Nos levantamos sobre las 7´30 y tras desayunar en la habitación de nuestras provisiones, preparamos nevera con hielos y cogimos la carretera por la 395 a la 136 para coger la 190 y realizamos una breve parada en el mirador Father Crowley (cuenta con aparcamiento y baños públicos)

Dejamos el Stars Wars Canyon, porque aunque estaba a tan solo 2 minutos en coche, el planning era apretado. Seguimos por la 190 hasta llegar a una bifurcación en medio del desierto, a lo lejos se veía ya las montañitas que tras ellas estaba Stovepipe Wells cuando un gran cartel con una X luminosa y un coche patrulla al lado de ella ocupaba toda la carretera. Del coche salió un policía para decirnos que debido a las inundaciones producidas hacia una semana el acceso estaba cerrado y debíamos dar la vuelta o girar por la bifurcación y atravesar Death Valley National Park por Trona Wildrose Road. El interés de hacer este diario es que este año la parte turística de Death Valley ha estado cerrada varias veces por inundaciones, de todo esto la culpa fue enteramente nuestra pues debíamos haber mirado cada día como se encontraba la situación de nuestra ruta como ya habíamos hecho en Yosemite por los incendios…..pero como era el desierto no contemplamos ese tipo de meteorología allí. Nos esperaba una buena paliza de coche y un paisaje de lo más desértico.

Sobre la marcha decidimos hacer una pequeña incursión en Mojave pero igualmente cerrado por inundaciones. A mal tiempo buena cara, disfrutamos del paisaje y pudimos ver Searles Valley y Searles lake a ambos lados de la carretera, igualmente contemplamos curiosas formaciones. Cogimos la 178 para enlazar finalmente de nuevo con la 395.
Tras una paliza de coche llegamos a Barstow y aprovechamos para comer en Peggy Sue auténtico restaurante ruta 66 al que no le falta detalle y lo disfrutamos de qué manera, dejamos propina extra ya que nos llevamos reportaje fotográfico.
La comida típica americana nada cara, un apunte, para helados y milshakes debes salir del restaurante (en el camino, el expositor de tartas te deja salivando si eres dulcer@) y pasar a la zona de venta de recuerdos.
Despues de ello pusimos rumbo a Las Vegas para llegar lo más pronto posible y aprovechar este atípico día.
Llegamos a Las Vegas sobre las 16´45, conforme te vas acercando a la ciudad vas viendo como hordas de coches se aproximan desde todos los sitios para llegar a un destino común. Nosotros ante la cantidad de tráfico, de gente, de todo, no nos quisimos complicar y nos fuimos directamente al aparcamiento del hotel pero sinceramente tampoco es fácil encontrar a la primera, al final en la planta 5 conseguimos aparcamiento y a través de unas buenas indicaciones conseguimos llegar hasta el vestíbulo del hotel bofetada de aire acondicionado salvaje y una cola descomunal ante una decena de máquinas para hacer un impersonal check in . Cuando nos tocó el turno una maquina te pide tu pasaporte, lo scanea y automáticamente te marca tu reserva, tu número de habitación y señalas si haces uso del aparcamiento para cargarlo ya en la cuenta. Te pregunta si quieres que te hagan la habitación donde por un par de dólares diarios de propina te vendrá alguien a hacerla. Nosotros dijimos que no, primero porque nos pareció muy jeta que no hubiera trato personal y segundo nadie me impone que de propina a todo lo que se mueve porque es costumbre. Otra cosa son en los restaurantes y su salario en propinas para redondear pero esto de la maquinita no me gusto un pelo. Tras chequear tu tarjeta de crédito y acabar con el interrogatorio te da un papel con el número de habitación y te escupe dos tarjetas. Siguiente!!!! javascript:emoticon('add_entry', 'bodytext', ':evil:')
Nuestro hotel, el Flamingo (269,53) euros con garaje tres noches, tres personas), estaba muy bien situado, la habitación nueva y con camas confortables, la temperatura perfecta. El baño muy bien. El único pero fue que como no das billetes de dollar a gogo y no pides up grade pues la planta cinco pero con vistas a la calle peatonal de la noria y para nosotros perfecto. No esperéis poder deslizar el billetito de 20 para habitación mejor, no hay ninguna persona que te atiendo y el mostrador esta de adorno. Después de dejar todo, nos duchamos y salimos a la calle donde recorrimos el interior del Caesars

, galerías, plazas y demás para salir y ver el espectáculo del Mirage en primera fila. Luego recorrimos la calle peatonal para ir hasta la Noria del Linq y después cenamos en el Panda express aunque hay varios fast food juntos y todos comparten mesas. Nos gustó el sitio porque podías comer unos noodles, arroces o diferentes clases de pollo o carne, en total se paga de todo lo que hay por ingredientes, 2, 3,4 o 5. Por el precio la comida bastante bien, la verdad. Después nos fuimos al Walgreens a hacer acopio de cerveza y leche. Tras esto aún callejeamos un poco y reservamos a través de groupon americano las entradas a la Noria (89,86 euros) para el día siguiente. Tras quedar apabilada por todas las sensaciones que te da esta ciudad tanto de dia como de noche aún seguimos un rato más en pareja ya que nuestro hijo reventado prefirió irse al hotel. Aun fuimos al Belagio a ver las fuentes y un poco el vestíbulo. Después nos tomamos una coca cola en la calle peatonal, mientras estábamos allí ,decidimos buscar alguna entrada para algún espectáculo del circo del Sol pues como el viaje estuvo en el aire por problemas de enfermedad de un familiar no quisimos comprar ninguna, tras cotillear varias propuestas lo que más se adaptaba por día y horario fue LOVE(306,39 E) , amén de que tras contemplar los Beatles en la fachada del Mirage mi hijo ya me preguntó dos veces , aun dimos una vuelta para babear en la tienda de chuches,

no sé si me gustó más lo que se ve que lo que se come .Sobre las 11´30 nos retiramos al hotel para poder descansar porque el día había sido movidito.