En esta época del año, Gananoque es una ciudad muy tranquila, por lo que pudimos pasear relajadamente y disfrutar del crucero por las Mil Islas con poquita gente en el barco. Además, la tarde anterior, con la luz del atardecer, el pueblo estaba precioso.


Aunque tuve dudas, al final cogí el crucero de 2h 30 y tengo que decir que no se hace pesado (al menos a mi no se me hizo). Por megafonía te van contando, en inglés y en francés, diferentes historias sobre este territorio, una de las fronteras menos vigiladas del mundo. El crucero que hicimos nosotros incluye dar la vuelta a la isla donde esta el Boldt Castle, aunque no la visita. Si planeáis hacerla, recordad que está en territorio estadounidense, por lo que si queréis bajar a ver el castillo tendréis que llevar el pasaporte y un visado válido para USA.



Cuando terminamos, continuamos nuestra ruta hacia Whitney, nuestro lugar de alojamiento para visitar Algonquin Park, parando a comer de camino en un curioso sitio de comida casera, que se llama The Black Cat Cafe, en Tamworth. La primera sorpresa nos la llevamos antes de llegar a Whitney porque... ¡se nos cruzó un alce en la carretera!
