VIERNES 18 OCTUBRE 2020
Una obra que había en la calle nos despertó sobre las 7 pero conseguimos dormir un poco más. Sobre las 8 nos levantamos con el fin de llegar a tiempo al Free Tour por San Francisco que había reservado la noche anterior cuando llegamos al hostal.
La ruta partía de Union Square a las 10:30 y era en español, por cierto, aquí tenéis el enlace a la empresa Free SF Tour. Antes de dejar la habitación compré en la Aplicación Munimobile dos billetes de bus de día completo, con tranvía incluido, pagando 12$ por persona. Es una aplicación que hay que descargar previamente y desde ella se gestionan todos los medios de transporte de la zona, muy sencilla de manejar.
Cogimos el bus cerca del hotel hasta Union Square, siguiendo las líneas que marcaba la aplicación. Los billetes hay que activarlos antes de subir al bus desde la aplicación.
Como llegamos a la cita un poco antes de la hora dimos una vuelta por la plaza, llena de gente, bares, hoteles, etc. Al poco llegó el guía, se llamaba José y era de Méjico, quien resultó ser muy simpático y amable; además nos dió numerosas recomendaciones de todo tipo. El grupo era bastante grande, sobre 35 personas, y la visita duró alrededor de 2’5 horas.
Primero nos habló de la creación de la ciudad, que cuenta con menos de 200 años de historia. También de Alma de Bretteville, la llamada abuela de la ciudad, cuyo recuerdo se mantiene vivo gracias a la estatua que hay en medio de la plaza. Esta mujer hizo mucho por la ciudad: se casó con un magnate del azúcar y trajo chicas de Europa, que se casaron con los numerosos hombres que hacían fortuna por aquel entonces en la ciudad (apenas había mujeres).
En la edad de oro de San Francisco se ensancha la ciudad, el Juego y la prostitución están permitidos, aumenta la inseguridad y los secuestros. Vimos al lado de la plaza uno de los edificios más antiguos de San Francisco, que había sido un burdel y que se ve en la foto (hoy en día es una tienda de moda).
Continuamos por Chinatown, entrando al famoso barrio por la Puerta del Dragón. Había edificios de estilo americano pero con toques asiáticos, mucha decoración y animación en las calles. Por lo que nos contó el guía, en su momento los inmigrantes chinos se agruparon en Tongs, que eran como fraternidades. Al parecer en el barrio había esclavitud sexual de mujeres y niñas, se controlaban las apuestas y se vendía opio, desembocando en la Guerra de los Tongs. La serie «Warrior», de HBO, inspirada en una idea de Bruce Lee, trata de este tema y es que este carismático actor nació en el Chinatown de San Francisco. Por lo que nos relató, el Gobierno mantuvo un cerco al barrio durante más de 60 años.
Nos llevó al local donde nacieron las Galletas de la Suerte, pues son originarias de SF y no de China, como creía yo en un principio. En este lugar siguen haciendo las galletas a mano, como antiguamente. La única modernidad es que ahora las hacen de sabores, formas y tipos variados. José, el guía, compró una bolsa para repartir entre todos y la verdad es que estaban ricas. En ese momento nos encontramos con personal de Canal Cocina que estaba grabando un programa en SF así que salimos a partir del minuto 3 de este vídeo.
Continuamos hasta la plaza central de Chinatown, Portsmouth Square, donde los habitantes (principalmente jubilados) juegan a las cartas, dominó y diversos juegos. Allí tuvimos un momento para ir a los baños públicos.
Desde ahí nos acercamos a la Pirámide Transamérica, diseñada por el arquitecto William Pereira, que cuenta con 260 metros de altura y que cuando se acabó de construir figuraba en el top ten mundial de los edificios más altos. Allí José nos contó la historia del Bank of Italy, que ayudó a salir a SF del gran terremoto de 1906. Este banco, con el fin de dar confianza, acabó comprando Bank of America y así quedarse con el nombre. También nos habló, por ejemplo, del gran número de barcos de la época de la Fiebre del Oro que hay enterrados por la ciudad. Sobre ellos se construyeron edificios e incluso el metro atraviesa uno cerca de Embarcadero Station.
Nos despedimos de José en el Distrito Financiero, donde se encuentran los edificios más altos de la ciudad, dándole una buena propina, pues la visita estuvo francamente interesante (os la recomiendo vivamente).
Comimos en un lugar que nos recomendó el guía, llamado Zoetrope, que pertenece a Francis Ford Coppola. Pedimos los siguientes platos:
-Lasaña para Pelayo (19$)
-Espaguetis con meat balls para mí (24$)
-Tiramisú
Además pedimos un «Tasting wine menu» de tres vinos cada uno, que costaba 19$/persona, para poder probar seis vinos de la zona. El precio final fue de 113’97$, lo cual no está mal para el local, la ciudad y el sitio en el que se encuentra. El edificio en el que se encuentra se llama Sentinel y es uno de los pocos que sobrevivió al gran terremoto de 1906.
Tras comer cogimos el tranvía antiguo hasta el embarcadero, sacando vídeos y fotos sin parar, aprovechando el billete de día que habíamos sacado. Podéis ver aquí algunos vídeos cortos del exterior, interior y maquinaria del famoso cable car de San Francisco.
Una vez en tierra caminamos hasta el puerto para sacar unas fotos del Puente de Oackland. Se trata de un puente colgante de casi 3km de largo. Si queréis atravesarlo tendréis que pagar un peaje. Por cierto, los alojamientos en Oackland son más baratos pero nadie nos recomendó quedarnos allí, pues al parecer no es un sitio muy seguro.
Justo al lado se encontraba la Terminal de Ferrys, que está llena de tiendas gourmet. Al parecer la torre está inspirada en la Giralda de Sevilla.
Volvimos a coger el tranvía, pero el normal, hasta la Git Tower, de estilo art decó. Para llegar a ella tuvimos que subir unas cuantas cuestas y escaleras bien empinadas, tranquilamente para no morir en el intento. El camino era bonito, entre jardines, pero no apto para los que no estén dispuestos a caminar un buen rato en cuesta.
La entrada a la torre costaba 9$ pero no entramos, sólo paseamos por los alrededor con el fin de admirar las vistas de la ciudad y su bahía. Tras sacar varias fotos bajamos caminando hasta el Pier 39 para ver los leones marinos de día. Aquí tenéis un vídeo de ellos, pero no se oye nada por culpa del viento.
Hacía mucho frío así que compré una sudadera y una camiseta de San Francisco en las tiendas de souvenirs (12’92+13’82=26’74$). Como hay muchas tiendas los precios no están mal (si comparamos con lo caro que es todo en la ciudad); Pelayo aprovechó para comprar una gorra de SF por 4’44$. Por cierto, subimos a la segunda planta, desde donde hay buenas vistas de los leones y de Alcatraz.
Tomamos un bus hasta un Wine bar que nos habían recomendado: High Treason, donde nos atendió un chico muy amable llamado Hubert. Tenían una amplia oferta de referencias de todo el mundo (incluso vino gallego) así que le pedimos que nos sacase varias referencias por copa para probar.
–Tessier 2017 El Dorado: vino tinto elaborado con Garnacha por Kristie Tacey en la zona de Sierra Foothills. Esta joven era investigadora, dedicada al Genoma humano, pero acabó dejando su trabajo por elaborar vino, su verdadera pasión. En la contra etiqueta venía una frase de Louis Pasteur: «Una botella de vino contiene más filosofía que todos los libros del mundo». Podéis leer más información sobre el proyecto pinchando aquí.
–Homestead 2016: vino tinto elaborado con 48% Syrah, 27% Garnacha, 15% Mourvedre, 9% Carignane y 1% Viogner en las montañas de Santa Cruz. Elaborado por Big Basin con uvas de distintas partes de California. Podéis saber más pinchando aquí.
–Tatomer Vandenberg Riesling 2017: vino blanco elaborado con Riesling de varios puntos de la zona de Santa Barbara. Se trata de una selección de uvas con gran porcentaje de Botrytis. Podéis saber más aquí.
-Lioco Estero 2017: vino blanco elaborado con Chardonnay de Russian Valley. Podéis leer más sobre el proyecto aquí.
–Sake: hablamos mucho con Hubert sobre Asia y Japón. Como somos unos enamorados del sake nos invitó a una copa a cada uno, por cierto muy bueno.
Para acompañar el vino pedimos los siguientes platos:
-Pork sliders
-Tabla de quesos y embutidos
-Grilled cheese
Todo estaba muy rico pero raciones eran más bien pequeñas de cantidad. Pagamos por todo 119’35$+10$ propina=129’35$. Hubert nos recomendó algunas bodegas para visitar los próximos días (algunas por bonitas y otras porque están haciendo cosas interesantes): Odette State de la familia Plumjack (Napa Valley), Domaine Carneros (un palacete impresionante en Napa), Ridge Vyneards con una parcela muy especial llamada «Monte Bello» en Santa Rosa, Storybook Mountain Vyneards en Napa Valley y Matthiasson Wines.
Tras la estupenda velada volvimos al hostal dando un paseo. Aprovechamos para comprar en un 24h una botella de sake y dos pastelitos, pagando sobre 14$.
Cogimos el bus en Presidio Park hasta el hotel, lo que nos permitió ver desde la ventana el Palacio de Fine Arts y el Golden Gate iluminados. Esa noche notamos un breve temblor de tierra.
KILÓMETROS RECORRIDOS HOY: 0 Km
KILÓMETROS TOTALES: 4370 Km
Una obra que había en la calle nos despertó sobre las 7 pero conseguimos dormir un poco más. Sobre las 8 nos levantamos con el fin de llegar a tiempo al Free Tour por San Francisco que había reservado la noche anterior cuando llegamos al hostal.
La ruta partía de Union Square a las 10:30 y era en español, por cierto, aquí tenéis el enlace a la empresa Free SF Tour. Antes de dejar la habitación compré en la Aplicación Munimobile dos billetes de bus de día completo, con tranvía incluido, pagando 12$ por persona. Es una aplicación que hay que descargar previamente y desde ella se gestionan todos los medios de transporte de la zona, muy sencilla de manejar.
Cogimos el bus cerca del hotel hasta Union Square, siguiendo las líneas que marcaba la aplicación. Los billetes hay que activarlos antes de subir al bus desde la aplicación.
Como llegamos a la cita un poco antes de la hora dimos una vuelta por la plaza, llena de gente, bares, hoteles, etc. Al poco llegó el guía, se llamaba José y era de Méjico, quien resultó ser muy simpático y amable; además nos dió numerosas recomendaciones de todo tipo. El grupo era bastante grande, sobre 35 personas, y la visita duró alrededor de 2’5 horas.
Primero nos habló de la creación de la ciudad, que cuenta con menos de 200 años de historia. También de Alma de Bretteville, la llamada abuela de la ciudad, cuyo recuerdo se mantiene vivo gracias a la estatua que hay en medio de la plaza. Esta mujer hizo mucho por la ciudad: se casó con un magnate del azúcar y trajo chicas de Europa, que se casaron con los numerosos hombres que hacían fortuna por aquel entonces en la ciudad (apenas había mujeres).
En la edad de oro de San Francisco se ensancha la ciudad, el Juego y la prostitución están permitidos, aumenta la inseguridad y los secuestros. Vimos al lado de la plaza uno de los edificios más antiguos de San Francisco, que había sido un burdel y que se ve en la foto (hoy en día es una tienda de moda).
Continuamos por Chinatown, entrando al famoso barrio por la Puerta del Dragón. Había edificios de estilo americano pero con toques asiáticos, mucha decoración y animación en las calles. Por lo que nos contó el guía, en su momento los inmigrantes chinos se agruparon en Tongs, que eran como fraternidades. Al parecer en el barrio había esclavitud sexual de mujeres y niñas, se controlaban las apuestas y se vendía opio, desembocando en la Guerra de los Tongs. La serie «Warrior», de HBO, inspirada en una idea de Bruce Lee, trata de este tema y es que este carismático actor nació en el Chinatown de San Francisco. Por lo que nos relató, el Gobierno mantuvo un cerco al barrio durante más de 60 años.
Nos llevó al local donde nacieron las Galletas de la Suerte, pues son originarias de SF y no de China, como creía yo en un principio. En este lugar siguen haciendo las galletas a mano, como antiguamente. La única modernidad es que ahora las hacen de sabores, formas y tipos variados. José, el guía, compró una bolsa para repartir entre todos y la verdad es que estaban ricas. En ese momento nos encontramos con personal de Canal Cocina que estaba grabando un programa en SF así que salimos a partir del minuto 3 de este vídeo.
Continuamos hasta la plaza central de Chinatown, Portsmouth Square, donde los habitantes (principalmente jubilados) juegan a las cartas, dominó y diversos juegos. Allí tuvimos un momento para ir a los baños públicos.
Desde ahí nos acercamos a la Pirámide Transamérica, diseñada por el arquitecto William Pereira, que cuenta con 260 metros de altura y que cuando se acabó de construir figuraba en el top ten mundial de los edificios más altos. Allí José nos contó la historia del Bank of Italy, que ayudó a salir a SF del gran terremoto de 1906. Este banco, con el fin de dar confianza, acabó comprando Bank of America y así quedarse con el nombre. También nos habló, por ejemplo, del gran número de barcos de la época de la Fiebre del Oro que hay enterrados por la ciudad. Sobre ellos se construyeron edificios e incluso el metro atraviesa uno cerca de Embarcadero Station.
Nos despedimos de José en el Distrito Financiero, donde se encuentran los edificios más altos de la ciudad, dándole una buena propina, pues la visita estuvo francamente interesante (os la recomiendo vivamente).
Comimos en un lugar que nos recomendó el guía, llamado Zoetrope, que pertenece a Francis Ford Coppola. Pedimos los siguientes platos:
-Lasaña para Pelayo (19$)
-Espaguetis con meat balls para mí (24$)
-Tiramisú
Además pedimos un «Tasting wine menu» de tres vinos cada uno, que costaba 19$/persona, para poder probar seis vinos de la zona. El precio final fue de 113’97$, lo cual no está mal para el local, la ciudad y el sitio en el que se encuentra. El edificio en el que se encuentra se llama Sentinel y es uno de los pocos que sobrevivió al gran terremoto de 1906.
Tras comer cogimos el tranvía antiguo hasta el embarcadero, sacando vídeos y fotos sin parar, aprovechando el billete de día que habíamos sacado. Podéis ver aquí algunos vídeos cortos del exterior, interior y maquinaria del famoso cable car de San Francisco.
Una vez en tierra caminamos hasta el puerto para sacar unas fotos del Puente de Oackland. Se trata de un puente colgante de casi 3km de largo. Si queréis atravesarlo tendréis que pagar un peaje. Por cierto, los alojamientos en Oackland son más baratos pero nadie nos recomendó quedarnos allí, pues al parecer no es un sitio muy seguro.
Justo al lado se encontraba la Terminal de Ferrys, que está llena de tiendas gourmet. Al parecer la torre está inspirada en la Giralda de Sevilla.
Volvimos a coger el tranvía, pero el normal, hasta la Git Tower, de estilo art decó. Para llegar a ella tuvimos que subir unas cuantas cuestas y escaleras bien empinadas, tranquilamente para no morir en el intento. El camino era bonito, entre jardines, pero no apto para los que no estén dispuestos a caminar un buen rato en cuesta.
La entrada a la torre costaba 9$ pero no entramos, sólo paseamos por los alrededor con el fin de admirar las vistas de la ciudad y su bahía. Tras sacar varias fotos bajamos caminando hasta el Pier 39 para ver los leones marinos de día. Aquí tenéis un vídeo de ellos, pero no se oye nada por culpa del viento.
Hacía mucho frío así que compré una sudadera y una camiseta de San Francisco en las tiendas de souvenirs (12’92+13’82=26’74$). Como hay muchas tiendas los precios no están mal (si comparamos con lo caro que es todo en la ciudad); Pelayo aprovechó para comprar una gorra de SF por 4’44$. Por cierto, subimos a la segunda planta, desde donde hay buenas vistas de los leones y de Alcatraz.
Tomamos un bus hasta un Wine bar que nos habían recomendado: High Treason, donde nos atendió un chico muy amable llamado Hubert. Tenían una amplia oferta de referencias de todo el mundo (incluso vino gallego) así que le pedimos que nos sacase varias referencias por copa para probar.
–Tessier 2017 El Dorado: vino tinto elaborado con Garnacha por Kristie Tacey en la zona de Sierra Foothills. Esta joven era investigadora, dedicada al Genoma humano, pero acabó dejando su trabajo por elaborar vino, su verdadera pasión. En la contra etiqueta venía una frase de Louis Pasteur: «Una botella de vino contiene más filosofía que todos los libros del mundo». Podéis leer más información sobre el proyecto pinchando aquí.
–Homestead 2016: vino tinto elaborado con 48% Syrah, 27% Garnacha, 15% Mourvedre, 9% Carignane y 1% Viogner en las montañas de Santa Cruz. Elaborado por Big Basin con uvas de distintas partes de California. Podéis saber más pinchando aquí.
–Tatomer Vandenberg Riesling 2017: vino blanco elaborado con Riesling de varios puntos de la zona de Santa Barbara. Se trata de una selección de uvas con gran porcentaje de Botrytis. Podéis saber más aquí.
-Lioco Estero 2017: vino blanco elaborado con Chardonnay de Russian Valley. Podéis leer más sobre el proyecto aquí.
–Sake: hablamos mucho con Hubert sobre Asia y Japón. Como somos unos enamorados del sake nos invitó a una copa a cada uno, por cierto muy bueno.
Para acompañar el vino pedimos los siguientes platos:
-Pork sliders
-Tabla de quesos y embutidos
-Grilled cheese
Todo estaba muy rico pero raciones eran más bien pequeñas de cantidad. Pagamos por todo 119’35$+10$ propina=129’35$. Hubert nos recomendó algunas bodegas para visitar los próximos días (algunas por bonitas y otras porque están haciendo cosas interesantes): Odette State de la familia Plumjack (Napa Valley), Domaine Carneros (un palacete impresionante en Napa), Ridge Vyneards con una parcela muy especial llamada «Monte Bello» en Santa Rosa, Storybook Mountain Vyneards en Napa Valley y Matthiasson Wines.
Tras la estupenda velada volvimos al hostal dando un paseo. Aprovechamos para comprar en un 24h una botella de sake y dos pastelitos, pagando sobre 14$.
Cogimos el bus en Presidio Park hasta el hotel, lo que nos permitió ver desde la ventana el Palacio de Fine Arts y el Golden Gate iluminados. Esa noche notamos un breve temblor de tierra.
KILÓMETROS RECORRIDOS HOY: 0 Km
KILÓMETROS TOTALES: 4370 Km