11/11 Parque Nacional Yosemite ✏️ Diarios de Viajes de USA

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El Parque Nacional de Yosemite tiene una extensión de mas de 3000 kilómetros cuadrados que se dividen en varios sectores: Wawona, Tuolumme Meadows, Hetch Hetchy y el Valle de Yosemite que es la parte más conocida y a la que se suele limitar la visita si se dispone de poco tiempo. Nuestra idea era empezar por el valle y después decidir sobre la marcha si nos quedábamos algún día más.

Tardamos aproximadamente una hora en llegar desde el hotel al valle. Primero visitamos la cascada Bridalveil (literalmente velo de la novia) que, aunque con poca agua en estas fechas, luce espectacular gracias a su caída de 188 metros. Desde el aparcamiento hay un corto camino hacia la parte baja de la cascada, perfectamente habilitado para sillas de ruedas (a favor de este parque destacamos la accesibilidad de sus puntos más emblemáticos). Después allí fuimos a un punto desde el cual se obtenía una bonita panorámica de la cascada Yosemite que, con sus 739 metros en tres etapas, es la cascada más grande de Norteamérica. En el plano del parque (en nuestra opinión bastante incompleto y peor que los de los otros parques) vimos que había pequeños senderos que rodeaban la parte baja de la cascada, así que buscamos aparcamiento para dejar el coche y echarnos a caminar. A pesar de las dimensiones del parking nos costó bastante encontrar sitio. Esta cascada también estaba escasa de agua, de hecho nos pareció que tenía más agua y era más vistosa la Bridalveil, a pesar de ser tener metros más de 500 metros menos. Nos alejamos un poco del aparcamiento por lo que decidimos volver al mismo en uno de los autobuses gratuitos del parque (este es el único parque de los que visitamos en el que se podía elegir en estas fechas entre vehículo privado o autobús).

Teníamos intención de ir al Mirror Lake a hacer una pequeña ruta pero fue imposible aparcar a pesar de estar un buen rato intentándolo, así que desistimos.

Nuestra siguiente parada fue para ver uno de los puntos mas famosos del parque, El Capitán, una mole de granito con una pared vertical de 918 metros, que fue ascendida por primera vez en 1958.

Abandonamos la parte baja del valle y pasamos a verlo desde las alturas, desde alguno de sus miradores mas famosos.
Primero nos dirigimos a Tunnel View, que recibe ese nombre porque era la primera imagen del valle que tenían los viajeros que llegaban al parque desde el sur tras atravesar el túnel Wawona, inaugurado en 1933. Desde este mirador se ve el valle escoltado por El Capitán a la izquierda, la cascada Bridalveil a la derecha y el Half Dome al fondo. Es probablemente la imagen más reconocible del parque y sin duda merece la pena. Hay un aparcamiento al lado del mirador que en estas fechas no estaba congestionado. Como se nos hacía tarde aprovechamos para comer en el coche (no había merendero en las proximidades y además hacía bastante viento). La siguiente parada sería Glacier Point al cuál se llega por una carretera de montaña que va atravesando bosques de coníferas (en los que al igual que otras partes del parque se percibe la huella de incendios recientes). Tras 40 kilómetros y una parada en el mirador Whasburn (desde el cual se ven las cascadas Nevada y Vernal) llegamos a Glacier Point. Este mirador, situado a 2200 metros de altitud, es conocido por sus vistas al Half Dome que, junto con El Capitán, es la formación rocosa más famosa del parque y que recibe este nombre, que literalmente significa media cúpula, por su característica morfología. Además de las vistas al Half Dome también impresiona la panorámica del valle surcado por el rio Merced. En este mirador hay bastante gente (es un lugar popular para ver el anochecer) pero caminando unos metros hacia la derecha hay más puntos con exactamente las mismas vistas y menos abarrotados.

Decidimos que visitariamos al menos un día más este parque por lo que buscamos alojamiento en Oakhurst, en las proximidades de la entrada sur. Este alojamiento y el de Mariposa, fueron los más caros de todo el viaje, así que creemos que en los alrrededores de este parque no es lo más conveniente reservar a última hora, y menos en fin de semana.

En la etapa anterior ya dije que no iba a hablar muy bien de este parque, concretamente de la zona del valle y ahí va mi crítica. Hablo de la situación que vivimos en noviembre (es cierto que era sábado). El tráfico en la carretera del valle no tiene nada que envidiar al de muchas ciudades. Ruido de motores continuo, aparcamientos abarrotados, coches aparcados a ambos lados de la carretera,... Es cierto que hay autobuses gratuitos, pero si a pesar de los autobuses se permite el tránsito en vehículo privado poco se soluciona (no sé como está regulado el trafico en temporada alta). Sólo cogimos uno de los autobuses pero nos dio la impresión de que la frecuencia era menor que en otros parques. La carretera desde Glacier Point a Oakhurts parecía una romería y alguno de los senderos cercanos a las cascadas parecía en centro comercial en hora punta de tanta gente que había (ojo, somos conscientes de que nosotras también formamos parte de esa gente). Supongo que deberían limitar el número de visitantes (aunque no creo que estén por la labor) o prohibir los vehículos privados en las carreteras del parque. No sé si toman éstas u otras medidas en temporada alta, pero por lo que leí en relatos de gente que lo visitó en verano, si las toman no son muy efectivas. Yosemite es tan famoso que todos queremos visitarlo y eso es lo que lo está matando. Es un valle precioso, pero tanto trafico y masificación hacen que pierda parte de su encanto. Afortunadamente Yosemite es muy grande (el valle solo representa el 1% del parque) y en la etapa siguiente visitaremos zonas menos concurridas que nos dejaron bastante mejor sabor de boca.

Nota; subiré fotos al diario cuando llegue a casa.

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