que es común para todas las compañías, haces el pago de lo que te falta. Nosotros vamos con Silverswift www.silverseries.com.au/swift.htm 586 AUD los dos por el día entero. Luego hay que quitar la parte que nos devolvieron por no hacer el buceo.
Decir que la experiencia fue más que positiva. La comida estaba incluida, tipo buffet y la verdad que muy rica. Nos dieron a todos una pastilla para el mareo y menos mal, porque aún así se me puso el cuerpo regular llendo para la barrera de coral. No en vano había bastante oleaje. Tras firmar papeles en el que decías que estabas estupendo, nos reunieron por separado a los que íbamos a bucear para darnos una charla y comentarnos los peligros que entrañaba. La charla sirvió para que mi señora se cagara y desistiera de hacer el bautismo de buceo. No importa, si te rajas antes te devuelven el dinero sin problemas.
Tras más de una hora de traqueteo llegamos a nuestra primera parada donde me tocó a mi el bautismo. Nervioso me puse el traje de neopreno y la bombona y tras más explicaciones salimos con nuestro monitor. Había uno asignada para cada cuatro, pero como mi señora no lo hizo pues íbamos solo tres. Al principio, ya en el agua, fue una pesadilla y estuve a punto de desistir. Menos mal que otro que iba con nosotros estaba peor que yo, tragándose medio mar. Al final tras mucha paciencia y explicaciones del monitor, empezamos a hundirnos cogidos a la cuerda y ya a unos metros de profundidad nos soltamos y empezamos a movernos por la zona. Aquello es una auténtica pasada, una experiencia única. Yo cada poco tiempo tampándome la nariz y tragando fuerte saliva, la forma de igualar la presión de los oídos. No sé cuánto tiempo estuvimos, aunque se me hizo corto, a pesar de todo lo nervioso que me puse.
Gente buceando. Foto hecha cuando hacía yo snorkel
Una vez fuera nos dijeron que si queríamos de nuevo buceo se nos permitía por un módico precio. Aunque me tentó preferí hacer snorkel junto a mi mujer. Hicimos dos paradas más para hacer snorkel. Mi mujer solo salió en una. Yo, que soy alérgico al agua, me tuvieron casi que sacar del mar. Ver el arrecife y la panzá de vida que hay me encantó. Decir que más o menos ves lo mismo haciendo buceo que snorkel, pero la sensación de inmersión con el medio marino no es la misma, es mucho más intensa haciendo buceo.
Y así pasó el día, en el agua, comiendo y disfrutando. Por cierto, mi mujer y yo fuimos de los pocos que vimos un tiburón tal y como pudimos comprobar al preguntar uno de los monitores quién había visto uno. Además vimos montones de peces (una barracuda me dió un susto que no veas porque me la encontré en un giro y al ver un bicho tan grande...) almejas gigantes,... yo con la cámara acuática disparaba a todo aunque las fotos no valían mucho.
Tiburón. Un pez loro. Detalles marinos. Barracuda. Un scarus niger, creo y almejas gigantes. Zona donde hicimos snorkel
A las 16:30 ya estábamos en Cairns. En la terminal nos devolvieron el dinero del buceo de mi señora. Antes de ir a Palm Cove nos pasamos por un Coles en Clifton Beach, donde compramos provisiones para la noche. Ya en el hotel es cuando nos dimos cuenta que no nos habían hecho la habitación y al ir a preguntar tras buscar y buscar a alguien a quien decírselo ya que la recepción había cerrado, dimos con el dueño o encargado que nos explicó que el hotel era tipo apartamento vacacional donde tú te encargabas de todo, ya que solo cambiaban las cosas a la semana de tu estancia. De todas formas nos dieron un par de toallas y ya aproveché y les pedí unos platos para la cena de hoy. Y así, tras la ducha de rigor, cenamos viendo más serie.
Día 11 de agosto. Viernes
Hoy es nuestro último día en la zona de Cairns. Iremos hasta Cape Tribulation, haciendo paradas a lo largo del camino y empezaremos intentado ver los cocodrilos en el río Daintree.
Tras el desayuno matutino a las 8:15 ya estamos en el coche. Hasta el río Daintree hay algo más de una hora de camino. La carretera en buen estado se pone la mar de interesante, poniéndonos paralelos al océano en varias ocasiones y con unas vistas que dan ganas de pararte en muchos sitios. Parar solo lo hacemos en Port Douglas para echar gasolina, que vamos tiesos. Llegamos a las 9:20 con la hora pegada al culo, como siempre, y vamos al puesto de Solarwhisper. www.solarwhisper.com Las compañías que hacen los tours de cocodrilos se encuentran a mano izquierda justo antes de la zona que hay para coger el ferry. Nos dicen que ya están llenos pero que sí tiene plazas para los siguientes. Decidimos reservar el último tour que hacen al día que es a las 15:30. De nuevo al coche y para el ferry. Pagamos el trayecto de ida y vuelta y enseguida nos metemos en el barco que se encuentra en ese momento en nuestra orilla. Cruzamos el río y disparados al mirador Mount Alexandria. Al principio mucha subida y curva, adentrándonos en el bosque tropical. Ya en el mirador, la foto de rigor con 100 turistas más.
Mount Alexandria Lookout
Luego nos adentramos en la zona de Jindalba para hacer Jindabal circuit track. Una rutilla circular de 3 km. donde nos adentramos en el bosque y es posible ver el casuario. No confundir con Jindalba Boardwalk track, la cual también se hace con la primera y que está más preparada para ser disfrutada por todo el mundo. La que hicimos tiene subidas, bajadas y muuuuuchas raíces en el camino. La hicimos en sentido contrario al indicado. Vamos que finalizamos por la zona de Jindalba Boardwalk. La ruta muy chula e intensa, bastante nerviosos con los Casuarios. No en vano al poco rato de ir andando, llendo yo por delante, oigo movimiento y veo un ave muy grande a unos 5 metros. Todo nervioso digo: ¡¡Casuario!! Mi mujer que es bastante respetuosa con los animales peligrosos (por decirlo suavemente) se quiere volver por el camino que veníamos. Yo diciéndole que esperase a ver qué hace y que no parece un casuario, sino un emú ya que ni tiene la cresta ni cabeza azul y el pelaje es marroncete. Mi mujer me dice si no es la hembra, que a lo mejor es solo el macho el que tiene los colores vivos. Ahí me deja pillado, pero le digo que no, que seguro que es un emú. Al final lo bordeamos tras hacerle muchas fotos que no valen ni un duro. Con los nervios no configuro bien la máquina. Seguimos el camino, muy recomendable por cierto, bastante atento a todo. Otro momento nervioso fue cuando vi a lo que parecían dos polluelos en un lecho. A ver si van a ser las crías del casuario y la madre está por ahí cerca y se dice que en esos momentos es cuando son más peligrosos. Con mi mujer dispuesta a salir en sentido contrario, aparecieron dos australianos y menos mal. Nos pusimos a hablar con ellos y nos dijeron que eran Talégalos de Reinhardt, muy típicos de la zona. Luego le enseñé las fotos que hice del emú y me lo confirmaron. Ellos hoy no habían visto el casuario pero sí ayer un par de veces, una al lado de la carretera, tal como me lo mostraron en una foto de su cámara. Seguimos la ruta y la finalizamos una hora y media después del comienzo. Decir que luego repasando las fotos y viendo en internet fotos de emús y casuarios jóvenes lo que nosotros vimos y estuvimos al lado fue un casuario joven. Y nos fuimos de Australia maldiciendo nuestra mala suerte por no haberlo visto. Se reconoce porque aunque no tenga la cresta sí que no tiene pelaje en la zona como los emúes. Además sus patas son más cortas.
Excursión Jindalba Circuit Track. Casuario joven
Tras la excursión, nos fuimos directos hacia la zona de Cape Tribulation, a la cual llegamos sobre las 12:30. Allí tras aparcar hicimos el camino Kulki, donde se tiene unas vistas de la playa diferentes. Por el camino estuvimos un rato tratando de ver a un animal que oíamos moverse pero no logramos ver. Luego fuimos a la playa y andamos un poco por ella. Justo cuando volvíamos vimos de pasada al Varano arborícola (varanus varius) junto otro talégalo. En la zona de picnic nos sentamos para tomarnos nuestro lunch particular a base de patatas pringles y unas latas de arenques y mejillones y una cervecita. Allí estuvimos acompañados de más talégalos y pavos salvajes, atentos para llevarse algo.
Mirador Kulki. Cape tribulation. Varano arborícola. Talégalo de Reinhart (Megapodius Reinhart)
Tras la comida decidimos volvernos despacito por la carretera al ferry, mirando a ver si oteábamos al casuario. No hubo suerte. Estuvimos esperando un rato a que el ferry se pusiera en nuestra parte de la orilla y tras cruzar, fuimos al “local” de solarwhisper a esperar la salida del tour de los cocodrilos. Allí, en la espera nos obsequiaron con galletas y café. A las 15:30 salimos. La barcaza en el que iríamos unas 15 personas se empezó a mover por el río. Primero nos adentramos en uno de los afluentes del río Daintree y allí vimos a una especie de Martín Pescador. Con las ramas acariciando la barca dimos media vuelta y ya en el río principal vimos nuestro primer cocodrilo, muy chiquitito. El guía conductor nos dijo que tendría un año. Luego vimos ya a más cocodrilos, en el agua, tomando el Sol, e incluso vimos a Scarface el dueño de la zona que mide cerca de 5 metros. Tuvimos suerte y vimos a un par de pitones amatista australianas en la copa de los árboles. Es la serpiente más grande de Australia. También vimos bastantes aves. A mí la hora y cuarto que duró el tour me encantó. Y lo bueno de ser el último del día es que ya tendrán controlados los sitios en el que se encuentran hoy los animales. 28 AUD por persona que pagué con gusto.
Barcaza. Cocodrilos
Garza con pez. Martin Pescador Azur (Alcedo azurea). Suimanga espalda oliva (Cinnyris jugalaris en nido. Pitones amatista australianas (Morelia amethistina). Río Daintree: al fondo el ferry
Salimos cerca de las 17 horas de allí, ya dirección al hotel, al cual llegamos al anochecer. Tras la ducha y aprovechando que es viernes, decidimos hoy salir por ahí a darnos una vuelta por Palm Cove. Acabamos en Palm Cove Tavern, donde comimos y bebimos con música en directo y disfrutamos de nuestra última noche cálida, ya que mañana cogeríamos el avión para Adelaida para visitar la Isla Canguro.