EL LARGO CAMINO HACIA BUCAREST POR LAS ORILLAS DEL RÍO OLT.
La distancia desde Sibiu a Bucarest es de 273 kilómetros, aproximadamente. Sin embargo, los desvíos en las carreteras por obras y los cortes en algunos tramos regulados por semáforos, que ocasionaban unos atascos tremendos, lo convirtieron en un trayecto de más de cinco horas (paradas técnicas aparte), que, personalmente, se me hizo menos pesado por los espléndidos paisajes que cruzábamos.
En una de las esperas -casi media hora antes de que nos diese paso el semáforo- tenía este panorama ante mi vista.
De nuevo montañas todo en lontananza, cuyas laderas aparecen completamente cubiertas de un arbolado tan tupido que parece un tapiz de tonos verdes, en cuyo interior a duras penas penetra la luz del sol.
Pasamos varios lagos y divisamos el Monasterio de Cozia. Pese a sus aguas marrones por las fuertes lluvias de los días anteriores que a nosotros casi no nos afectaron, el río Olt nos deparaba kilómetros y kilómetros de parajes muy bellos que amenizaban las interrupciones de tráfico.
Cuando se abría el semáforo de nuestro lado, en el contrario contemplábamos unas filas kilométricas de vehículos atascados a la espera de recibir el paso, la mayor parte camiones, que formaban caravanas interminables, con los conductores en la calzada medio desesperados. Entretanto, yo seguía contemplando cúpulas, camparios y pueblecitos perdidos; incluso una iglesia de madera y alguna que otra curiosidad más.
Al llegar a las inmediaciones de Pitesti, la carretera se convirtió en la autopista que lleva hasta Bucarest y pudimos acelerar un poco la marcha. En Rumanía, realmente tienen un problema serio con las carreteras. Necesitan aumentar urgentemente los kilómetros de autovías aunque solo sea para facilitar el transporte de mercancías. El bello paisaje anterior había pasado a engrosar el zurrón de los recuerdos.