TRACK GPS DE LA RUTA
Último día del Otter Trail y último día del viaje.
Hoy recorremos en una etapa 23 de los 45 km que tiene el Otter Trail. La chicha de hoy es que hay que cruzar el río más gordo de todo el Otter, el Bloukrans River. El río solo se puede cruzar en marea baja, hoy la marea baja es a las 10:15 por lo que a esa hora hay que estar cruzando. Del campamento al río hay unos 10 km y según la guía se tardan en recorrer 5 horas. Nos hemos levantado a las 3:30 para comenzar a andar con la luz del amanecer a las 4:30. Al despertar nos hemos puesto a recoger y al preparar el desayuno ha sido cuando nos hemos dado cuenta de que nos faltaba un desayuno. Tontos de nosotros dejamos el desayuno en la mesa y hemos dormido con la puerta abierta así que viendo las pisadas de gineta que hay al rededor del campamento y las cagarrutas muy seguramente hoy una gineta ha desayunado mueslis con chocolate.
Tras compartir el desayuno nos ponemos en marcha. Son las 4:30, hay suficiente luz como par no usar el frontal. Vamos con tiempo de sobra pero aun así hemos salido los últimos. La gente yo creo que se ha pasado de madrugar. No hay ninguna necesidad de andar de noche ya que da tiempo de sobra de llegar al río. El camino va por el acantilado y por momentos a orillas del mar. Pasamos por calitas perfectas para el baño pero el frío no animaba.
El mejor momento ha sido en el kilómetro 7. Tras una subida, descanso mientras me fijo en el mar al tiempo que veo tres animales flotando, corriendo llamo a Belén, saco la cámara, pongo el teleobjetivo y cuando me pongo a buscar de nuevo lo que creía que eran focas me fijo bien y son nutrias!!! Por fin las vemos. Después de todo el trekking con la broma de buscar nutrias siguiendo las marcas del camino, que son huellas amarillas de nutrias, y bebiendo agua de los ríos que de lo amarilla que es decimos que es "Otter pee", nos encontramos por fin con las nutrias! Son un grupo de 3 nutrias. Están en el agua a merced de las olas, las tías se meten dentro y salen masticando cangrejos. Cuando no se meten en el agua se suben a las piedras para arrancar mejillones y comérselos hasta que, o bien se tiran al agua o viene una ola y las tiran al agua. Van de una piedra a otra, son muchísimo más grande de lo que imaginaba, marrones con la parte de abajo blanca. Cogen los cangrejos con las manitas y se los echan a la boca para masticarlos mirando para arriba. Son las 7 de la mañana y nos ponemos como tope para estar viéndolas las 7:15. Poco a poco las nutrias han ido moviéndose por el acantilado hasta que una ola se las ha comido y ha aparecido ya muy lejos. A las 7:15 continuamos la marcha con la alegría de haber visto las famosas Otter del Otter Trail.
Pongo el video que les hice en el que se ven mucho mejor
El camino continua con una subida buena por el bosque para aparecer en lo alto de la desembocadura del Bloukrans. Desde lo alto impresiona ver el río así. Llegamos a las 9:15 hemos tardado algo menos de 4 horas. El río aún está demasiado alto para cruzar. Es un río muy ancho encajonado en un cañón que se introduce en la montaña serpenteando. Al bajar la marea va apareciendo la arena pero el problema es en el lateral de la otra orilla donde la profundidad no permite hacer pie hasta la marea baja, o como mucho 30 minutos antes y 30 después. El problema de no hacer pie es que hay que nadar pero nadar aquí es un poco de locos porque el mar te traga y necesitas hacerlo atado así que, como no somos calleja, nos esperamos a las 10:15 para cruzarlo. En la ribera del río nos encontramos con el resto del grupo. La ribera es muy grande y permite recorrerla, tiene fotos muy chulas e incluso una cuevecita. Al rato de estar ahí se pone llover y nos refugiamos bajo las piedras. A las 10:45 las sudafricanas sacan un saco enorme y mete cada una sus mochilas. Se quedan en bañador y a los 10 minutos comienzan a andar por el rio con la mochila sujetándola por encima de la cabeza. Estas tías los tienen cuadraos. Ni se lo piensan. Avanzan un rato con el agua a media pierna hasta que llegan al canal que hay antes de las rocas por donde sigue el camino. Ahí se paran y ni cortas ni perezosas una tira la bola al agua y echa a andar con el agua por encima del pecho mientras la otra la sigue con su mochila en la cabeza. Al ver que cruzan aplaudimos todos y el resto empieza a prepararse. Al poco echan a andar los demás por el rio y nos quedamos Belén, yo y la mujer alemana mayor. Mientras nos preparamos vuelve uno de los sudafricanos para ayudar a cruzar a la mujer mayor. Metemos las cosas electrónicas en una bolsa estanca y en bragas y calzoncillos echamos a andar por el río con la mochila en la cabeza. Último superviviente total. Se anda muy bien hasta llegar al canal. El sudafricano que ha ayudado a la mujer mayor se ha venido arriba y ha vuelto a cruzar para ayudarnos a nosotros, le he dado mi bola estanca y siguiendo sus pasos hemos cruzado el canal. El agua nos llegaba justo por debajo del pecho. El agua corre negra del color rojizo que tiene y la corriente te empuja con fuerza. Aun así no es difícil cruzarlo más que por las piedras resbaladizas y llenas de mejillones que hay en la otra orilla.
Con el rio ya cruzado hay un momento de camaradería, la mujer mayor de lo agradecida que estaba se ha puesto a repartir salchichitas, del hambre que llevaba por culpa de la gineta me he terminado comiendo tres. La mujer tiene un mérito increíble por haber llegado aquí, pero viendo lo lenta que es y la dificultad que tiene al subir rocas creo que sin ayuda lo habría tenido jodido. De ahí que reparta salchichas con esa alegría. Desde el rio nos queda una hora y media hasta el campamento Andre, pasando primero por unas playas de bolos y finalmente una subida por bosque para bajar a la desembocadura del rio Klip donde se encuentra el campamento Andre. Según la guía aquí se haría noche. Pero cruzando el rio a las 10:15 y llegando al campamento de Andre a las 12 me parece tontería quedarse aquí. De Andre hasta el final del trekking en Nature’s Valley hay unos 7 km, eso son 3 horas en las que lo mas difícil es subir del refugio a lo alto del acantilado y desde ahí un llaneo con algún sube baja, que termina en la alto del acantilado de Nature’s Valley. Viendo eso decidí reservar una cabaña en Nature’s Valley y como a Andre hemos llegado a las 12 y poco decidimos descansar, comer una barrita y a las 12:45 seguimos la marcha.
Tras despedirnos del alemán y la suiza empezamos a subir atravesando primero el rio Klip de piedra en piedra. La subida al final es corta y termina en un mirado muy bonito con la desembocadura y los dos refugios a la orilla. El camino continua por un matorral lleno de flores y con las vistas a la costa de acantilados todo el rato. Vamos ya cansado y la mochila se clava hasta en el alma. Finalmente llegamos al final del acantilado desde el que se ve la inmensa playa de Nature’s Valley y su estuario. La vista es de las más bonitas del trekking. Bajamos hasta la playa y andamos por arena arrastrando ya los pies. La guía oficial pretende alargar esta última parte haciendo dar un rodeo de dos kilómetros por el bosque hasta llegar al parking pero si cruzar el estuario te ahorras esos dos kilómetros y además pasas rodeas el rio por la playa con unas vistas preciosas. La gente se baña en el rio, las críos juegan en el agua, perros corriendo, un sol buenísimo... Todo súper idílico, e incluso al llegar al final un grupo tiene unas carpas montadas con música a todo lo que da con una fiestón encima que para qué.
Por fin llegamos al camping de Nature’s Valley donde nos espera nuestro cochecito. Hemos dejado las mochilas y hemos sacado un paquete de galletas que teníamos en el coche que con chocolate nos ha sabido a gloria. Hoy teníamos reservada una cabaña. La cabaña está muy bien, pegada al estuario, con dos camas, frigorífico y una terracita.
Nos hemos duchado, hemos ido a comprar insecticida, ya que aquí los mosquitos te levantan en vuelo, y ya siendo personas nos hemos ido al bar a cenar un par de hamburguesas como mi cabeza de grandes.
Fin del viaje. Mañana solo queda ir a Port Elizabeth en coche, volar a Johannesburgo y de ahí a Madrid.