Por fin llegó el día tan esperado. Dos años y una pandemia después… ¡¡¡¡nos vamos a Disneyland Paris!!!!
Suena el despertador a las 02:55h. En media horita estamos listos y con las maletas cargadas en el coche. Salimos camino del aeropuerto a las 03:30h.
A las 04:15h ya tenemos el coche aparcado en el parking general de la T1. Lo dejé reservado 2 días antes a través de la app de Aena, y así pudimos beneficiarnos de un 10% de descuento.
Entramos directos del párking a la terminal, y en 10 minutos (a las 04:25h) ya estamos en la cola de los mostradores de Vueling para facturar. Facturamos 2 maletas grandes (15kg y 25kg) y una de cabina. Como llevábamos los vuelos comprados desde septiembre de 2021 teníamos la tarifa Basic antigua, y pudimos facturar la maleta de cabina sin cargo. También llevábamos 2 mochilas como equipaje de mano.
Una vez dejadas las maletas y con las tarjetas de embarque, a las 05:20h nos vamos a desayunar. Media horita para reponer fuerzas y nos vamos a pasar el control de seguridad.
Al viajar con una niña pequeña pasamos el control por una zona habilitada para familias con niños y personas con movilidad reducida (actualmente en la T1 está en la zona de El Mirador, aunque el personal indica hacia dónde hay que dirigirse cuando ve que vas con menores). Dimos un paseo por un par de kioscos abiertos, compramos agua y a esperar para embarcar.
A las 06:00 estamos ya en la cola de embarque. Nos toca hacerlo en el grupo 2.
Habíamos reservado los asientos en la web de Vueling nada más comprar los billetes de avión, y teníamos los 4 asientos correlativos en la fila 12. Cuál es nuestra sorpresa cuando al ir a sentarnos el asistente de cabina nos dice que la niña pequeña no puede ir sentada en esos asientos ya que están en la salida emergencia. Le dije que los había reservado en la web hacía meses, y me dijo que probablemente había sido un fallo informático, porque por lo general el sistema detecta la edad de los pasajeros y si hay menores de edad no deja reservar asientos en salida de emergencia. Lo solucionaron rápido y con mucha amabilidad. Los pasajeros de la fila 13 no tuvieron inconveniente en cambiarse (iban a ir más cómodos al ser más amplio el espacio para las piernas) así que pasaron a la 12 y nosotros nos quedamos en la 13 (en el vuelo de vuelta le ocurrió lo mismo a otra familia).
El vuelo despega puntual. Vemos el amanecer mientras el avión va cogiendo altura ¡es espectacular!
Las niñas se duermen, mi marido se duerme, y yo no puedo ni cerrar los ojos (¿nervios quizás?). Me paso el viaje haciendo limpieza de fotos en el móvil.
A las 08:20h aterrizamos en Orly. A las 08:40h ya estamos recogiendo las maletas y salimos al encuentro de nuestro taxista, que nos llevará directos al hotel. Nos toca una furgoneta monovolumen Mercedes negra con los cristales tintados (¡parecemos importantes y todo!). A las 9:00h ya vamos de camino.
Llegamos al hotel poco antes de las 10h. Pasamos el control de seguridad con las maletas, y mientras mi marido las deja en consigna yo hago el check-in (no me llevó más de 5 minutos pues lo había hecho en la app). Me dan las Magic Pass, me indican horarios de desayuno y cena, y me dicen que aún no tienen la habitación disponible y que nos avisarán por mail o sms cuando esté lista, así cuando volvamos al hotel ya podemos ir directos sin pasar por recepción. Salimos a coger el transfer que nos lleva hasta el parque, que justo está en la puerta. Tardamos 10 minutos en llegar.
A las 10:30h ya estamos en la cola para pasar el control de seguridad. Unas fotitos frente al hotel Disney (en obras), nos compramos las orejitas de Minnie (¡como no!) en la primera tienda que encontramos y a las 10:50h estamos dentro del parque.
¡¡EMOCIÓN MÁXIMA!! No paramos de hacer fotos, vídeos, mirar hacia todos lados. Todo es mágico, estamos como en un sueño.
Nada más llegar nos encontramos con una cabalgata (Dream… and Shine Brighter). Suena la música, los personajes van en las carrozas saludando engalanados con los trajes del 30 aniversario. ¡Pelos de punta todo el rato!
Les vamos siguiendo hasta llegar a la zona del castillo de la Bella Durmiente, donde suben al escenario para bailar la coreografía. Más y más fotos y vídeos (sobretodo al castillo).
Cruzamos el castillo y vamos directos a subirnos en Le Carrousel de Lancelot.
Es la primera atracción que vemos y solo hay 15 minutos de cola, así que ¿por qué no? No tenemos nada en mente, sencillamente ir haciendo conforme vayamos encontrando por el parque. El primer día nos lo tomamos como un reconocimiento del terreno. Nos hemos pegado un madrugón así que no nos apetece darnos un tute, que nos quedan 4 días más por delante.
La siguiente atracción es Mad Hatter’s Tea Cups. Hacemos 10 minutos de cola y nos ponemos a dar giros dentro de una taza gigante. A mi hija pequeña le chiflan, cada vez que vamos a Port Aventura tenemos que subirnos sí o sí.
De ahí nos vamos a Dumbo the Flying Elephant. 15 minutitos de cola y a volarrrrrrrrrrr. Las vistas son una pasada. Me paso todo el rato grabando en vídeo y haciendo fotos y riendo como una niña pequeña.
Seguimos paseando y hacemos más fotos, alucinando con todo lo que vemos. Es todo precioso y no deja de sorprendernos cada rincón. Todo tan bien cuidado, tan limpio, tan bien decorado. Realmente es como estar en un cuento, en un sueño.
Son las 13:30h, tenemos hora para comer en Captain’s Jack a las 14:15h, así que aprovechamos para pasar a la zona de Adventureland y probar la atracción de Piratas del Caribe (que está justo al lado del restaurante) y solo hay 25 minutos de cola.
Cuando nos queda poco para subirnos nos hacen desalojar la atracción por las puertas de emergencia pues hay una avería y no saben lo que tardarán en arreglarla, así que nos vamos a comer.
El proceso para entrar con reserva es muy sencillo, presentas una de las Magic Pass, indicas el apellido del titular de la reserva y te buscan en la lista. Cuando ven de qué país provienes intentan buscar un camarero que hable o se defienda con tu idioma. Es de agradecer, la verdad. Nos tocó una camarera la mar de simpática que se desvivía por hablarnos en español.
A las 14:10h ya estamos en la mesa con el menú en mano para pedir.
El servicio un poco lento, aunque nosotros ya íbamos con la idea de comer tranquilos y con calma, pero un poco más de agilidad no viene mal, que cuando hay hambre ¡el tiempo se hace eterno!. Eso sí, ¡¡¡la comida buenísima!!!
Y el restaurante espectacular. La decoración muy conseguida (quizás un poquito más de luz en las mesas sería ideal para leer el menú, todos sacábamos los móviles para poner la linterna jejejeje).
Comentar que la atracción de Piratas del Caribe pasa por dentro del restaurante. Así fue como nos dimos cuenta de que ya funcionaba, cuando empezamos a ver pasar las barcas llenas de gente.
A las 15:40h salimos de comer (horita y media, no está mal) y nos vamos directos a subirnos en Piratas del Caribe. Solo hay 20 minutos de cola, fenomenal. El paseo en barca muy agradable, los decorados, la música, los efectos, todo impresionante (o así nos lo pareció). Tanto, que repetimos 2 veces más en los siguientes días. Al salir de la atracción pasas por la tienda por si quieres comprar la foto. Nosotros no la cogimos pues a la peque la tapaban los de delante y no se la veía (pobre, le pasó en todas las atracciones que se subió y que hacían foto).
Hablando del tema fotos, en un principio nos habíamos planteado comprar el Photopass, había leído que era muy útil si pensabas comprar varias fotos, pero una vez allí decidimos no hacerlo. Suerte que no lo compramos, porque solo nos quedamos con 2 fotos en atracciones (15€ cada una) y el resto las hicimos todas nosotros, incluidas las de los personajes. Y quedaron fantásticas.
Decidimos volver a Fantasyland (donde habíamos estado antes de comer) y entrar en el Laberinto de Alicia en el País de las Maravillas.
Fue muy divertido dejar que la niña nos intentara guiar para poder encontrar la salida, que justo está en el castillo de Alicia. Una vez ahí puedes subir y desde arriba hay unas vistas espectaculares del parque.
Muy entretenido, la verdad.
Nos montamos también en Casey Jr – le Petit Train du Cirque y Le Pays des Contes de Fées. Ambas atracciones están bien. El tren es una especie de montaña rusa muy “suave” en la que pueden subir niños de todas las edades, y la otra son unas barcas que te dan una especie de tour por decorados de distintos cuentos.
Queríamos ir a It’s a Small World porque había leído que era una atracción curiosa de ver y gustaría a la peque, pero está cerrada porque la están remodelando, así que no pudo ser.
Decidimos que es hora de tomar algo, y de irnos al hotel a deshacer el equipaje y descansar. Pasado el castillo al entrar en la Main Street U.S.A. nos encontramos con la cabalgata Disney Stars on Parade. Nos quedamos un rato a verla y hacer fotos, vídeos y bailar y disfrutar viendo a todos los personajes mientras van pasando en sus carrozas.
Entramos a tomar algo en una de las cafeterías (Cable Car Bake Shop). Y de ahí directos a coger el bus que nos lleva al hotel.
Nos ha tocado la habitación 6286 (me llegó el aviso justo mientras merendábamos). Es amplia, con 2 camas dobles, baño con bañera, servicio de café e infusiones y, lo más de lo más, balcón con vistas al lago y al hotel New York The art of Marvel.
Qué pasada de atardeceres hemos visto desde ahí. Que por cierto, pasaban las 22h y aún había luz de día. Lo único malo, la temperatura en la habitación. El termostato a 18º y no había forma de subir la temperatura o pararlo. Mi marido preguntó en recepción y le dijeron que estaba así por defecto, y que para que se parase o bien debíamos abrir la puerta del balcón y dejarla abierta (¿¿¿perdón??? a 12º durante la noche que hemos estado todos los días iba a ser que no…) o bien ponerla en uno de los modos que se podían seleccionar en el termostato (que no recuerdo el nombre) y entonces salía un mínimo de aire apenas imperceptible. Y así hicimos.
Deshago maletas mientras mi marido y las niñas se dan una ducha. Luego me toca a mi. Y de ahí a cenar. Tenemos reserva a las 20:30h en Cape Cod, uno de los restaurantes del hotel. Al igual que en la comida, nos piden una Magic Pass, el apellido y nos asignan mesa una vez comprobada la reserva y el plan de comidas contratado. El camarero se defiende en español, incluso nos pregunta si lo hace bien
La comida es tipo buffet. Hay bastante variedad y en general la calidad y la cantidad es muy buena, y si algo se acaba reponen enseguida. Cenamos bien, la verdad.
Salimos de cenar y decidimos dar un paseo alrededor del lago, pero… ¡¡¡¡hace frío!!!! (unos 16º según la app de mi móvil) y solo la peque y yo habíamos bajado a cenar con una chaqueta (yo soy muy friolera y con los aires acondicionados lo paso muy mal). Así que nos hacemos alguna foto en la que se vea el nombre del hotel con el edificio de fondo y nos vamos a la habitación.
Nos acostamos y nos quedamos fritos al momento, eso sí, tapaditos con el nórdico, que a 18º se agradece. El palizón hoy ha sido importante. Mañana más… y mejor.
Suena el despertador a las 02:55h. En media horita estamos listos y con las maletas cargadas en el coche. Salimos camino del aeropuerto a las 03:30h.
A las 04:15h ya tenemos el coche aparcado en el parking general de la T1. Lo dejé reservado 2 días antes a través de la app de Aena, y así pudimos beneficiarnos de un 10% de descuento.
Entramos directos del párking a la terminal, y en 10 minutos (a las 04:25h) ya estamos en la cola de los mostradores de Vueling para facturar. Facturamos 2 maletas grandes (15kg y 25kg) y una de cabina. Como llevábamos los vuelos comprados desde septiembre de 2021 teníamos la tarifa Basic antigua, y pudimos facturar la maleta de cabina sin cargo. También llevábamos 2 mochilas como equipaje de mano.
Una vez dejadas las maletas y con las tarjetas de embarque, a las 05:20h nos vamos a desayunar. Media horita para reponer fuerzas y nos vamos a pasar el control de seguridad.
Al viajar con una niña pequeña pasamos el control por una zona habilitada para familias con niños y personas con movilidad reducida (actualmente en la T1 está en la zona de El Mirador, aunque el personal indica hacia dónde hay que dirigirse cuando ve que vas con menores). Dimos un paseo por un par de kioscos abiertos, compramos agua y a esperar para embarcar.
A las 06:00 estamos ya en la cola de embarque. Nos toca hacerlo en el grupo 2.
Habíamos reservado los asientos en la web de Vueling nada más comprar los billetes de avión, y teníamos los 4 asientos correlativos en la fila 12. Cuál es nuestra sorpresa cuando al ir a sentarnos el asistente de cabina nos dice que la niña pequeña no puede ir sentada en esos asientos ya que están en la salida emergencia. Le dije que los había reservado en la web hacía meses, y me dijo que probablemente había sido un fallo informático, porque por lo general el sistema detecta la edad de los pasajeros y si hay menores de edad no deja reservar asientos en salida de emergencia. Lo solucionaron rápido y con mucha amabilidad. Los pasajeros de la fila 13 no tuvieron inconveniente en cambiarse (iban a ir más cómodos al ser más amplio el espacio para las piernas) así que pasaron a la 12 y nosotros nos quedamos en la 13 (en el vuelo de vuelta le ocurrió lo mismo a otra familia).
El vuelo despega puntual. Vemos el amanecer mientras el avión va cogiendo altura ¡es espectacular!
Las niñas se duermen, mi marido se duerme, y yo no puedo ni cerrar los ojos (¿nervios quizás?). Me paso el viaje haciendo limpieza de fotos en el móvil.
A las 08:20h aterrizamos en Orly. A las 08:40h ya estamos recogiendo las maletas y salimos al encuentro de nuestro taxista, que nos llevará directos al hotel. Nos toca una furgoneta monovolumen Mercedes negra con los cristales tintados (¡parecemos importantes y todo!). A las 9:00h ya vamos de camino.
Llegamos al hotel poco antes de las 10h. Pasamos el control de seguridad con las maletas, y mientras mi marido las deja en consigna yo hago el check-in (no me llevó más de 5 minutos pues lo había hecho en la app). Me dan las Magic Pass, me indican horarios de desayuno y cena, y me dicen que aún no tienen la habitación disponible y que nos avisarán por mail o sms cuando esté lista, así cuando volvamos al hotel ya podemos ir directos sin pasar por recepción. Salimos a coger el transfer que nos lleva hasta el parque, que justo está en la puerta. Tardamos 10 minutos en llegar.
A las 10:30h ya estamos en la cola para pasar el control de seguridad. Unas fotitos frente al hotel Disney (en obras), nos compramos las orejitas de Minnie (¡como no!) en la primera tienda que encontramos y a las 10:50h estamos dentro del parque.
¡¡EMOCIÓN MÁXIMA!! No paramos de hacer fotos, vídeos, mirar hacia todos lados. Todo es mágico, estamos como en un sueño.
Nada más llegar nos encontramos con una cabalgata (Dream… and Shine Brighter). Suena la música, los personajes van en las carrozas saludando engalanados con los trajes del 30 aniversario. ¡Pelos de punta todo el rato!
Les vamos siguiendo hasta llegar a la zona del castillo de la Bella Durmiente, donde suben al escenario para bailar la coreografía. Más y más fotos y vídeos (sobretodo al castillo).
Cruzamos el castillo y vamos directos a subirnos en Le Carrousel de Lancelot.
Es la primera atracción que vemos y solo hay 15 minutos de cola, así que ¿por qué no? No tenemos nada en mente, sencillamente ir haciendo conforme vayamos encontrando por el parque. El primer día nos lo tomamos como un reconocimiento del terreno. Nos hemos pegado un madrugón así que no nos apetece darnos un tute, que nos quedan 4 días más por delante.
La siguiente atracción es Mad Hatter’s Tea Cups. Hacemos 10 minutos de cola y nos ponemos a dar giros dentro de una taza gigante. A mi hija pequeña le chiflan, cada vez que vamos a Port Aventura tenemos que subirnos sí o sí.
De ahí nos vamos a Dumbo the Flying Elephant. 15 minutitos de cola y a volarrrrrrrrrrr. Las vistas son una pasada. Me paso todo el rato grabando en vídeo y haciendo fotos y riendo como una niña pequeña.
Seguimos paseando y hacemos más fotos, alucinando con todo lo que vemos. Es todo precioso y no deja de sorprendernos cada rincón. Todo tan bien cuidado, tan limpio, tan bien decorado. Realmente es como estar en un cuento, en un sueño.
Son las 13:30h, tenemos hora para comer en Captain’s Jack a las 14:15h, así que aprovechamos para pasar a la zona de Adventureland y probar la atracción de Piratas del Caribe (que está justo al lado del restaurante) y solo hay 25 minutos de cola.
Cuando nos queda poco para subirnos nos hacen desalojar la atracción por las puertas de emergencia pues hay una avería y no saben lo que tardarán en arreglarla, así que nos vamos a comer.
El proceso para entrar con reserva es muy sencillo, presentas una de las Magic Pass, indicas el apellido del titular de la reserva y te buscan en la lista. Cuando ven de qué país provienes intentan buscar un camarero que hable o se defienda con tu idioma. Es de agradecer, la verdad. Nos tocó una camarera la mar de simpática que se desvivía por hablarnos en español.
A las 14:10h ya estamos en la mesa con el menú en mano para pedir.
El servicio un poco lento, aunque nosotros ya íbamos con la idea de comer tranquilos y con calma, pero un poco más de agilidad no viene mal, que cuando hay hambre ¡el tiempo se hace eterno!. Eso sí, ¡¡¡la comida buenísima!!!
Y el restaurante espectacular. La decoración muy conseguida (quizás un poquito más de luz en las mesas sería ideal para leer el menú, todos sacábamos los móviles para poner la linterna jejejeje).
Comentar que la atracción de Piratas del Caribe pasa por dentro del restaurante. Así fue como nos dimos cuenta de que ya funcionaba, cuando empezamos a ver pasar las barcas llenas de gente.
A las 15:40h salimos de comer (horita y media, no está mal) y nos vamos directos a subirnos en Piratas del Caribe. Solo hay 20 minutos de cola, fenomenal. El paseo en barca muy agradable, los decorados, la música, los efectos, todo impresionante (o así nos lo pareció). Tanto, que repetimos 2 veces más en los siguientes días. Al salir de la atracción pasas por la tienda por si quieres comprar la foto. Nosotros no la cogimos pues a la peque la tapaban los de delante y no se la veía (pobre, le pasó en todas las atracciones que se subió y que hacían foto).
Hablando del tema fotos, en un principio nos habíamos planteado comprar el Photopass, había leído que era muy útil si pensabas comprar varias fotos, pero una vez allí decidimos no hacerlo. Suerte que no lo compramos, porque solo nos quedamos con 2 fotos en atracciones (15€ cada una) y el resto las hicimos todas nosotros, incluidas las de los personajes. Y quedaron fantásticas.
Decidimos volver a Fantasyland (donde habíamos estado antes de comer) y entrar en el Laberinto de Alicia en el País de las Maravillas.
Fue muy divertido dejar que la niña nos intentara guiar para poder encontrar la salida, que justo está en el castillo de Alicia. Una vez ahí puedes subir y desde arriba hay unas vistas espectaculares del parque.
Muy entretenido, la verdad.
Nos montamos también en Casey Jr – le Petit Train du Cirque y Le Pays des Contes de Fées. Ambas atracciones están bien. El tren es una especie de montaña rusa muy “suave” en la que pueden subir niños de todas las edades, y la otra son unas barcas que te dan una especie de tour por decorados de distintos cuentos.
Queríamos ir a It’s a Small World porque había leído que era una atracción curiosa de ver y gustaría a la peque, pero está cerrada porque la están remodelando, así que no pudo ser.
Decidimos que es hora de tomar algo, y de irnos al hotel a deshacer el equipaje y descansar. Pasado el castillo al entrar en la Main Street U.S.A. nos encontramos con la cabalgata Disney Stars on Parade. Nos quedamos un rato a verla y hacer fotos, vídeos y bailar y disfrutar viendo a todos los personajes mientras van pasando en sus carrozas.
Entramos a tomar algo en una de las cafeterías (Cable Car Bake Shop). Y de ahí directos a coger el bus que nos lleva al hotel.
Nos ha tocado la habitación 6286 (me llegó el aviso justo mientras merendábamos). Es amplia, con 2 camas dobles, baño con bañera, servicio de café e infusiones y, lo más de lo más, balcón con vistas al lago y al hotel New York The art of Marvel.
Qué pasada de atardeceres hemos visto desde ahí. Que por cierto, pasaban las 22h y aún había luz de día. Lo único malo, la temperatura en la habitación. El termostato a 18º y no había forma de subir la temperatura o pararlo. Mi marido preguntó en recepción y le dijeron que estaba así por defecto, y que para que se parase o bien debíamos abrir la puerta del balcón y dejarla abierta (¿¿¿perdón??? a 12º durante la noche que hemos estado todos los días iba a ser que no…) o bien ponerla en uno de los modos que se podían seleccionar en el termostato (que no recuerdo el nombre) y entonces salía un mínimo de aire apenas imperceptible. Y así hicimos.
Deshago maletas mientras mi marido y las niñas se dan una ducha. Luego me toca a mi. Y de ahí a cenar. Tenemos reserva a las 20:30h en Cape Cod, uno de los restaurantes del hotel. Al igual que en la comida, nos piden una Magic Pass, el apellido y nos asignan mesa una vez comprobada la reserva y el plan de comidas contratado. El camarero se defiende en español, incluso nos pregunta si lo hace bien

Salimos de cenar y decidimos dar un paseo alrededor del lago, pero… ¡¡¡¡hace frío!!!! (unos 16º según la app de mi móvil) y solo la peque y yo habíamos bajado a cenar con una chaqueta (yo soy muy friolera y con los aires acondicionados lo paso muy mal). Así que nos hacemos alguna foto en la que se vea el nombre del hotel con el edificio de fondo y nos vamos a la habitación.
Nos acostamos y nos quedamos fritos al momento, eso sí, tapaditos con el nórdico, que a 18º se agradece. El palizón hoy ha sido importante. Mañana más… y mejor.