Blogs / Diarios 
Recorrido por Via Toledo e Quartieri Spagnoli
Desde la Piazza Plebiscito empezamos este recorrido.
¿Has escuchado hablar sobre gente que intenta cruzar la plaza del Plebiscito con los ojos vendados? El hecho que dio origen a esta curiosa práctica se ubica en el reinado de la reina Margarita de Saboya: La reina daba una vez al mes la posibilidad a un prisionero de liberarse si lograba llegar, con los ojos vendados, desde la puerta del Palacio Real hasta la otra punta de la plaza y debían hacerlo pasando por entre las estatuas ecuestres de Carlos III de Borbón y su hijo Ferdinando I.
La plaza del Plebiscito (en el pasado Largo di Palazzo o Foro Regio) es una plaza ubicada en el corazón de la ciudad, con una superficie de unos 25 000 m², a la que se asoman algunos de los edificios históricos más importantes de Nápoles: el Palacio Real, la Basílica de San Francisco de Paula, el Palacio de la Prefectura y el Palacio Salerno. Desde aquí se contempla el Castel Sant’Elmo y la Certosa di San Martino al noroeste. La plaza fue por siglos un ensanche irregular, donde se desarrollaban las fiestas populares alrededor de las macchine da festa, proyectadas por arquitectos como Ferdinando Sanfelice y Francesco Maresca. Sólo a partir de los principios del siglo XVII fue "regularizada", también por la edificación del Palacio Real, obra de Domenico Fontana. A esta gradual transformación siguieron, desde la mitad del siglo XVIII, intervenciones radicales, realizadas por los arquitectos que trabajaban en la cercana residencia real.
A los principios del siglo XIX, durante el período napoleónico, la plaza cambió su aspecto, siendo completamente rediseñada por orden de los monarcas franceses. Los edificios religiosos fueron demolidos, debido a que limitaban el espacio e impedían integrar a la plaza en el tejido urbano circunstante; en lugar de ellos se erigieron edificios de Estado por voluntad de Joaquín Murat.
La plaza del Plebiscito está en el cruce de importantes calles como Via Toledo, Via Chiaia y el paseo marítimo, no lejos de otros monumentos de Nápoles, como el Teatro de San Carlos, la Galleria Umberto I y el Castel dell'Ovo. Además, desde la plaza es visible la colina de san Martino, con la Cartuja de San Martino y el Castel Sant'Elmo.
Se desarrolla en un amplio espacio arquitectónico. En el lado oeste se encuentra una columnata semicircular, en el centro de la cual se eleva la Basílica de San Francisco de Paula, erigida por Fernando I como exvoto por la reconquista del Reino, después del dominio francés. La iglesia, comisionada a Pietro Bianchi en 1817, fue completada en 1846 y realizada en estilo neoclásico como reproducción del Panteón de Roma.
Frente a la iglesia, aisladas en la plaza, se encuentran las estatuas ecuestres de Carlos III y de su hijo Fernando I. La primera es obra de Antonio Canova, que la realizó entre 1816 y 1822, año de su muerte; de la segunda figura logró completar sólo el caballo, mientras que el rey fue tallado por su discípulo Antonio Calì.
En el lado oriental de la plaza está situado el Palacio Real; en el eje transversal se enfrentan el Palacio de la Prefectura y el Palacio Salerno (siglo XVIII). La fachada que da a la plaza es la más antigua.
En 1963 una ordenanza municipal transformó la plaza en un aparcamiento público hasta que, en 1994, en ocasión de la Cumbre del G-7, el alcalde la convirtió en zona peatonal. Desde ese momento, se ha convertido en el escenario de los principales eventos de la ciudad: mítines electorales, conciertos, emisiones televisivas en directo, ceremonias públicas etc
Basílica San Francesco di Paula
Horario: L-D 08.30h a 19.30h
Gratis
En 1809 Joaquín Murat, rey de Nápoles durante la ocupación napoleónica, ordenó la demolición de los antiguos conventos del Largo di Palazzo (actual Plaza del Plebiscito) y convocó un concurso público para la realización de una nueva plaza. El arquitecto Leopoldo Laperuta fue encargado de la construcción del amplio hemiciclo sustentado por 38 columnas gigantes de orden dórico, que debía enfrentarse al Palacio Real y tomar como referencia la antigua tradición de las plazas porticadas, centro de las actividades políticas, económicas, sociales y culturales de la ciudad.
En 1815 el rey Fernando I decidió la edificación de la basílica como exvoto a San Francisco de Paula por la reconquista del Reino, después del dominio francés. En 1817 fue convocado un concurso, que ganó Pietro Bianchi. Las obras se terminaron en 1824, en 1836 la iglesia fue inaugurada por el papa Gregorio XVI, que le otorgó el título de basílica, la hizo independiente de la Archidiócesis de Nápoles y concedió a sus sacerdotes el privilegio de celebrar misa con el altar dirigido hacia los fieles.
La iglesia, por su forma circular, recuerda el Panteón de Agripa. La fachada es precedida por un pronaos formado por seis columnas y dos pilares de orden jónico, que sostienen un arquitrabe en el que está tallada la dedicatoria: «D.O.M.D. FRANCISCO DE PAULA FERDINANDUS I EX VOTO A MDCCCXVI».El pronao está coronado por un tímpano clasicista en cuyas cumbres están colocadas tres estatuas representando a la Religión, en el centro, San Francisco de Paula, titular de la iglesia, y San Fernando, en honor del rey Fernando I. El pronao es accesible por el pórtico y por la escalera que sube desde la plaza.
En el pórtico se encuentran las estatuas de las cuatro virtudes cardinales (Templaza, Justicia, Fortaleza y Prudencia) y las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad). En la plaza las dos estatuas ecuestres que representan al rey Fernando I y a su padre, Carlos III, rey de Nápoles y de España.
Cuerpo central: Se accede a un atrio, flanqueado por dos capillas; en la derecha se conserva una obra juvenil de Luca Giordano, Sant'Onofrio Orante.
Cúpula. La iglesia está rematada por tres cúpulas: la central, de 53 m de altura, está construida en un amplio y alto tambor. El centro la rotonda, del diámetro de 34 m, está cubierta por una cúpula sostenida por 34 columnas de orden corintio, de 11 m de altura con fustes en mármol y pilares alternados. Sobre la columnata están las tribunas y, a lo largo de las paredes, ocho estatuas de santos
El altar mayor. Sobre los altares de las capillas se encuentran, de derecha a izquierda, las siguientes pinturas: San Nicola da Tolentino y San Francesco di Paola che riceve da un angelo lo stemma della carità, Ultima comunione di San Ferdinando di Castiglia, Transito di San Giuseppe, Immacolata y Morte di Sant'Andrea Avellino. Frente a la entrada está el altar mayor, obra de 1641, traslado aquí en 1835 desde la Iglesia de los Santos Apóstoles, adornado de lapislázulis y piedras preciosas.
En el ábside se encuentra San Francesco di Paola resuscita un morto, tela de Vincenzo Camuccini; en la sacristía, Immacolata de Gaspare Landi y Circoncisione de Antonio Campi.
Palazzo Reale
Se puede visitar el Apartamento Histórico al que se accede por la majestuosa Escalera de Honor que Montesquieu definió como la más bella de Europa. El apartamento consta de más de 30 habitaciones, incluido Teatro di Corte, la Sala del Trono e la Cappella Reale, que contienen preciosos muebles y pinturas de la colección de los Borbones.
También hay numerosos espacios al aire libre que se pueden visitar: il Cortile d’Onore, il Cortile delle Carrozze, il Cortile del Belvedere y el Giardino Pensile, que ofrecen una espléndida vista del Golfo de Nápoles y el Vesubio. Desde el Patio de Honor también se puede acceder al Jardín Romántico donde se encuentra la entrada a la 'Galería del Tiempo', el recorrido multimedia de la historia de Nápoles instalado en las Caballerizas Borbónicas.
La visita al Apartamento Histórico tiene una duración media de una hora aproximadamente.
Horario:
Appartamento Storico: 9.00 ‒ 20.00
Cappella Reale e retrostanze: 12.30-15.45
Galleria del Tempo: 10.00 ‒ 17.00
Giardino Romantico: Apertura: 9.00/ Cierre: de mayo a agosto 20.00h
Giardino Pensile: Acceso sin guía (duración 15’): L-M-J-V. 13.00 y 15.15; S. 13.00 y 14.30; D. 15.15. Visita guiada (duración 40’): S. 17.00 y 17.45; D. 11.00, 11.45 y 12.30
Precio:
Appartamento + Galleria del Tempo + Muestra temporal: entero: € 10/Reducido: € 2 (Ciudadanos UE 18-25 años), Gratuito menores de 18 años
Giardino Pensile: € 2, más, para acceso sin guía; € 5, más, con visita guiada
Período Virreinal (1600-1734)
La construcción del Palacio Real fue encomendada en 1600 por el virrey Fernando Ruiz de Castro, Conde de Lemos. El palacio fue residencia de los virreyes (primeros representantes de los reyes de España y luego de los emperadores de los Habsburgo) hasta 1734, año en que Carlos de Borbón se convirtió en rey de Nápoles y la convirtió en su sede oficial.
Período borbónico (1734-1805)
El rey inició importantes obras, ampliando el palacio por la fachada sur, creando un jardín colgante (pensile) con vistas al Vesubio, reorganizando los espacios interiores, con especial atención a los aposentos privados del rey y la reina María de Sajonia. Se construyeron dos nuevos patios y se renovó la decoración pictórica, con la intervención de artistas como Francesco Solimena, Francesco De Mura y Domenico Antonio Vaccaro. En 1768, con motivo de la boda de Fernando IV de Borbón -que sucedió a su padre Carlos en el trono de Nápoles- con María Carolina de Austria, se inauguró el Teatro de la Corte. Treinta años antes, en 1737, el antepasado de la línea borbónica de Nápoles había fundado el Teatro di San Carlo, el teatro de ópera más antiguo del mundo, en una área adyacente al Palacio.
Período Napoleónico (1805-1816)
En el período napoleónico, el Palacio Real estuvo habitado por Gioacchino Murat, que sucedió a Giuseppe Bonaparte en 1808, a quien Napoleón había confiado el Reino de Nápoles. Su esposa Carolina, hermana menor de Napoleón, enriqueció el palacio con muebles franceses y enseres del Palacio del Quirinal, elegido como residencia del emperador en Roma.
Reino de las dos Sicilias (1816-1860)
Fernando de Borbón volvió a Nápoles en 1816, al final de la década napoleónica, con el nuevo título de Rey de las Dos Sicilias. El reinado de Fernando I fue uno de los más largos de la historia: duró más de 65 años, incluida la regencia, durante los cuales trasladó la fábrica de porcelana (1772) y la fabricación de tapices (1778) a la zona del Palacio Real. El aspecto actual del Palacio se debe a las radicales intervenciones tras el incendio de 1837, en los años del reinado de Fernando II. En ese período el edificio alcanzó su extensión actual, se demolió el palacio virreinal preexistente, se renovaron la Escalera de Honor y el apartamento "di Label" según el estilo neoclásico y los apartamentos privados se trasladaron al segundo piso.
Período de Sabaudo (1860-1919)
Con la anexión del Reino de las Dos Sicilias al Reino de Italia (1860), el palacio pasó a manos de la familia Saboya. Fue el rey Umberto I quien hizo colocar las estatuas de los ocho soberanos de las diferentes dinastías que ocuparon el trono de Nápoles (1888) en los nichos de la fachada principal, en correspondencia con las arcadas del pórtico, tapiado en 1753 por Luigi Vanvitelli para consolidar la estructura.
Dentro del Appartamento Storico se puede visitar
SCALONE D'ONORE
Definido por Montesquieu en 1729 como "le plus beau escalier d'Europe", fue construido en piperno entre 1651 y 1666 y diseñado desde cero en mármol en la restauración general del edificio que data de la década de 1840. El gran espacio se enriqueció con una nueva decoración de inspiración neoclásica, con ornamentos y alegorías. En los pasajes laterales dos bajorrelieves alegóricos: a la derecha, La Victoria entre el genio de la Fama y el Valor; a la izquierda, La Gloria entre los símbolos de la Justicia, la Guerra, la Ciencia, el Arte y la Industria. En las paredes laterales hay cuatro nichos con monumentales esculturas de yeso que representan las virtudes reales: a la derecha, la Justicia y la Fortaleza a la izquierda, la Clemenza y la Prudenza.
La bóveda del pabellón está decorada con estucos blancos sobre fondo blanco grisáceo, con festones y escudos del Reino de las Dos Sicilias. En el centro destaca el escudo de los cruzados de Saboya, colocado en 1861 en sustitución del anterior escudo de armas de los Borbones; a la derecha, el águila entre olas estilizadas, símbolo de Basilicata y, más tarde, el caballo rampante, emblema de Nápoles. A la izquierda están los escudos de armas de Calabria (dos cruces de Jerusalén sobre el fondo rayado de los polos de Aragón) y de Sicilia o Triquetra (tres patas saliendo de un sol).
TEATRO DI CORTE
SALAS DESTACADAS
Sala VIII: Tapices franceses descriptivos y alegóricos del s.XVIII que representan la tierra y el mar.
Sala XII: Lienzo del s.XVI “Gli esattori delle imposte” de Van Reymerswaele.
Sala XIII: El estudio de Joachim Murat en el s.XIX, pero el ejército aliado lo utilizó como cantina durante la II GM.
Sala XXIII: Una mesa de lectura rotativa hecha para la reina Mª Carolina de Austria
CAPPELLA REALE
Dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, fue construida entre 1643 y finales del siglo XVII. El estado actual deriva de los arreglos decorativos del siglo XIX y de las restauraciones de posguerra. La puerta de madera del siglo XVI procede de la Capilla del Palacio Vecchio de Don Pedro de Toledo, demolida en el siglo XIX. En la nave central, a la altura de los ventanales, se pueden reconocer las Historias del Génesis aunque muy dañadas; abajo y en el ábside, una serie de Ángeles del pintor Giuseppe Cammarano de estilo neobizantino en la época de Murat. En el centro del techo, la Asunción de la Virgen, en óleo sobre lienzo, de Domenico Morelli (1862-1869). Las naves laterales, que conservan los estucos decimonónicos están pintadas por pintores de la Academia Napolitana, representando Historias de Cristo y María. El altar de piedras semipreciosas y cobre dorado es obra del decorador barroco napolitano Dioniso Lazzari (1674) y procede de la iglesia de Santa Teresa degli Studi, de la que fue retirado tras la supresión de órdenes religiosas decretada por Giuseppe Bonaparte en 1808. Ágatas, jaspes, lapislázuli, amatistas y ónices tallados e insertados en el marco dorado conforman la ilusión escenográfica de un templo con columnas en perspectiva, en el que Santa Teresa levita en el punto de fuga.
La Capilla estaba destinada a la vida y las ceremonias religiosas del Palacio: en los siglos XVII y XVIII también fue un importante centro de la Escuela de Música de los Maestri di Cappella, incluidos Scarlatti y Pergolesi.
LA GALLERIA DEL TEMPO
Es un nuevo espacio expositivo: La exposición permanente lleva al visitante a un recorrido por más de 2500 años de historia de la ciudad de Nápoles, desde la época grecorromana hasta la inclusión de su centro histórico en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El itinerario se abre con la exposición de importantes hallazgos arqueológicos encontrados en las excavaciones del Metro de Nápoles que interactúan con instalaciones multimedia y proyecciones de video que ilustran la evolución urbana de la ciudad. La representación multimedia de personajes de las cortes angevina y aragonesa, en forma de hologramas, permite escuchar diálogos imaginarios de Roberto D’Angiò con Simone Martini, Petrarca, Boccaccio y Giotto y de Alfonso d’Aragona con Sannazaro y Pontano. El aparato didáctico de textos y videos recorre las épocas virreinal y borbónica, plasmadas en un relato en imágenes evocadoras de hechos históricos y los monumentos más significativos de la ciudad, contrarrestados por esculturas y elementos decorativos de iglesias del centro histórico. El siglo XX está representado por una selección de extractos de obras maestras cinematográficas como Paisà y Le mani sulla città que ilustran la historia de Nápoles en el paso crucial de la Segunda Guerra Mundial a los años del milagro económico italiano. El itinerario expositivo finaliza con la recreación de los sonidos y colores de un callejón del centro histórico de Nápoles que nos proyecta a una contemporaneidad cargada de tradición, introducida por la obra en bronce Testa di Pulcinella del artista Lello Esposito.
GIARDINI E CORTILI
En el exterior del palacio hay varios jardines y patios, entre los que destaca el “Jardín colgante” que tiene precio aparte y se necesita reserva y un horario restringido, en el que lo que más destaca son sus vistas sobre el Vesubio.
También está el “jardín Romántico” y el “jardín Italia” incluidos en el precio de la entrada del palacio. Así como también los patios de Honor, de las Carrozas y el Belvedere.
Al salir del palacio real vamos muy cerca a la Piazza Triestre e Trento. Plaza en la que se encuentra el café más glamuroso de la ciudad, el Caffé Gambrinus.
Se trata del más emblemático café de la ciudad. El café literario más famoso de Nápoles. El lugar de encuentro de intelectuales, políticos y empresarios que han dejado fragmentos de su grandeza en sus salones. Uno de los ejemplos más exitosos en Italia de café literario de inspiración europea, templo de la élite intelectual napolitana e internacional. El Gran Caffè Gambrinus siempre ha sido el café frecuentado por los presidentes de la República italiana que visitan Nápoles. A principios de la década de 1970, Michele Sergio inició la batalla para recuperar las instalaciones del café ubicado en el corazón de Nápoles.
Muy cerca, se encuentra el Teatro di San Carlo
"... Non c'è nulla in tutta Europa, che non dico si avvicini a questo teatro, ma ne dia la pallida idea. Gli occhi sono abbagliati, l'anima rapita..."
(Stendhal, 1817)
Y, según su web, es posible comprar los tickets llegando 10-15' antes de la visita
Precio :entero: 9€, Ridotto: 7€ (menor 18€), Familia: 26€ (2 adultos + 2 menores de 18).
Saliendo del teatro y por via San Carlo, en 3’ llegamos al Castel Nuovo o Maschio Angiono (Torreón angevino), una de las construcciones más famosas de Nápoles. Fue levantado por los angevinos en el siglo XIII, y se encuentra justo frente al puerto de la ciudad, desde donde parten los ferries turísticos.
Después de ascender al trono de los reinos de Nápoles y Sicila, Carlos de Anjou I decidió trasladar la capital desde Palermo a Nápoles. En aquel entonces, ya existían en la ciudad otros dos castillos: el Castel Capuano y el Castillo del Huevo. Sin embargo, Carlos decidió encargar la construcción de un nuevo castillo para albergar a su corte, de ahí el apelativo de “Castel Nuovo”. El castillo fue construido entre 1279 y 1282 y ocupado en 1285 por Carlos II de Anjou. A lo largo de su historia ha sido remodelado y ampliado en diferentes ocasiones. Los cambios más significativos fueron, sin duda, los que introdujo Alfonso V de Aragón.
Alfonso V decidió fortificar el castillo y dejar abierta hacia el mar una vía de escape. Además, las torres rectangulares de la época angevina fueron reemplazadas por otras redondas, más aptas para hacerles frente a las balas de cañón.
El detalle más interesante que introdujo Alfonso V, y que hoy es uno de los principales atractivos del castillo es el magnífico arco del triunfo que ubicó entre dos de las torres occidentales y que es todo un himno del Renacimiento: construido en 1470 en mármol blanco y de 35 m de altura. En su punto más alto lleva grabada la entrada en 1443 de Alfonso V de Aragón en Nápoles. El arco inferior está enmarcado por columnas corintias y también tiene vistosos relieves. El centro tiene un escudo con los símbolos del rey de Aragón.
El friso de debajo dice:
"ALFONSVS REX HISPANVS SICULVS ITALICUS PIVS CLEMENS INVICTUS"
y por encima de él se lee:
"ALFONSVS REGUM PRINCEPS HANC CONDIDIT ARCEM" (Alfonso Rey construyó este Castillo)
El segundo arco superior está coronado por leones y cuatro nichos con estatuas que representan las virtudes de Alfonso. Por encima de esto hay un dintel redondeado con dos genios con cuernos de abundancia coronado por Alfonso en traje de guerrero. Esta cornisa fue concebida para una estatua ecuestre. Las tres estatuas de san Miguel, san Antonio Abad y de san Sebastián, y las dos recostadas, en la cima del arco, son de Giovanni da Nola. Pasando bajo este arco se entra en la plaza por las Puertas de Bronce, ejecutadas por el monje Guglielmo de Nápoles y que representan en varios compartimientos las victorias de Fernando I de Nápoles sobre el duque de Anjou y los barones rebeldes.
El castillo es sede del Museo Cívico de Nápoles y durante el recorrido se visita:
Capilla Palatina: Se encuentra dentro del perímetro de la fortaleza, construida por los angevinos en 1307, la estructura ha mantenido su aspecto original. La capilla da a la pared posterior del puerto, mientras que la fachada del patio está adornada con un pórtico renacentista y un espléndido rosetón. La estructura fue en parte restaurada a finales del siglo XV, debido a un fuerte terremoto en 1456. La estructura interna es de estilo gótico, con ventanas que iluminan las habitaciones y obras de arte. Hay numerosas esculturas organizadas por la capilla, como "el tabernáculo con la virgen y el niño” del alumno de Donatello y Brunelleschi, Domenico Gagini. Fueron destruidos en el siglo XV los frescos de Giotto relacionado con un ciclo del Antiguo y Nuevo Testamento.
Sala dei Baroni: Es la sala principal del castillo. Llamada Sala Maior, nació como Salón del trono y contuvo pinturas al fresco de Giotto (ahora perdidas). El salón fue renovado durante la reconstrucción del castillo encargado por Alfonso de Aragón. Un evento importante dio su nombre a la sala: algunos barones conspiraron contra el rey Ferrante I y fueron arrestados aquí y ejecutados. La habitación da al mar y tiene una hermosa bóveda en forma de paraguas reforzada con lunetas arqueadas puntiagudas. La sala alberga el portal de mármol de dos caras de Domenico Gagini, con bajorrelieves que representan a Alfonso V de Aragón. Hasta el 2006, el salón fue sede de las reuniones del Ayuntamiento de Nápoles.
Sala de la Armería. Lo más interesantes de este lugar son los restos arqueológicos de la época romana que se hallaron mientras se hacían obras de restauración. Datan de los siglos I a. C. y V d. C. y de pueden observar detrás de un vidrio.
Capilla de las Almas del Purgatorio. El interior tiene una decoración de estilo barroco, con el altar principal adornado con una pintura de la Madonna del Carmine con San Sebastiano, el papa Gregorio I y las almas del purgatorio.
Capilla de San Francesco da Paola. Lleva el nombre del santo de Calabria precisamente porque le acogió durante su viaje a París. Fue consagrado en el 1668, después de una restauración en estilo barroco. La bóveda del siglo XV fue destruida durante la II Guerra Mundial.
Las cárceles y la leyenda del cocodrilo.
Debajo de la capilla palatina hay dos habitaciones utilizadas como prisión: la prisión "della mille" y la "de los barones". La prisión de Mile se usaba anteriormente como una tienda de granos, pero cuando se usó como prisión fue escenario de eventos extraños. Los prisioneros desaparecían bajo circunstancias misteriosas. El dilema no tardó en resolverse: Un gran cocodrilo se infiltró dentro de la prisión y se llevó a los desafortunados. La leyenda dice que posteriormente, para eliminar todos los rastros de las víctimas más incómodas de ejecutar, se cavó un pozo en el suelo, conectado directamente al mar, a través del cual el gran cocodrilo actuaba como "verdugo", llevándose a los desafortunados con ellos más fácilmente.
La segunda sala, la llamada prisión de los Barones, está directamente conectada a la Capilla Palatina por una escalera de caracol, y lleva este nombre precisamente por la conspiración de los Barones celebrada en la Sala del Trono.
Horario: L-S de 9: 00 a 19: 00. D: a menudo hay entrada libre para visitar el patio, la Capilla Palatina, la Sala dei Baroni, la Sala dell'Armeria y la Sala della Loggia. El Museo Civico se cobra por separado.
Precio: completo: 6€/Reducido con Artecard: 3€/Gratis EU menor 18 años
Desde allí, retrocediendo ponemos rumbo a la Galería Humberto I a la que hemos podido acceder al salir del Teatro di San Carlo; ya que se encuentra enfrente.
La zona donde se encuentra la galería, Santa Brigida, estaba densamente urbanizada en el siglo XVI y se caracterizaba por una maraña de calles paralelas, conectadas por cortos callejones, que desde Via Toledo desembocaban frente a Castel Nuovo. Estos callejones tenían mala fama, ya que en ellas habían tabernas y prostíbulos y se cometían delitos de todo género y constantemente. Hacia 1880 el deterioro alcanzó su máximo nivel: en los estrechos callejones se levantaban edificios de seis pisos en un entorno higiénico insalubre (entre 1835 y 1884 se habían producido nueve epidemias de cólera en esa zona). Bajo la presión de la opinión pública, tras la epidemia de 1884 se consideró necesaria una intervención gubernativa. En 1885 fue aprobada la ley para el saneamiento de la ciudad (Risanamento) y la zona de Santa Brigida fue objeto de su aplicación. El proyecto ganador fue el del ingeniero Emmanuele Rocco, luego ampliado por Ernesto di Mauro. Este proyecto preveía una galería con cuatro brazos que se cruzan en un crucero octagonal, cubierto por una cúpula. La demolición de los edificios preexistentes comenzó el 1 de mayo de 1887, y el 5 de noviembre del mismo año se colocó la primera piedra del edificio. La galería fue inaugurada en el espacio de tres años, precisamente el 19 de noviembre de 1890, y dedicada a Humberto I, rey de Italia.
La fachada en Via Toledo posee, a los lados de la entrada, dos escudos representantes del Seggio de Capuana, con un caballo pasante, y del Seggio de Portanova, con una puerta. La fachada en Via Santa Brigida presenta los escudos de los Seggi de Porto, con un hombre marino, y de Montagna, con unos montes. A los lados del arco se encuentran dos paneles alusivos a la guerra y a la paz. En la fachada en Via Verdi están los escudos del Seggio de Nilo, con un caballo desenfrenado, y del Seggio del Popolo, con la letra P. A los lados se encuentran dos paneles alusivos a la abundancia y a la riqueza, caracterizados por el cultivo de la tierra y el ejercicio de la navegación. Seggi = consejeros
El interior de la galería está constituido por dos calles que se cruzan ortogonalmente, cubiertas por una estructura en hierro y vidrio y flanqueadas por algunos edificios, cuatro de los cuales con entrada desde el octágono central. Las fachadas de los edificios reflejan la principal: en el orden inferior está dividido por grandes lesenas lisas, pintadas con falso mármol, que encuadran las entradas de las tiendas y de los entresuelos superiores. La bóveda en vidrio y hierro, proyectada por Paolo Boubée, logra armonizar perfectamente con la estructura en albañilería. En las pechinas de la cúpula ocho figuras femeninas de cobre sostienen lámparas. Las amplias lunetas en las cabeceras de los brazos presentan complejas escenas en estuco, todas relacionadas con la música. En el tambor de la cúpula, decorado con ventanas semicirculares, es visible la Estrella de David presente en todas las cuatro ventanas.
En el pavimento bajo la cúpula se encuentran mosaicos con vientos y signos zodiacales, realizados en 1952 en sustitución de los originales, dañados por los pasos y la guerra. Los bombardeos provocaron la destrucción de todas las coberturas de vidrio. Cerca de las entradas, bustos y lápidas conmemoran lugares desaparecidos y los que participaron en la realización de la obra.
En el brazo hacia Via Verdi puede verse una inscripción que recuerda la posada "Moriconi", donde en 1787 se hospedó Goethe. Entrando del lado del Teatro de San Carlos se encuentra una lápida dedicada al ingeniero Paolo Boubée. En la parte de abajo a la galería hay otro crucero, de dimensiones menores, en cuyo centro se encuentra el Salone Margherita, teatro de la Belle Époque, que por más de veinte años fue la sede principal de la diversión nocturna de los napolitanos, acogiendo a varias personalidades nacionales.
Saliendo de la Galleria por Via Toledo a la izquierda hay uno de los múltiples locales de comida en la calle de la marca
, aunque no deben tener mucho sin gluten.Si subimos por via Toledo, la principal calle comercial de la ciudad, en 2’, llegamos al Palazzo Zevallos, (a pesar de pasar por delante de él varias veces lo encontramos cerrado
)Horario: M-V 10:00- 19.00 / S-D: 10:00 -20:00. El primer domingo del mes gratuito
Precio: Intero - 7 € / Ridotto - 4 € (Over 65) / Gratuito: menores 18
El Palazzo Zevallos (también llamado Palazzo Colonna di Stigliano o Palazzo Zevallos Stigliano) es un palacio monumental que alberga la homónima galería de arte, que forma parte de las Gallerie d'Italia propiedad del grupo Intesa Sanpaolo.
El palacio fue construido entre 1637 y 1639 por voluntad de la familia española de los Zevallos, duques de Ostuni, que querían un palacio nobiliario en la Via Toledo, al no conseguir construir uno en los cercanos y densos Quartieri Spagnoli. El primer propietario del palacio fue Giovanni Zevallos (Juan de Zevallos Nicastro), que adquirió la propiedad en 1639. Tras su muerte el palacio pasó primero a su hijo Francesco y posteriormente, en 1653, fue vendido a Giovanni Vandeneynden, comerciante y coleccionista de arte flamenco. En 1688 cambió la propiedad del edificio, atribuyéndola a la familia Colonna Stigliano. Durante todo el siglo XVII, el palacio sufrió importantes restauraciones y modificaciones. Destaca respecto al primer Palazzo Zevallos el lujoso portal de entrada con los escudos nobiliarios ejecutados por Fanzago. Otro encargo importante fue que Luca Giordano pintó unos frescos para embellecer las estancias interiores.
Durante la primera mitad del siglo XIX, a causa discrepancias internas de la familia Colonna di Stigliano, el palacio fue dividido en varias partes y alquilado a varios inquilinos que no tenían ninguna relación con la familia noble. Las decoraciones de Giordano se perdieron en este contexto, y también el prestigio del edificio en la Via Toledo que, mientras tanto, se convirtió en la calle más importante de la ciudad y vio crecer notablemente el número de edificios nobiliarios que la embellecían. Fueron varios los inquilinos que compraron una parte del palacio. En esta época, el palacio vio cambiar su arquitectura, gracias a las intervenciones neoclásicas de Guglielmo Turi. La porción más importante del palacio, actualmente visitable, fue adquirida por los Forquet, quienes embellecieron la escalera principal y las salas de la primera planta. A finales del siglo XIX, la cuota de los Forquet fue adquirida por la Banca Commerciale Italiana y el resto fue comprado en 1920. En esta fecha, el edificio volvió a ser un único palacio. En esta ocasión se encargó al arquitecto Luigi Platania que adecuara la estructura a su nuevo uso; data de estas obras la clausura del patio interior y la creación del gran salón de la planta baja. En el piso noble del palacio se instaló en 2007 una de las tres galerías de arte pertenecientes al grupo bancario, llamadas Gallerie d'Italia, que tiene unas ciento veinte piezas entre pinturas y esculturas
El portal de Cosimo Fanzago es majestuoso, típico de la arquitectura napolitana. Apenas sobrepasado es visible a la derecha otro gran escudo nobiliario de la familia Colonna con un breve grabado en mármol dedicado a ellos: el escudo es igual que el colocado sobre el portón principal.
Inmediatamente después de la entrada está el gran salón central de Luigi Platania, de estilo ecléctico, obtenido a costa de un patio de piperno que procedía del proyecto original de Fanzago. En sus paredes hay algunas pinturas murales de Ezechiele Guardascione y está cubierto con un lucernario acristalado. La monumental escalera de honor, situada a la derecha, conduce a la planta superior y está decorada con grandes lámparas y estucos dorados del gusto del siglo XIX. En la bóveda hay una Apoteosis de Safo de Giuseppe Cammarano firmada y datada en 1832. Las paredes, pintadas con fondo verde musgo, fueron decoradas en estilo neoclásico por Gennaro Maldarelli
Pasada la escalera monumental, se abren en sucesión las salas que componen el piso noble. Entre estas están la sala de los amorini, que tiene en el techo decoraciones de finales del siglo XIX; la sala de los estucos, decorada con elementos neoclásicos en las paredes; la sala de los pájaros, decorada en el techo con motivos animales y vegetales del siglo XIX, que le dan su nombre; la posterior sala pompeyana, que recibe su nombre de los motivos clásicos de las decoraciones a témpera presentes en su techo; y finalmente la sala de la fidelidad, llamada así por la representación pictórica de esta virtud en el techo, que incluye en sus elementos decorativos obras de Cammarano y Maldarelli.
En el interior de estas salas están alojadas las galerías de arte, que albergan ciento veinte obras entre pinturas, dibujos y esculturas, que forman parte de las colecciones de las Gallerie d'Italia propiedad del grupo Intesa Sanpaolo. El recorrido artístico parte de la obra maestra, el Martirio de Santa Úrsula, el último cuadro de Caravaggio pintado en mayo de 1610, pocas semanas antes de su muerte, que determina un punto de inflexión decisivo en las experiencias figurativas de los artistas que trabajaban en la capital del virreinato español en aquellos años.
Entre las obras expuestas, "Judith decapita a Holofernes" de Louis Finson, "Sansón y Dalila" de Artemisia Gentileschi, tres cuadros de Bernardo Cavallino, una Sagrada familia de Battistello Caracciolo, "San Francisco de Asís recibe los estigmas" de Gerrit van Honthorst, "El rapto de Elena" de Luca Giordano.
El camino prosigue con las obras de vista y paisaje, género que tuvo un extraordinario desarrollo en Nápoles entre los siglos XVIII y XIX, a partir de seis cuadros del holandés Gaspar van Wittel, considerado uno de los iniciadores de la pintura de paisaje moderna y a través de obras de Franz Ludwig Catel, Anton Smink Pitloo, Giacinto Gigante, Nicola Palizzi, Domenico Morelli, Federico Rossano, Edoardo Dalbono, Gioacchino Toma, Francesco Mancini, Vincenzo Migliaro, en una selección que permite seguir la historia excepcional de un género declinado en sucesivas fases experimentales, que colocaron a la Escuela Napolitana a la vanguardia en Europa.
Una colección de dibujos y esculturas de Vincenzo Gemito forma uno de los núcleos más importantes del célebre artista "scugnizzo": una colección de altísima calidad de terracotas, bronces y dibujos que, desde la década de 1870 hasta la de 1920 del siglo siguiente, documentan la extraordinaria parábola artística de Gemito. Un camino entrelazado con el drama personal de una existencia minada por profundos desequilibrios psíquicos, que implican largas interrupciones en la actividad creativa.
Seguimos por via Toledo y después del Palazzo, la primera a la izquierda, via Paolo Emilio Imbriani, hasta via Speranzella y a la derecha hasta la Chiesa di Sta Mª della Francesca delle cinque Piaghe (Vico Tre Re a Toledo, 13) (Cerrada casi todo agosto)
En sus aposentos se conserva la milagrosa silla de madera de la Santa, donde creyentes estériles se sientan para recibir la bendición con la esperanza de quedarse encinta. Las paredes de sus aposentos están repletos de cachivaches infantiles y pinturas, exvotos de quienes han sido atendidas sus peticiones, objetos domésticos, sus ropas ensangrentadas, su cama, su azote de flagelación, etc. El apartamento se halla encima de la capilla conocida por sus objetos de arte litúrgico napolitano del s.XVIII, destacando “La Divina Pastora”. A la derecha de la nave, una estatua de la Santa guarda sus huesos.
Santa Maria Francesca, también conocida como Anna Maria Rosa Nicoletta Gallo, nació en Nápoles el 25 de marzo de 1715, en el seno de una sencilla familia de artesanos. Su casa estaba ubicada en el llamado "Barrio Español". La pequeña Anna Maria frecuentaba asiduamente la iglesia de S. Lucia al Monte, donde conoció y fue guiada por el futuro santo Fra Giovanni Giuseppe della Croce. Pronto reveló su deseo de consagrarse al Señor oponiéndose al plan de su padre, que quería que ella fuera la esposa de un joven napolitano rico. Anna Maria sufrió maltratos y privaciones, pero no cedió. De hecho, el 8 de septiembre de 1731, a la edad de dieciséis años, se consagró al Señor en la tercera Orden Franciscana de Alcantarino, tomando el nombre de María Francesca de las Cinco Llagas de Jesucristo. Entre los muchos carismas de Sor María Francesca estaba el don de la profecía. Según los testimonios predijo muchos acontecimientos a personas de fe y sacerdotes que se dirigieron a ella como guía y consejera: predijo la Revolución Francesa muchos años antes. Como San Francisco de Asís, recibió los estigmas y todos los viernes y durante toda la Cuaresma sintió los dolores de la Pasión de Cristo. A los 38 años, junto con otra terciaria, Sor Maria Felice, se traslada a Vico Tre Re en Toledo en casa de su director espiritual, el padre Giovanni Pessiri, para cuidarlo. Murió a la edad de 76 años el 6 de octubre de 1791. Fue enterrada en la iglesia de Santa Lucia al Monte en Nápoles. Proclamada beata el 12 de noviembre de 1843 por el Papa Gregorio XVI, fue canonizada el 29 de junio de 1867 por el Papa Pío IX. Es la primera santa napolitana de la Iglesia. El 6 de octubre de 2001, sus reliquias fueron trasladadas al santuario del mismo nombre, en la casa de vico Tre Re donde había vivido.
Desde ahí por Luego por la via Speranzella hasta la via Emmanuele de Deo giramos a la izquierda hasta llegar a los Murales de Diego Armando Maradona.
Es curioso comprobar cómo se le recuerda y venera por cualquier rincón de la ciudad; pero en esta zona el fervor es alucinante. En los alrededores hay bares dedicados al jugador, hay tienda de camisetas, balones, gorras, bufandas y cualquier otra cosa relacionada con el astro del fútbol.
Un par de calles a la derecha, en vico lungo Montecalvario a la derecha damos con los Murales de Totò e Peppino. mucho menos concurridos y más relajados
Cerca de ahí en vico Teatro Nuovo se encuentra el restaurante Trattoria da Nennella (no se puede reservar) Famoso por el show que se monta con los camareros y el dueño y que, en su carta, consta que pueden hacer algo sin gluten
Vico Lungo Teatro Nuovo 103/104/105
Quartieri Spagnoli - 80134 Napoli
Aperti Lunedì – Sabato: 12.00 - 15.00 | 18.00 - 23.00 Chiusi Domenica
Estamos en la zona conocida como el barrio español o Quartieri Spagnoli. El conjunto urbanístico surgió en la primera mitad del siglo XVI, por voluntad del entonces virrey español de Nápoles, don Pedro de Toledo, con el objetivo de acoger las guarniciones militares españolas allí destinadas o como residencia temporal para aquellos que pasaban por la ciudad en dirección a otros lugares y, al mismo tiempo, como vivienda pública para los campesinos napolitanos que en aquellos años habían abandonado los campos de los alrededores para mudarse en la ciudad. A partir del siglo XVII perdió gradualmente su función militar, expandiéndose urbanísticamente y volviéndose un lugar poblado por artesanos y comerciantes, provenientes tanto de Nápoles como de las ciudades cercanas.
Hoy un barrio lleno de vida, restaurantes, motos que hay que conocer y recorrer.
Luego salimos a via Toledo y subimos por ella hasta Piazza Carità y allí empieza via Pignasecca que recorremos pasando por su mercado al aire libre.
Situada en el eje Piazza Carità-estación de Montesanto-Ventaglieri, enclavada entre la Via Toledo y la parte septentrional de los Quartieri Spagnoli, es uno de los lugares más populares y folclóricos de Nápoles. Aquí se realiza uno de los mercados más antiguos de la ciudad. Antiguamente la zona era propiedad de la familia Pignatelli di Monteleone y era conocida con el topónimo Biancomangiare (literalmente, «blanco comer»), que procedía de un merengue fabricado en la zona. En la actual Piazza di Montesanto había antiguamente un ruedo con toreros y picadores, construido durante el virreinato español
Existen al menos dos variantes sobre la etimología de la zona, cuyo nombre data de en torno al 1500: La primera hipótesis afirma que tras la construcción de la Via Toledo se nivelaron todos los terrenos agrícolas de la zona. Solo sobrevivió un pino (en napolitano pigna), el cual posteriormente se secó dando el nombre de Pignasecca a la zona. La segunda hipótesis está vinculada a una leyenda que afirma que en esta zona había un denso bosque de pinos poblado por muchas urracas. Un día una de estas urracas robó el anillo al obispo de la ciudad mientras estaba en la cama con su ama de casa. Este, en venganza, excomulgó a todas las urracas una a una y unos pocos días después el bosque se secó y las urracas se marcharon, dejando ese lugar árido, la Pignasecca.
El mercado de la Pignasecca, ubicado en pleno centro de la ciudad y frecuentado por miles de personas cada día, está bien comunicado gracias al funicular de Montesanto, que permite alcanzar el Vomero y abierto hasta las 20.00h. (parte de otro recorrido que explico más adelante)
Antes de llegar a piazza Carittà habremos pasado por la parada Metro de Toledo, una de las más bonitas de la red de metro de la ciudad.
La estación de Toledo viene a hacer literal la definición de arte underground en Nápoles. Porque esta parada de la línea 1 es un auténtico museo a 50 m de profundidad. El diario británico The Daily Telegraph la ha calificado como “la estación más bonita del mundo”.
Inaugurada en el año 2012, se trata de uno de los accesos a los Quartieri Spagnoli. En la salida a la via Montecalvario encontramos un inmenso cráter que conecta el nivel de la calle con el hall que da paso a las profundidades. Aquí, iluminado con luz natural desde la claraboya, se encuentra un paisaje marino compuesto por miles de mosaicos que revisten las paredes en una degradación de azules. Un diseño que tiene autoría española: la del arquitecto Oscar Tusquets, que lo ideó como una representación del movimiento del mar, con el que dieron las excavaciones al perforar la tierra. Y que, además, queda perfectamente integrado con los restos de una muralla del periodo aragonés que también fueron encontrados.
Descender por las escaleras mecánicas es descender al fondo de los océanos y acceder al metro por su otra entrada entrada supone encontrar Engiadina, un gigantesco panel de cerámica de Francesco Clemente.
Además de estas obras también hay una exposición fotográfica de rostros napolitanos y otras obras de arte más.
La de Toledo no es la única estación de la ciudad agraciada con diseño especial. En realidad, forma parte del programa Estaciones de Arte, encargado a arquitectos de renombre. Así, mientras en Vanvitelli hallamos las luces de neón de Mario Merz, en Dante sorprende una inquietante instalación de zapatos de Jannis Kounellis. La estación Municipio, alumbrada por Alvaro Siza y Eduardo Souto de Mura incluye su propio museo.
Al otro lado de la via Toledo, en la Piazza Carittà, por su extremo norte a la derecha tomamos Via Mario Morgantini a la izquierda hasta Via Mario Morgantini a la derecha hasta llegar al Complesso Monumentale Sant’Anna dei Lombardi.
Sant'Anna dei Lombardi (Santa Ana de los lombardos), también conocida como Santa Maria di Monte Oliveto, es una antigua iglesia y convento ubicado en la piazza Monteoliveto.
La iglesia fue construida originalmente en 1411 por Gurello Orilia, protonotario del rey Ladislas de Durazzo, quien patrocinó la construcción de la iglesia para el Monasterio de Santa Maria di Monte Oliveto. Fue confiado a la orden benedictina de los Olivetanos. El convento recibió un amplio mecenazgo de Alfonso I de Aragón y miembros de su corte. Domenico Fontana realizó más reconstrucciones de la iglesia en 1581. En el siglo XVII, la iglesia y el convento fueron reconstruidos en estilo barroco. En 1798, el rey Fernando I eliminó la orden de los Olivetanos del convento y la iglesia. La Archicofradía laica de Lombardi se trasladó a la iglesia de Monteoliveto, que pronto pasó a llamarse Sant'Anna dei Lombardi; el nombre se cambió porque la cofradía en 1798 había perdido su propia iglesia cercana que había sido dedicada a Santa Ana. En 1805, un terremoto derrumbó gran parte de la iglesia. Este derrumbe destruyó tres pinturas de Caravaggio.
Todo el complejo fue en un momento uno de los monasterios más grandes de Italia. La renovación urbana de la década de 1930 construida literalmente alrededor de las antiguas instalaciones, dejó gran parte de la estructura original en el centro. Por ejemplo, la gigantesca oficina principal de correos de Nápoles está en el extremo oeste del antiguo monasterio
La estructura de la iglesia es inusual porque la nave no tiene crucero, sino que tiene una planta rectangular lineal con diez capillas laterales. Fue renovado en un estilo renacentista tardío.
Entre sus interiores decorados se encuentra el santuario del siglo XVI que contiene esculturas de Guido Mazzoni. Los detalles góticos aún se conservan en la tumba de Domenico Fontana, y el altar fue ejecutado según el diseño de Giovan Domenico Vinaccia por Bartolomeo y Pietro Ghetti .
Entre las capillas destacan:
Capilla Scala (15): Contiene tumbas de militares, probablemente españoles, de la familia Scala. Estos restos se encuentran bajo la placa con diseños florales colocados en el centro del piso de mármol. La pared del fondo de la capilla muestra un altar coronado por un crucifijo de madera de un maestro desconocido, así como un ciclo de frescos sobre la Vida de Cristo de Malinconico.
Capilla Fiodo (13a): Se accede por un pasillo, en las paredes laterales se encuentran los monumentos funerarios de Antonio d'Alessandro, el barón de Cardito y diplomático y jurista. Su esposa, la aristócrata napolitana Maddalena Riccio (Rizzo) está enterrada junto a él. La tumba fue diseñada y esculpida por Giovan Tommaso Malvern en 1491. El monumento de la tumba de Antonio Fiodo fue completado por Francesco da Sangallo y Bernardino del Moro.
Capilla del Duelo (13c) (Cappella del Compianto) Después de la Capilla Fiodo, alberga la escultura de la Lamentación sobre Cristo Muerto (1492) de Guido Mazzoni . En la pared del fondo hay un Calvario de Giuseppe Mastroleo.
Antecámara que da a la sacristía (12): En la parte superior de la sacristía de Vasari hay un suelo de baldosas de mayólica, frescos en la bóveda, un retablo de Fabrizio Santafede que representa la Asunción de la Virgen y al lado un retrato al fresco de un monje olivetano, de Vasari.
Sacristía de Vasari: se accede por un pasaje a través de la Capilla Fiodo. La sacristía tiene frescos de estilo renacentista toscano pintados por Giorgio Vasari, así como puestos de madera decorados con incrustaciones de madera (1506-10) de Fra Giovanni da Verona.
Horario: L-S: 09.30-18.30h; D: 12.30-17.30h
Precio: Entero 6€ / Ridotto 4€ (menor 25 años); Hipogeo: +2€
En la desembocadura de la plaza frente a la iglesia, se encuentra la Fontana di Monteoliveto terminada en 1699. En lo alto se encuentra una estatua de bronce de Carlos II de España.
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
Viaje a Sorrento, Positano, Amalfi, Ravello, Maiori - Italia
