Para hoy tenemos previstas muchas horas de carretera por delante, tenemos que llegar hasta Fez, por lo que nos tomamos la ruta con tranquilidad. Nuestra idea es ir parando en sitios que nos resulten interesantes para estirar las piernas y poco más. El día comienza bien temprano contemplando el amanecer sentados sobre una de las grandes dunas. Nos tomamos un té rápido y montamos de nuevo en los camellos en dirección a nuestro Riad en el que nos está esperando un gran desayuno.
Venir hasta el desierto ha sido lo mejor de todo el viaje. En Desert Berber Fire-Camp nos han tratado muy bien, hemos compartido muy buenos momentos con Yousef y su familia y han organizado todo perfecto, os lo recomendamos a todos. Sobre las 9 de la mañana nos ponemos en marcha.
La carretera es preciosa, al cabo de un rato comenzamos a introducirnos en el Valle del Ziz. Este valle cuenta con un larguísimo palmeral que va acompañando al río a lo largo de muchos kilómetros.
A medio camino, tras comenzar a cruzar montañas con mucha nieve, llegamos a Midelt.
Hacemos una parada y comemos muy bien y muy barato en uno de los bares que hay junto al borde de la carretera principal que cruza el pueblo.
Por el camino nos encontramos con el Parque Nacional de D´Iffrane, en el que se supone que hay monos salvajes. Hoy con tanta nieve parece que no están muy activos, aunque tampoco tuvimos mucho tiempo para encontrarlos porque cuando llevábamos 5 minutos caminando comenzó a llover.
Retrocedimos rápidamente hasta el coche y en menos de diez minutos estábamos metidos en una densa niebla en la que no se veía absolutamente nada.
Quedamos con los chicos de Trocadero en el hotel Ibis que está justo al lado de la estación de trenes de Fez. Todo fue perfecto con la compañía, incluso nos acercaron hasta la puerta de la medina en la que se encontraba nuestro Riad.
Aquí comenzó una experiencia un tanto desagradable pero que quiero contaros para evitar que os suceda lo mismo. Cuando se lee tantas veces en muchos sitios que no es recomendable caminar de noche por los callejones de la medina de Fez por algo será. Tenemos reservadas dos noches en Darelqdima, un Riad que lleva poco tiempo abierto y sólo tiene 3 referencias en booking (todas 10). Según Agoda, Booking y la propia web del Riad, éste se encuentra situado justo tras cruzar la puerta de la medina en la que nos acabamos de bajar.
Llegamos al lugar cargados con nuestras mochilas, pero nuestro alojamiento no aparecía por ningún sitio. Miramos por las dos calles más cercanas y ni rastro. Llamamos al número de teléfono que aparece en la reserva y la persona que responde al teléfono nos pregunta que en qué Riad tenemos hecha la reserva. Me suena un poco rara su pregunta dado que estoy llamando al propio Riad, le digo que estamos justo en la entrada a la medina que se encuentra junto al Riad y que por favor mande a alguien que venga a por nosotros, acto seguido nos cuelgan el teléfono. Sigo llamando al número pero ya nunca más nos volvieron a responder.
Mientras todo esto ocurre hay un chico con malas pintas que no para de incordiarnos diciendo que él sabe donde se encuentra nuestro Riad. Como no tenemos otra opción decidimos ir tras él, aunque no nos inspira ninguna confianza. Tras caminar 3 o 4 minutos por varios callejones, con la intención de desorientarnos, termina por llevarnos a casa de un colega suyo y nos dice que es nuestro Riad. Lo miro a la cara y le digo que si de verdad se piensa que soy tonto. Lo dejamos allí plantado y, por suerte, conseguimos recordar el camino de vuelta hasta la entrada a la medina de la que veníamos, mientras él nos va siguiendo.
Llegando a la puerta de la medina otro chico nos "intenta ayudar", éste parece tener mejores intenciones pero al final terminó haciendo exactamente lo mismo. Por un momento sí que llegamos a estar un poco asustados porque terminamos casi rodeados por 4 o 5 personas con malas pintas que no parecían tener muy buenas intenciones. Por suerte supimos mantener la calma y conseguimos salir de la zona sin que ocurriese nada. Nos librarnos del prenda que supuestamente nos quería ayudar gracias a que justo en la puerta de la medina por la que hemos entrado habíamos observado que había un gran hotel, nuestro objetivo era refugiarnos allí e intentar que alguien nos ayudara de verdad.
Los chicos de recepción del Hotel Palais de Faraj se portaron de manera increíble con nosotros. Nos vieron llegar un poco nerviosos por todo lo ocurrido, nos tranquilizaron y nos ayudaron en todo lo posible e intentaron contactar con nuestro Riad, pero a ellos tampoco les cogieron el teléfono. Yo lo único que tenía claro es que no iba a volver a salir andando por esa puerta para enfrentarme de nuevo con semejantes personajes por ahí sueltos. Por suerte en el Palais de Faraj tenían un par de habitaciones libres, el único problema era el precio, un cinco estrellas no entraba en nuestros planes. El director comercial del hotel, que estuvo con nosotros calmándonos desde el principio, me pidió que le acompañase para ver la habitación, la cual parecía un palacio. Le expliqué un poco nuestra situación y que esto no entraba en nuestros planes pero dada la amabilidad con la que nos están tratando y que nos están sacando de una situación complicada, estábamos dispuesto a hacer un esfuerzo y le comenté hasta dónde podíamos llegar. Él hizo una rebaja importante sobre el precio de la habitación y finalmente aceptamos encantados aunque se nos fuese un poco el presupuesto.
Me parece de justicia darle las gracias al Palais Faraj y a todos los que nos atendieron porque nos sacaron de un aprieto importante e hicieron todo lo posible por ayudarnos en todo momento.
Resumiendo, NO os recomiendo que caminéis de noche por los callejones de la medina. Una vez los comerciantes cierran sus tiendas, las calles se quedan solitarias y la medina de Fez se transforma por completo. Sobre todo no debéis hacerlo si vais cargados con vuestro equipaje, ya que te vuelves más indefenso, llamas más la atención y estos maleantes se dan cuenta que acabas de llegar a una ciudad que no conoces y que encima es un laberinto. Suelen esperar a los turistas en sitios claves, como las puertas de acceso a la medina o los callejones cercanos a las calles principales. Por supuesto no recomiendo a nadie el Riad que reservé en booking, algo me huele raro en torno a Darelqdima, sinceramente pienso que no existe y en caso de hacerlo el trato recibido ha sido pésimo, ya que me colgaron, dejaron de coger el teléfono y nos dejaron tirados de noche en plena calle.
Venir hasta el desierto ha sido lo mejor de todo el viaje. En Desert Berber Fire-Camp nos han tratado muy bien, hemos compartido muy buenos momentos con Yousef y su familia y han organizado todo perfecto, os lo recomendamos a todos. Sobre las 9 de la mañana nos ponemos en marcha.
La carretera es preciosa, al cabo de un rato comenzamos a introducirnos en el Valle del Ziz. Este valle cuenta con un larguísimo palmeral que va acompañando al río a lo largo de muchos kilómetros.
A medio camino, tras comenzar a cruzar montañas con mucha nieve, llegamos a Midelt.
Hacemos una parada y comemos muy bien y muy barato en uno de los bares que hay junto al borde de la carretera principal que cruza el pueblo.
Por el camino nos encontramos con el Parque Nacional de D´Iffrane, en el que se supone que hay monos salvajes. Hoy con tanta nieve parece que no están muy activos, aunque tampoco tuvimos mucho tiempo para encontrarlos porque cuando llevábamos 5 minutos caminando comenzó a llover.
Retrocedimos rápidamente hasta el coche y en menos de diez minutos estábamos metidos en una densa niebla en la que no se veía absolutamente nada.
Quedamos con los chicos de Trocadero en el hotel Ibis que está justo al lado de la estación de trenes de Fez. Todo fue perfecto con la compañía, incluso nos acercaron hasta la puerta de la medina en la que se encontraba nuestro Riad.
Aquí comenzó una experiencia un tanto desagradable pero que quiero contaros para evitar que os suceda lo mismo. Cuando se lee tantas veces en muchos sitios que no es recomendable caminar de noche por los callejones de la medina de Fez por algo será. Tenemos reservadas dos noches en Darelqdima, un Riad que lleva poco tiempo abierto y sólo tiene 3 referencias en booking (todas 10). Según Agoda, Booking y la propia web del Riad, éste se encuentra situado justo tras cruzar la puerta de la medina en la que nos acabamos de bajar.
Llegamos al lugar cargados con nuestras mochilas, pero nuestro alojamiento no aparecía por ningún sitio. Miramos por las dos calles más cercanas y ni rastro. Llamamos al número de teléfono que aparece en la reserva y la persona que responde al teléfono nos pregunta que en qué Riad tenemos hecha la reserva. Me suena un poco rara su pregunta dado que estoy llamando al propio Riad, le digo que estamos justo en la entrada a la medina que se encuentra junto al Riad y que por favor mande a alguien que venga a por nosotros, acto seguido nos cuelgan el teléfono. Sigo llamando al número pero ya nunca más nos volvieron a responder.
Mientras todo esto ocurre hay un chico con malas pintas que no para de incordiarnos diciendo que él sabe donde se encuentra nuestro Riad. Como no tenemos otra opción decidimos ir tras él, aunque no nos inspira ninguna confianza. Tras caminar 3 o 4 minutos por varios callejones, con la intención de desorientarnos, termina por llevarnos a casa de un colega suyo y nos dice que es nuestro Riad. Lo miro a la cara y le digo que si de verdad se piensa que soy tonto. Lo dejamos allí plantado y, por suerte, conseguimos recordar el camino de vuelta hasta la entrada a la medina de la que veníamos, mientras él nos va siguiendo.
Llegando a la puerta de la medina otro chico nos "intenta ayudar", éste parece tener mejores intenciones pero al final terminó haciendo exactamente lo mismo. Por un momento sí que llegamos a estar un poco asustados porque terminamos casi rodeados por 4 o 5 personas con malas pintas que no parecían tener muy buenas intenciones. Por suerte supimos mantener la calma y conseguimos salir de la zona sin que ocurriese nada. Nos librarnos del prenda que supuestamente nos quería ayudar gracias a que justo en la puerta de la medina por la que hemos entrado habíamos observado que había un gran hotel, nuestro objetivo era refugiarnos allí e intentar que alguien nos ayudara de verdad.
Los chicos de recepción del Hotel Palais de Faraj se portaron de manera increíble con nosotros. Nos vieron llegar un poco nerviosos por todo lo ocurrido, nos tranquilizaron y nos ayudaron en todo lo posible e intentaron contactar con nuestro Riad, pero a ellos tampoco les cogieron el teléfono. Yo lo único que tenía claro es que no iba a volver a salir andando por esa puerta para enfrentarme de nuevo con semejantes personajes por ahí sueltos. Por suerte en el Palais de Faraj tenían un par de habitaciones libres, el único problema era el precio, un cinco estrellas no entraba en nuestros planes. El director comercial del hotel, que estuvo con nosotros calmándonos desde el principio, me pidió que le acompañase para ver la habitación, la cual parecía un palacio. Le expliqué un poco nuestra situación y que esto no entraba en nuestros planes pero dada la amabilidad con la que nos están tratando y que nos están sacando de una situación complicada, estábamos dispuesto a hacer un esfuerzo y le comenté hasta dónde podíamos llegar. Él hizo una rebaja importante sobre el precio de la habitación y finalmente aceptamos encantados aunque se nos fuese un poco el presupuesto.
Me parece de justicia darle las gracias al Palais Faraj y a todos los que nos atendieron porque nos sacaron de un aprieto importante e hicieron todo lo posible por ayudarnos en todo momento.
Resumiendo, NO os recomiendo que caminéis de noche por los callejones de la medina. Una vez los comerciantes cierran sus tiendas, las calles se quedan solitarias y la medina de Fez se transforma por completo. Sobre todo no debéis hacerlo si vais cargados con vuestro equipaje, ya que te vuelves más indefenso, llamas más la atención y estos maleantes se dan cuenta que acabas de llegar a una ciudad que no conoces y que encima es un laberinto. Suelen esperar a los turistas en sitios claves, como las puertas de acceso a la medina o los callejones cercanos a las calles principales. Por supuesto no recomiendo a nadie el Riad que reservé en booking, algo me huele raro en torno a Darelqdima, sinceramente pienso que no existe y en caso de hacerlo el trato recibido ha sido pésimo, ya que me colgaron, dejaron de coger el teléfono y nos dejaron tirados de noche en plena calle.