Esta noche la hemos pasado navegando y cuando nos hemos despertado ya habíamos atracado en un muelle de Bonn. Podríamos decir que hemos empezado oficialmente el crucero. Otro día que hemos madrugado: a las 7:45 empieza el desayuno y a las 9:00 tenemos que estar en el muelle, con nuestra audioguia y con el plano de la ciudad en nuestras manos. Eso sí, antes de desayunar un paseo por cubierta.
Curiosamente, cuando empezamos nuestro recorrido hacia el centro de la ciudad, atracado junto a nuestro barco está el Moby-Dick Bonn, un barco que recorre el Rhin, con forma de ballena. Según nos comentó Javier, que es nuestro guía en la visita de esta ciudad, en él se celebran hasta bodas.

Después de un breve recorrido por el paseo que discurre entre el Rhin y unos pequeños jardines, llegamos a la zona de alter Zoll. Se trata de un antiguo bastión, cubierto totalmente de piedra. En la zona superior, ajardinada, hay unos cañones de principios del siglo XIX regalados a Bonn por el emperador Guillermo I, además de varias esculturas y memoriales.

Esta zona ajardinada es el Hofgarten. Aquí se encuentra el impresionante Kurfürstliches Schloss, antigua residencia de los príncipes electores de Colonia desde 1597 hasta la ocupación napoleónica. Actualmente acoge la Universidad.

La verdad es que desde cualquier punto del centro de la ciudad se ve esta edificación. No nos extraña que cuando empezó nuestro tiempo libre, Javier nos dijera que, para volver al barco, buscásemos este Palacio: no tiene pérdida. En esta foto, únicamente se ve una de las alas.
El ala este está ocupado por el Ägyptisches Museum, al que se accede por Koblenzer Tor, una puerta barroca preciosa. Esta zona del palacio era un archivo y una sala de reuniones de los Caballeros de San Miguel, y por eso su estatua está en la fachada que da al parque. Junto a ésta, están las personificaciones de las cuatro virtudes de la orden de San Miguel: la piedad, la perseverancia, la fuerza y la lealtad.


Justo al otro lado del Hofgarten se sitúa el antiguo Anatomie, un palacete neoclásico, que alberga el Akademisches Kunstmuseum en el que se expone, entre otras obras, una colección de copias en escayola de esculturas antiguas.

Y llegamos a Münsterplatz, una de las mayores plazas de la ciudad, es el centro. Aquí se celebra el mercado semanal, como hoy, de aquí que todo esté lleno de coches.
El edificio más importante es la Catedral de San Martín, románica, del siglo XI. Parece ser que la fundadora de la primera iglesia fue Santa Elena, madre del emperador Constantino el Grande, que tuvo que ser una gran viajera, fundando iglesias (¡madre mía, fundó iglesias por toda Europa!).


Según cuenta la leyenda, en la iglesia se hallaba el mausoleo de los mártires cristianos San Casio y San Florencio, aunque no está probado. Eran los cabecillas de los legionarios romanos que se negaron a seguir las instrucciones del emperador Maximiano Hercúleo que ordenó asesinar a cristianos. Los que rehusaron cumplir las órdenes fueron asesinados y convertidos en mártires. En honor a ellos podemos ver dos grandes cabezas cerca del ábside.

En el interior de la catedral, aunque hay elementos góticos y románicos, predomina el barroco. Aquí encontramos tesoros como dos altares de mármol. El púlpito es rococó. En la nave central se encuentra una estatua de bronce de Santa Elena, mientras que el tabernáculo renacentista se encuentra en el coro occidental.



Enseguida llegamos a Münsterplatz, donde se encuentra el palacio Fürstenberg, que en la actualidad es la oficina de correos o Postamt.

En el centro de la plaza está la estatua de bronce de Ludwig Van Beethoven, inaugurada para celebrar el 75 aniversario de su nacimiento. Unos años antes surgió la idea de levantar un monumento a Beethoven, pero hasta ese momento no existía tradición de levantar monumentos a figuras de la cultura. Personajes como Luis I de Baviera, Robert Schumann,… crearon una asociación para recaudar dinero. Pero el que más trabajó para conseguirlo fue Franz Liszt, que llegó a organizar varios conciertos y a donar más de 10.000 francos de la época (todo un "pastizal"). Si esto pasa en España, no llega a destinarse ni la mitad de lo recaudado.

Desde aquí llegamos a Marktplaz, la plaza del mercado, que tiene su origen en el siglo XI. Está rodeada de edificios con comercios y restaurantes. En el centro hay una fuente con un obelisco. Y damos fe de que todavía hoy, se celebra aquí el mercado: puestos ambulantes con espárragos, verdura, embutidos, salchichas… Lo que echo de menos en este viaje es pasear por los mercados y coger lo que nos apetece para la cena. Aún recordamos las cerezas de Atenas, las fresas de Lisboa...


El edificio que más destaca de la plaza es el Ayuntamiento o Altes Rathaus, con una vistosa fachada rococó. Como prácticamente todo en esta zona, fue dañado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero se restauró muy pronto, en 1949, cuando Bonn se convirtió en la capital de la República Federal Alemana. Aquí se pronunciaron discursos históricos y se recibieron visitas de estado, como la de Charles De Gaulle, John F. Kennedy o Mijaíl Gorbachov. Todos los jefes de Estado han escrito su nombre en el Libro de Oro de la ciudad.
Nosotros no hemos firmado en el Libro, ni hemos pronunciado ningún discurso, pero en la escalinata sí que hemos estado, como si de unos mandatarios se tratara (al fin y al cabo somos los que mandamos en nuestra casa).
Junto al Ayuntamiento, pared con pared, está el restaurante Em Höttche, el más antiguo de la ciudad, que data de 1389. Aquí se celebró la boda entre el Arzobispo Elector de Colonia y una joven de la ciudad. Por amor, el Elector se convirtió al calvinismo, religión de la novia, y anunció la paridad religiosa en el electorado, lo que provocó la Guerra de Colonia. ¡La que ha liao el pollito!

Frente al Ayuntamiento, en el pavimento de la Marktplatz, se encuentra el Monumento en memoria de la quema de libros. En mayo de 2013, para conmemorar el 80 aniversario de la quema de libros realizada por los nazis el 10 de mayo de 1933, se colocaron en el pavimento unas placas con nombres de autores que fueron censurados durante la época Nazi. También hay allí dentro de una caja, enterrados, se guardan ejemplares de estos autores. La llave la tiene el alcalde la ciudad que se la da a los diferentes colegios para que puedan leer esos libros y añadir más libros a la caja. Su objetivo es que no se vuelva a repetir.

Desde aquí nos vamos a Bonngasse. A su inicio, desde 2005, se ha instalado una especie de “paseo de la Fama”, con paneles de vidrio iluminado, empotrados en el pavimento, donde se rinde homenaje a personas que han nacido o han trabajado en Bonn. Ejemplo de esto es Willy Brandt, político socialdemócrata, que aunque nació en Lübeck, residió en Bonn cuando fue Canciller de la RFA entre 1969 y 1974. En el número 20 de esta calle está la Beethoven-Haus, la casa que vio nacer a Ludwig van Beethoven en 1770. ¡Ah! y también está la iglesia donde fue bautizado Beethoven.




A nosotros nos vino a visitar el mismísimo Beethoven, y allí, en plena calle, organizó un coro. Este Gabriel, el animador del crucero, consigue lo que se propone.
A partir de este momento tenemos tiempo libre. Descartada desde el primer momento la visita de la Casa de Beethoven, nos dirigimos a la Sterntor o Puerta de la Estrella, que fue reconstruida junto con los restos de la muralla medieval. Muy cerca está el llamado Bonner Löwe, una fuente compuesta por una copia de una columna de época romana, coronada por un león. Este animal era el símbolo de los arzobispos electores y de los Príncipes electores de Colonia.


Esta zona mantiene el trazado medieval, incluso muchos edificios tienen placas con las denominaciones en la Edad Media (los números de las calles fueros introducidos en la época de ocupación napoleónica).
En Dreieck hay una pequeña fuente junto a una histórica casa de vigas de madera entramadas, la Knusperhäuschens, que hoy en día acoge una multinacional del té. La verdad es que es tentadora la imagen de sentarnos a tomar uno, pero… un cortadito sí que necesitamos.

Después visitamos el Poppelsdolfer Schloss, que actualmente es sede de la Universidad. Tiene un jardín botánico que, al parecer, es muy bello, pero no podemos visitarlo: tenemos el tiempo justo para regresar al barco, ya que a las 13:30 zarpa rumbo a Linz.

De regreso pasamos de nuevo por el Hofgarten, que tiene su origen en el siglo XVII, cuando fue creado como jardín de la residencia de uno de los Príncipes electores. También pasamos junto a la Anatomie y … aligeremos el paso o nos quedamos en tierra.
Mientras llega nuestro turno de comidas, decidimos descansar en la cubierta: hay que aprovechar el solete que hace. Y por lo visto no ha sido sólo idea nuestra, porque, junto al jacuzzi, nos reunimos con nuestros compañeros de mesa y con el grupo de Vilafranca.
El Rhin nos ofrece las vistas de algunos de los castillos que hay en sus proximidades, como el Schloss Stolzenfels.


En el km. 633, mientras comemos, nos encontramos con las ruinas del Puente Ludendorff o de Remagen. Por aquí pasaba la línea férrea y unía Remagen y Erpel. Se convirtió en un emblema de la zona después de que, durante la segunda guerra mundial, fuera tomado por las Fuerzas aliadas. En las torres que hay en Remagen se ha instalado el Museo de la Paz. Según comenta Javier, hay una placa con una frase pronunciada por el primer Canciller de Alemania tras la guerra, Konrad Adenauer “la paz sin libertad no es paz”.


Una vez atracamos en Linz Am Rhein, a las 16:30 empieza nuestra vista a la ciudad. Eso sí, antes, Gabriel nos recuerda que hoy tenemos cena de piratas y que, a partir de las 18:30, podemos pasar por el Salón Panorámico para confeccionar nuestros complementos.

Linz Am Rhein es una ciudad muy colorista, con un gran número de calles antiguas bien conservadas, con casas de entramado de madera, muchas de ellas del siglo XVI. En fin un lugar para pasar la tarde y disfrutar.

Para acceder a la ciudad antigua, atravesamos la Rheintor, la puerta del Rhin, con la antigua casa de la aduana. Tiene marcas de crecidas impresionantes tanto en el interior como en el exterior. Además hay varios escudos del Príncipe elector de Colonia, Ernesto de Baviera.


Muy cerca está otra de las torres, la Pulverturm, la torre de la esquina de la antigua fortaleza la la ciudad.

Atravesando la Rheintor se llega a Burgplatz, la plaza del castillo, que está rodeada por varios edificios históricos, como el castillo o una casa de vigas entramadas, con la fachada verde, que tiene una salida de emergencia en la primera planta, que se utilizaba para salvarse durante las crecidas del ríos.


En el centro de la plaza está la Linzer Strünzer, que representa a un hombre hablando y, a sus pies, un pez con la boca abierta. Al parecer simboliza a los habitantes de la ciudad, que tienen fama de exagerar mucho. Se puede decir que “por la boca muere el pez”.

El Castillo fue construido en el siglo XI como fortaleza aduanera, aunque de esa época queda bien poco. En 1984 fue restaurado.

Paseando por sus calles se ve como muchas de sus casas mantienen el entramado en forma de X, que según nos comenta Roser, nuestra guía de esta tarde, sirve para reducir las dilataciones y contracciones de la madera. En las fachadas también hay frases en los entablamentos que, muchas veces son filosóficas.



Pronto llegamos a Marktplaz, que es el centro de la ciudad antigua. Aquí está el Ayuntamiento, ante el que se encuentra la columna de Mariensaulen y la fuente Ratsherrenbrunnen. Está rodeada de un círculo de casas de cinco siglos diferentes. Por cierto, la fuente Ratsherrenbrunnen representa al pueblo y al consejo y tiene la función de recordad a los políticos que el pueblo siempre está pendiente de su trabajo. Voto para que se ponga una igual delante del Congreso de los diputados, del Parlament de Catalunya, del…



Un poco más adelante está Buttermarkt, donde hay una fuente que recuerda a las mujeres que, desde 1642 hasta los años 30 del siglo XX, ofrecían aquí sus mercancías. Los adoquines blancos simbolizan la corriente Mühlenbach, que hasta mediados del siglo XIX corría por la ciudad (de hecho, por algún tramo todavía puede verse agua). Enfrente de la caja de ahorros hay una casa barroca de paredes entramadas, con adornos de diferentes tipos, como el hombre salvaje, la cruz de San Antonio…


Roser nos enseña una puerta de lo más curiosa, con un código para saber quien llama: 4 golpes el niño, 5 golpes la suegra…

En muchas casas alemanas hay una inscripción en la parte superior de las puertas. Resulta que es una antigua costumbre para la fiesta de la Epifanía, el día de Reyes. Un grupo de niños, los Sternsinger, que son bendecidos por el cura de la iglesia, van a las casas cantando villancicos, y son ellos los que escriben con una tiza, también bendecida, la inscripción en las puertas. A estos niños se les da una limosna que va dirigida a ayudar a otros niños.

¿Qué significa 20+C+M+B+15? Los dos primeros números son con los que empieza el año. C+M+B son las primeras letras de la frase en latín Christus mansionem benedicat, es decir, Jesús bendice esta casa. Las dos últimas cifras, son los dos últimos números del año. Con esta inscripción la casa queda bendecida. Otra teoría indica que las letras son las iniciales de los Reyes Magos Caspar, Melchior y Balthasar.
Al final de la calle está la Neutor, una de las puertas de la ciudad. En el arco hay una escultura de bronce, der Linzer Klapperjunge, el “matraqueador”, que simboliza la costumbre de reemplazar el sonido de las campanas por el sonido de la matraca o carraca el día de Viernes Santo.


Muy cerca está la Iglesia parroquial de San Martin y de regreso al barco nos encontramos, de casualidad, con la iglesia de Marienkirche, una mole de hormigón sin ninguna gracia, pero que guarda una joya: el famoso Altar de la Madonna, del siglo XV.


Y, tras un breve descanso en Burgplatz, nos retiramos al barco, que tenemos que confeccionar nuestros adornos piratas.


