Nuestro hotel no era un lujo, pero las camas estaban bien, teníamos la puerta de la habitación pegada al coche (creerme que a estas alturas se agradece) y no había ni un solo ruido. Dormimos fenomenal. El desayuno en unas cuantas mesas en la recepción del hotel es correcto, leche garrafa tapones rojo y azul, yogures, dos o tres clases de cereales, mantequilla, mermelada, tortitas (las hacia una máquina que no le echabas nada solo apretabas y te las iba sacando) y alguna bolsita con magdalenas y galletas. Para nosotros, por el precio pues normal. Volvimos habitación recogimos y nos paseamos un poco más por Williams, partimos a Seligman dejábamos Williams a la 9´50 y estábamos en Seligman a las 10´35. Es muy curioso como a lo largo de esta ruta, sobre todo entre los tres primeros pueblos (Williams, Seligman, kingman) vas conduciendo y ves como paralelos a ti van larguiiiiiiiiiiiisiiiiiimos trenes de incontables vagones.
En Seligman elegimos callejear por la avenida principal, paramos en Historic Seligman
Sundries

De ahí, partimos para Kingman, el viaje es comodísimo, la tranquilidad de la carretera y los paisajes es un disfrute para el que conduce, hora y media después llegamos. Aparcamos cerca de La Locomotora de vapor Santa Fe y fuimos directos subimos para verla bien por dentro y la rodeamos, está muy bien conservada.



Cambiamos de conductor (en bendita hora) y nos fuimos al siguiente punto. Oatman, salimos de ”Grease” y nos metimos en tierra de forajidos, el auténtico oeste te espera. El pueblo en sí, no es más que una calle y algún ramal más, pero es tan auténtico que lo único que sobran son los coches. Conducir de Kingman a Oatman es solo 50 minutos pero desde luego la última parte de la carretera está llena de curvas y piensas que no vas a ningún lado.


Continuamos viaje hasta llegar a Barstow, el hotel California Inn (96´32 euros) nos esperaba. Seguimos viendo Josua trees por la carretera y el paisaje seguía siendo desértico. Descartamos totalmente ir a Calico, nos parecio una turistada y después de Oatman dimos por finiquitado los pueblos. Cuando llegamos al hotel una limonada de fresa helada hizo más placentero el checking. Esta vez nos tocó en la segunda planta y con vistas a la piscina, sobre las 19 nos dimos un baño y subimos a la habitación, muy espaciosa , con nevera y microondas y nos dimos una ducha, queríamos encontrar un sitio para cenar Peggy Sue ya habíamos estado e íbamos a la contra así que cogimos coche pero no estaba casi nada abierto y nos dirigimos a Food4less un super que había en una plaza comercial, allí compramos algo para el desayuno y una cena que nos supo a gloria ya que había unos arcones que guardaban comida caliente y pudimos llevarnos unas alas de pollo, una pizza y una ensalada para los tres. Volvimos al hotel y nos acostamos pronto pues al día siguiente había plato fuerte para mi hijo y debíamos madrugar.