Nos levantamos a las 7 de la mañana con ganas de empezar nuestra aventura en ruta.
La primera parada fue el Parque arqueológico de Segesta, al que llegamos unos minutos antes de que abriera (las 9 en punto). La visita son 6€, más unos 2€ del autobús que comunica las dos zonas del parque. Visitamos primero el impresionante Templo, perfectamente conservado, y luego cogimos el autobús hacia el Teatro. La bajada la hicimos andando, para disfrutar de las estupendas vistas del Templo desde el camino.
Tempo de Segesta
Vistas del Templo en la bajada del Teatro
Tras nuestra primera inmersión arqueológica, nos acercamos a un pueblo precioso, que había apuntado por recomendación de los foreros (gracias Miosu! ): Erice. Es un pueblecito en la montaña, en la zona de Trapani. Mucha tranquilidad para llegar porque es una carretera secundaria con unas cuantas curvitas, pero de verdad vale la pena. Tanto por las vistas, como por dar un paseo por sus tranquilas callejuelas donde aproveché para comprar unos cuantos souvenirs gastronómicos.
Erice: el pueblo, el castillo y las vistas de Trapani
Seguimos la ruta hacia la segunda zona arqueológica del día: Selinunte. Otros 6€ de entrada para poder pasear entre sus enormes columnas y las vistas del mar desde las ruinas.
Templos en Selinunte
Como acabada la visita vimos que íbamos bien de tiempo, decidimos adentrarnos en la zona interior y llegar a Corleone antes de dirigirnos a Agrigento para pasar la noche.
Lo mejor de ir a Corleone es la ruta en sí, una carretera secundaria por la que en algunos tramos escasamente caben dos coches, con verdes paisajes sicilianos. Corleone es un pueblo pequeñito y muy auténtico en la montaña. Si lo que buscáis, como nosotros, es seguir la estela del Padrino, no es necesario ir a Corleone. Mario Puzo se inspiró en la familia Corleone para la novela de El Padrino, pero los escenarios de la película no están aquí, si no en otros pueblos como Savoca, que os contaré en etapas posteriores.
Corleone
Antes de llegar a Agrigento nos dio tiempo de contemplar una puesta del sol increíble en la Playa de Eraclea Minoa. No fue nada fácil de encontrar, pero entre nuestro adorado Tom Tom y la amabilidad de la gente a la que paramos a preguntar, conseguimos encontrarla. Aprovecho para comentar que, bajo nuestro punto de vista, no encontramos que en general las playas de Sicilia sean espectaculares. La mayoría son playas privadas, para socios o con entradas que rondaban los 15€ por día, y las públicas las encontramos absolutamente abarrotadas, o sucias o con plagas de medusas. Sin embargo Eraclea Minoa fue una de las que más nos gustaron, bastante grande y sin demasiada gente, aunque la pudimos disfrutar poco porque en seguida se nos hizo de noche.
El atardecer en Eraclea Minoa
Nuestro plan era llegar a Agrigento, dejar las cosas en el hotel e irnos a cenar al pueblo para una rápida visita nocturna. Pero nuestros planes se vieron truncados por el tráfico. Los alrededores de Agrigento estaban totalmente colapsados porque había concierto en el Valle de los Templos. En muchas de las zonas arqueológicas aprovechan en verano para hacer espectáculos al aire libre: teatro, conciertos, etc...Estuvimos casi una hora para hacer unos pocos kilómetros de la entrada del pueblo al hotel, y se nos quitaron las ganas de volver a coger el coche para visitar el centro. Casi a las 11 de la noche llegamos al Hotel Akrabello, cenamos allí y nos fuimos a dormir para poder madrugar al día siguiente y estar a primerísimo hora en el Valle de los Templos.
El Hotel Akrabello es el típico hotelito de las afueras, limpio y sencillo, pero con piscina y animación diaria para familias que veranean en Agrigento. La verdad es que no lo disfrutamos porque llegamos muy tarde y nos fuimos prontísimo. Lo único que cenamos bastante bien en el restaurante en la zona de la piscina. Igual, para lo que estuvimos, podríamos haber encontrado algo más baratito (habitación doble 98€ esta vez sí, con parking incluido), pero bueno, no pensábamos que llegaríamos tan tarde y la zona de Agrigento es muy turístico y los hoteles no son precisamente baratos.
La primera parada fue el Parque arqueológico de Segesta, al que llegamos unos minutos antes de que abriera (las 9 en punto). La visita son 6€, más unos 2€ del autobús que comunica las dos zonas del parque. Visitamos primero el impresionante Templo, perfectamente conservado, y luego cogimos el autobús hacia el Teatro. La bajada la hicimos andando, para disfrutar de las estupendas vistas del Templo desde el camino.
Tempo de Segesta
Vistas del Templo en la bajada del Teatro
Tras nuestra primera inmersión arqueológica, nos acercamos a un pueblo precioso, que había apuntado por recomendación de los foreros (gracias Miosu! ): Erice. Es un pueblecito en la montaña, en la zona de Trapani. Mucha tranquilidad para llegar porque es una carretera secundaria con unas cuantas curvitas, pero de verdad vale la pena. Tanto por las vistas, como por dar un paseo por sus tranquilas callejuelas donde aproveché para comprar unos cuantos souvenirs gastronómicos.
Erice: el pueblo, el castillo y las vistas de Trapani
Seguimos la ruta hacia la segunda zona arqueológica del día: Selinunte. Otros 6€ de entrada para poder pasear entre sus enormes columnas y las vistas del mar desde las ruinas.
Templos en Selinunte
Como acabada la visita vimos que íbamos bien de tiempo, decidimos adentrarnos en la zona interior y llegar a Corleone antes de dirigirnos a Agrigento para pasar la noche.
Lo mejor de ir a Corleone es la ruta en sí, una carretera secundaria por la que en algunos tramos escasamente caben dos coches, con verdes paisajes sicilianos. Corleone es un pueblo pequeñito y muy auténtico en la montaña. Si lo que buscáis, como nosotros, es seguir la estela del Padrino, no es necesario ir a Corleone. Mario Puzo se inspiró en la familia Corleone para la novela de El Padrino, pero los escenarios de la película no están aquí, si no en otros pueblos como Savoca, que os contaré en etapas posteriores.
Corleone
Antes de llegar a Agrigento nos dio tiempo de contemplar una puesta del sol increíble en la Playa de Eraclea Minoa. No fue nada fácil de encontrar, pero entre nuestro adorado Tom Tom y la amabilidad de la gente a la que paramos a preguntar, conseguimos encontrarla. Aprovecho para comentar que, bajo nuestro punto de vista, no encontramos que en general las playas de Sicilia sean espectaculares. La mayoría son playas privadas, para socios o con entradas que rondaban los 15€ por día, y las públicas las encontramos absolutamente abarrotadas, o sucias o con plagas de medusas. Sin embargo Eraclea Minoa fue una de las que más nos gustaron, bastante grande y sin demasiada gente, aunque la pudimos disfrutar poco porque en seguida se nos hizo de noche.
El atardecer en Eraclea Minoa
Nuestro plan era llegar a Agrigento, dejar las cosas en el hotel e irnos a cenar al pueblo para una rápida visita nocturna. Pero nuestros planes se vieron truncados por el tráfico. Los alrededores de Agrigento estaban totalmente colapsados porque había concierto en el Valle de los Templos. En muchas de las zonas arqueológicas aprovechan en verano para hacer espectáculos al aire libre: teatro, conciertos, etc...Estuvimos casi una hora para hacer unos pocos kilómetros de la entrada del pueblo al hotel, y se nos quitaron las ganas de volver a coger el coche para visitar el centro. Casi a las 11 de la noche llegamos al Hotel Akrabello, cenamos allí y nos fuimos a dormir para poder madrugar al día siguiente y estar a primerísimo hora en el Valle de los Templos.
El Hotel Akrabello es el típico hotelito de las afueras, limpio y sencillo, pero con piscina y animación diaria para familias que veranean en Agrigento. La verdad es que no lo disfrutamos porque llegamos muy tarde y nos fuimos prontísimo. Lo único que cenamos bastante bien en el restaurante en la zona de la piscina. Igual, para lo que estuvimos, podríamos haber encontrado algo más baratito (habitación doble 98€ esta vez sí, con parking incluido), pero bueno, no pensábamos que llegaríamos tan tarde y la zona de Agrigento es muy turístico y los hoteles no son precisamente baratos.