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Después de la paliza del día anterior (o más bien de unas horas antes) y de haber dormido algo nos levantamos con el cuerpo aún machacado de tantas horas de bus. En principio nos habíamos planteado ir hasta Qom hoy pero no queremos ver ni un bus ni un coche en pintura. Así que vamos a dedicar el día para dar una vuelta por Teherán.
Estábamos de nuevo en Hod Hod Hotels, donde nos habíamos quedado cuando llegamos a Teherán y nuestro enorme apartamento estaba tan bien como el del comienzo del viaje.Eran casi las 12 cuando dejamos el apartamento y nos tomamos un buen capuccino en un tranquilo café de estilo europeo no muy lejos de allí.
Cogimos el metro hasta la estación Ferdowsi porque habíamos leído que era una buena zona comercial para comprar recuerdos pero no vimos gran cosa aunque comimos en un café con muy buena pinta donde a pesar de tener la carta en farsi nos las arreglamos para poder tomar un plato de pasta con bechamel, una maravilla después de tanto kebab y tanto arroz.
De nuevo en metro, llegamos a la torre Azadi, que ya habíamos intentado ver a la ida pero no habíamos podido porque nos habíamos equivocado de estación.
Desde ahí cogimos un taxi que nos llevó hasta la zona del bazar. No quedaba mucho para que cerraran sus tiendas pero aún así dimos una vuelta por él y disfrutamos del bullicio de la enorme cantidad de gente que había por allí. Nos tomamos uno de los últimos zumos de melón helados en la calle peatonal donde está la entrada principal del bazar y nos dedicamos a comprar azafrán, anacardos, pistachos y otros frutos secos para repartir entre la familia.
Conseguimos entrar a duras penas en un vagón de metro (que manera de empujar y de ir como sardinas en lata) y antes de llegar al hotel fuimos a un supermercado grande al que ya le habíamos echado el ojo y compramos 8 cajas de datiles para regalar a un precio baratísimo, nada que ver con el precio que tienen cajas similares en Dubai.
Como seguíamos como si nos hubiesen dado una paliza y necesitábamos descansar y dormir del tirón nos fuimos ya para el hotel a reponer fuerzas.
Estábamos de nuevo en Hod Hod Hotels, donde nos habíamos quedado cuando llegamos a Teherán y nuestro enorme apartamento estaba tan bien como el del comienzo del viaje.Eran casi las 12 cuando dejamos el apartamento y nos tomamos un buen capuccino en un tranquilo café de estilo europeo no muy lejos de allí.
Cogimos el metro hasta la estación Ferdowsi porque habíamos leído que era una buena zona comercial para comprar recuerdos pero no vimos gran cosa aunque comimos en un café con muy buena pinta donde a pesar de tener la carta en farsi nos las arreglamos para poder tomar un plato de pasta con bechamel, una maravilla después de tanto kebab y tanto arroz.
De nuevo en metro, llegamos a la torre Azadi, que ya habíamos intentado ver a la ida pero no habíamos podido porque nos habíamos equivocado de estación.
Desde ahí cogimos un taxi que nos llevó hasta la zona del bazar. No quedaba mucho para que cerraran sus tiendas pero aún así dimos una vuelta por él y disfrutamos del bullicio de la enorme cantidad de gente que había por allí. Nos tomamos uno de los últimos zumos de melón helados en la calle peatonal donde está la entrada principal del bazar y nos dedicamos a comprar azafrán, anacardos, pistachos y otros frutos secos para repartir entre la familia.
Conseguimos entrar a duras penas en un vagón de metro (que manera de empujar y de ir como sardinas en lata) y antes de llegar al hotel fuimos a un supermercado grande al que ya le habíamos echado el ojo y compramos 8 cajas de datiles para regalar a un precio baratísimo, nada que ver con el precio que tienen cajas similares en Dubai.
Como seguíamos como si nos hubiesen dado una paliza y necesitábamos descansar y dormir del tirón nos fuimos ya para el hotel a reponer fuerzas.
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