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En este segundo día nos despertamos temprano ya que queríamos ver bastantes pueblos del Alentejo.
Desayunamos en una cafetería que encontramos abriendo cerca del hotel en Elvas.
Una vez finalizado el desayuno cogimos la maleta del hotel y fuimos a por el coche justo frente al hotel para dirigirnos a Juromenha. Tras unos 10-15 minutos por una carretera muy estrecha llegamos a nuestro primer destino.
Primero encontramos la pequeña aldea en la que actualmente viven los vecinos y tras este se encuentra la fortaleza en ruinas construida en el siglo XVII para la defensa contra España.
Está rodeada de una muralla abaluartada y el interior se encuentra en ruinas y abandonado (desde los años 20 del siglo pasado), lo que quizás le da un aire mas especial a este enclave.
Desde el interior se tienen unas magnificas vistas del rio Guadiana, frontera entre los dos países vecinos.
Dentro del recinto encontramos una capilla, una iglesia, el antiguo ayuntamiento y el castillo con su torre del homenaje. El castillo y la iglesia se encuentran en mejor estado aunque tampoco están del todo bien. Se puede subir a la torre del castillo para obtener mejores vistas de la fortaleza así como de sus alrededores.
Tras estar unos 45 minutos merodeando por la fortaleza (es gratis y se puede aparcar en la puerta) nos vamos hacía Evoramonte. Decidimos hacer la ruta al revés debido a los horarios de los monumentos que queríamos ver. Lo lógico hubiese sido ir a continuación a Monsaraz.
Tardamos tres cuartos de hora en llegar hasta Evoramonte. Tras pasar la puerta de la muralla se puede aparcar justo a la izquierda, aunque hay pocos sitios no debería de haber problema para aparcar dentro de las murallas.
Evoramonte es una pequeña aldea rodeada de una muralla medieval. Tiene unas pocas calles empedradas que hacen muy bonito el pequeño pueblo. Lo mas llamativo es su castillo del siglo XVI, decorado en el exterior con el símbolo de la casa de Bragança.
La entrada cuesta unos 2 euros y la visita no llevará mas de 30 minutos. Por fuera es bastante llamativo debido a su forma de inspiración italiana. Otra cosa a su favor son las vistas desde lo alto del castillo. El interior es un poco insulso, no tiene nada salvo las columnas y el techo abovedado con crucerías góticas.
Vuelta a la carretera en dirección Estremoz. Tardamos entre 15 y 20 minutos en llegar. Dejamos el coche en una puerta de acceso en la que había una explanada. Podíamos haberlo dejado mas cerca pero no sabia que me iba a encontrar dentro y preferí dejarlo ahí.
Entramos al pueblo por esa puerta (la Puerta de Evora) situada en la parte alta del mismo. Recorrimos un par de calles en ascenso y llegamos a otra puerta que daba acceso a otra parte amurallada. Al llegar a ese punto nos dimos cuenta de que había un festival medieval en el pueblo y estaba todo muy animado.
Al pasar esta segunda puerta hay una calle estrecha empedrada también en ascensión que da a la plaza principal de la zona alta y antigua del pueblo (Largo Dom Dinis). En esta calle hicimos una parada para tomar un refresco.
Ya en la plaza nos encontramos con mucha gente disfrazada, varios puestos con artesanías y otros puestos con comida. Había también una especie de teatro o un espectáculo de marionetas, no lo recuerdo bien.
En esta parte alta, en la plaza antes citada o muy cerca se encuentran muchos de los atractivos del pueblo.
Podemos ver por ejemplo el Museu Municipal Professor Joaquim Vermelho en donde encontramos un espacio sobre el pueblo con piezas de arte sacro, mobiliario, reconstrucciones de como eran las distintas estancias de una casa antigua en la zona y una colección de barrística de Estremoz. La entrada era muy barata y en poco rato se visita. Aunque si se va con poco tiempo se puede no entrar.
Muy cerca, en la parte izquierda de esta plaza se encuentra la Capilla de la Reina Santa Isabel. Es muy pequeñita pero es bastante bonita, esta rodeada por los típicos azulejos que encontrareis en todo Portugal y una serie de cuadros sobre la vida de la reina. Vale la pena visitarla.
Justo a un lado se encuentra el antiguo castillo que hoy es una pousada (los paradores de turismo en Portugal). Leimos que por dentro es muy bonita. Tiene una cafetería dentro donde puedes tomar algo y ver que tal es por dentro. Nosotros no lo hicimos.
Parte de este castillo es la torre del homenaje (torre de las Tres Coronas) que es lo que mas llama la atención en la plaza. Mide 27 metros de altura y esta hecha de mármol blanco. Muy bonita.
A la izquierda está la Igreja de Santa Maria (Igreja Matriz de Estremoz) que se encontraba cerrada ese día. Un poco mas a la izquierda vemos el Paços do Concelho Medieval (Galeria D. Dinis) es una especie de pequeña iglesia que tiene antes de entrar un corredor de columnatas góticas y ya dentro tiene una pequeña exposición.
Terminamos en esta plaza con una estatua de la Reina Santa Isabel en uno de los extremos.
Decidimos ir a la parte baja del pueblo donde se encuentra el Convento das Maltesas y la Iglesia de los Congregados pero ambas estaban cerradas ya que eran sobre las 2 de la tarde. Las vimos por fuera y subimos a comer en el mercado medieval que había en parte alta.
Comimos una especie de potaje de habas (habas de mayo), cerdo asado y un tipo de empanadilla de bacalao o algo así. Una vez terminada la comida fuimos a por el coche y nos dirigimos a Vila Viçosa.
En Vila Viçosa teníamos como objetivo visitar sobre todo el Paço Ducal y si nos daba tiempo el castillo.
Aparcamos justo en la grandísima plaza que hay en la entrada del Palacio Ducal. En medio de esta plaza hay una estatua de Joao IV. El aparcamiento es gratuito en esa zona. En un costado de la plaza hay bastante sitio para aparcar pero estaba lleno, no se si era gratuito.
El palacio se empezó a construir sobre el año 1500 para servir de residencia a la familia Bragança. Tuvo varias ampliaciones en los siglos XVI y XVII hasta tener el aspecto actual. La fachada tiene 110 metros de longitud.
La entrada cuesta 7 euros y dentro del palacio no se puede fotografiar. La visita se realiza guiada pero en portugués pasando por muchísimas salas todas ellas con muebles de época. Quizás lo mas llamativo es en el final de la visita las cocinas. Muy grandes y con una gran colección de utensilios.
Hay muchas salas en la visita y muchas son dignas de ver. A mi no me pareció cara la entrada, creo que merece la pena pero entiendo que es un precio elevado y a mucha gente le eche para atrás.
Al salir del palacio fuimos a ver el castillo aunque apenas paseamos un poco por los jardines interiores de la muralla y no llegamos a entrar al castillo en si. La construcción es del siglo XIII y era la casa de la familia Bragança antes de construir el Palacio Ducal. El castillo alberga el Museo de Arqueología y el Museo de caza. Ninguno nos llamaba mucho la atención y fuimos a tomar un café.
Después del descanso fuimos a por el coche y nos dirigimos hacia Monsaraz. Paramos en el camino para ver el Castillo de Terena. El pueblo es pequeño y con unas pendientes muy grandes. Nos costó encontrar el camino para llegar al Castillo.
Al llegar aparcamos en la puerta. Es un castillo pequeño y abandonado. Solo tiene la muralla y una puerta principal pero tiene su encanto.
Continuamos nuestro camino hasta Monsaraz. Nada mas llegar nos damos cuenta de que tiene algo especial. Dejamos el coche en un parking gratuito un poco mas abajo de la entrada al pueblo. Las calles y las casas parecen de verdad de otra época.
No sabemos si era por la hora o porque realmente es mucho mas turístico, pero había bastante mas gente que el resto de pueblos del alentejo que visitamos.
Como el día anterior, el cielo estaba poniéndose feo y solo pudimos dar unas vueltas por sus calles y ver por fuera el castillo. Lo suficiente para quedarnos maravillados.
Tenia en mente, antes de hacer el viaje, pasar por Mourao, pero el día estaba feo y ya era tarde.
Cogimos de nuevo el coche y nos fuimos camino de Evora donde pasaríamos la noche.
Habíamos reservado en el Hostel Raymundo. Tenía pensado aparcar a la entrada de la ciudad cerca del Arena de Evora que hay un parking al aire libre gratuito muy grande pero había algún evento y tuve que dejarlo un poco mas lejos.
Cogimos la maleta y fuimos hasta el hostel. Como puntos buenos tiene la situación, ya que llegas a cualquier parte en 10 min como mucho, que es bastante curioso y con buena decoración y el precio (30 euros la noche para dos en una habitación doble). Lo malo es que es un hostel que creo que está destinado a universitarios y había bastantes jóvenes, algunos montando un poco de jaleo y algunos un poco guarretes. Y claro al estar esta gente joven ya no era tan agradable compartir baño y ducha.
Otra cosa en su contra es que también tiene unas cuantas escaleras para llegar a las habitaciones.
En este alojamiento teníamos el desayuno, el cual nos dejaron a la noche en una bolsita en la puerta de la habitación. Contenía dos magdalenas, 2 piezas de fruta, mantequilla, tomate, mermelada, un brick de leche y dos capsulas de café para que te hicieses el café en la cocina común.
Salimos a cenar buscando un restaurante llamado Salsa Verde, que era vegano, pero en su lugar encontramos otro restaurante. El restaurante era Porque Nao? Why Not? y comimos normalito por unos 23 euros. Eso si, volvio a diluviar mientras estábamos cenando. Una vez dejo de llover y terminamos de cenar nos fuimos al hotel a descarsar para el siguiente día.
Y esto es todo por hoy. Mañana volvemos con otra etapa.
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