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A las 10 hemos quedado con Isidro, y un poco antes, al salir al jardín de la casa nos encontramos que nos ha visitado San Nicolás (que viene durante la noche del 5 de diciembre a los hogares alemanes) Nos había traído muuuchos chocolates y unas entradas para un concierto de música clásica de niños a última hora de la tarde....Berlín mola!!
Nuestra visita guiada comienza nada más poner un pie en las calles de Berlín, Isidro no pierde ocasión para enseñarnos, desde el tranvía, arquitecturas típicamente soviéticas, curiosidades y un sinfín de datos interesantes.
Visitamos la FUENTE DE LOS CUENTOS, que aunque tiene sus figuras tapadas para resguardarlas del frío clima berlinés nos encanta escuchar la historia del parque en el que está.
Se encuentra ubicada en Volkspark, en el barrio de Friedrichshain. Está dedicada a personajes de cuentos de los Hermanos Grimm, cuenta con más de 100 figuras y fue creada como regalo a los niños de las clases obreras, amenazados por tifus, raquitismo...
En el mes de Mayo se pone de nuevo en funcionamiento, incluyendo pequeñas cascadas, chorros de agua...
No hice fotos porque como os decía las figuras de mármol estaban tapadas.
Desde allí continuamos hasta Alexanderplatz y caminamos hasta el ROTES RATHAUS, el Ayuntamiento Rojo, al que entramos y subimos a la 1º de sus plantas para ver algunas de sus salas. Su color nada tiene que ver con orientaciones políticas sino con el color de sus ladrillos.
Visitamos la sala donde están los bustos de personajes ilustres alemanes y que sirvieron, muchos de ellos, como punto de partida de varios relatos posteriores de Isidro.
También visitamos la Wappensaal o sala de los escudos, con los escudos de armas de la ciudad y de los diferentes barrios de Berlín.
Justo delante del Ayuntamiento hay un mercado navideño con una pinta estupenda pero lo dejamos para mañana. Hoy toca visita cultural e intentaremos que caiga alguno por el camino, pero ese, que es de los buenos, lo disfrutaremos mañana.
Caminamos hasta la Isla de los Museos y allí cogemos el metro hasta la archifamosa PUERTA DE BRANDEBURGO.
Fue construida cuando Berlín se convirtió en capital de Prusia y un par de años después se le añadió la estatura de la cuádriga, con la diosa griega de la paz a bordo.
Cuando Napoleón y su ejército tomaron Berlín, este quiso llevarse un souvenir de la ciudad, y en lugar de llevarse algo pequeño como todo hijo de vecino, decidió que se llevaría algo del tamaño de su ego. Si de Venecia se llevó los caballos de San Marcos, de Berlín se llevó la cuádriga. Años después, las tropas prusianas marcharon sobre París y la recuperaron de nuevo.
Desde allí proseguimos hasta el REICHSTAG, para cuya cúpula tenemos la visita reservada (es gratuita). Antes pasamos por unos jardines con cruces, fotos y flores que recuerdan a los fallecidos que intentaron cruzar el muro de Berlín.
Para la entrada al Reichstag necesitas presentar el dni y pasar varios controles. Después te unes a un grupo y subes en el ascensor. Te dan una audioguía gratuita y vas subiendo por la rampa elicoidal a medida que vas escuchando la grabación.
Una vez arriba Isidro nos completa la narración y pasamos un rato contemplando cada cosa que hemos escuchado. Ha comenzado a llover y el agua cae por la cúpula, además de que moja las cristaleras y las vistas no son las mejores.
En el descenso retomamos la grabación de la audioguía hasta llegar abajo, donde una exposición de fotos con la historia de la construcción de la cúpula nos da la bienvenida.
Nos sorprenden sobre todo las imágenes en las que se aprecia el Reichstag completamente envuelto de telas blancas. Y es que el Reichstag había sido quemado, bombardeado, reconstruido y abandonado, por lo que envolverlo fue un nuevo comienzo. Al comenzar a envolverlo la gente se paraba a mirar, se tuvo que desviar el tráfico y tuvo más de 5 millones de visitantes que admiraban como las telas al ondear con el viento cambiaban de color. Estuvo envuelto durante 14 días, y después se retiraron e invitaron al pueblo al gran momento. Todo aquel que llevaba tijeras pudo cortar un trocito y llevárselo de recuerdo. Tras la retirada de las telas comenzó de nuevo la restauración.
Os dejo una imagen tomada de internet:
Después visitamos la terraza-mirador, desde la que se pueden observar las 4 torres del Parlamento, 3 de ellas con la bandera alemana y la cuarta con la europea.
Cuando finalizamos la visita por suerte había dejado de llover, lo que nos permitió visitar el cercano MONUMENTO A LOS GITANOS. Que recuerda a los gitanos fallecidos durante el genocidio nazi.
Consiste en una fuente redonda con una placa triangular de piedra en el centro, ya que a los presos durante el régimen nazi se les identificaba mediante triángulos de diferentes colores en su ropa. En la placa hay una flor como símbolo de vida y para recordar a los gitanos asesinados. Cuando la flor se marchita, cae en las profundidades del estanque y del agua surge una nueva flor fresca. Alrededor de la fuente está escrito el poema "Auschwitz" del gitano Santino Spinelli en inglés, alemán y romaní: "Cara hundida / ojos apagados / labios fríos / silencio / un corazón roto / sin aliento / sin palabras / no hay lágrimas."
El siguiente que visitamos fue el MONUMENTO A LOS JUDÍOS. Casi 2800 bloques de hormigón en diferentes alturas recuerdan a los judíos fallecidos en Europa y permiten que los visitantes elijan su camino de entrada y salida como si se tratara de un laberinto. Además no está exento de polémica desde que se construyó. Desde la calidad del material utilizado, ya que los bloques se han rajado hasta la controversia creada cuando se contrató a la empresa Degussa para pintar los bloques y evitar así los frecuentes graffitis; y se destapó que esta empresa fue una antigua fabricante del gas letal que mató a millones de personas en los campos de concentración nazis.
Además, en la actualidad, el monumento lucha contra la oleada de selfies, postureos y fotografías desenfadadas de turistas encima de los bloques, por lo que hay vigilantes que controlan que el lugar sea una zona respetada.
Y enfrente del monumento a los judíos, encontramos el MONUMENTO A LOS HOMOSEXUALES, en el que a través de una ventana puede verse un cortometraje con dos hombres que se besan. El monumento incluye una placa conmemorativa en alemán e inglés, que recuerda asimismo la continuidad de las persecuciones a personas homosexuales en la República Federal y la RDA.
Os dejo una foto sacada de la wikipedia porque vimos este monumento desde la acera enfrente, llevábamos un poco de prisa, y ahora me arrepiento de no haberlo visto más de cerca.
Llegó el momento de la comida, ratito que me reservo puesto que Isidro nos llevó a comer a un sitio muy poco conocido y así queremos que siga siendo, así que contribuimos a que los secretos de los guías sigan a buen recaudo.
En esta época del año, en Berlín anochece entre las 16:15 y las 16:30, así que entre comer y llegar a nuestro siguiente destino del día se nos hizo prácticamente de noche.
El lugar que visitamos fue el GLEIS 17, en la estación de Grünewald, escenario de uno de los acontecimientos más desafortunados de la historia: la deportación de los judíos.
Desde esta estación partían la mayoría de trenes que deportaron a los judíos berlineses y de los alrededores a campos de concentración de Riga, Mink y por supuesto, Auschwitz; salieron alrededor de unos 180 vagones, y se trasladaron más de 50.000 judíos.
La estación hoy en día sirve de paso de bicicletas y peatones, sus vías están abandonadas y en desuso, pero el memorial está plagado de inscripciones en el suelo, flores, velas y algunas excursiones que le siguen dedicando un recuerdo, una visita.
Tras esta visita un poco desgarradora, Isidro nos cuenta que en las inmediaciones de Grünewald se encuentra uno de los barrios más exclusivos de Berlín, plagado de casas de lujo (la Rathenauplatz).
Desde allí cogemos un bus que además es de dos plantas para recorrer desde el mismo la KURFÜRSTENDAMM, la calle más elegante y sofisticada para realizar compras. Además el bus empieza justo en nuestra parada por lo que somos los primeros en subir y en ocupar los asientos panorámicos de la planta superior. En esta época del año las calles están adornadas con luces de Navidad, lo que contribuye a darle un aire más mágico todavía.
Nuestro siguiente destino es la IGLESIA ROTA. El bus nos deja cerquita y paseando unos minutos llegamos hasta la misma. La fama de esta iglesia salta cuando tras la II Guerra Mundial queda destruida y se decide que sus ruinas deben ser conservadas, aseguradas y mantenerse como un vestigio que recuerde cada día los horrores de la guerra...
En el interior se puede contemplar una maqueta y los mosaicos. Nada más, no queda otra cosa.
Justo enfrente se ha levantado la nueva, de hormigón. Recibió una cruz hecha de clavos viejos de la bombardeada catedral de Coventry, en Inglaterra, como símbolo de la paz.
A los pies de ambas iglesias se levanta el Mercado navideño en la Iglesia Memorial Kaiser Wilhel, es enorme, más de 170 puestos. Es tristemente recordado por el atentado de 2016 en el que fallecieron 12 personas.
Nada más salir de la Iglesia Rota fue lo primero que encontramos y ya se me encogió el estómago de tal manera que fui incapaz de hacer fotos.
Hoy, una línea dorada grabada en el suelo indica la zona en la que estaban los puestos contra los que chocó el remolque del gran camión que aquel 20 de diciembre embistió en el mercadillo. Le acompañan, velas, fotos, flores y un lugar vacío en el que ya no se coloca ningún puesto.
Para quitar un poco de tristeza a la tarde, Isidro nos enseña el EUROPA CENTER, un centro comercial de los años 20 que sirvió de punto de encuentro para personajes del mundo literario. pero lo que más me gustó fue su reloj de agua que tiene una altura de 3 pisos. Gracias a un sistema de esferas organizadas en torres, y de tubos que se comunican fluye un agua verde que permite la lectura de la hora. Me dejó alucinada porque nunca había visto uno.
Seguimos con nuestro paseo y ahora nos acercamos al exclusivo KADEWE, el segundo centro comercial más grande de Europa, y que equivale a 8 campos de fútbol.
En el 2009 tres enmascarados se colaron por una ventana de la 2º planta, bajaron con una escalera de cuerda, forzaron las vitrinas y se llevaron millones de euros en joyas y relojes, dejando la escalera y un guante de piel. El análisis del ADN identificó a 2 personas pero no pudieron ser condenadas ya que pertenecían a dos gemelos idénticos, fue imposible saber cual de los dos era el culpable.
El Kadewe también ha tenido su historia negra, en los años 30 los nazis obligaron a los judíos a abandonar sus locales. Años después un avión de EE.UU se estrelló contra el edificio y lo incendió, por lo que estuvo cerrado durante 7 años. Y en los años 80 estalló una bomba en la sección de deportes.
A mi me recordó a una especie de Corte Inglés, pero lo que más me encantó fue la planta dedicada a la restauración, donde hay varias pescaderías exclusivas en las que compras el género y te lo cocinan en la zona de restauración. Ojo qué precios tenían...
Y ya, para finalizar la jornada, nos fuimos a la UNIVERSIDAD DE MÚSICA, la Hochschule für Musik Hanns Eisler Berlin, para disfrutar del regalo de San Nicolás. Un estupendo concierto de música clásica a manos de niñ@s de todas las edades, que combinaba piezas clásicas con villancicos.
Además a la salida reparten bretzels, así que Hugo puso el broche final al concierto.
Nos retiramos a cenar algo en casa, el día había sido agotador pero magnífico.
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