Hoy ha sido día intenso. A las 7 estábamos ya desayunados y hemos ido hacia la garganta de Kyambura. La garganta es donde viven los únicos chimpancés habituados de Queen Elizabeth. Se paga 50 euros cada uno y se hace una ruta de tracking a buscarlos. Hemos pagado la tasa y nos han juntado dos españoles, dos franceses, tres americanos y nosotros, mucha menos gente que en Kibale.

La ruta comienza bajando a la garganta. Menos mal que no llovió ayer porque si no sería una pista de patinaje. Está todo lleno de huellas de hipopótamos y se les escucha constantemente rugir. La ruta desciende hasta el rio y va paralelo al mismo, el cual está hasta arriba de hipopótamos que nos miran con no buenas intenciones al pasar a su lado. Nuestro guía ha puesto la directa y ha echado andar que no esperaba a nadie. Iba pendiente de si escuchaba chimpancés y nos ha ido metiendo por campo a través a un ritmo importante. Parecíamos la expedición de Stanley y Livingstone buscando las fuentes del Nilo, literal. Uno de los americanos, un hombre mayor, nos miraba preocupados el pobre se habrá pegado como cinco culazos.
Hemos estado como dos horas y media andando por selva con una humedad y un calor importante, alternando entre zonas de barro y campo a través. El sitio está muy chulo pero el guía nos llevaba echando el higadillo. Ha habido un momento que hemos estado a punto de rendirnos y decirle al guía que se olvidara, que ni chimpancés ni chimpanzós. Pero el hombre insistiendo en que estaban cerca. "Cerca" también estaban hacia una hora! pensaba yo. Tras pasar por el mismo punto del inicio, y haber completado la vuelta a la garganta, frente a nosotros nos hemos topado con un grupo de chimpancés bastante numeroso. Había algunos en el suelo desparasitándose, otros en el árbol, una cría jugando en la otra orilla con otro chimpancé. Un espectáculo. El guía se ha puesto a buscar y ha vuelto para que le siguiéramos hasta donde estaba el macho alfa. Un chimpancé de grande como una persona en el suelo tumbado tan tranquilamente. El tio ni se inmutaba de vernos, y eso que estábamos a un metro y medio de él.


Al rato de estar contemplándolo se ha empezado a escuchar un hipopótamo super cerca rugiendo, el guía ha empezado a gritarnos que corriéramos y nos hemos ido echando leches. Parece ser que estábamos en zona de paso de hipopótamos y si el guía se ha cagado razones había para correr, yo al hipopótamo no lo he visto pero el rugido y romper ramas sí. Con el susto ya pasado y con la risa tonta hemos estado otro rato viendo a los chimpancés del árbol y el guía nos ha animado a volver a ver al macho alfa. Seguía en el mismo sitio, ni con el hipopótamo se ha inmutado. Finalmente, Kyambura ha sido un éxito, hemos pasado del fracaso y la desesperanza absoluta al subidón del encuentro en 1 segundo. Lo que está claro es que Kyambura no es para todo el mundo. Alguien que no esté un poco hecho al monte y con un mínimo de forma física no lo cuenta. El guía podría haber sido mejor, pero nos ha encontrado los chimpancés asi que ni mu. Kibale es mucho más cómodo, y el guía fue mucho más didáctico. De ahí que se bastante más caro. Allí los vimos y quedamos contentos, pero el encuentro de Kyambura ha sido superlativo.
A la vuelta del tracking hemos ido directos para la ducha y a comer en el Lodge. A las 14:00 hemos ido a hacer un paseo en barco.
El paseo en barco ha estado genial. No está al nivel del Chobe, pero es muy bonito. Se ven cientos de hipopótamos, elefantes, búfalos y martines pescadores. Hay una cantidad de martines pescadores de locos. Como si fueran gaviotas, todo lleno de martín pescador. Volviendo del barco ha empezado a caer el diluvio universal.


La lluvia ha sido tan grande que una vez en el alojamiento hemos intentado coger el coche y vaya aventura. El camino para salir del Lodge a la carretera principal estaba tan embarrado que resbalaba como hielo. Al punto que un camión se había salido a medio camino y bloqueaba el paso. Al llegar al camión nos han salido como 20 niños que nos han empezado a gritar y a rodear el coche para que les siguiéramos. Nos han guiado a través de una comunidad, todos corriendo al rededor del coche, con los pies descalzos y de barro hasta las cejas. Yo los seguía no se ni cómo porque el coche patinaba en cuando acelerabas un poco, pero oye, que nos han sacado a la carretera los máquinas. Con una sonrisa de oreja a oreja nos han despedido. Verlos correr en esas condiciones, descalzos y llenos de mugre la verdad que cuesta digerirlo por muy sonrientes que estén, no son condiciones.
Ya en la carretera hemos ido a ver si veíamos algún animal a la zona de Kaseny. Al llegar al parque el barro era tal que hemos tomado el único camino de gravilla que daba algo de seguridad. Nos hemos cruzado un par de grullas coronadas, el ave de la bandera de Uganda y que tenía ganas de verlas. Búfalos e hipopótamos lo más predominante. Lo bonito del parque sin duda son las vistas. Las montañas enormes detrás y todo tan verde que realmente parece gorilas en la niebla.

Para el atardecer nos hemos vuelto y con una merecida cerveza hemos despedido el día.
Los encuentros de los chimpancés como el de hoy son los que justifican un sacrifico tan grande como el de la ruta o mismamente el llegar hasta aquí. Mañana día tranquilo de relax sin muchas pretensiones más que recorrer el parque con el coche. Espero respete la lluvia.