Hoy tocaba también día de coche, unas 6 horas hasta Bergen, así que tras desayunar tranquilamente esta vez sí en una mesa delante de nuestra cabaña (hacía otro día espectacular), cogimos el coche y ruta hacia Bergen.
Este día sí encontramos varias zonas de obras en la carretera que nos ralentizaron bastante.
Ya que teníamos coche, antes de devolverlo nos acercamos a ver la iglesia de Fantoft, para verla por fuera.

Devolvimos el coche sin más incidencias y nos dirigimos al centro para seguir paseando por Bergen.
Y descubrimos que en el día de llegada habíamos pasado por alto la fortaleza, pues estaba medio tapada por la feria, y ni la vimos, así que esta vez sí estuvimos paseando por allí e incluso viendo a un grupo de chavales que hacían combates simulados con espadas, lanzas,... en los que el objetivo era tocar al adversario. Entretenido.

Cenamos en el Pigvinen, dos platos de gastronomía local (estofado de ciervo y el Fisklakken, una mezcla de bacalao desmigado, patata y bacon, y dos cervezas, unos 650 NOK).
Fuimos a coger un café y un batido al Burger King y estuvimos un buen rato viendo una performance que consistía en la proyección de Frankestein con una orquesta que iba poniendo la música en directo. Espectacular.

Última visita al puerto y vuelta al hotel (también el Citibox Bergen del primer día) a preparar las maletas, que a la mañana siguiente nos tocaba coger el avión muy temprano.