A tan solo 20 km de Fort Portal hay una zona muy bonita de lagos formados en cráteres volcánicos que merece la pena visitar si vais con tiempo. Se pueden hacer diferentes recorridos a pie por aldeas, y también alrededor de los propios lago. En algunos de ellos pueden verse diferentes especies de monos y preciosas aves, como el gran turaco azul.
Habíamos reservado un par de cabañas en el lago Nyamirima, muy nuevas por cierto (construidas en 2021). Las vistas desde las cabañas eran privilegiadas. El alojamiento se llamaba Nyamirima cottages, pagamos 50$ por cabaña con desayuno incluido. ¡Y con baño privado! . Lo malo era que en la zona no había absolutamente ningún sitio para comer algo ni para comprar y los precios del restaurante del alojamiento eran bastante abusivos. La primera noche nos tocó pasar por el aro...
Habíamos reservado un par de cabañas en el lago Nyamirima, muy nuevas por cierto (construidas en 2021). Las vistas desde las cabañas eran privilegiadas. El alojamiento se llamaba Nyamirima cottages, pagamos 50$ por cabaña con desayuno incluido. ¡Y con baño privado! . Lo malo era que en la zona no había absolutamente ningún sitio para comer algo ni para comprar y los precios del restaurante del alojamiento eran bastante abusivos. La primera noche nos tocó pasar por el aro...
Pasamos tres días por esta zona, en un principio, habíamos reservado un día para Kibale porque uno de nuestros amigos quería probar suerte allí en el caso de no ver chimpancés en la garganta de Kyambura. Como el destino quiso que los viéramos, nuestro amigo desechó la idea de verlos en Kibale (y se ahorró muuuuuchos euros), así que tocaba improvisar alguna excursión por la zona.
Tras comer y descansar un rato en Fort Portal nos dirigimos a Nyamirima cottages, aún quedaban un par de horas para que anocheciera así que decidimos bajar al lago Nyamirima a dar una vuelta y hacer unas fotos. El dueño nos contó, que tenía previsto plantar árboles frutales para así atraer a los monos que habitan en los lagos próximos. Después subimos hasta "Top of the World" que según la Lonely Planet era un mirador...Al llegar nos encontramos con unas puertas enormes que no dejaban ver el interior , tocamos la puerta y nos dejaron pasar (pagando unos pocos chelines). Había unos jardines muy bonitos, alguna casita, y el mirador famoso desde el que se veían como mínimo cinco lagos. Estaba todo desierto, ni un turista....Daba la impresión de habernos metido en la sede de alguna secta . Nos acercamos al restaurante y nos tomamos unos refrescos. Vimos un precioso atardecer sobre las montañas Ruwenzori, preciosa cordillera que separa Uganda de la República Democrática del Congo. Se hizo de noche y tuvimos que utilizar las linternas del móvil para poder encontrar el sendero de vuelta al alojamiento, nos costó un poco dar con él y hasta tuvimos un susto con un perro que se acercó ladrando como un energúmeno (entiendo que el pobre animal estaba ejerciendo su rol de "defensor de su territorio"....pero nos hizo pasar un momento tenso)...Charis que se había unido a nuestra excusión, nos miraba con cara de estar pensando "¿por qué me han tenido que tocar los muzungus locos ? "
Al día siguiente, al despertarnos, pudimos ver otro de esos maravillosos amaneceres, con el cielo cambiando rápidamente del negro, al azul oscuro, morado, fucsia, naranja.... .
Esa mañana no disponíamos de coche. La víspera, de camino a Fort Portal, escuchamos un ruido mientras circulábamos. Charis paró el coche y vio que se había caído un tubo metálico . Dijo que no pasaba nada y que podíamos continuar tranquilamente. En lugar de llevar el coche al taller se quedó en el alojamiento esperando a que un mecánico viniera a echarle un ojo. A nuestro parecer, sería más fácil llevar el coche a un taller...Pero como él era el que mandaba.....No problemo, improvisamos una excursión a pie hasta uno de los lagos cercanos e intentaríamos ver colobos rojos, entre otros.
Después de un corto paseo de 3km llegamos a la Reserva Natural del Lago Nkuruba. Como era de esperar, nos tocó pagar para poder dar una vuelta por el lago y por un pequeño bosque adyacente. 10000 chelines por persona. Nos ofrecieron un guía, pero preferíamos ir a nuestro aire, así que les dijimos que no. Utilizamos la aplicación maps.me para dar un agradable paseo por el bosque. Pudimos ver diferentes especies de aves, entre ellas el gran turaco azul, que es precioso pero tiene el don de posicionarse siempre a contra luz y no hubo manera de sacarle la foto que se merece. También vimos muchos colobos blancos y negros, colobos rojos y monos vervet.
El paseo por el bosque duró una hora y media aproximadamente, parándonos para hacer fotos, etc. Al volver nos tomamos unas bebidas frías en un pequeño restaurante (decir restaurante igual es pasarse ) que estaba junto a la recepción de la reserva. Llamamos a Charis para ver si había podido reparar el coche y así venirnos a recoger. Nos dijo que sí, volvíamos a tener vehículo . De repente empezó a llover, unas gotas al principio, el Diluvio Universal al rato. Poco podía hacerse con semejante chaparrón, así que pedimos algo para comer....Error....Tardaron, y no exagero, más de 2 horas en preparar unos platos de pollo con patatas y una tilapia (a día de hoy, sigo pensando que fueron a pescarla ), eso sí, estaba todo riquísimo. Con los estómagos ya llenos decidimos seguir de excursión, y visitar otro de los lagos, esta vez ya el coche. Pero todo se complicó ....La aplicación nos mandó por una pista, que después de la que había caído, se había convertido en una pista de patinaje sobre barro y acabamos con el coche estancado en una zanja. Tuvimos que poner muchas piedras y empujar para conseguir sacarlo. Como ocurre siempre en estas ocasiones, salió gente hasta de debajo de las piedras que amablemente nos ayudaron, pero cuando ya habíamos conseguido salir del lío, se pusieron bastante bordes con Charis pidiéndole dinero. Al parecer le reprochaban que estaba ganando mucho dinero con nosotros y que les tenía que dar dinero a ellos por la ayuda, el tono, de verdad, era bastante hostil. Acabamos dándoles dinero nosotros también, para salir del mal trago cuanto antes. Esa tarde Charis no levantó cabeza, durante todo el viaje se había esforzado mucho en que todo fuera de nuestro agrado, siempre quería mostrarnos una Uganda segura y con gente maja y amigable... Le dijimos que no se preocupara por nosotros, que no nos ibamos con mala impresión, lo que había ocurrido solo fue un hecho puntual, pero el pobre se quedó preocupado y enfadado el resto de la tarde.
Pues nada, viendo el estado de las pistas y el percance, poco podíamos hacer. Decidimos volver al alojamiento y pasar el resto de la tarde descansando y disfrutando de la zona. Al llegar nos preguntaron si queríamos encargar la cena, como os he comentado, era todo carísimo y no teníamos mucha hambre. Les preguntamos si podían hacernos unos huevos con patatas fritas, el chico se quedó alucinado con la petición (no sé porqué, si es un manjar para cualquier paladar ), eso sí, nos lo cobraron pero bien, al cambio unos 8 euros por plato.
Un nuevo amanecer, ya descansados, volvíamos a tener esas ganas de seguir descubriendo lugares. Habíamos leído en la guía Lonely Planet que en Kibale Forest National Park, a parte del chimpancé tracking, también se podía hacer una excursión a pie en las que puedes ver diferentes especies de primates, aves, etc. Así que fuimos a la entrada del parque, una vez allí, nos dijeron que teníamos que pagar la entrada del parque, 40 $ por persona, más otros 35 $ por el nature walk de poco más de una hora. Obviamente, nos negamos a ese nuevo atraco, ¿¿75 $ por un breve paseo?? . Bueno, tocaba improvisar un plan alternativo.
A los cuatro nos encantan los animales y entornos naturales, así que fuimos a visitar el humedal de Bigodi. Como todo en Uganda, es de pago. Las visitas al humedal las gestiona la comunidad local, incluyen un breve paseo por el mismo y una visita cultural a una aldea próxima. El paseo no llegó ni a las dos horas de duración, vimos bastantes monos, aunque la poca luz que dejaban pasar los árboles no era adecuada para hacer buenas fotos, por no hablar de los monos de cola roja, que eran más rápidos que Speedy González. También vimos diferentes especies de aves, durante toda la visita fuimos acompañados por un joven guía bien formado.
La segunda parte es la que personalmene menos me gustó, no suelo disfrutar mucho con este tipo de actividades, supongo que tengo sentimientos encontrados. Consistió en visitar a: una señora llamada Coffe Queen que preparaba y tostaba café (muy rico ), a un chico que preparaba zumos y licores con plátano (la higiene no era su fuerte, pero tampoco problemas gastrointestinales ) , a mujeres haciendo cestos y bandejas y ¿cómo no? al brujo-chamán de la aldea que nos explicaba el uso de las plantas en su idioma, con un joven traductor a su lado (vamos, un total y auténtico teatro, que no digo que las plantas no sean medicinales, ¿eh? pero toda la puesta en escena era digna de nominación a los Oscars).
La segunda parte es la que personalmene menos me gustó, no suelo disfrutar mucho con este tipo de actividades, supongo que tengo sentimientos encontrados. Consistió en visitar a: una señora llamada Coffe Queen que preparaba y tostaba café (muy rico ), a un chico que preparaba zumos y licores con plátano (la higiene no era su fuerte, pero tampoco problemas gastrointestinales ) , a mujeres haciendo cestos y bandejas y ¿cómo no? al brujo-chamán de la aldea que nos explicaba el uso de las plantas en su idioma, con un joven traductor a su lado (vamos, un total y auténtico teatro, que no digo que las plantas no sean medicinales, ¿eh? pero toda la puesta en escena era digna de nominación a los Oscars).
Terminó la visita cultural, Charis nos estaba esperando junto al coche en una especie de parque, donde podía escucharse música a cierto volumen. Álvaro y yo nos acercamos a ver "qué se cocía por allí", se trataban de una joven ugandesa cantando para sus amigos, mientras el resto bailaban. Nos unimos a ellos, lo pasamos genial y nos reímos un montón. El mejor momento de toda la mañana había sido el más simple y espontáneo.
Comimos cerca del humedal de Bigodi en un supuesto restaurante mexicano, que de mexicano tenía solo el nombre de los platos... ... Eso sí, eran unas raciones gigantes y muy ricas. No teníamos muy claro qué hacer esa tarde, había sitios interesantes para visitar pero estaban a una distancia considerable y después de las lluvias caídas nos daba miedo acabar estancados como el día anterior. Buscamos opciones más cercanas y encontramos en maps.me una cascada y unos miradores en unas colinas que se encontraban a tan solo 7 km. Nos acercamos a visitarlos, la cascada dejaba mucho que desear, más que nada porque procedía de unos tubos tipo alcantarilla . Y de repente, otra vez la lluvia. Decidimos dejar las colinas y volvimos a Fort Portal, tomamos algo en el Gardens y pasamos por un local a comprar unos rolex para la cena. Por la noche, nos acercamos a la hoguera que habían hecho en el alojamiento, conocimos gente, estuvimos cantanto y nos zampamos los sabrosos rolex al lado del fuego, la noche terminaba bien .