Antecedentes
El año pasado ya hicimos el intento de hacer este viaje, pero cuando intentamos comprar los vuelos, se habían disparado. No había más opciones para volar a Cancún desde Barcelona, porque el resto de rutas hacían escala en USA o en Canadá, y en 2022 las restricciones COVID no eran asumibles para nosotros. No queríamos depender de un PCR, o aún peor...en Canadá nos pedían una reserva previa de hotel de tres días por si nos tocaba el control aleatorio. Así que TAP era el único vuelo disponible.
Con tristeza

Pero esta vez sí, ya teníamos la ruta pensada y sólo nos faltaban los vuelos. Barcelona-Lisboa-Cancún nos salió a unos 700 EUR por cabeza y con horarios razonables

Habíamos hecho grandes viajes (Vietnam y Camboya, Indonesia y Cuba), pero sin nuestro hijo


Los preparativos
Como otras veces, decidimos usar mochilas y no maletas porque son mucho más cómodas de mover. Nos llevamos tres mochilas grandes y tres pequeñas. Ya en modo paranoico, a la ida cruzamos ropa por si se pierde alguna de ellas.
Los dineros: en México el uso de la tarjeta es habitual, así que tiramos de Revolut, que como muchos sabréis es una Visa que permite tener cuentas en moneda extranjera. Sólo hay que pasar de EUR a la moneda deseada, y los señores de Revolut aplican el tipo de cambio interbancario, es decir que es imposible encontrar algo más ventajoso. Además de la Revolut, nos llevamos euros que cambiaríamos en casas de cambio.
Botiquín básico para estar tranquilos, y más si vas com un chaval de cinco años: apiretal, amoxicilina (o similar), tiritas, suero fisiológico, biodramina, cristalmina y nuestro citrobiótico preferido para prevenir estas diarreas del viajero tan incómodas. Nada nos hizo falta, pero como los seguros, hay que tenerlos.
Hablando de seguros, nos hicimos un seguro de viaje con IATI, como siempre que viajamos fuera de la Unión Europea. No hace falta decir que si pasa algo moderadamente grave (una fractura, una infección...), tendremos coberturas razonables. Y es que en casa estamos muy bien acostumbrados.
El relación a los enchufes, en México se usa el tipo A/B, así que nos llevamos un adaptador universal que además tiene dos enchufes USB...perfecto para enchufar y cargar dos móviles a la vez.
Y para estar conectados sería suficiente usar la wifi de los hoteles y apartamentos, os adelanto que las conexiones funcionan razonablemente bien...pero además necesitábamos datos en el móvil para usar el navegador GPS. El año pasado estuvimos encantados con Holafly en Albania, pero vimos que esta plataforma ya solo dispone de eSIM, y ninguno de nuestros móviles lo soporta. Así que bucamos en Internet una SIM prepago para México, y con una de 6GB de T-Mobile nos bastó para los 10 días.
México, cuyo nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos (es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9xico) y que está en América del Norte -cosa que a veces olvidamos- es un país enorme y donde vive muchísima gente: alrededor de 130 millones de habitantes. Es un país rico en recursos naturales cuya evolución económica reciente ha sido muy favorable; no obstante existen grandes desigualdades, y la violencia y la corrupción están presentes en gran parte del día a día. Y es que México es un país que se ha puesto las pilas y ya empieza a asomar la cabeza en los puestos razonables de los índices de desarrollo y en términos de economía es unos de los más importantes del mundo.
Nos apetecía un montón el viaje porque nos habían contado, y efectivamente confirmamos que era cierto, que es un destino que pone las cosas muy fáciles al turismo familiar, que es relativamente económico y en el que el idioma nos lo pondría mejor que otras veces. Y es que aunque tengas un buen nivel de inglés, a veces es estresante tener que discutir, hablar por teléfono o entender una carta en un restaurante, sobretodo si tu interlocutor tampoco es anglohablante

Habíamos oído mucha leyenda negra de México, como por ejemplo que la policía te paraba con cualquier excusa para pedirte una mordida, que los empleados de hoteles y restaurantes eran hostiles con los turistas, problemas con los alquileres de coches o que te podían pegar un tiro por la calle...como siempre, todas estas cosas las dice la gente que no sale de casa y cuando lo hace se va a una agencia y compra un todo incluido. Ya os adelanto que nada de eso pasó, y salvo algunas cosas, todo salió más que redondo

Sólo teníamos diez días, así que tuvimos que dejar destinos en el tintero. La ruta nos quedó así:
• Tulum: cenotes, laguna Kaan Luum y ruinas mayas. Nos hubiera gustado ir más al sur hasta Bacalar y Sian Ka'an, pero todo no podía ser

• Chichén Itzá: Está claro, ¿no? ¡LAS RUINAS DE CHICHÉN ITZÁ!



• Valladolid: conocer la cuidad de arquitectura colonial y algún que otro cenote. Aquí el extra point hubiera sido subir a Río Lagartos para ver flamencos y las coloradas, pero esto requería hacer noche ahí.
• Holbox, esa isla hipi donde todo se detiene: playa, playa y más playa

• Cancún: qué remedio, había que ir ahí porque teníamos el vuelo. Así que no teníamos muy claro lo que queríamos hacer.
Queríamos ver ruinas mayas, bañarnos en cenotes y en las playas, y conocer un poco una pequeña parte del país. El viaje se repartiría entre los estados de Quintana Roo y Yucatán. Y es que nos fascinan las piedras, y conocer la civilización maya era un aliciente.
La civilización maya tiene sus origenes en el año ¡2000 aC! ...aunque experimentó su esplendor entre los siglos IV y X dC. Cuando llegaron los europeos, la civilización estaba ya en franco declive, y varias son las hipótesis, aunque la mayoría coinciden que hubo un abandono de ciudades causado por prolongadas sequías y cambios climáticos. Los mayas perduran aún hoy en día, pero ya diluidos completamente en México, Belice y Guatemala. Su última gran acción fue la denominada Guerra de las Castas (es.wikipedia.org/ ..._de_Castas), rebelión de mediados del siglo XIX en la que intentaron recuperar el control del Yucatán por las armas, llegando a ocupar Valladolid y amenazando la capital, Mérida. La rebelión termino aplastada por el ejército federal y aprovechada para ejercer una represión y exterminio del pueblo maya.
Otra cosa más: para los que no nos sale a cuenta coger un taxi o no podemos ir en transporte público al aeropuerto del Prat, la mejor opción es uno de tantos sitios donde dejas el coche por varios días y te llevan en minibús a la terminal. Nosotros somos fans de Aparca&Go, pero las veces (pocas) que hemos usado otras también hemos quedado contentos. En esta ocasión optamos por ir un paso más allá y cogimos la tarifa en la que vas a la terminal y ellos te vienen a buscar el coche; a la vuelta la mismo, sales con las maletas a la zona de llegadas y vienen con tu coche para entregártelo. Muy cómodo.