Hoy es el último día de nuestro viaje.
Por la mañana paseamos por Downtown Disney, el paseo comercial al lado de los dos parques. Repleto de tiendas de merchandising Disney y otras marcas conocidas.
Comemos en uno de los muchos restaurantes de la zona.
Por la tarde cogemos las maletas del hotel y llamamos un Uber. Es la forma más rápida para llegar al aeropuerto, aún así son unos tres cuartos de hora (dependiendo del tránsito) y 50 dólares.
Las alternativas en transporte público son, o bien un autobús directo, que tarda una hora y cuesta 20 dólares por persona o bien una combinación laboriosa y eterna de autobuses, trenes y/o metros que nos hubiera robado varias horas y un buen puñado de energía.

El vuelo, sin incidencias. Ya estamos en casa, después de nueve días que han dado para mucho: ciudad, naturaleza y parque temático, nuestra combinación perfecta.

Como en todos mis diarios, deseo que el lector haya disfrutado de la lectura y le sea útil la información que he compartido. Y si han disfrutado de las fotos, el mérito, como siempre, es de mi marido.

