Dalyan y las tumbas de los reyes Kaunos ✏️ Travel Journeys of Turkey

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Estamos en Dalyan. Hemos venido hasta aquí para ver las ruinas y tumbas de Kaunos.
Anoche cuando llegamos las vimos iluminadas majestuosas al otro lado del río y hoy las hemos explorado.
En el embarcadero de Dalyan hay barcos que hacen rutas por las islas, van a la playa de las tortugas y a una playa en la que la gente se pone barro en la piel , pero ahora en invierno no funcionan. Lo que sí hay es una barca con un hombre que te cruza al otro lado por 5Lt. Hemos cruzado y empezado a andar por un camino rodeado de casas con gallinas, cabras y muchos limoneros. Por fin hemos encontrado la entrada para ver las tumbas, al lado de un cementerio, pero estaba cerrado. Le hemos preguntado a un hombre que pasaba y nos ha dicho que “is close and forbiden , dangerous”. ¡Vaya! En esta parte de Turquía hay muchos terremotos y las tumbas no están muy bien conservadas así que se pueden caer trozos y piedras y por eso no dejan acercarse. Decidimos seguir andando hasta llegar a la ruinas de Kaunos y por el camino nos encontramos a una mujer que nos dijo que a las tumbas grandes no se podía subir pero que a las más pequeñas se podía llegar por un sendero. No lo pensamos dos veces fuimos por el sendero que efectivamente llevaba hasta los pies de la montaña donde están las tumbas y las pudimos ver bastante de cerca.

El sendero poco a poco iba subiendo por encima de las tumbas más pequeñas y las vistas iban siendo cada vez más bonitas. Se veía el río abajo y las ruinas de Kaunos en la montaña de enfrente. Seguimos subiendo y de repente nos encontramos con dos mujeres que estaban sentadas en el suelo cogiendo aceitunas y metiéndolas en botes.

Ni ellas sabían Español, ni nosotros Turco pero terminamos tomando té con ellas y entendimos que nos dijeron que si seguíamos por el camino llegaríamos a lo alto del monte justo encima de las tumbas grandes, pero que era hacer la cabra. Eso lo dedujimos porque nos dijeron algo así como que ese camino solo lo hacen las cabras. Nos reímos mucho y seguimos un poco más por el camino, pero es verdad que era para cabras, pero para cabras escaladoras porque había tramos que se ponía imposible, así que cuando decidimos que las vistas eran bonitas y que ya habíamos andado mucho nos dimos la vuelta y regresamos. Todo esto lo hicimos en compañía de un perro muy bonito que desde que llegamos en la barca salió por la valla de una casa y se vino con nosotros.
Cuando regresamos al embarcadero el perro volvió a meterse en la casa de la que había salido. El barquero nos volvió a cruzar al otro lado y fuimos a buscar un sitio donde comer porque ya era tarde.
Fuimos a comer a Ortaca qué es un poco más grande que Dalyan, además en Dalyan casi todo está cerrado. Hoy muchos restaurantes y cafés y se ve que son para verano.

El resto de la tarde la pasamos de “ road trip” yendo a las playas cercanas, paseando y disfrutando de la tranquilidad.
Antes de ir a dormir volvímos al embarcadero para ver las tumbas iluminadas.

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