Arriba de nuevo! No queríamos madrugar pero es que el calor es insufrible y hay que aprovechar la mañana. Salimos tranquilamente al Planet Hollywood, después al Bellagio y tras sesión externa entramos ya tranquilamente a recorrerlo. Me gustó muchísimo, vimos ese vestíbulo con todas las flores en el techo y una zona de jardín con animales y plantas sacadas de una selva oriental.
La gente no paraba de hacer fotos pero todos eran muy respetuosos ya que dejabas hacer y luego tú tenías tu tiempo para hacer las tuyas, ir controlando el tiempo en este hotel ya que se va que da gusto. Si tenéis poco tiempo yo este no me lo perdería. Nos quedaba el Mirage ya que no lo habíamos visto bien el día anterior pero no me dejo ningún sabor de boca, igualmente el Treasure island con esos barcos a la entrada. Ya era hora de comer y fuimos al hotel a por el coche, no podíamos perdernos una comidita en el Peppermill y ya que estamos visitar el Circus, Circus. Bien, el Peppermill es el típico restaurante americano, esto es, los platos son generosos y la carne es muy buena. Pedimos hamburguesas y todas van acompañadas de ración de patatas y ensalada. Para finalizar, estos se rajaron, pero yo aún pude con el batido de fresa, un acierto! . Se me ha olvidado deciros que ponen el agua de grifo con mucho hielo, en todos los restaurantes, y que está muy buena, algunos simplemente dices wáter, please y otros te lo ponen nada más sentarte. La coca cola de los restaurantes americanos no suelo tomarla pues generalmente es “bar of soft drinks” es decir, no es cocacola de botella ni de lata sino que es de las de máquina. Alguna vez pedíamos cerveza pero el agua estaba tan buena que entraba mejor . El restaurante dispone de un aparcamiento que no tiene problema de capacidad. Al salir nos dimos una vuelta por los Marshalls que había allí cerca. Entrar en el Circus, Circus es un gran cambio, como hotel es el más flojo de los que visitamos pero el aparcamiento es gratuito y tiene un pequeño parque de atracciones llamado Adventuredome que por 60 dolares (los papis) puedes disfrutar todo el dia de 25 atracciones y los peques por 30.
Mi hijo de 17 no se quiso montar en nada, pensad que está orientado para más pequeños. Todo el hotel es un circo, tiene un pequeño escenario con espectáculos en diferentes horas y además cuenta con cantidad de puestos de dardos, bolas, etc. Si viajas con niños a las vegas yo me daría el capricho de manejar dos bases, darles el capricho de vivir esta experiencia que para ellos será única y luego, uno mejor situado que te permita disfrutar un poco más a ti, de los hoteles top. El calor y el ambiente hace que las distancias se multiplique por dos, allí todo es grande.
Volvimos al hotel y mientras otros descansaban yo me fui a la piscina de mayores.
No encuentro definición para este sitio, es hablando claro unos depósitos de agua con mesas de piedra en el centro donde multitud de gente anda por allí con un vaso en la mano. Hay muchas camas balinesas de pago y también alguna tumbona pero la gente le gusta estar en la orilla sentados charlando, música a todo nivel y la barra que no pare de servir. Muy vieja me hago ya, pero descansar en la piscina era misión imposible. Subí a la habitación donde nos preparamos para ir a Fremont Street, aparcamos en una calle perpendicular a esta, como a unos 50 mts sin problema. Pagamos unos 3 dólares en parkimetro y estaríamos unas dos horas. El espectáculo de la bóveda te hace estar todo el rato con el cuello levantado, pero es que está muy bien hecho, hay en todo momento secuencias de temáticas variadas (naves espaciales, flores, el mar, mándalas, animales, etc.)Y el espectáculo era sobre una canción de Shakira
El espectáculo también se vive abajo, músicos de country deleitaban con su música a mitad de calle donde se entregaban a la gente bailando y haciendo los coros, veteranos de guerra publicitando los años dorados de America con Trump, espectáculos callejeros de Marilyn, de circo y barras de todo tipo ofreciendo cerveza y granizados de mil colores con asientos en modo grada, es decir, todos en fila orientados adelante. Hay luces de neón repartidas aquí y allí, entrar en los casinos es obligatorio porque es en ellos donde se ve la esencia de las Vegas, no hay mesas vacías, ni maquinas, los espacios del póquer también están llenos, es una locura de gente y dinero que ves pasar con velocidad ante tus ojos. Salimos de un par de ellos con la cabeza loca pero aun queríamos acercarnos al Heart Attack Grill para cenar allí, en cuanto llegamos y vimos esas raciones generosas lo descartamos, nos pesamos en la puerta a ver como andábamos después de unos días en USA , No lo hagas!!!
El viaje de vuelta en el coche por Las Vegas Boulevard Street fue curioso, hileras de capillas con luces de neón y nombres varios se sucedían de camino. Pudimos contemplar también la torre del Stratosphere que junto con el Sahara eran los únicos hoteles (de los temáticos) que no habíamos visitado por dentro.
Dejamos el coche en el hotel y paseamos tranquilamente por la calle peatonal para ir cenar al fish and chips. Muy bueno (39$). No me pude resistir y volví al Bellagio a ver las fuentes y pasear por allí para saborear por última vez la noche de las Vegas. Voy a aprovechar aquí para poner mi opinión en Las Vegas, la primera noche me apabiló, una marea humana te arrastra de un lado a otro, chicas de todas las edades bajan y suben por la calle disfrazadas de vedettes o policías o enfermeras y demás para hacerte fotos, chicos gogos reparten collares para hacerte fotos, personas bajan y suben con neveras llenas de hielo y cerveza, que van vendiendo), y un aroma perpetuo a Marihuana te envuelve constantemente ya que en ese estado es completamente legal y según nos comentaron lo único que está mal visto es fumar tabaco ( hay bastantes tiendas que venden en diferentes formatos y maneras, igualmente te lo lían y te lo preparan para fumarla) a todo esto desagraciadamente se unen decenas de sin techo que vagan sin rumbo fijo tirándose a dormir en cualquier rincón. La segunda noche me dejé llevar por lo que era “normal”, al fin y al cabo la noche deparaba el musical, he sido muy amiga de musicales en Madrid con Concha Velasco, Paloma San Basilio, Nina, Edurne, etc y nada, nada se asemeja a lo que vives en Las Vegas, el teatro está al servicio del Musical y el engranaje es perfecto. La tercera noche te transporta a la esencia de Las Vegas, allí donde comenzó todo. No puedo aún decir que me ha horrorizado ni que me ha encantado, la opinión personal no puede ser negativa cuando recuerdo ciertos hoteles pero tampoco positiva cuando recuerdo el ambiente callejero, mi plan es no volver pero nunca sabes por donde te llevara la vida. Indescriptible sería la palabra exacta.