Hoy ha sido un día de grandes emociones.
Nos desplazamos en metro, que está cerca del apartamento, para visitar los Museos Vaticanos para los que teníamos reserva a las 9:00. No nos quedó más remedio que seleccionar lo que teníamos más interés de lugares que no recordábamos o que nos gustaron mucho cuando los vimos, como el torso belvedere, impiración para Miguel Ángel o el Laocoonte .
Si es la primera vez que se visita es recomendable echar todo el día allí, hay mucho y bueno por ver: Magnífica la colección de pintura, tanto la más clásica como la contemporánea. La galería Chiaramonti con hermosísimas esculturas romanas. El Museo gregoriano egipcio. El Museo Pío Florentino, donde encontraréis el soberbio Apolo de Belvedere y el ya mencionado Laocoonte. La sensacional galería de los mapas, en la que terminas con el cuello dolorido por la belleza de sus bóvedas. La capilla de Nicolás V con los frescos de Fray Angélico. El equilibrado patio renacentista Belvédere sobre proyecto de Bramante y posteriormente modificado y dividido, que también lo llaman de la Piña por la que allí se encuentra de bronce y que parece que procede del Panteón. La gran escalera con doble espiral helicoidal de Giuseppe Momo de 1932, que no hay que confundir con la de Bramante que es imposible de visitar ahora. Imprescindible las estancias de Rafael en los aposentos de Julio II, y en ellas sobre todo la espectacular Escuela de Atenas en la Sala de la Signatura, donde tenía el papa su biblioteca.
[align=center]Torso de Belvedere de Apolonio de Atenas, siglo I?
Nos desplazamos en metro, que está cerca del apartamento, para visitar los Museos Vaticanos para los que teníamos reserva a las 9:00. No nos quedó más remedio que seleccionar lo que teníamos más interés de lugares que no recordábamos o que nos gustaron mucho cuando los vimos, como el torso belvedere, impiración para Miguel Ángel o el Laocoonte .
Si es la primera vez que se visita es recomendable echar todo el día allí, hay mucho y bueno por ver: Magnífica la colección de pintura, tanto la más clásica como la contemporánea. La galería Chiaramonti con hermosísimas esculturas romanas. El Museo gregoriano egipcio. El Museo Pío Florentino, donde encontraréis el soberbio Apolo de Belvedere y el ya mencionado Laocoonte. La sensacional galería de los mapas, en la que terminas con el cuello dolorido por la belleza de sus bóvedas. La capilla de Nicolás V con los frescos de Fray Angélico. El equilibrado patio renacentista Belvédere sobre proyecto de Bramante y posteriormente modificado y dividido, que también lo llaman de la Piña por la que allí se encuentra de bronce y que parece que procede del Panteón. La gran escalera con doble espiral helicoidal de Giuseppe Momo de 1932, que no hay que confundir con la de Bramante que es imposible de visitar ahora. Imprescindible las estancias de Rafael en los aposentos de Julio II, y en ellas sobre todo la espectacular Escuela de Atenas en la Sala de la Signatura, donde tenía el papa su biblioteca.
[align=center]Torso de Belvedere de Apolonio de Atenas, siglo I?
Mi preferida y la de la mayoría de quienes hacen esta visita es la Capilla Sixtina, en la que experimente gran emoción al volver entrar y verla con sus colores renovados. Allí están las pinturas entre otros del genial Botticelli, de Lucas Signorelli (el de la pintura del Juicio Final en la capilla San Brizio de la Catedral de Orvieto y que Freud no conseguía recordar en una conversación, siendo uno de los ejemplos utilizados para lilustrar " el mecanismo psíquico de la desmemoria"), ¡y ahora me pongo a divagar! Vuelvo sobre los frescos de mi adorado Miguel Ángel , en el testero del Juicio Final y en la Bóveda, con la magnífica colección de sibilas, entre las que me vuelvo a encontrar con la délfica de nuevo ante mis ojos, (¡cómo me gustaba cuando era pequeña y la conseguí en una colección de cromos infantiles !), pues sí, se me saltaron las lágrimas. Una horita en la sala de bella contemplación siguiendo todas las pinturas con la guía de la capilla que habíamos comprado y con la suerte de encontrar asiento en ambos lados y al final otra parada justo frente a la sibila délfica. Visitar el renacimiento en Italia es todo un curso acelerado sobre Arte e Historia
Breve visita al Vaticano, sobre todo para admirar la magnífica cúpula y la Piedad juvenil de Miguel Ángel, ¿se nota que es mi preferido? La basílica siempre está a rebosar, y esta vez no subimos los 551 peldaños a la Cúpula, lo que recomiendo mucho de hacer por las espectaculares vistas pero empezando por esta visita el día para no tener que aguantar las infinitas colas que se forman.
[align=center]Guardia Suiza
Una delicia atravesar el puente de San Angelo, y dejamos para otra ocasión el Castillo de San Ángelo concebido inicialmente como mausoleo de Adriano. Preferimos callejear por el barrio judío. En el campo dei fiori ya estaban recogiendo el mercado y era un placer ver las alcachofas, los calabacines con sus flores, las frutas olorosas y el bullicio que lo rodeaba todo, sobresaliendo entre los toldos la escultura de Giordano Bruno, filosofo, matemático, poeta, astrónomo y teólogo que fue condenado a morir en la hoguera en esta plaza por la Inquisición por sus ideas, como decir que la tierra no era el centro del Universo, ¡cómo no hacerle nuestro personal homenaje! Un descanso en la bancada del Palacio Farnesse en la agradable plaza donde se encuentra, para comer nuestros bocadillos y unas peronis y terminar con unos ricos cafés machiattos y tartas en un tranquilo café del barrio, al que volveremos otro día, y del que hay no que perderse el trampantojo de Borromini en el Palacio Spada.
Hemos pasado la tarde en el Trastevere, siempre tan cercano, como una Triana que trajéramos en nuestro equipaje. No han faltado en este paseo iglesias basilicales con bellos mosaicos como la Iglesia de Santa María en la bella plaza llena de vida y de gente. La iglesia de Santa Cecilia que toma el nombre de la patricia romana martirizada, patrona de la música, en la que no hay que perderse la bellísima escultura de Stefano Maderno, (en la que pudo haberse inspirado Bernini para su beata Ludovica Albertoni que se encuentra en la cercana iglesia de San Francisco a Ripa) y las excavaciones de la antigua cripta y de restos de casas romanas. También entramos en San Crisógono, en la que también hemos hemos bajado a sus excavaciones, con casas romanas y la basílica paleocristiana previa a la actual...
Paseo de ida y vuelta con el bus eléctrico por el parque del Gianícolo, Roma a nuestros pies. Paramos en el Baptisterio de Bramante, que hemos visto desde el exterior porque esta vez también estaba cerrado, en la monumental fuente del agua Paola y en la estatua de Garibaldi. Al regreso cenamos en la famosa Pizzería Carlos Menta en el Trastevere, Vía della Lungaretta, 101, rica y barata.
La vuelta la hemos hecho andando por la romántica Isola Tiberina, dedicada a las artes médicas y a las que hemos pedido la pronta recuperación de la operación de ojos de nuestra amiga Remedios. Salimos al Teatro Marcello, que nos muestra parte de su hermosa estructura, terminada por Augusto en el siglo I, unido a las edificaciones que se levantaron en él, como el palacio renacentista con sus huellas del paso de los años; el Pórtico de Octavia, el Campidoglio y su hermoso balcón a los Foros iluminados, ¡vaya regalo de vuelta!
Mañana tenemos callejeo por el Celio, San Paolo fuori la mura, algún mercadillo y a ir despidiéndonos del Centro. Besos muchos y llenos de vida,[/align]