A las 6 de la mañana suena el despertador y enseguida nos ponemos en marcha. Hoy toca la excursión de contrastes y tenemos que estar a las 7:40 en el hotel Pennsylvania, así que decidimos tirar para allí y desayunar por la zona.
Vamos con bastante antelación y eso hace que los retrasos en nuestra línea de metro no nos apuren demasiado.
Llegamos al centro, aún está amaneciendo y apenas hay movimiento en la calle, va a ser que Nueva York si que duerme de vez en cuando...

Desayunamos en una cadena llamada Zaro’s, dos cafés y dos muffins por 14 dólares, están bastante buenos.


Todavía nos da tiempo a dar una pequeña vuelta por la zona hasta que nos vengan a recoger.

Al final somos unas 8 personas para hacer la ruta y vamos en minivan. El primer punto es El Bronx, y de camino el guía nos va explicando bastantes cosas sobre la ciudad muy interesantes.
En el Bronx visitamos el estadio de los Yankees, el graffiti de I love the Bronx y la comisaría Apache, famosa por la película Fort Apache.



Desde la van vemos además el famoso graffiti de Big Pun, uno de los raperos más famosos del Bronx que falleció muy joven y otros puntos conocidos de la zona.

Lo cierto es que aparentemente no parecía demasiado peligroso, y salvo algunos puntos muy concretos, ahora mismo el Bronx no es el barrio que fue en su día.
Después nos vamos a Queens, concretamente a Flushing Meadows, donde se encuentra una zona famosa por la película Men In Black, de la que yo fui muy fan cuando salió.



Desde la van también podemos disfrutar de las vistas a Manhattan.

También pasamos por un barrio residencial muy lujoso, Malba, con unas casas impresionantes y vistas a Manhattan, que según nos explica el guía está muy de moda entre la gente rica que quiere vivir fuera de la ciudad. Aquí sí que no podemos bajarnos ya que es como una especie de urbanización privada, así que solo vemos la zona desde la van. Como curiosidad si queréis comprar una casa aquí, además de desembolsar un pastizal se necesita un permiso exclusivo de la asociación de vecinos y preservadores históricos de la zona tanto para vender como para comprar.

Seguimos visitando Queens y el guía nos cuenta un montón de curiosidades ya que él es precisamente de allí. Hacemos una parada en la zona de Elmhurst, donde está la línea 7 de metro que es elevada, y por allí nos damos una vuelta por el barrio y nos tomamos un café, está zona es tremendamente multicultural y de hecho nos cuenta que la línea 7, que cruza Manhattan y Queens, se conoce como Expreso Internacional.


Después toca parada en Williamsburg, en la zona de los judíos ortodoxos. Nos explica bastantes cosas sobre ellos aunque también es verdad que no paramos tanto como en Queens. Nos bajamos para dar una vuelta, y aunque les hice alguna foto destrangis desde la van, prefiero no subirlas ya que se que no les gusta que les hagan fotos y me parece un poco irrespetuoso colgarlas aquí. Como es sábado, “shabat”, es día sagrado para ellos así que los vemos vestidos de gala para ir a la sinagoga, y todos los comercios están cerrados.
La última parada es la zona del Dumbo, que en los últimos años ha adquirido aún más fama si cabe, debido a varias cafeterías, librerías y mercados chulos. La verdad es que la excursión ha estado bien y hemos quedado contentos con la empresa, aunque para nosotros, que a veces vamos al revés, no nos parece ese mega imprescindible de la ciudad que todo el mundo dice, sobre todo por el precio, obviamente siempre te van a enseñar cosas de la ciudad que nos sepas, y barrios que tal vez no verías, pero si eres un friki de Nueva York como nosotros hay muchas cosas que ya sabrás.
En el Dumbo empezamos con la típica foto del puente de Manhattan, aunque la verdad es que a esta hora no es fácil que se vea bien el Empire en el hueco, además suele haber bastante afluencia y a veces es complicado que las fotos queden bien.

Nos paramos en una librería que hay en esta zona que tiene un rollo muy industrial, se llama Powerhouse Arena y os la recomiendo si os gustan las librerías. Por cierto, justo en esta zona suele haber un mercadillo bastante chulo, aunque en invierno no se pone, el Brooklyn Flea, os dejo aquí su web https://brooklynflea.com/
Después vamos paseando por la orilla del East River a hacernos unas cuantas fotos, el día está perfecto y además en nuestra anterior visita sólo estuvimos de noche, así que pasamos un buen rato en esta zona disfrutando de las vistas del Skyline, para mi las mejores de la ciudad se ven desde aquí, aunque sea un tópico.




Después entramos en el Time Out Market, un mercado con algunos sitios para comer y tiendecitas, además de una azotea bastante chula.


El hambre ya aprieta y nos apetece un clásico neoyorquino, así que decidimos ir al Shake Shack que está prácticamente debajo del puente de Brooklyn, hay bastante gente pero sorprendentemente en la cola de pagar con tarjeta no hay nadie y conseguimos mesa antes de tener el pedido, alucinamos porque en nuestro primer viaje a la ciudad hacíamos cola para todo, y este la ausencia de colas será la tónica general.
Nos tomamos dos Shake burgers con dos batidos y todo está tan bueno como lo recordábamos, nos cuesta 31 dólares.

Después de comer, el plan es callejear por Brooklyn, y nuestra primera parada es una pequeña zona llamada Fruit Streets Area, que se llama así porque las calles tienen nombre de fruta, es una zona residencial muy tranquila y unos banquitos con unas vistas geniales al Downtown de Manhattan.

Seguimos caminando por el barrio para llegar a Brooklyn Heights, donde encontrareis calles con las típicas Brownstone houses, las casas de ladrillo y escaleritas típicas de Brooklyn, y otras calles super bonitas como esta:

Además seguimos viendo puestos de árboles de Navidad, cosa que nunca deja de sorprenderme la verdad, no pensé que fuera a haber tantos.

Después de un buen rato de callejear, decidimos tomarnos un café para entrar en calor y descansar antes de seguir a nuestra siguiente parada, las casas de Dyker Heights.
Para ver estas casas se puede hacer un tour o ir por libre, nosotros decidimos ir por libre. Para llegar tenéis que coger la línea R y bajaros en la calle 86 o la línea D y bajaros en la 79, desde cualquiera de las dos paradas son unos 20 minutos andando. Nosotros cogimos la línea R y hay alguna calle con tiendas de camino (pecaré en el Victoria's Secret a la vuelta)
La verdad es que la zona de las casas está bien aunque yo me había montado la película en la cabeza, debido a videos y cosas que comentaba la gente, de que había música de Navidad pero no es verdad, y no deja de ser un poco raro todo jeje. De todas formas nos gusta mucho y las casas son impresionantes.




Sí que hubo un punto negativo y es que en una de las casas más famosas, la de Lucy Spata, que al parecer inició toda esta historia en 1986, había muchísima gente, era imposible hacerse una foto y todo el mundo andaba a empujones, casi me tiran el móvil… Un desastre, sin embargo había otras casas preciosas sin gente. A veces estas cuestiones de la nueva era en la que un sitio concreto sale en redes sociales, nos convierte un poco en borregos…



Después de ver prácticamente todo el barrio, hay muchísimas casas decoradas, nos volvemos otra vez a deshacer para el camino. Antes de llegar al metro, voy al Victoria's Secret que hay de camino y le hago un buen agujero a la tarjeta jeje.
Decidimos ir a Times Square y cenar por allí, ya que no tenemos buena conexión de metro desde esta zona a Williamsburg, así que tenemos que pasar por Manhattan de todas formas.


No tenemos mucha hambre, así que después de dar una vuelta y hacerle una visita al Midtown Comics, nos tomamos unas porciones de pizza en uno de los míticos sitios de 1 dólar.
Nos vamos para Williamsburg agotados, después de un día intenso en la ciudad. ¡Mañana más!