TRE CIME DI LAVAREDO
Nos levantamos por segunda vez en nuestro alojamiento de San Vito di Cadore. Hoy es lunes y hemos madrugado bastante más que ayer, porque queremos hacer la ruta circular de las Tres Cimas de Lavaredo y ya pudimos comprobar ayer que, o vas temprano, o no coges sitio en los parkings de Misurina.
Las Tres Cimas de Lavaredo son los picos emblemáticos de los Dolomitas. Cima Piccola (2.857 m), Cima Oeste (2.973 m) y Cima Grande (2.999 m) formaron parte hasta 1919 de la frontera entre Italia y Austria. Aún hoy quedan reminiscencias de aquella frontera, ya que se habla italiano al sur de Lavaredo pero se continúa hablando alemán al norte.
La ruta circular de las Tres Cimas comienza en el Refugio Auronzo y da la vuelta completa en torno a ellas, de modo que las ves desde todos los ángulos, además de disfrutar de todo el fantástico paisaje circundante desde una gran altura. La ruta en total son unos 9 km y se puede hacer en unas 4 horas sin correr.
Para llegar hasta el Refugio Auronzo hay dos formas:
1. Reservar plaza con antelación en el aparcamiento del Refugio Auronzo para llegar hasta allí con tu propio coche. El precio es de 40 € por todo el día para un automóvil normal. Motos, caravanas, etc. tienen otros precios. Obviamente, este parking tiene las plazas que tiene, por lo que conviene reservar en cuanto que estés seguro de que vas a ir. La web es esta:
auronzo.info/ ...-lavaredo/
2. Dejar el coche en algún parking de los varios que hay alrededor del lago Misurina y coger el Dolomiti Bus, que te lleva hasta el Refugio Auronzo. Los parkings en torno al lago cuestan 2€/h o bien 14€/día entero. Hay que tener en cuenta que cierran a las 20:00, por lo que hay que estar de vuelta antes de esa hora. El Dolomiti Bus cuesta 10 €/persona ida y vuelta. La vuelta es con horario abierto, puedes volver cuando te convenga.
Nosotros somos 3 y nos hubiera sido más cómoda y barata la primera opción, pero optamos por la segunda porque el pronóstico del tiempo no estaba muy claro y no queríamos obligarnos a ir si al final había tormentas fuertes.
Para dejar el coche en los parkings del lago Misurina hay que llegar pronto, porque también se llenan, como ya comprobamos ayer. Así pues, ponemos los despertadores a las 7:00 y bajamos a desayunar a las 7:30. A las 8:00 estamos listos para conducir hasta el lago Misurina, donde llegamos sobre las 8:45. Vamos directos al parking que más nos conviene, que es el que está al lado de la parada de los Dolomiti Bus (46°35'18.3"N 12°15'25.1"E). A estas horas, y con el pronóstico de lluvia a partir de media mañana que hay para hoy, encontramos el parking prácticamente vacío (lunes 3 de agosto).
En el siguiente mapa señalo dónde está ese parking y dónde se coge el Dolomiti Bus. Los tickets del Bus se compran en una caseta que hay allí mismo, donde también tienen expuestos los horarios.

En el extremo sur del lago hay un telesilla llamado Seggiovia Col de Varda (señalado también en el mapa anterior y con su propio parking) que lleva al Refugio Col de Varda, desde donde parten también algunas rutas bonitas por los Dolomitas. Nosotros no lo hacemos, pero lo dejo aquí por si a alguien le interesa. Es otra opción: auronzomisurina.it/ ...-risalita/
En fin, que dejamos el coche en el parking de Misurina y mientras que compramos los billetes del Dolomiti Bus se nos escapa uno. Nos toca esperar media hora al siguiente. Mientras que el Mortadelo y el Niño guardan sitio en la cola del bus, me acerco a fotografiar a unos tranquilos burritos que pastan allí al lado. ¡Qué monos!

Burritos misurineros
El trayecto en el Dolomiti Bus hasta el Refugio Auronzo asciende más de 500 metros de desnivel por una carretera de vértigo llena de curvas. En unos 20-25 minutos estamos arriba e iniciamos la ruta circular de Tre Cime di Lavaredo:

Ruta circular Tre Cime di Lavaredo
Nosotros hacemos la ruta en sentido contrario a las agujas del reloj. No sé cuál es la razón por la que recomiendan hacerlo así, pero somos muy bienmandados y así lo hacemos. Tomamos, pues, el sendero 101. El primer tramo es todo de subida y te deja un poquillo exhausto, pero enseguida llegas a una zona más llana desde donde empiezas a tener vistas de todos los alrededores.

Rasgos desfigurados a causa del cansancio
En poco más de 1 km se llega a la Cappella degli Alpini. En torno a ella hay varias tumbas y ofrendas a soldados y otras personas que murieron en los montes Dolomitas por diversas causas.

Cappella degli Alpini
Desde aquí nos desviamos de la ruta un momento por un senderito que sale a mano derecha, ida y vuelta, hasta un punto de mirador desde donde se divisa todo el valle Auronzo, con el lago Auronzo al fondo.

Valle Auronzo

Metiendo zoom, el lago Auronzo
El día está muy gris y neblinoso y de vez en cuando chispea durante unos minutos, pero nada que nos impida seguir adelante. Además, nos hemos traído nuestras capas de Caperucita que nos compramos para el viaje a Islandia y que te salvan de cualquier aguacero.
Continuamos adelante. A nuestra derecha tenemos la famosa Cadini di Misurina, esa peculiar serie de picos afilados cual fauces de tiburón que es otro de los puntos emblemáticos de los Dolomitas. La verdad es que es una vista preciosa.

Cadini di Misurina
No estamos solos; somos una romería de gente, la mayoría circulando en el mismo sentido. Ya podemos ver las Tre Cime, aunque estamos por su espalda, desde donde es complicado discernir si son tres o cinco. La típica imagen de las Tre Cime es desde el otro lado, que veremos en unos minutos más de caminata.

Tre Cime di Lavaredo, por detrás

Tre Cime di Lavaredo, por delante

Caperucita “on the rocks”
Seguimos el camino, que a veces sube un poco, a veces baja un poco y otras veces es llano, pero que a mí me parece todo el rato cuesta arriba

El Niño frente a los elementos
Llegamos por fin al Refugio A. Locatelli, punto medio de la ruta circular. El tramo de llegada al refugio es una subida un pelín agotadora y hay gente que, en vez de subir hasta el refugio, ataja aquí hacia el sendero 105 de vuelta hacia el Refugio Auronzo. Nosotros hacemos la subidita hasta el Refugio A. Locatelli porque ha empezado a llover más fuerte y va siendo hora de comer. Llevamos bocadillos y nuestra intención es poder comérnoslos sentados a resguardo de la lluvia.

Refugio A. Locatelli
Pero el refugio está absolutamente abarrotado. Dentro hay cafetería-restaurante a la que no se puede ni acceder porque tiene el aforo completo y un empleado impide la entrada al interior. Afuera hay unos cuantos bancos bajo una techumbre, pero todos están ocupados y el porche en sí está absolutamente colapsado de gente que se guarece de la lluvia, de forma que no se puede ni dar un paso.
En un momento que amaina la lluvia nos acercamos a fotografiar los lagos dei Piani, que se ven desde aquí.

Lagos dei Piani
También hay una gruta un poco más arriba del Refugio A. Locatelli, llamada Gruta de las Tres Cimas, desde la que se puede tomar bonitas fotografías de las Tre Cime enmarcadas en una circunferencia de roca. No subimos a causa de la lluvia.
El aguacero se detiene por momentos y luego vuelve con más o menos fuerza. Abortamos la idea de comer en el refugio por la masa de gente que lo colapsa. Hacemos la cola de los aseos (1€) y decidimos seguir la ruta, ya de vuelta hacia el punto de partida. Ya veremos dónde y cuándo comemos.
Desde el Refugio A. Locatelli tomamos el sendero 105 de vuelta, sentido Langalm. Aquí hay una bajada muy larga y pronunciada, desde la que se sigue teniendo vistas de frente de las Tre Cime.


Vistas desde el sendero 105 de vuelta
La gran bajada desemboca en unos prados verdes donde descansan montones de vacas totalmente indiferentes al trasiego de senderistas.

Vaquitas dolomiteras
Aquí caminamos en llano durante un trecho. Ilusa de mí, estoy convencida de que la gran bajada ha compensado todas las subidas que hemos tenido en la primera mitad del camino y que, por tanto, todo lo que queda hasta el final será llano.
Nada más lejos de la realidad. ¡Resulta que prácticamente todo el resto del camino es en subida! No me lo puedo creer. Estoy bastante agotada y una zapatilla me está haciendo daño. Mira que soy floja, porque el Mortadelo y el Niño van frescos como lechugas.
Pasamos por un último refugio, el Malga Langalm, y nos acercamos a ver si nos podemos comer ahí los bocadillos. Tampoco. Dentro sólo puedes estar en el restaurante y fuera no hay donde guarecerse.
Seguimos subiendo. La verdad es que voy echando el bofe.
¡Tampoco quiero asustar a nadie! Realmente, la ruta es perfectamente factible casi para cualquiera que tenga dos piernas disponibles. Es cansada, sí, pero nada difícil en ningún momento y no requiere ser un senderista experimentado. Yo sufro de una cierta cojera en una pierna y otros problemas en los pies, y por eso me está resultando algo más dura.
El último tramo antes de llegar al Refugio Auronzo es un gran terraplén de grava donde creo que sería conveniente agarrar de la mano a los niños, si los llevas.


Terraplén de grava al final de la ruta
Llegando al Refugio Auronzo vuelve a arreciar la lluvia. Ya no es lluvia, es el diluvio universal. Estamos deseando llegar al refugio para guarecernos por fin y poder comernos los bocadillos. Pero se ve que lo de “refugio” es puro sarcasmo, porque vuelve a pasar lo mismo. Dentro sólo se puede estar si consumes en su restaurante, y fuera hay bancos a la intemperie. No nos queda otra que comernos los bocadillos afuera, sentados en los alféizares de las ventanas, bien pegaditos a la fachada por si el alero nos pudiera cubrir algo de la lluvia.
Teníamos planificado hacer por la tarde otra pequeña ruta que también se inicia en el Refugio Auronzo y conduce hasta un mirador desde el que se ve muy bien la preciosa Cadini di Misurina. Lo debatimos durante un rato, pero finalmente decidimos que no merece la pena, con tan mal tiempo. Seguramente que ni siquiera se verá nada, a causa de la niebla. Además, ya hemos lo hemos visto durante la ruta que acabamos de hacer y no estamos seguros de que las vistas desde el mirador vayan a ser muy diferentes. Más vale que cojamos ya el Dolomiti Bus de vuelta a Misurina.
Durante el trayecto de vuelta en el bus nos alegramos un montón de haber dejado el coche en Misurina, porque estas curvas con estas pendientes y esta lluvia... ufff...
Ya de vuelta en el lago Misurina, como no hay prisa para recoger el coche del parking porque lo tenemos pagado para todo el día (hasta las 20:00 h), nos metemos en un restaurante que hay allí al lado a tomarnos unos cafés reconfortantes. Yo, además, me pido un croissant, que reconforta aún más... y ¡oye! ¡qué bueno! Francamente, uno de los mejores croissants que he probado en mi vida. Además, bastante bien de precio para la zona donde estamos: dos cafés, un té y el croissant nos cuestan 7 €.
Recogemos ya el coche y volvemos hacia San Vito di Cadore. Son más de las 5 de la tarde cuando llegamos al hotel. El Mortadelo y el Niño se echan una siestecilla para reponer fuerzas, porque dicen que les apetece correr unos kilómetros antes de cenar por la Lunga Via delle Dolomiti de la que hablé en la etapa anterior
Anoche nos gustó mucho el lugar donde cenamos, pero llevamos dos noches cenando pizza y preferimos no insistir en ese patrón nutritivo. Esta vez elegimos un local llamado Mato Kitchen Bar, donde tomamos unas hamburguesas que son manifiestamente más caras, pero que están bien buenas.
