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Recorrido Sanità /Capodimonte
(Aviso: De este recorrido y debido a la evidente falta de tiempo, no pudimos hacer nada. Es una buena excusa para volver. De todos modos lo pongo aquí a modo de guía por si le interesa a algún futuro viajero a Nápoles)
Iniciamos el recorrido yendo a buscar el Bus 204 que en 13 paradas nos lleva a Capodimonte y el Palazzo Reale di Capodimonte
Plano: capodimonte.cultura.gov.it/ ...o-2022.pdf
El Bosque de Capodimonte está abierto todos los días en los meses de abril a septeimbre desde las 07.00h a las 19.30h.
Horario del Palacio Real di Capodimonte: Desde las 8.30h a las 19.30h se puede visitar la Primera Planta con la Galleria Farnese, la Galleria delle cose rare, la Collezione De Ciccio, la seccón de la Armeria Reale. Desde las 10.00h a las 17.30h se puede visitar el Segunda y Tercera Planta
Precio: € 12 entero /€ 2 reducido para los ciudadanos de la UE entre 18 y 25 años. Gratuito para los menores de 18 años.
El Palcio es la antigua residencia de verano de los reyes de la Dos Sicilias que atesora una de las colecciones más grandes y ricas de Italia y que adjunto se encuentra el Parco (Prque o Bosque) di Capodimonte, el pulmón de la ciudad.
El Museo compila colecciones históricas como la Farnesio: la Crucifixión de Masaccio, la Vírgen con el Niño y dos Ángeles de Boticelli; la Transfiguración de Bellini.
Tras dos siglos de virreinato español y treinta años de dominación austriaca, en 1734, con la llegada al trono de Carlos de Borbón, la ciudad de Nápoles volvió a ser capital de un reino independiente. El nuevo rey decidió realizar una remodelación urbana de la ciudad y entre sus varias ideas estuvo la de construir un palacio donde alojar su colección de obras de arte, la llamada Colección Farnesio, que entonces estaba dividida entre Roma y Parma. La colección había sido iniciada por el papa Paulo III en el siglo XVI, continuada por sus descendientes los duques de Parma y heredada por Carlos a través de su madre Isabel de Farnesio. El lugar escogido para la construcción del edificio fue la colina de Capodimonte, una zona boscosa del norte de Nápoles, de interés cinegético, con la intención de que además de su uso museístico sirviera también como alojamiento durante las batidas de caza. Además, la colina ofrecía vistas del Vesubio, San Martino y Posillipo.
El 10 de septiembre de 1738 se puso la primera piedra del palacio. El proyecto contemplaba un edificio de planta rectangular con tres patios interiores. Las salas orientadas al sur, con vistas del mar, estarían destinadas a la exposición de los cuadros, mientras que las más internas, que dan hacia el jardín, estarían dedicadas a la biblioteca. Las obras procedieron con bastante lentitud: al debilitamiento del entusiasmo inicial se añadieron problemas logísticos, como la falta de agua en la colina de Capodimonte y las dificultades para alcanzar el sitio a causa de la ausencia de una calle directa y el valle de la Sanità con varias subidas escarpadas.
Fue residencia histórica de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, y también de los Bonaparte, los Murat y los Saboya. Construido a partir de 1738 por órdenes de Carlos de Borbón para acoger la colección Farnesio, posteriormente sirvió de residencia real y compaginó ambas funciones hasta 1948. Desde 1957 alberga el Museo Nacional de Capodimote.
El palacio se distribuye en tres plantas y un entresuelo. En la primera se encontraban los Apartamentos Reales, cuya decoración aun se conserva parcialmente y que, actualmente, sirven para exponer mobiliario, objetos artísticos y decoración que perteneció a las diferentes dinastías que han habitado Capodimonte.
Saliendo del palacio o de su bosque se puede ir andando hasta Catacombe di Napoli.
Horario:L-D de 10:00h a 17:00h (es el mismo para ambas catacumbas)
Precio: Entero11,00 €/ Menores de 18 años 5,00 €/ Estudiantes 7,00 € (incluye las 2 catacumbas)
Primero a las Catacumbas de San Genaro (Catacombe di San Gennaro)
Via Capodimonte, 13
ingreso por la anexa Basilica del Buon Consiglio
La temperatura en las catacumbas de San Gennaro varía entre los 15 y los 22 grados
En la web de las Catacumbas se escribe: "Una historia milenaria que vive en el subsuelo de Nápoles, un viaje para descubrir el estrecho vínculo de fe entre la ciudad y su patrón San Gennaro. Entre la Neápolis griega y la ciudad de hoy no hay milenios, sino metros de subsuelo. Esta convivencia de épocas ha adquirido cada vez más valor en la economía de la ciudad, a través de la integración de los hallazgos arqueológicos en obras públicas contemporáneas, como la estación Municipio de la Línea 1 del Metro.
En Nápoles, el subsuelo es sobre todo el lugar de enterramiento de los seres queridos y de encuentro con sus almas. Así como los restos dominan la ciudad, las almas también son habitantes en todos los sentidos, ya que la relación con el más allá forma parte de la vida cotidiana. Los santos siempre están presentes en la vida cotidiana de los napolitanos, pequeñas imágenes sagradas se guardan celosamente en carteras, mientras que los santuarios votivos esparcidos por los callejones son como pequeños altares"
Basta un breve tramo de escaleras, cien pasos, para bajar a las raíces de la relación de Nápoles con la fe. Las catacumbas de San Gennaro están dispuestas en dos niveles que no se superponen, ambos caracterizados por espacios extremadamente grandes. El núcleo original de las Catacumbas de San Gennaro data del siglo II d.C. Probablemente sea la tumba de una familia noble que luego donó los espacios a la comunidad cristiana. La expansión comenzó en el siglo IV d.C. tras el depósito de los restos de Sant'Agrippino, el primer santo patrón de Nápoles, en la basílica subterránea dedicada a él. De una sola nave excavada en la toba, de la que aún se conserva un sillón episcopal excavado en la roca y el altar con un vano, en el que los fieles podían ver y tocar el sepulcro del santo. Incluso hoy en día, la misa se celebra en la Basílica subterránea de Sant'Agrippino.
La catacumba inferior se desarrolló alrededor de la Basílica de Sant'Agrippino, según una estructura reticulada. La amplitud de los espacios y la regularidad de las formas acogen silenciosamente al visitante en un lugar atemporal. El imponente vestíbulo inferior, con techos de hasta 6 m de altura, alberga una gran pila bautismal encargada por el obispo Pablo II, quien en el siglo VIII se refugió en las Catacumbas de San Genaro debido a las luchas iconoclastas.
La catacumba superior, el lugar de enterramiento de los obispos, tiene su origen en un antiguo sepulcro, datable en el siglo III d. C. y conserva algunas de las primeras pinturas cristianas del sur de Italia.
Su expansión comenzó con el traslado de los restos de San Gennaro en el siglo V. La presencia del mártir hizo que la catacumba superior se convirtiera en un destino de peregrinación y un lugar codiciado para el entierro.
Dos ejemplos de la ampliación de la Catacumba son la Cripta de los Obispos, donde fueron enterrados los obispos de la ciudad y la majestuosa basílica adyacente, una basílica subterránea de tres naves, construida tras el traslado de los restos de San Genaro.
Durante la visita se puede descubrir la basílica paleocristiana de San Gennaro Extra Moenia.
La tumba de San Gennaro fue identificada a través del estudio de una homilía del siglo VIII. y de un pasaje en el Chronicon de los obispos de Nápoles parece que la tumba estaba en un cubículo, identificado en el que está debajo de la basílica de los obispos. A partir del sepulcro se produjeron los cambios en el nivel superior, con la creación de un ambiente reservado para el enterramiento de obispos y basílicas, espacios más grandes que las demás capillas reservadas para muertos comunes.
Antes de llegar a su "hogar" definitivo, en la Catedral de Nápoles, los restos de San Gennaro fueron trasladados varias veces a diferentes puntos de Campania. Los orígenes de San Gennaro aún son inciertos, probablemente nació en el año 272 d.C. y fue obispo de Benevento. En el siglo IV fue arrestado por profesar la fe cristiana y decapitado en Pozzuoli en el 305 d.C. Parte de la sangre del mártir se conservó en dos ampollas y los restos se enterraron en el Agro Marciano. En el siglo V fue llevado a Nápoles por el obispo Giovanni I y enterrado dentro de las Catacumbas, que se convirtió en un lugar de peregrinación.
Los restos fueron robados en el 831 d.C. por el príncipe de los lombardos Sicone I y llevado a Benevento. Posteriormente fueron trasladados al santuario de Montevergine, donde permanecieron casi olvidados durante más de dos siglos. Después de muchos años de negociaciones con los monjes de Montevergine, los huesos fueron devueltos a la ciudad de Nápoles en 1497.
A pesar de ser el patrón más querido y popularmente reconocido, San Gennaro no es el único. Nápoles tiene 52 patronos, incluidos Santa Maria Assunta, la primera patrona, Sant'Aspreno, el primer obispo de la ciudad, San Tommaso d'Aquino, San Francesco di Paola y San Francesco d'Assisi, San Severo, Santa Patrizia, San Vincenzo Ferrer y otros. Los 51 bustos de plata que representan a los copatronos de Nápoles se conservan en el Duomo, y todos se llevan en procesión el sábado anterior al primer domingo de mayo, para acompañar a San Gennaro.
A partir de las características de las tumbas es posible obtener una muestra representativa de la sociedad de la época, especialmente de la clase social de los difuntos. De hecho, existen diferentes tipos de enterramientos: los más humildes se excavaban en el suelo a lo largo de las paredes de los deambulatorios o pasillos periféricos. Las tumbas de las personas más ricas, los arcosolios, tenían forma de arco. Las decoraciones de las tumbas contribuyeron a subrayar la importancia de las familias, podían ser frescos o mosaicos.
La familia Teotecno
El fresco data de principios del siglo VI y representa a la familia enterrada dentro del arcosolio. La pintura es particularmente interesante por la presencia de tres capas de yeso pintado superpuestas, que sugieren una reelaboración del fresco a la muerte de cada una. La riqueza de los vestidos y ornamentos subraya el alto estatus social de la familia.
Un patrimonio invaluable
Además de la arquitectura, el sitio se caracteriza por la presencia de un rico patrimonio pictórico-mosaico. El patrimonio artístico que se conserva en las Catacumbas va desde las preexistencias paganas del siglo II d.C. a las pinturas bizantinas del siglo IX-X d.C. Uno de los ambientes más evocadores es el vestíbulo de la catacumba superior, fue decorado a principios del siglo III en el llamado estilo pompeyano y conserva las primeras pinturas cristianas del sur de Italia.
Quizás el lugar más preciado sea la Cripta de los Obispos, que alberga valiosos mosaicos del siglo V, incluido el que representa al obispo de Cartago San Quodvultdeus. Las Catacumbas de San Gennaro conservan frescos como los de Bitalia y Cerula (siglos V-VI dC) resurgidos del pasado. Dos grandes mujeres representadas con códigos evangélicos, como para indicar la intimidad de una relación con el mensaje de Cristo que da a los muertos una personalidad fuerte y carismática.
Después de San Gennaro se puede ir andando hasta las Catacombe di San Gaudioso
El ingreso se realiza desde la Basilica Santa Maria della Sanità, en plazza Sanità, 14 por debajo del altar mayor.Bajo la basílica de Santa Maria della Sanità se levanta el que fue el segundo cementerio paleocristiano más importante de la ciudad. El valle, que hoy alberga uno de los distritos más poblados de Nápoles, fue una vez un área de necrópolis y cementerio. En esta zona se construyeron hipogeos helenísticos y, posteriormente, catacumbas paleocristianas como las de San Gennaro y San Gaudioso. Desde el siglo XVII la zona se llamó "Sanità" porque se consideraba virgen y saludable gracias a las propiedades milagrosas atribuidas a la presencia de las tumbas de los Santos. Hay nueve catacumbas y complejos subterráneos debajo de Rione Sanità, de los cuales solo se han descubierto unas pocas, a saber, San Gennaro, San Gaudioso, San Severo y el osario más reciente de Fontanelle.
Septimius Celio Gaudioso, conocido como Gaudioso de Nápoles o Gaudioso el Africano, fue obispo de Abitine, en Túnez. Llegó a Nápoles por un hecho fortuito: tras la invasión de los vándalos no quería convertirse al arrianismo, por lo que el rey Genserico lo embarcó en una nave sin velas ni remos junto con otros exiliados cristianos, entre ellos Quodvultdeus, obispo de Cartago (enterrado en las catacumbas de San Gennaro) y arribó a Nápoles. A su muerte, fue enterrado entre 451 y 453 d.C. en el área del cementerio extra moenia de Nápoles, y el lugar de su entierro pronto se convirtió en objeto de culto. A partir de ahí comenzó a expandirse el cementerio subterráneo paleocristiano que más tarde se convertiría en las Catacumbas de San Gaudioso. Durante su estancia en Nápoles se instaló en la colina de Capodimonte, donde construyó un monasterio. Varias obras se atribuyen a Gaudioso: Fundación del monasterio en Caponapoli; el traslado a Nápoles de unas reliquias de Santa Restituta, que había guardado en la basílica paleocristiana del mismo nombre, que hoy forma parte de la Catedral de Nápoles.
El primer núcleo de la catacumba se construyó entre los siglos IV y V d.C. Las catacumbas se ampliaron tras el entierro del obispo norteafricano, que fue depuesto aquí entre el 451 y el 453 d.C. La Catacumba de San Gaudioso es la segunda más grande de Nápoles, y en ella conviven elementos paleocristianos y del siglo XVII.
Por un lado, la intensidad de los elementos paleocristianos, como la tumba de San Gaudioso, los frescos y mosaicos del siglo V-VI, por otro lado, los enterramientos particulares reservados a los nobles, que datan del siglo XVII cuando las catacumbas retomaron su función como sitio sepulcral.
La catacumba de San Gaudioso conserva valiosos frescos y mosaicos de los siglos V y VI en los que se encuentran muchos símbolos particularmente difundidos en la época paleocristiana, como el pez, el cordero, la vid con sarmientos.
Sin embargo, es difícil establecer con certeza el tamaño y el número de salas, debido a las numerosas transformaciones que han sufrido las Catacumbas: tras su abandono, la lava invadió y bloqueó el acceso, mientras que algunas partes fueron modificadas o rellenadas para poder construir la basílica.
El fresco de Pascenzio
El fresco fechado en los siglos V-VI podría representar una escena de bienvenida. La figura del apóstol Pedro domina en el centro, presentando al difunto Pascencio a una tercera persona, Cristo o más probablemente San Pablo. Un detalle interesante es la presencia de dos candelabros con velas encendidas colocados a los lados de los personajes, frecuentes en muchas representaciones africanas.
Durante la Baja Edad Media todo el recinto del cementerio empezó a ser progresivamente abandonado. En la Baja Edad Media las catacumbas fueron abandonadas paulatinamente por fieles y peregrinos, debido a los derrumbes de lodo y escombros que descendían de los cerros y por el robo de las reliquias de San Gennaro, lo que provocó el traslado de los restos de otros santos dentro de los muros.
El barrio, hasta la década de 1960, siguió siendo invadido por ríos de escombros y lodo denominados Lave dei Vergini que, debido a una grave insuficiencia de alcantarillado y a la pendiente del lugar, invadieron las calles del barrio, obligando a los habitantes de la zona a refugiarse en los pisos superiores de los edificios.
Tras el robo de los restos de San Gennaro por el príncipe Sicone I, que los llevó a Benevento, se temían más robos de las reliquias de los santos y obispos enterrados extra moenia. Por eso, en el siglo IX, los restos de santos, incluidos San Severo y San Gaudioso, fueron colocados a salvo dentro de los muros de Nápoles.
Las catacumbas de San Gaudioso volvieron a ser lugar de enterramiento en el siglo XVI, tras el descubrimiento de un fresco de la Virgen hasta entonces cubierto de barro. La Madonna della Sanità, del siglo V-VI, es la representación más antigua de María en Campania. En el siglo XVII, el sitio albergaba principalmente entierros reservados para aristócratas y eclesiásticos.
Los entierros de nobles y miembros del clero se llevaban a cabo según un procedimiento particular. Las calaveras se exhibían en las paredes del deambulatorio, mientras que el resto del cuerpo estaba pintado al fresco, generalmente con las ropas y herramientas del oficio que representaban la posición social del difunto. Los frescos fueron realizados por Giovanni Balducci, un artista que renunció al canon para ser enterrado entre los aristócratas en las Catacumbas de San Gaudioso. El entierro de nobles y eclesiásticos implicaba la práctica del vaciado. El drenaje era el proceso por el cual los cadáveres eran colocados en nichos para que perdieran sus líquidos. Este proceso se realizaba en unas pequeñas cavidades llamadas seditoi, scolatoi o en napolitano cantarelle, del griego canthàrus, por el jarrón colocado debajo del difunto, que tenía la función de recoger los fluidos del cadáver. Una vez terminado el proceso, los huesos eran lavados y colocados en su entierro final.
La profesión del schiattamuorto. El schiattamuorto tenía la tarea de colocar los cadáveres para que se escurrieran, teniendo cuidado de perforar los cuerpos para favorecer el proceso de secado. Hoy, aunque los deberes han cambiado, el sepulturero todavía se llama schiattamuorto. Las salas de las catacumbas, por grandes que fueran, todavía eran estrechas e insalubres debido al drenaje. Entre las pocas aberturas de las Catacumbas de San Gaudioso estaban las escotillas que daban acceso a la cripta, pero sólo se abrían con motivo del entierro de los difuntos que luego serían colocados en las aulas. Por eso, los schiattamuorti trabajaban en condiciones higiénicas dramáticas, inevitablemente destinados a enfermarse.
Si bajamos andando por la via Santa Teresa degli Scalzi llegamos al Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Piazza del Museo, 19
Horario: X-L: 9.00-19.30h
Intero 18€ / Ridotto 2€ (25 anni UE) /Famiglia: 32€
Donde se encuentran las colecciones de antigüedades más importantes del mundo: colección egipcia, colección farnese, colección de frescos, colección de mosaicos y esculturas. La colección Farnese, la más famosa de las colecciones romanas de antigüedades, tiene sus raíces a mediados del Renacimiento. Debe su establecimiento a la tenaz política de adquisiciones llevada a cabo por la poderosa familia romana que embelleció sus casas con auténticas obras maestras del arte antiguo obtenidas en el mercado de antigüedades, en requisas y excavaciones arqueológicas. Fue iniciado por Alessandro Farnese, quien ascendió al trono papal como Pablo III en 1534, y luego se enriqueció aún más con el trabajo de sus sobrinos, los cardenales Alessandro y Odoardo, quienes confiscaron importantes legados. Entre ellos, la famosa copa de ágata sardónica que había entrado en posesión de Margarita de Austria, viuda de Alessandro dei Medici y Ottavio Farnese, y la colección de Fulvio Orsini, numismático, bibliotecario y anticuario de confianza de la familia Farnese, que había sido a su vez un apasionado coleccionista de gemas, bustos, monedas y libros antiguos. Carlos III de Borbón, rey de Nápoles de 1734 a 1759, heredó la colección de su madre Isabel, esposa de Felipe V de España y última descendiente de los Farnesio. Sin embargo, fue su sucesor, su hijo Fernando IV, quien se encargó del traslado real a Nápoles, convirtiéndolo en el rasgo distintivo del museo junto con los hallazgos de los yacimientos vesubianos (mosaicos y frescos la mayoría de Pompeya y Herculano).
mann-napoli.it/mappa-del-museo/#
El Toro Farnesio, la mayor escultura de un bloque de la Antigüedad (más de cuatro metros de altura y más de tres metros de lado en la base, con un peso de 24 toneladas). Su tema es el suplicio de Dirce, a la que los hijos de Antíope (Anfión y Zeto), deseando vengar las ofensas a su madre, ataron a un toro salvaje que la arrastró hasta matarla.
Luis XIV quiso comprarla, en vano. Heredada por Isabel de Farnesio (segunda mujer de Felipe V de España), fue trasladada en 1786 por su nieto Fernando al reino de Nápoles. Se volvió a restaurar y se instaló en la Villa Reale. Desde 1828 se encuentra con el resto de la "colección Farnesio" en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Al lado del Museo se encuentra la Galleria del Principe: Es una galería comercial construida entre 1873 y 1883.
La zona donde se encuentra la galería fue ocupada por el almacén de granos de la ciudad, llamado fosse del grano (fosas del grano). Debido a la abolición en 1804 del monopolio de las existencias de cereales, el edificio fue utilizado como prisión, depósito y cuartel militar. En ocasión de las revoluciones liberales de 1848, se propuso su demolición para edificar el nuevo Parlamento, pero la idea no obtuvo respuesta. En 1852, el arquitecto municipal propuso la demolición de las fosse del grano para que se prolongara Via Toledo hasta el Museo Arqueológico. La nueva propuesta prosperó, pero, tras empezar las obras de demolición, derrumbar la Puerta de Costantinopoli en 1853 y abrir el 30 de mayo del mismo año, la calle llamada Salita delle Fosse del Grano, los trabajos fueron interrumpidos en 1856, probablemente debido a la influencia decisiva del monasterio de Santa Maria di Costantinopoli, ya que el proyecto afectaría a su jardín. Hasta la caída del Reino borbónico, se hicieron vanos intentos de reanudar las obras, con la presentación de nuevos proyectos. Después de la Unificación de Italia, se presentó un proyecto de reconstrucción del lugar que en 1863 repararon la Salita delle Fosse del Grano, que pasó a llamarse Via Museo Nazionale (la actual Via Pessina).
También se abrió Via Bellini, pero hubo unos problemas que impidieron que la calle terminara frente al Museo Arqueológico. Por ello se tomó la decisión de edificar un pórtico, que en 1869 fue transformado en una galería comercial con cubierta de hierro y cristal. Las obras empezaron en 1870, pero los trabajos se desarrollaron de manera discontinua y se terminaron sólo en 1883. Debido a la falta de mantenimiento y a su deterioro, en agosto de 1965 la fachada de su entrada hacia Piazza Museo colapsó. La estructura, gravemente dañada, estuvo apuntalada durante dos años: de hecho, ya que la galería se encontraba en estado destartalado y se reconoció que nunca cumplió la función comercial para la que fue erigida, entidades y figuras propusieron su demolición definitiva para realizar, en su lugar, un edificio de oficinas y viviendas, una zona verde o un aparcamiento subterráneo del Museo. Sin embargo, en junio-julio de 1969 se llevaron a cabo las obras de acondicionamiento.
En el bienio 2007-2008 la galería fue totalmente reestructurada y puesta a disposición del público en junio de 2009. La galería fu construida en ladrillo, con una cubierta de hierro y cristal. Consiste en tres brazos, cada uno de los cuales termina con una salida. También estaba prevista la construcción de un cuarto brazo, pero no fue posible realizarlo por la presencia de la iglesia de Santa Maria di Costantinopoli.
Antes de llegar al Museo podemos acercarnos andando en 7’ desde las catacumbas de San Gaudioso hasta el Palazzo dello Spagnolo: palacio monumental situado en la Via Vergini del rione Sanità.
El Palazzo dello Spagnolo se construyó en 1738 por encargo del marqués de Poppano Nicola Moscati, unificando dos parcelas. El proyecto, incluida la monumental escalera de doble rampa (definida como "alas de halcón"), que se concibió como un lugar de encuentro social.
A finales del siglo fue comprado por Tommaso Atienza, cuyo sobrenombre lo Spagnolo ("el español") es el motivo por el que el palacio se llama así en la actualidad. El nuevo propietario realizó obras de expansión del palacio, haciendo construir una planta más y pintar frescos en el piano nobile y en la segunda planta, perdidos a causa de las malas restauraciones sucedidas con el curso de los años. En 1850 el palacio fue comprado por la familia Costa gracias al fuerte endeudamiento de Atienza. Posteriormente, el palacio se fragmentó en varias partes, constituyendo hoy varias propiedades privadas. La región de Campania solo ha conseguido comprar dos apartamentos en la última planta, en fase de restauración. El palacio alojó el Istituto delle Guarattelle (museo de marionetas locales e internacionales); actualmente, la segunda y tercera planta deberían albergar un museo dedicado a Totò, cuya apertura al público se pospone de año en año.
El palacio es quizá el ejemplo más significativo de la arquitectura civil de estilo barroco napolitano, en especial por la imponente escalera principal de doble rampa que constituye la fachada interior del edificio, característica principal del barroco napolitano. Además, todo el edificio se caracteriza por sus decoraciones en estuco de estilo rococó. Las puertas de acceso a los apartamentos están decoradas con estucos que enmarcan medallones con retratos en busto de la familia que residía en ese apartamento.
Y con esto acabamos los recorridos previstos por Nápoles
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