Día 22: Brisbane-Adelaida, el salto hacia el sur

Seis de la mañana, la aventura por Queensland en compañía de nuestra fiel mega-frago llega a su fin. Hoy es día de cambio: volaremos desde el calorcito tropical y sub-tropical de la costa este australiana a la zona sur, donde todavía aprieta el invierno


El tramo de la ruta por el sur de Australia decidimos hacerlo en coche + bungalows o moteles en lugar de alquilar otra campervan por varios motivos: por un lado, al hacer frío en esa zona pensamos que sería menos confortable hacerlo en camper que en la cálida y preparada costa este. Por otro lado, el precio del ferry para cruzar desde Cape Jervis a Kangaroo Island también varía en función del tipo de vehículo embarcado. Y, finalmente, pensamos que para el tramo final de The Grampians y la Great Ocean Road sería más práctico y ágil circular en coche, que siempre es algo más rápido que ir con la casa a cuestas, por mucho que nos guste esa forma de viajar

Así que, con gran pena en nuestro corazón por tener que separarnos de la mega-frago

Hacia las 8:30 dejamos el camping y llenamos el depósito en la gasolinera que había justo al lado. Luego nos nos dirigimos al local de limpieza de coches que nos habían indicado el día anterior. Llegamos y primera en la frente

Empezamos a dar vueltas y nada, que no encontramos el sitio. A estas alturas va pasando el tiempo y empiezo a ponerme nerviosa, ya que tenemos que entregar la campervan, que la revisen y llegar hasta el aeropuerto, y no sé exactamente cuanto tiempo llevará hacer todos los trámites. Así que finalmente abandonamos y decidimos devolver la mega-frago tal como estaba, pagando lo que corresponda por la limpieza (hay que decir que tan mal no estaba, pero un buen manguerazo sí que necesitaba la pobre).
Nos dirigimos hacia las oficinas de Apollo y Cheapa Campa en Brisbane, están muy cerquita del aeropuerto y no es necesario entrar en la ciudad, así que no hemos pagado ningún peaje en todo nuestro itinerario por Queensland. Una vez allí hacen la revisión pertinente y, ¡sorpresa!, todo correcto… está limpia y lo encuentran todo muy bien



El mismo personal de Cheapa Campa nos llama un taxi que en 5 minutos está allí y el aeropuerto está muy cerca, a unos 7 km (5- 10 minutos de trayecto aproximadamente). Tomamos un café en un bar frente al aeropuerto y a las 12 ya podemos hacer el check in en las máquinas (también se imprimen las tarjetas para el equipaje). Una vez correctamente identificadas, las maletas se depositan en las cintas y se las llevan automáticamente. Muy fácil y rápido todo. Pasamos el control en un momento, me resulta curioso que me hagan unas pruebas para ver si llevamos explosivos pero sin embargo en ningún momento nos piden el pasaporte o algún otro documento identificativo…


El vuelo sale a las 14 h puntual y al final esto es lo único que hemos visto de Brisbane:


Pero como las ciudades no son lo nuestro, ninguna queja

Tras recoger equipaje llamamos a Jucy, la compañía de alquiler del coche y nos vienen a recoger justo delante de la terminal. Son casi las 5 y hay bastantes coches, es hora punta en Adelaida. Cuando llegamos a la oficina, ya está cerrada, pero lo habíamos dejado todo pagado y arreglado para hacer la entrega fuera de horas, así que no hay problema: los encargados del párking donde se encuentra la oficina nos entregan la documentación y las llaves del coche, y nos indican donde se encuentra aparcado.
Así que salimos raudos y veloces por la carretera que baja desde Adelaida hacia el sur, concretamente hacia Cape Jervis, donde al día siguiente tomaríamos el ferry. Salimos de Adelaida hacia las 17:15 y en teoría había 45 minutos de ruta hasta el alojamiento que habíamos reservado en Aldinga Beach, a medio camino entre Adelaida y Cape Jervis. Como os decía, no queríamos conducir de noche por el tema de los animales que saltan a la carretera y por eso decidimos quedarnos a mitad de camino y cruzar con el ferry a primera hora al día siguiente. Había muchos coches y algunas retenciones de salida de Adelaida, así que finalmente hicimos sobre 1 hora de trayecto hasta nuestro bungalow en el Aldinga Beach Holiday Park, donde llegamos prácticamente de noche (aunque no del todo).
De nuevo, no hay nadie en la oficina del camping, pero nos han dejado un sobre con las llaves de la “cabin” y las instrucciones. Nuestro alojamiento es un pequeño bungalow con bastantes años encima, pero suficiente para salvar la noche: tenemos una cocina-comedor, habitación y baño privado. También un pequeño porche con una mesa y sillas que, obviamente, no podemos usar: hace un frío del copón



Día 23: De Cape Jervis a Kangaroo Island y primer día en la isla
Bienvenidos a un nuevo día en el país del fin del mundo, quien avisa no es traidor: en esta etapa os espera una sobredosis de fotos de fauna australiana. Sin duda una de las mejores experiencias del viaje, pasar tres días en Kangaroo Island. ¡Imprescindible para amantes de la naturaleza y la fauna!
Por primera vez en muchos días hemos dormido en una cama normal y no en la mega-frago, pero eso no nos impide seguir levantándonos a las 6 de la mañana y desayunar con este amigo (y otros como él) en la puerta de casa


Durante la noche ha llovido, no sabemos como evolucionará el tiempo durante el día pero de momento pinta frío y nublado. Salimos del alojamiento hacia las 7:15 y el paisaje es precioso, es muy recomendable si se tiene tiempo pasar un par de días en esta zona, la llamada península de Flerurieu. Hay bastantes actividades para hacer, entre ellas visitar alguna bodega y degustar los vinos de McLaren Vale, pero nosotros tuvimos que descartarlo por falta de días (sí que degustamos el vino en privado, pero no visitamos bodegas

Por la carretera avisan que puede haber fauna cerca, y comprobamos que no se equivocan: un canguro salta a la carretera y va botando delante nuestro durante un buen tramo, hasta volver hacia el campo de nuevo. Por suerte era de día y lo vimos desde lejos, pero no quiero imaginar si nos llega a pasar esto de noche, así que vuelvo a recomendar que intentéis no conducir a partir del atardecer y hay que vigilar muchísimo a primera hora de la mañana, cuando también están muy activos. Aquí el reportaje gráfico:



Hacia las 8:10 llegamos a la terminal de ferry SeaLink en Cape Jervis, no tiene pérdida. Os dejo la web con los precios y también una recomendación: en la misma web del ferry podéis contratar los pasajes para cruzar ida y vuelta a Kangaroo Island los pasajeros y el vehículo, así como el alojamiento en la isla. Si lo hacéis así, todo en pack, obtendréis un descuento. En nuestro caso reservamos 2 noches en el Western KI Caravan Park, un alojamiento muy recomendable y cercano al Flinders Chase National Park, donde hay más abundancia de fauna. Pues bien: al reservar mediante SeaLink nos hicieron un descuento de 20 dólares por noche, en lugar de los 120 dólares establecidos por una cabina para dos personas nos cobraron cada noche a 100. Eso supone un ahorro de unos 30 euros, que bienvenidos son

www.sealink.com.au/
Y la web del alojamiento, de los mejores del viaje, sin duda un lugar maravilloso:
www.westernki.com.au/
Zarpamos a las 9 y son 45 minutos de trayecto, que se hace muy llevaderos. Por el camino existe la posibilidad de ver ballenas o delfines, pero en nuestro caso no hay suerte y no los vemos. Éste es el mapa de la isla, nuestra idea era hacer la parte sur el primer día nada más cruzar, dedicar el día siguiente por entero al Flinders Chase National Park y ya el último día visitar la zona norte y volver a cruzar en ferry por la tarde hasta Cape Jervis:

Desembarcamos en Penneshaw y lo primero que hacemos es ir a un supermercado a comprar provisiones. Atención: ¡peligro, clavada considerable! La comida en la isla es carísima, evidentemente por la situación y la falta de infraestructuras del lugar (que, por otro lado, es parte de su encanto). Así que os recomiendo hacer el avituallamiento en la península, antes de tomar el ferry (aunque en la zona de Cape Jervis no vi supermercados).
Una vez bien abastecidos para nuestros días en la preciosa isla, nos ponemos en marcha hacia el primer punto de interés: Seal Bay, donde visitaríamos la colonia de leones marinos australianos. Más información aquí:
www.environment.sa.gov.au/ ...albay/home
Por el camino el paisaje es precioso y prácticamente no circula ningún vehículo, la mayor parte del tiempo vamos solos por la carretera. Está todo muy poco explotado y parece un lugar muy auténtico, donde todo va a otro ritmo distinto… Ya en el tramo final llegando a Seal Bay vemos un equidna cruzando la carretera



Un animal muy curioso, no podemos fotografiarlo mejor porque iba bastante a piñón para esconderse de nosotros… Junto con el ornitorrinco, el equidna es una de las dos especies de monotremas endémicas de Australia y es toda una experiencia (y una suerte) poder verlo

En Seal Bay hay dos opciones: recorrer un “boardwalk” por cuenta propia, acercándote hasta una pasarela sobre la playa donde están las focas (16 AUD/persona) o bien hacer una visita guiada que permite bajar hasta la playa misma pero cuesta 35 AUD/persona, aunque seguramente te explican muchas cosas sobre las focas y debe de ser interesante. No sabemos si tendremos suerte y habrá muchas focas cerca de la pasarela o no, pero decidimos arriesgarnos a ir por libre y ahorrar un poco

Vamos bajando por el camino con toda la incertidumbre del mundo, deseando que por favor haya alguna foquita cerca, y, efectivamente: ya desde la distancia vemos varias focas junto a la plataforma del final! Cuando nos acercamos vemos que hay muchas más, machos enormes o bien hembras con sus crías. ¡Están realmente muy cerca!








Se exhiben graciosamente ante nosotros, como dueñas de la playa que son:




Fotos y más fotos, no podría decir cuantas llegamos a hacer, casi quemo la cámara…




El paisaje desde el inicio de la pasarela y desde un mirador cercano tampoco está nada mal



Finalmente seguimos nuestro camino hacia la parte oeste de la isla, donde está nuestro alojamiento, a la entrada del Flinders Chase National Park. Por el camino paramos a ver las dunas de Little Sahara, aunque las vemos rapidito y seguimos:


Cerca de Vivonne Bay paramos a repostar gasolina, va muy cara pero no nos queda otra, no creemos que podamos aguantar los tres días sin rellenar el depósito. Aunque todavía es bastante pronto, decidimos ir ya hacia el Western KI Caravan Park y llegamos hacia las 16 al camping.
Los propietarios son muy amables, nos explican las dos caminatas que se pueden hacer por los alrededores del camping y nos dan las llaves. En caso de necesidad podéis comprar en el mismo camping algunas cosas de alimentación básicas, por ejemplo cerveza


Tras instalarnos salimos a hacer el Koala Walk del camping, y ha sido todo un éxito: ¡hemos visto hasta 8 koalas! Aquí os dejo unas foticos de los posados que conseguimos, y de algún que otro “robado”






En esta ruta también hemos visto ualabíes (Tammar Wallabies) y canguros. De nuevo, los pobres sufren el acoso sin tregua de dos guiris psicópatas de la cámara. Cangurillos





Y ualabíes




Posteriormente hacemos el Lagoon Walk, que da la vuelta a la laguna cercana, donde también vemos wallabies, canguros y hasta un koala despistado. Más momentos inmortalizados, aunque las fotos no son muy buenas porque empezaba a haber falta de luz:




En total estamos casi dos horas entre las dos caminatas, no porque sean muy largas, que no lo son, sino porque nos pasamos un montón de rato observando a los bichitos que encontramos a lo largo de ellas




Hacia las 18 ya es de noche, así que decidimos ir a instalarnos a nuestra confortable cabaña, que ya apetece. Al día siguiente nos esperaba otra gran jornada explorando el Flinders Chase National Park, una maravilla natural repleta de fauna y paisajes impresionantes como las Remarkable Rocks.
Día 24: Kangaroo Island, explorando el Flinders Chase National Park

Seis de la mañana y en marcha. Hoy tocaba explorar el Flinders Chase National Park, en el lado oeste de la isla: una maravilla para los amantes de la naturaleza y la fauna, con abundantes senderos por el interior y un paisaje costero espectacular, incluyendo las curiosísimas Remarkable Rocks y el Admirals Arch

www.environment.sa.gov.au/ ...ional-park

Nuestro alojamiento se encuentra a diez minutos en coche del Visitor Centre, así que nos plantamos allí bien temprano y nada más bajar del coche nos alegran el día: un koala andando (bueno, corriendo) por el suelo!




El Visitor Centre abre a las nueve, así que dejamos el dinero en un buzón de la entrada (11 AUD por persona) y colocamos la etiqueta identificativa en el coche, para que vean que hemos pagado. En esta zona hay varias caminatas para hacer, de distintas duraciones. Nosotros hacemos las dos siguientes:
- Black Swamp Hike: un loop de 9 km, tardamos unas 3 horas porque nos entretuvimos muchísimo viendo fauna. Es prácticamente plano casi todo el rato y no entraña ninguna dificultad. Durante esta ruta vimos ualabíes, canguros, multitud de aves y un koala.


Los canguros estaban por los lados del camino marcado o bien en medio del camino, vimos bastantes y muy de cerca. Aquí os pongo las fotos de algún tramo de la ruta:





Y encontronazos al girar algún recodo donde no se sabe quién es el más sorprendido


- Heritage Walk: apenas 1’5 km muy cerca del Visitor Centre, pero estuvimos unos 30 minutos porque fue donde vimos más cantidad de koalas. En este trail también se ven ualabies, canguros y koalas (vimos 5). También nos encontramos con un equidna, pero estaba bastante escondido, hecho una bola, pobrete. Sesión fotográfica:



"Estos guiris ya no nos dejan ni comer tranquilos"


Además, por todos lados había una especie de pajarracos con el pico amarillo, se llaman “Cape Barren Geese” (un tipo de ganso). Sueltan unos gruñidos considerables, muy poco apropiados a su aspecto


Como ya habréis notado por las fotos, no hacía demasiado buen día, el cielo estaba gris y lleno de nubarrones que no presagiaban nada bueno… En un principio me fastidió bastante porque las fotos no quedan tan bien con esa iluminación tan complicada, pero luego por lo que leímos parece ser que el mal tiempo nos favoreció de cara a ver más canguros y ualabíes, ya que normalmente estos están activos a primera y última hora del día, cuando el sol está bajo, y no es tan fácil verlos en los prados cuando pega el sol de lleno. Así que no hay mal que por bien no venga… También es cierto que por la época del año en que estábamos y las temperaturas fresquitas, quizá los hubiéramos visto igualmente bajo un sol de justicia, pero no lo tengo claro.


Hacia las 12 cogemos el coche y conducimos unos 15 km (20 minutos) hasta las Remarkable Rocks, unas formaciones graníticas impresionantes que hay junto al mar, esculpidas por el viento y el océano.
Ya de camino el paisaje costero tan abrupto y salvaje es espectacular:

Y qué decir de las Remarkable Rocks, donde hicimos nuestro picnic prácticamente solos:




Las imágenes hablan por sí mismas:



Por suerte durante este rato ha salido el sol y así se pueden apreciar mejor los increíbles colores.
Vuelta al coche y 5 minutos más de carretera nos llevan a otra zona del parque, el Cape du Couedic, donde hacemos otra mini-caminata hasta el Admirals Arch, otra maravilla de la naturaleza formada debido a la fuerza del océano. La caminata del Admirals Arch es de 1 km, unos 15 minutos aproximadamente. Desde allí, aparte de un paisaje costero maravilloso se puede ver también una colonia de focas de Nueva Zelanda (que no tienen nada que ver con los leones marinos de Seal Bay). Aquí intentamos aprender a distinguir los leones marinos australianos de Seal Bay de las focas de Nueva Zelanda del Admiral’s Arch, pero nada, a día de hoy os digo que sigo sin poder diferenciarlos…




Aquí tenemos a las foquitas, como siempre, machos peleando, unas tomando el solete, otras jugando…



En teoría los leones marinos son de color más claro y más tranquilos que las focas. Éstas tienden a bañarse más que los leones marinos porque tienen una capa de piel más gruesa que las protege bien del frío del agua. Y efectivamente, había muchísimas focas jugando en el agua, nadando y saltando. Todo un espectáculo!




Para acabar bien el día en el Flinders Chase National Park allí mismo, bastante cerquita, hacemos otra ruta corta, el Lighthouse heritage trail, de 600 m y 10 minutos, pero donde podemos ver esto:

Es bastante temprano, pero decidimos volver ya hacia el camping y poner una lavadora y secadora, que ya lo vamos necesitando. Y mientras las tareas domésticas se van haciendo, volvemos a recorrer el Koala Walk y el Lagoon Walk, para despedirnos de los ualabíes, canguros y koalas del camping. Esta vez solo hemos visto 5 koalas, ayer vimos más, pero no está nada mal. Lo que sí vemos es un peque subiendo a lomos de su mami, no se aprecia muy bien pero aquí tenemos la evolución fotográfica del proceso:

Anochece en el Western KI Caravan Park y nos retiramos a nuestra acogedora cabaña, despidiendo el día con estas vistas:

Duchita, cena y a dormir, que al día siguiente tocaba hacer el camino de vuelta hacia el ferry y cruzar de nuevo a la península. Se acercaba el final del viaje, pero nos consolaba saber que todavía quedaban dos platos fuertes, The Grampians y la Great Ocean Road


Día 25: Kangaroo Island- Cape Jervis
Nos levantamos hacia las 6:30 en nuestro bungalow del Western KI Caravan Park, donde tan a gusto habíamos estado



Para nosotros fue todo un privilegio poder despertarnos con canguros junto a nuestra cabaña, aunque después veríamos que esto no es nada comparado con otras zonas de Australia como The Grampians, donde hay auténticas manadas de canguros en los campos cercanos a los alojamientos

Antes de marcharnos volvimos a hacer el Koala Walk por última vez para despedirnos de nuestros anfitriones koalas, pero solamente vimos a dos. Así que partimos, primero dirección oeste y luego hacia el norte, con la intención de recorrer la costa norte de la isla parando en puntos como Stokes Bay, Emu Bay y Kingscote antes de regresar a Penneshaw para tomar el ferry por la tarde.
En nuestra ruta hacia la costa norte atravesamos km y km de Flinders Chase National Park y no vimos prácticamente nada ni a nadie, únicamente bosque y varias aves. Por suerte no se nos cruzó ningún canguro. Tuvimos mala suerte con el tiempo: estaba terriblemente nublado y la sensación era de frío bastante intenso

Por el camino hacia Stokes Bay pasamos por una zona que nos recordó a la vecina Nueva Zelanda



Llegamos a Stokes Bay y para llegar a la playa desde el párking hay que recorrer un pequeño camino que pasa entre las rocas, por sitios algo estrechos. Pero una vez allí, la playa es preciosa, aunque echamos de menos el sol:




Después decidimos seguir hacia la carretera principal, dirección a Kingsote y Emu Bay. Durante ese día, aunque era domingo, encontramos poquísima gente en la isla, prácticamente no nos cruzamos con nadie en la carretera. Los únicos seres vivientes que había eran estos


Por el camino paramos en un pueblecito llamado Parndana a tomar un café y comprar algo de pan (a precio de oro, como no). No nos dolió tanto porque tuvimos una interesante conversación con la señora que llevaba el negocio, era muy simpática y nos contó un montón de cosas sobre la zona, como por ejemplo que el inglés de la zona de Adelaida era más claro (más puro, por decirlo de alguna manera) porque fue una zona no repoblada por presidiarios, sino por descendientes de alemanes, entre otros. Su marido era de Melbourne y ella de Adelaida, y antes de ser pareja parece ser que la consideraba una pija…

Seguimos hasta Emu Bay, una preciosa playa de arena blanca y agua cristalina, pero que se ve deslucida por la falta de sol



No queríamos quedarnos sin comer y sospechábamos que los horarios dominicales en Kangaroo Island igual no eran muy amplios, así que sin más tardanza decidimos seguir hacia Kingscote (e hicimos bien). Cominos en un Deli-Librería del pueblo, no vimos nada más abierto. Imagino que en temporada de verano habrá más oferta de locales de restauración operativos, pero al ser su invierno, no era el caso.
Después de comer dimos una vuelta por Kingscote, pero hacía frío y parecía que iba a llover, así que decidimos intentar tomar el ferry de las 16:30 si había plazas libres, ya que nosotros teníamos reservado el de las 19 pensando en aprovechar al máximo en la isla si hacia buen tiempo.
En el trayecto Kingscote-Penneshaw paramos cerca de American River, en un lago donde vimos algunos cisnes negros:


Ya cerca de Penneshaw se veían bastantes canguros en los campos junto a la carretera, comiendo tan tranquilos, ajenos a los guiris que los acechaban. Llegamos al embarcadero del ferry casi una hora antes de la salida y preguntamos si había plaza: estaba completo, pero nos pusieron en lista de espera y si quedaba algún hueco una vez hubieran entrado todos los que tenían reserva, nos colocarían a nosotros.
Para hacer tiempo nos acercamos a la playa de al lado, donde en teoría se pueden ver pingüinos, pero no vimos ninguno. La señora del bar de Parndana ya nos había advertido de que quedan muy pocos y solo es fácil verlos por la noche en tours organizados, si hay suerte. Así que el único pingüino que vimos fue éste


Finalmente… bingo!


Subimos a un mirador que había cerca del embarcadero y se veía esto (están algo quemadas por el sol, pero para que os hagáis una idea de las vistas y el solaco que picaba):


Me hubiera gustado quedarme a ver la puesta de sol, pero teníamos que encontrar el alojamiento y preferimos hacerlo con luz, que ya nos conocemos…

capejervisstation.com.au/
Finalmente hicimos el check-in y nos instalamos en nuestra habitación: era una especie de estudio con cama, una zona de comedor en la misma habitación, una mini-cocina con nevera, microondas, tostadora y hervidor de agua y el baño aparte. El alojamiento se veía bastante antiguo, pero estaba bien. Tenía calefacción y aire acondicionado, y, lo que más enamoró: manta eléctrica individual!


Nos hicimos una buena cenita y vimos un par de programas australianos raritos en la tele, no sin antes acercarnos a ver la puesta de sol desde la linde del camping. No tengo buenas fotos, así que no comparto ninguna por vuestro propio bien.
Y a disfrutar de la manta eléctrica, que al día siguiente nos esperaba un largo camino hacia The Grampians, el lugar con más canguros por metro cuadrado que vimos a lo largo de nuestro viaje
