Blogs / Diarios 
Desde que descubrió el cofre de la búsqueda del tesoro Hugo estaba deseando ponerse manos a la obra, pero hasta hoy no podíamos dedicarle la mañana al juego por cuestiones organizativas.
Así que tras un buen desayuno, mapa, brújula y pistas en mano, comenzamos la búsqueda.
Algunas pistas están localizadas en sitios turísticos como Plaza de España o Plaza Navona, y otros, en las inmediaciones, lo que nos sirvió para que Hugo fuese visitando tanto sitios menos conocidos como los must de Roma.
Consiste en ir buscando criaturas misteriosas que están ocultas en calles, fachadas y monumentos. Muchas de ellas descubrimos que venían en la guía infantil de Hugo y pudimos aprender más cosas.
No voy a destripar el juego, pero os enseño una de ellas que no nos costó nada encontrar:
Y otras que nos hicieron estar un buen rato buscando y buscando por tejados y alféizares:
Fuimos trazando en el mapa la ruta de pista a pista, aprovechando para visitar la siempre llena Fontana de Trevi, Campo dei Fiori y otros sitios de obligada visita, terminando en Plaza Navona, donde una de las pistas es recompensa por el esfuerzo, y canjeamos nuestros tickets por unos helados. Aun nos quedan unas cuantas criaturas por localizar pero las dejaremos para mañana porque hoy nos quedan cosas "pendientes".
Desde Plaza Navona cogimos nuestro querido bus 81 y nos fuimos directos a la Boca de la Verdad, otra turistada que a los peques les encanta, y el mío estaba hasta nervioso pensando si saldría con la mano entera, jaja.
Paseando llegamos al CIRCO MASSIMO, donde tenemos reservada una experiencia con gafas de realidad virtual para ver cómo era la vida, los espectáculos y el impresionante circo (hoy un triste patatal) en su época más brillante.
La experiencia está fenomenal, vas viendo cómo se levantó el Circo, sus diferentes etapas, los espectáculos, las tiendas que había en la parte inferior, y a la vez vas recorriendo los restos que quedan del mismo. Está muy logrado.
¿La parte negativa? Que la reserva era a las 15h y casi morimos desintegrados de calor, porque había 30 grados con cero sombras. A eso añádele, que llevas puesto una especie de mascarilla pero para los ojos y nariz como medida higiénica, y las gafas de realidad virtual encima, que además no se sujetan, las tienes que sostener tú (y pesan), así que si podéis reservad a primera hora de la mañana o en días en los que no apriete el calor, porque por todo lo demás merece un montón la pena.
Para quitarnos el calorazo subimos a la colina del AVENTINO, muy próxima al Circo Mássimo. En nuestro anterior viaje a Roma no estuvimos así que hemos investigado un poco y hemos descubierto gracias de nuevo a Diario de un mentiroso y su estupendo mapa de Roma varios sitios donde hacer fotacas:
El primero es la Orden de Malta, la famosa cerradura por la que te asomas y ves tres estados: el Vaticano, Malta y Roma y unas vistas estupendas de San Pedro.
Había un poco de cola y nos tocó esperar un rato, y sacar la foto no es fácil, ya os lo adelanto:
El segundo es el Giardino degli Aranci, donde se estaba muy fresquito, había música, bancos a la sombra y un mirador para ver Roma: La Terraza Belvedere, donde hicimos un montón de fotos y luego descansamos en los jardines.
Aquí también hay entretenimiento para los más pequeños. Toda Roma y el Aventino no iba a ser menos, estás salpicadas de unas curiosas fuentes que a ojos de los turistas pueden ser simplemente eso, fuentes. Pero para los romanos son Nasoni, tienen forma de nariz grande, y si tapas el caño con el pulgar, el agua sale disparada hacia arriba formando un chorro cómodo para beber y divertido para jugar. Así que Hugo se estuvo refrescando y enredando con las fuentes un buen rato.
Al bajar paramos en la Rosaleda de Roma Capital, justo a los pies del Aventino, donde se exponían miles de rosas cuidadas por los jardineros que habían participado en el curso de arte floral de la escuela italiana. Era impresionante lo bien que olía todo y el color y la alegría que daban al parque.
Como aún era pronto, decidimos coger el bus 81 de nuevo en la misma puerta de la Rosaleda y acercarnos al hotel a ducharnos, refrescarnos y que Hugo descansase un rato, y después regresaríamos de la misma forma hasta el puente de Umberto I para disfrutar del atardecer y la hora azul...
Por cierto, desde su escalinata se rodó una famosa escena de James Bond en la que un Aston Martin y un Jaguar bajaban los 68 escalones en una auténtica persecución.
Cenamos pizza al taglio mientras paseábamos sin rumbo por las calles de Roma, había mucho ambiente a pesar de ser domingo, y terminamos celebrando el aniversario de boda con unos Aperoles en una terracita con música en directo donde Hugo casi se nos dormía en la silla.
Salimos a una de las calles principales en busca de nuestro querido 81 y directos a la cama, los días están siendo muy intensos y mañana queremos aprovechar las horas hasta la salida del vuelo.
Journey Prev.
Last commentaries to the diary: 
Topic: 
Ir a tema del foro
