Nuestro segundo día en Pico se suponía que el clima iba a ser mejor, y nos fuimos a recorrer el PR19PIC “Caminho das Lagoas” que va por una pista por el altiplano de la isla y donde se pueden ver algunas lagunas volcánicas. Se puede hacer andando, pero nosotros lo hicimos en coche, ya que son 22 kilómetros.

Comenzamos el camino por el lado oeste, y al poco de empezar a subir nos encontramos con la niebla. Se nos estropeaba el plan de ir viendo el paisaje y las lagunas. Como si nos estuviesen esperando, al llegar a la primera laguna, la Lagoa do Peixinho, la niebla despejó un poco, lo justo para ver la laguna y volvió a cubrirse.



También tuvimos suerte con la segunda laguna, la Lagoa da Rosada, donde incluso vimos un poco de sol. Dimos una vuelta por el entorno de esta laguna, muy bonito, pero siempre rodeados de niebla. Suponíamos que había vistas a lo lejos, pero no podíamos verlas.

Ahí se nos acabó la suerte. La niebla se cerró hasta el punto de no ver nada. Intentamos ir a la Lagoa do Paúl, tomando un desvío. Pero cuando llegamos la laguna no la vimos, solo unas vacas pastando. Lo más significativo, fueron unos pequeños cráteres que nos encontramos por el camino.

A partir de ahí fue todavía peor y empezó a llover. Resignados, terminamos la ruta como pudimos hasta llegar a la carretera principal EN2. Tomamos dirección a Criação Velha por la EN3 para ver el paisaje de los viñedos. Por esta carretera tampoco vimos nada (salvo vacas). Intentamos encontrar la furna de Frei Matias, pero con la niebla ni siquiera paramos, no lo vimos claro.

En Criação Velha no había niebla, aunque el cielo seguía cubierto. Aparcamos cerca del viejo molino reconstruido, el Moinho do Frade, uno de los lugares más fotografiados de la isla. Y estuvimos paseando por las viñas que se agarran a la piedra volcánica, en su pequeño cuadrado para proteger tan frágil equilibrio.


Paseamos hasta el mar, donde debería haber buenas vistas de la isla de Faial, pero la isla estaba cubierta. Comimos en Madalena, en A Petisca, donde pedimos un pulpo empanado con salsas, lapas y una tarta de galletas.
Por la tarde fuimos a ver algunos de los acantilados del norte, como los de Cachorro, que no pudimos ver el día anterior. Son muy chulos, y el mar pegaba fuerte. Pero la roca con forma de perro es un fake, tiene las orejas pegadas, así que no pongo foto.


Volvimos a intentar encontrar la Furna de Frei Matias, y esta vez la encontramos, pero nos costó. Dimos muchas vueltas hasta encontrar la entrada al tubo volcánico, que tiene dos aberturas. Merece la pena adentrarse en la furna, un tubo volcánico en medio del campo para nosotros solos.


De ahí fuimos poco a poco hacia el sur, donde el tiempo estaba algo mejor. Terminamos el día en la Poça das Mujas, la piscina natural de Calheta de Nesquim, que se vio bastante afectada por el huracán Lorenzo, pero lo principal lo conservaba, sus aguas tranquilas y cristalinas, ideales para ponerse las gafas de snorkel y ver pececitos.