Tras nuestra última noche en el poblado de Dande, País Bassari, nos levantamos al amanecer, para empezar cuanto antes nuestra ruta hacia Cassamance.
Teníamos por delante un largo camino, primero bajar a pie la montaña, luego en coche hasta Kedougou, allí coger un sept-place hasta Tambacounda (volviendo a pasar por la carretera infernal del Parque Nacional de Niokolo), y desde ahi, hacia el sur del país, hasta Cap Skirring. El camino nos depararía una sorpresa que haría que todos nuestros planes se fueran al traste... habíamos olvidado que estábamos en Senegal, un país donde puede pasar de todo

Tras llegar a Tambacounda, con las piernas entumecidas de ir 4 horas de cuclillas en la parte trasera de un sept-place, negociamos con uno de los conductores el ir en taxi privado hasta Cap Skirring, creo que nos salió por unos 40 o 60€ por persona. Teníamos por delante casi 7h de viaje, así que preferíamos ir cómodos en lo que quedaba de viaje.
Todo iba perfecto... buena carretera, buena velocidad, hasta que poco antes de llegar a Velingara, el coche dijo "aquí me quedo". Raro era que con el nivel que tenían los coches en Senegal, ninguno nos hubiera dejado tirados hasta el momento. Mal íbamos si ya empezábamos con retrasos en un viaje ya de por sí bastante apurado de tiempo. Tirados en mitad de la carretera, estuvimos alrededor de 30-45 minutos esperando a que viniera un colega de nuestro taxista a remolcarnos. Enganchó el taxi con una cuerda, y tiró de nosotros hasta el pueblo.
Una vez llegados a la estación de autobuses de Velingara, empezó el 'show'. Nosotros habíamos pagado por un viaje hasta Cap Skirring, y ahora el viaje lo debíamos continuar con otro taxista, el problema es que del dinero pagado, una parte se lo queda el "jefecillo" o "coordinador" en Tambacounda, el que nos buscó el taxista, otra parte se la queda nuestro taxista, y otra parte había ido a la gasolina para llegar el depósito. Claro, con lo que quedaba de dinero, ninguno estaba dispuesto a llevarnos hasta Cap Skirring.
Debo decir que si bien nos ponían pegas, (querían que pagásemos más), en ningún momento tomaron la actitud de "aquí os quedáis" o "buscaros la vida", que perfectamente podrían haber tomado. Se preocuparon por, entre todos, buscar una solución. Estuvimos como media hora discutiendo con los taxistas de allí, el jefecillo de la cuadrilla, y hasta con uno que pasaba por allí y que hablaba inglés (el único), que nos hacia de intermediario. Discutían entre ellos a gritos, se intentaban convencer unos a otros, negociaban con nosotros y entre ellos.... un cuadro

Finalmente, pusimos un poco más de dinero, y acordamos llegar en sept-place hasta Kolda, y una vez allí el taxi se vaciaría y el taxista nos llevaría directos a Cap Skirring.
Tras quedarnos a solas con él, el taxista empezó a tomar una actitud de lo más borde, nos intentaba hacer entender que el taxi tenía algún problema, que se estaba haciendo tarde... no le entendíamos muy bien, y además se molestaba por eso, porque no le entendiéramos. En algún momento paró el taxi, y se salió a mandar sms con el movil, no nos explicaba que pasaba, le preguntábamos y nos daba unas explicaciones muy parcas. No entendíamos qué estaba pasando. Fue la única vez durante todo el viaje por Senegal que nos preocupamos, no temíamos que nos fuera a pasar nada malo, pero estaba anocheciendo, el taxista iba cada vez más lento, hacía paradas sin venir a cuento, y no nos explicaba nada, además de la actitud borde.
Finalmente, llegamos a un punto donde había un control militar, con unos troncos cortando la carretera, el taxista nos dijo que la carretera estaba cortada, y que la abrirían por la mañana, que ahí nos quedábamos a pasar la noche

Nos bajamos del taxi, y fuimos a hablar con el militar, un chavalillo que no medía más de metro y medio, pesaría unos 50k y tenía cara de no haber roto un plato en su vida. Nos explicó que efectivamente la carretera estaba cortada y que la abrirían al amanecer, intentamos convencerle, que si turistas españoles, que si teníamos hotel en CapSkirring, que si Cristiano Ronaldo y Messi... no hubo forma

Vimos que no éramos los únicos, había un par más de sept-places y otro par de camiones, y ahí todo el mundo parecía ver la situación como lo más normal del mundo, de hecho la gente se preparaba para dormir allí, muchos al raso, otros buscaban acoplarse en chozas de la zona. Nuestro taxista se fue a cenar y después sacó su colchonetilla, la puso sobre la carretera, y se preparaba para echarse a dormir, tras hacer sus rezos. Casualmente, ya estaba de buen humor.
Así que nada, asumimos el panorama, y no nos tocó más remedio que pasar la noche en un coche mugroso y andrajoso, en mitad de la nada, y en la más absoluta de las oscuridades. Menos mal que el Ministerio de Exteriores español recomienda no salir a la calle en Senegal de noche, y mucho menos circular por carretera

Amaneció temprano (menos mal), y pudimos continuar nuestro camino hasta Zinguinchor. Allí nuestro taxista nos dijo que el coche no aguantaba más, y nos buscaría otro taxista, pero que él le daría parte de su dinero así no teníamos que pagar más. Una vez más, los senegaleses haciendo gala de su honestidad y honradez

Con nuestro siguiente y último taxista, y tras más de 24h de viaje por carretera, por fin llegamos a Cap Skirring!
Allí nos esperaba la maravillosa dueña de nuestro hotel, "Le Tortue Bleu", donde pasaríamos 3 noches y nos prometimos a nosotros mismos que nos limitaríamos a tumbarnos en la playa a descansar

La mujer nos preparó un desayuno maravilloso: fruta, yogur, zumos, café, embutidos, pan, tortilla, croissants, nutella... que después de la pesadilla de día anterior, nos vino como caído del cielo. Le contamos lo que nos había pasado, y la mujer nos dijo que no hacía falta que le pagáramos la noche perdida

Los 3 días en Cap Skirring, los pasamos descansando y disfrutando de la playa. No éramos los únicos en disfrutar de aquel paraíso:
Las vacas lo sabían bien! jaja
Quizá no le sacamos todo el partido que ofrece Cassamance, pero tras una semana por toda la costa senegalesa, los 3 días en el país bassari, y la paliza de viaje hasta Cap Skirring, nos limitamos a disfrutar de la playa, eso sí, con largos paseos. Llegamos a cruzar la frontera con Guinea Bissau, por la playa, y darnos un bañito en sus aguas. Menos mal que no apareció ninguna patrullera, ya que íbamos con el bañador y sin siquiera el pasaporte o dinero.

Cap Skirring es una zona turística, por lo tanto tiene variedad de restaurantes y bares, aunque la época en la que estábamos (temporada baja), lo hacía estar muy muy tranquilo. Como veis en las fotos, apenas se ve gente. Un chico que conocimos por allí, nos comentó que había comprado pasajes para volar desde allí hasta Dakar, en una agencia local, que por lo visto por internet no se anuncian pero allí puedes acceder a esa posibilidad, le costó unos 100€. Eso sí, desconozco si finalmente pudo volar o en qué condiciones

Tras pasar 3 días descansando en Cap Skirring, dimos por concluida nuestra experiencia senegalesa, y partimos hacia la frontera con Gambia.