Para este Viernes Santos teníamos previsto hacer una pequeña ruta por el Valle de Liébana. En primer lugar, visitaríamos el Monasterio de Santo Toribio, aprovechando que es Año Santo Lebaniego; nos sorprendería la nieve en el Teleférico de Fuente Dé, y daríamos un paseo por la villa de Potes, por último nos acercaríamos al Centro de Interpretación “Sotama”
De camino al monasterio de Santo Toribio de Liébana, cruzamos con el coche el Desfiladero de la Hermida. Sus 21 kilómetros de longitud hace que sea considerado el desfiladero más grande de España. Es un auténtico espectáculo paisajístico que marca el límite de los Picos de Europa y nos da acceso al Valle de Liébana.
Cuenta con paredes verticales de roca caliza que parecen no tener fin con, alguna de ellas, 600 metros de altura; muchas de sus áreas están catalogadas dentro de la zona de especial protección para las aves (ZEPA).

Por poner alguna pega, se echa de menos algún apartadero en la parte más estrecha del desfiladero donde dejar el coche y poder disfrutar del paraje con total tranquilidad.

Finalmente llegamos al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, considerado como uno de los puntos religiosos más importantes para el catolicismo, pues entre sus reliquias, se encuentra el Lignum Crucis, el trozo más grande conocido de la cruz en la que se crucificó a Jesucristo.
La fama del monasterio fue creciendo hasta convertirlo en punto de paso obligado para muchos peregrinos que transitaban hacia Santiago de Compostela y no resistan la tentación de besar el madero en el que se clavó a Cristo.

Y más desde el momento que en el que el Papa Julio II otorgó el privilegio a Santo Toribio de Liébana para celebrar su propio año jubilar cada vez que el 16 de abril cayese en domingo. Es decir, la capacidad de redimir los pecados cometidos hasta la fecha. Debido a esta reliquia, este templo es uno de los pocos con año jubilar en el mundo, junto al de Santiago de Compostela, Roma, Jerusalén y Caravaca de la Cruz.

Las primitivas construcciones que conformarían el monasterio fueron sencillas, dentro del estilo prerrománico, quizás de estilo asturiano o mozárabe. En el año 1256, se construye la actual iglesia que sigue las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense, con la claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza a la arquitectura de la Orden de San Bernardo. Posee una cabecera de tres ábsides poligonales y un cuerpo de tres naves de similar altura. Todas las bóvedas son de crucería y algunas llevan nervios de refuerzo.


La escasa decoración se concentra en los capiteles. Los del ábside mayor llevan decoración figurada de cabezas humanas y de animales, el toro y el oso, que según la leyenda ayudaron a Santo Toribio a construir la iglesia. En el ábside central se venera la imagen de la Virgen de los Ángeles, del siglo XVI.

En el ábside del evangelio se conserva la estatua yacente de Santo Toribio., cuyos restos llegaron junto al “Lignum Crudis” y aquí levan guardándose desde el siglo VII.

Durante la Edad Moderna se inicia la decadencia del monasterio, al transformarse en parroquias un gran número de las iglesias lebaniegas que de él dependían, acabando su vida monástica con la desamortización de Mendizábal, en 1837. En 1960, tras la restauración del ruinoso edificio, se hace cargo de él una comunidad de PP. Franciscanos, que actualmente lo regenta.

La visita al monasterio y a la iglesia gótica se hace por libre, pudiendo ver la reliquia a las horas en punto, cuando abren la puerta de la capilla que lo alberga. También se puede entrar al claustro, donde hay una pequeña exposición sobre el Año Santo Libaniego, y a la tienda de recuerdos.

Continuamos la carretera que nos lleva el monasterio, y a penas a 1 km de distancia, llegamos a la Ermita de San Miguel. De la ermita Solamente se conserva del lugar el ábside o cabecera de planta rectangular, con bóveda y arco triunfal apuntado, que es característico del siglo XIII.

Junto a la ermita disponemos de un buen aparcamiento y unas de las mejores vistas de Liebana, por un lado se levanta todo el soberbio Macizo Oriental de Picos de Europa, por debajo pueblos esparcidos en las laderas de las montañas.

Al otro lado el pueblo de Potes y por encima la Sierra de Peña Sagra.

Cogimos el coche y nos dirigimos hacia Fuente Dé. Realmente, Fuente Dé no es un pueblo, es solo la estación inferior del teleférico que salvando 800m de desnivel nos sitúa en el corazón de los Picos de Europa. En Fuente Dé tenemos un Parador Nacional, Hotel, restaurantes, bares, camping y albergue.


Nuestra sorpresa al llegar fue encontrarnos con numerosa cantidad de nieve, y al mismo tiempo bastante frío. Fuimos a comprar las entradas para el Teleférico, y no tenían turno hasta las 2, por lo que decimos espera y comer allí. Para comer compramos unos bocadillos en la misma cafetería.

Mientras esperamos a que sean las dos, os comento algunos datos y curiosidades del Teleférico: El teleférico salva un desnivel de 753 metros. Alcanza en casi 4 minutos cota de 1847 msnm, lo que permite un rápido acceso al macizo Central de los Picos de Europa. El teleférico está compuesto de 1 tramo, con 2 secciones independientes, con un transportador en cada una de ellas, de funcionamiento independiente y con regulación de velocidad. El cable tiene una longitud de 1450 metros y las cabinas se desplazan a 10 metros por segundo. El de Fuente Dé es el más largo teleférico de Europa con tramo único.

También aprovechamos para dar una vuelta por los alrededores del Teleférico, donde pudimos apreciar la gran cantidad de nieve.
Finalmente llegaron las 2 y tomamos el teleférico hacia la base superior. Dentro del teleférico no se pasa ningún miedo, pues entre lo corto que es el trayecto y lo estable que va la cabina, no tenemos ninguna impresión mala, tan sólo que se nos taponen los oídos.

Al llegar arriba había una fuerte ventisca y estábamos a varios grados bajo cero, por lo que fuera del recinto no se podía estar. Únicamente fue a un mirador que había y intente llegar a una tienda de esquís y snowboards, pero la ventisca era tal que te obligaba ir a la cafetería.

Tras unos minutos, tomamos de nuevo el teleférico y nos dirigimos hacia la base inferior de Fuente Dé. Fue una pena que arriba no hiciese algo de mejor tiempo, porque desde allí arriba es posible hacer una ruta de senderismo que baja hasta la base.

Tomamos de nuevo el coche, y tras media hora de camino, llegamos a Potes, la capital de la comarca del Liébana. Una buena zona para aparcar el coche es cerca de la Antigua Iglesia de San Vicente, pues allí hay una explanada grande de aparcamiento y en la misma iglesia se localiza la oficina de turismo.

Llama la atención que en un pueblo pequeño como Potes tengan dos iglesias de San Vicente. La nueva es del siglo XX y está actualmente en uso, mientras que la vieja, del siglo XIV, es la actual oficina de turismo.

En la actualidad, en la Antigua Iglesia hay una exposición fotográfica de la situación de Siria.

Justo enfrente se alza la Iglesia Nueva de San Vicente, donde se siguen celebrando actos religiosos. Su exterior es muy sencillo, con una planta rectangular y dos torres de poca altura, siguiendo el estilo característico en piedra anaranjada tan típico de la zona.

El interior, de color blanco, tiene varios retablos barrocos procedentes del convento dominico de San Raimundo, así como varios altares dedicados a diferentes santos.
Junto a ambas, en un pequeño jardín, se encuentra el monumento dedicado a Jesús de Monasterio, violinista y compositor nacido en la villa que en la segunda mitad del siglo XX alcanzo renombre internacional.

No muy lejos de allí, se encuentra La Torre del Infantado, el edificio más emblemático de Potes, pues sorprende encontrarse con un torreón de semejante tamaño en un pueblo del norte, que no suelen estar fortificado.
Fue construida en el siglo XIV por la familia Lama, perteneciendo al Señor de Liébana, hermano del rey Enrique II. Tras diversos enfrentamientos por la posesión del señorío, en el siglo XVI fue a parar al Íñigo López, Marqués de Santillana, quedando finalmente en manos de los Duques de Osuna, quienes la vendieron en 1868.

Actualmente es un edificio de exposiciones, con una sala en el sótano usado como galería artística, y las cuatro plantas del interior con la exposición sobre el Beato de Liébana y sus Beatos. Además, se puede subir a lo alto de la torre, para tener unas excelentes vistas de Potes y de todo el valle. Decidimos no entrar, ya que había que pagar 3€, y tampoco no tenía mucho interés en la exposición, la verdad.

Justo enfrente tenemos el Puente de la Cárcel, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa.

Tras cruzar el puente llegamos a la Plaza Capitán Palacios. Es la plaza principal de Potes, es una bonita plaza porticada con mucho ambiente. En ella sobresale un templete de música.
Justo enfrente había un bar en el que paramos a tomar un café. Nos adentramos en la zona vieja con lugares muy pintorescos.

Dando un paseo salimos hacia el Río Deva, que discurre por el centro de Potes, atravesándolo en toda su longitud. Nace en Fuente Dé, en las laderas de los Picos de Europa, cuenta con una longitud de 60 km y su afluente más importante es el río Cares.


Se obtienen muy buenas fotos en esta zona.

Regresamos al punto de partida, y compramos algunos productos típicos de Cantabria, como pueden ser los famosos sobados o las quesadas.

Tras la visita a Potes, que nos llevaría aproximadamente dos horas y pico, tomamos de nuevo el coche en dirección a nuestro apartamento. Como íbamos bien de tiempo, decidimos hacer una parada en el Centro de Interpretacion “Sotama”, un centro de interpretación de los Picos de Europa, localizado en Tama (Cillórigo de Liébana. Cantabria). La entrada es gratuita.


La planta baja está cuenta con varias salas expositivas que constituyen un recorrido a través de las características del paisaje del Parque Nacional, su geomorfología, fauna y vegetación, sus redes fluviales…
Además, se ha recreado espacios característicos del Valle del Liébana; como la reproducción de un templo románico, una escenografía del Beato de Liébana, representaciones del interior de una vivienda, un cobertizo con la presentación de utensilios domésticos, etc.

Las demás plantas, no tienen nada de interés, siendo la ultima que se utiliza como mirador.
Tras esta visita, dimos por finalizado el día de hoy.