Día 10: Hvammstangi-Thingeyri
Otra vez amanece un día soleado y poco ventoso. Parece mentira que vaya ser la parte más al norte de la isla la que mejor clima nos regale. Tras el desayuno en la propia habitación nos subimos el coche para comenzar el día en el que más kilómetros vamos recorrer de todos.
La primera parte del viaje la hacemos recorriendo el fiordo de Hrútafjörður. Salimos de Hvammstangi dejando el fiordo a nuestra derecha y una vez que alcanzamos su final giramos a la derecha para circular por la 68, hasta casi llegar a Hólmavík.
En esta zona no hay prácticamente poblaciones, sino granjas dispersas y muchas, muchas iglesias, que imagino que es donde la gente se reúne, porque no parece haber ninguna otra edificación. Nos llamó mucho la atención.
La primera parte del viaje la hacemos recorriendo el fiordo de Hrútafjörður. Salimos de Hvammstangi dejando el fiordo a nuestra derecha y una vez que alcanzamos su final giramos a la derecha para circular por la 68, hasta casi llegar a Hólmavík.
En esta zona no hay prácticamente poblaciones, sino granjas dispersas y muchas, muchas iglesias, que imagino que es donde la gente se reúne, porque no parece haber ninguna otra edificación. Nos llamó mucho la atención.
Como se ve en las fotos el día estaba genial y creo que así es la única manera de disfrutar de los fiordos del oeste, ya que tienen valor, sobretodo paisajístico. Esto con un día cubierto pierde mucho encanto.
Seguimos por la carretera 68 y estamos solos, no nos cruzamos con prácticamente ningún coche y pensamos otra vez "¿cómo se puede vivir tan aislado?", pero desde luego para nosotros es una pasada, no escuchar prácticamente nada más que el viento, ni siquiera olas, porque en los fiordos el agua está muy tranquila, aunque en el fondo de los fiordos hay mucha madera de deriva que trae la marea y también mucho plástico. Es lamentable que en un país en el que está todo tan limpio sea el propio mar el que llene sus costas con plástico.
Desde un alto podemos ver al otro lado la península de Drangsnes.
Seguimos por la carretera 68 y estamos solos, no nos cruzamos con prácticamente ningún coche y pensamos otra vez "¿cómo se puede vivir tan aislado?", pero desde luego para nosotros es una pasada, no escuchar prácticamente nada más que el viento, ni siquiera olas, porque en los fiordos el agua está muy tranquila, aunque en el fondo de los fiordos hay mucha madera de deriva que trae la marea y también mucho plástico. Es lamentable que en un país en el que está todo tan limpio sea el propio mar el que llene sus costas con plástico.
Desde un alto podemos ver al otro lado la península de Drangsnes.
Hasta Hólmavík todo el camino va alternando preciosos reflejos en las tranquilas aguas de los fiordos,
con iglesias en mitad de la nada
y paisajes marinos.
Un poco antes de llegar a Hólmavík se encuentra Sauðfjársetur Á Ströndum un museo de la cría de granjas. Nosotros no teníamos especial interés en verlo, pero habíamos leído que tenía un café donde daban pasteles caseros, así que paramos y probamos el de ruibarbo, que es una hierba. Estaba muy rico. Cuando habíamos terminado nos dice la señora que va a dar la leche a dos corderos de tres meses que está criando, que si la queríamos ayudar. La respuesta fue por supuesto sí, así que salió con dos botellas de medio litro de refresco con unas tetinas al final y nos las dio para que se las diéramos. Estas eran las criaturas:
Cuando abrió la puerta del establo donde estaban vinieron como dos toros, con una fuerza enorme y se despacharon la leche en menos de un minuto... Luego no se apartaban de nuestro lado porque querían más. pero ellos ya habían llenado la tripa, nosotros también, así que a continuar con el camino...
A partir de aquí la carretera 68 se convierte en la 61 y hace un tramo interior hasta que se llega al fondo de la bahía de Isafjarðardjúp. Siguiendo la carretera recorremos completo el primero de los fiordos interiores, Isafjörður y atravesamos sobre un puente el segundo, Mjóifjörður (sí, así se llamaba otro fiordo en este), para un poco más delante tener esta vistas del glaciar Drangajökull, al otro lado de la bahía. En esta parada aprovechamos para comer.
De nuevo rodeamos completamente Skötufjörður donde está Litlibær, una granja del XIX que actualmente es un café al lado de unas ruinas celtas.
También muy cerca hay una colonia de focas:
Aunque sin duda, las protagonistas del día siguen siendo las pequeñas iglesias.
De nuevo recorremos completo Hestfjörður, la mitad de Seyðisfjörður y Álftafjörður para finalmente llegar a Súðavík, donde se encuentra el Centro del Zorro Ártico. Tomamos un café y vimos un par de zorros de dos años que tienen allí en una jaula hasta que puedan liberarlos.
Finalmente llegamos a Ísafjörður, una de las ciudades más grandes del norte, con aeropuerto y puerto y un espectacular fiordo. El pueblo está lleno de casitas pintadas de colores, así que merece la pena dar un paseo.
Ya desde aquí seguimos hasta Þingeyri, que es el pueblo donde dormimos. La verdad es que el camino es muy curioso porque la carretera discurre por un túnel de un único carril pero por el que se puede circular en ambos sentidos, por lo que hay cada 200 metros, más o menos, hay un apartadero para ceder el paso al otro sentido. En el sentido en el que íbamos nosotros nos ha tocado ceder siempre el paso. Curioso.
Llegamos al hotel de Þingeyri, un hotel muy antiguo pero con la habitación grande y cómoda. Hemos salido a dar una vuelta y al llegar al puerto hemos visto llegar a los pescadores y descargar bacalao, para salir de nuevo a por más. La cena la hicimos en el Hotel Sandafell, una pizza casera. Después directamente a la cama. Hoy nos pesa tanto recorrido en coche.
Llegamos al hotel de Þingeyri, un hotel muy antiguo pero con la habitación grande y cómoda. Hemos salido a dar una vuelta y al llegar al puerto hemos visto llegar a los pescadores y descargar bacalao, para salir de nuevo a por más. La cena la hicimos en el Hotel Sandafell, una pizza casera. Después directamente a la cama. Hoy nos pesa tanto recorrido en coche.
ALOJAMIENTO ÞINGEYRI:
• The Guesthouse by the Fjord. No tiene web. Una casa de huéspedes al lado de la casa de los dueños. Edificio de madera muy antiguo, pero con las habitaciones grandes y limpias.
INFORMACIÓN:
• strandir.is
• westfjords.is