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MUSEOS DE TESALÓNICA
MUSEOS DE TESALÓNICA
Los Paraguas de Tesalónica, escultura de Giorgos Zogolopoulos (1903-2004)
Sábado 14 de Octubre, 2023
Me desperté muy pronto, duché y desayuné para dirigirme hacia la parada de bus más cercana: La de Demokritos para coger el bus Num 03X que me lleva, atravesando el centro, hasta la parada de White Tower (Lefkós Pirgos). Había recabado información de antemano, consultando en la página oficial de transportes de Tesalónica, que es ésta: new.oasth.gr/en/ Pagas 1€ en la maquinita del bus entrando por la parte de atrás del vehículo. Hay que validar el billete en otra máquina que está al lado. La máquina no da cambios. Al cabo de siete paradas llegué a mi destino.
Nada más salir ví los Paraguas de Giorgos Zogolopoulos, todo un emblema de la ciudad. Junto a ellos había algún viejillo pescando y un grupo de chicas haciendo Tai-Chi. Volví sobre mis pasos y pude ver otro emblema de la ciudad: La estatua ecuestre de Alejandro Magno, junto al mar. Y, un poco más allá, cerca de un parquecillo, a Konstantinos Karamanlis, que fue primer ministro griego nada menos que en cinco ocasiones y que en su día fue un gran defensor de la Enosis (unión de Grecia y Chipre).
Alejandro Magno y Constantinos Karamanlis (1907-1998), primer ministro en 5 ocasiones
Y ya a partir de ahí me alejé del mar para buscar el primer museo que iba a visitar hoy: El Museo de la Cultura Bizantina.
Museo de la Cultura Bizantina - Μουσείο Βυζαντινού Πολιτισμού
Se encuentra en un edificio moderno que al entrar tiene una especie de atrio que a su vez da acceso a la recepción, los baños, una cafetería, etc. Fui a recepción y me dijeron que el precio era 8€ o bien podría pagar 15€ para poder visitar también el Museo Arqueológico de Tesalónica, que se encuentra muy cerca de éste y la Torre Blanca, que también está en la misma zona. Compré la opción de 15€.
El Museo consta de 11 grandes salas. No hay escaleras. En su lugar hay una rampa que te da acceso a las salas situadas a lo largo del perímetro del edificio, a distintos niveles, pero no son rampas muy inclinadas. Está muy bien pensado para aquellos que tienen discapacidades.
La primera sala trata de la iglesia paleocristiana en la Alta Edad Media, entre los siglos IV y VII. Es decir, a partir de la fundación del Imperio Bizantino por Constantino. Aquí hay fragmentos de revestimientos de mármol y mosaicos procedentes de las basilicas paleocristianas de San Demetrio y Acheiropoietos que visité ayer, algunos capiteles y vasos litúrgicos.
La segunda sala va de la casa y las ciudades en el temprano Imperio Bizantino, con objetos domésticos y profesionales como vasijas de cerámica y vasos de vidrio. La sala 3 trata de la cultura funeraria, con mosaicos, tumbas y objetos hallados en enterramientos: monedas, artículos personales, joyas, vasijas de cerámica y vidrio
de la familia de los Flavios Eustorgios que veneran a sus antepasados fallecidos de mediados del siglo IV.
b) El Buen Pastor (siglo IV).
c) Vasijas de cerámica (siglo IV).
d) Fragmento de inscripción funeraria (siglo IV)
La sala 4 comprende desde el período iconoclasta hasta las dinastías Macedonia y Kommenia (siglos VIII-XII). La número 5 es fundamentalmente numismática bizantina. La número 6 sobre las fortificaciones y los castillos bizantinos con objetos cotidianos de la época. La sala siete sobre la decadencia de Bizancio. Luego hay dos salas con colecciones privadas que han sido donadas con arte bizantino y post-bizantino. La sala 10 es sobre "Bizancio después de Bizancio" y finalmente la sala 11 sobre la actividad arqueológica en si.
b) Fragmento de Pintura al Fresco procedente del Monasterio de Vlatadon, en la parte alta de Tesalónica.
Es una escena de lavado de pies en la que aparecen siete Apóstoles, año 1360-1380
c) Fragmento de vasija bizantina
d) Losa Funeraria S X.
Lo cierto es que es un museo magnífico. No me extraña que haya sido tan premiado. Entre ellos recibió el Premio "Museo del Año" del Consejo de Europa en el 2005. Me gustó mucho... Y estábamos cuatro gatos.
Salí del edificio y me dispuse a ir al Museo Arqueológico de Tesalónica, que está literalmente al lado pero yo, como estoy bastante "empanao" me fui en dirección contraria y me llevó, tras preguntar, media hora re-encontrarme. Pero lo encontré.
Bajo el porche ante la entrada hay unos sarcófagos decorados con altorrelieves bastante impresionantes. Entré y mostré el ticket que compré en el museo anterior y comencé el recorrido. Habia gente. Este es un museo muy recomendado en todas las guías de viaje y se nota. En él se albergan una colección de artefactos y objetos procedentes fundamentalmente de Tesalónica y Macedonia de las épocas prehistórica, arcaica, griega clásica, helenística y romana.
¿Qué me gustó? Pues me gustaron muchas cosas. Me gusta mucho la decoración de los sarcófagos de la época romana con temas mitológicos. Ví un fantástico mosaico que tiene a Dionisos como tema principal y que muy posiblemente decoraba el suelo de la casa de una familia rica.
El mito cuenta que la diosa Artemisa, enojada con Eneo, reyes de los etolios, envió a la bestia a devastar su tierra. Muchos héroes participaron en la caza, el primero de ellos el hijo del rey, Meleagro, y la intrépida cazadora Atalanta.
Meleagro, montado en su caballo, ataca al jabalí. El héroe arcadio Angaeus yace en el suelo mortalmente herido por el jabalí. Atalanta corre delante del caballo.
b) Epona, patrona de los caballos, era una diosa celta popular en muchas partes de Europa. Su culto en Salónica pudo haber sido introducido por Galerio. Este relieve es la única evidencia del culto a Epona en Macedonia. Siglo IV d.C.
También había una estela con inscripciones que consistían en una aretalogía. Tuve que mirar en internet a ver qué significaba esta palabra resultando ser una narración sobre hechos milagrosos de una figura divina donde se enumeran los atributos de una deidad, en forma de poema o texto, en primera persona. Por lo general comienzan con las palabras "Yo soy..." para luego continuar autoelogiándose. Se utilizaban en el período de las últimas dinastías del Egipto Antiguo, en Mesopotamia y en la época grecorromana. Tenían que ser recitadas por aretalogista ensalzando los atributos de la deidad correspondiente.
Luego además está la colección "El Oro de Macedonia". Yo tengo un problema con el oro: Que no me gusta mucho. Me gusta el valor del oro, claro
pero no me gusta estéticamente. La colección es acerca de los hallazgos de metales preciosos en la Antigua Macedonia, consistente en objetos hechos en metal que acompañaban al difunto en su viaje al más allá, como joyería, vasijas y armas. Entre estos objetos está la crátera Derveni, encontrada en una tumba en la localidad del mismo nombre. En la decoración de la pieza se representa la boda entre Dionisio y Ariadna junto con un séquito de sátiros y ménades. Está datado en el siglo IV a.C. Intenté sacarle una foto, pero me quedaba muy mal ya que el objeto está en una vitrina, con luces y focos y en una oscura habitación, así que me salían brillos y reflejos por todas partes.Por otro lado, en una sala donde se nos cuenta la trayectoria del museo se nos cuenta que el 10 de Noviembre de 1977 a altas horas de la noche, en el más absoluto secreto, llegó al Museo Arqueológico de Tesalónica el cofre de oro con los huesos y la corona de oro de Felipe II -padre de Alejandro Magno- procedentes de las excavaciones de la Gran Tumba en Vergina, a unos 60 kms de la ciudad. En un ambiente emotivo y cargado de entusiasmo, el profesor Manolis Andronikos, que estaba excavando el lugar, los entregó a la directora de Antigüedades Katerina Rhomiopoulou, para que los guardara en la bóveda del Museo. Al poco tiempo se les unirían el resto de objetos preciosos del yacimiento, que fue aclamado como "el mayor descubrimiento arqueológico de los últimos cien años". Hoy todos ellos se encuentran en el Museo de la Tumba de Vergina. El que aparece en la foto es una copia que hay en el museo.
b) Cofre con los restos de Felipe II
Terminé la visita y nada más salir había unos bancos a la sombra de unos setos, donde comí el bocata para después dirigirme a la cercana calle Tsimiski donde pillar un bus que me llevase a la Plaza Aristoteles, ya que me daba pereza caminar. A partir de ahí subiré hasta la iglesia de Panagia Chalkeon y el Ágora Romana.
Nada más llegar a la parada llegaba un bus. Me subí de la misma pues todo pasan por la Plaza Aristóteles. Metí la moneda de euro en la maquinita y no me la aceptaba. El bus a tope. Lo intenté una y otra vez y al final la moneda se me cayó al suelo. Imposible recogerla con tanta gente. Yo sin billete. No tenía más monedas. La gente mirando. Me agobié, se abrieron las puertas un par de paradas más allá y me largué.
Llegué a la plaza, crucé Egnatia y ahí estaba la estatua hecha en mármol de Eleftherios Venizelos, posiblemente el político más influyente de la historia griega contemporánea y especialmente para Tesalónica llevando a cabo varias reformas constitucionales, modernizó la economía, organizó el ejército y estableció la diplomacia e influencia geostratégica. Tras vencer varias batallas en los Balcanes durante la Primera Guerra Mundial, se esforzó para poner a Grecia del lado de los Aliados lo que le condujo a tener un conflicto con el Rey Constantino, originando lo que se conoce como el Cisma Nacional, que dividió a la población entre pro-monárquicos y pro-Venizelos y que terminó con el exilio del monarca.
La estatua se encuentra entre otros dos lugares de interés. Por un lado los Baños Otomanos de Bey Hamam, contruídos en el 1444 y que funcionaron hasta 1968 como tales. Pero en este mommento estaban cerrados por obras. Al otro lado de la estatua está la iglesia paleocristiana de Panagia Chalkeon (1028) y que también se encontraba cerrada porque ya eran las 3 de la tarde.
Foro Romano (Antigua Ágora).-
Justo detrás de la iglesia está el Ágora. La primera impresión que tuve era que estaba cerrada y no había acceso a ella ya que está en el centro de la ciudad pero no había nadie. Da la impresión de que todavía la están excavando, pero ví que podía bajar por la rampa, cosa que hice pensando que pronto me iba a salir algún guardia de seguridad para darme un toque. Pero de la "garita" que hay abajo salieron una mujer y un hombre. Ella me dijo (bueno, más bien me insistió):
-"¿Quieres visitar el museo?"
-"¡Ah!...Pero ¿cómo? ¿Se puede visitar?
Los dos me insistían
-"Pase, pase por favor" - me decía el guarda, que de aspecto me recordó a Mortadelo
Vamos que ni quería ni podía decir que no. Así que entré y tras pagar la entrada -que incluye además la visita a las ruinas del Palacio de Galerius- Mortadelo me dijo:
-"Ya le llevo yo al comienzo del recorrido del museo"
Hicimos un recorrido bastante largo hasta "la casilla de Salida"
y que me permitió comprobar que yo era el único visitante de todo el recinto. Entendí entonces tanta insistencia por parte de los dos: Ahí no entra nadie. La recepcionista y el guarda están aburridos, me vieron por las cámaras que yo entraba de forma dubitativa y diciéndose el uno al otro: "¡A por él", salieron apresurados a la caza y captura del visitante despistado que era yo. Y yo -con lo que me gustan las piedras- no puse ninguna resistencia, claro...En realidad se trata de un museo arqueológico que alberga los utensilios encontrados en las excavaciones del Ágora. Fundamentalmente monedas de plata, algunas estatuas de mármol y piedra, cerámicas y lámparas, muchísimas lámparas.
En el museo también ví que había una sección que trata del recinto del foro en la época moderna y cómo comienzan las excavaciones en 1966. Es una historia muy ligada a los judíos sefarditas, ya que muchos de los judíos expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492 vinieron a Tesalónica. Su población aumentó considerablemente hasta el punto que en el siglo XVII consituían casi el 70% de la población de la ciudad, viviendo en su mayoría en la ciudad baja situada entre la Iglesia de San Demetrios y el mar y siendo ésta zona del foro una zona de intensa actividad comercial. Aquí estaba el mercado y había muchas tiendas.
Durante cinco siglos habitaron Tesalónica pasando por varias etapas de crisis y apogeo. Uno de sus mejores momentos fue a finales del siglo XIX y principios del XX hasta que tuvo lugar el Gran Incendio de 1917 que terminó con 16 de las 33 sinagogas de la ciudad y con el Gran Rabinato. Diez mil judíos se quedaron sin casa. Este momento fue aprovechado por los griegos para remodelar la ciudad llevando a cabo grandes expropiaciones. Posteriormente, el antisemitismo nazi de la II Guerra Mundial hizo el resto.
El Ágora consta de una zona donde había tiendas, el Cryptoporticus, el teatro u Odeon precedido de un portico a dos niveles y luego una amplia explanada que era el punto de encuentro de las gentes. El foro data del siglo II d.d.C
a) El Criptoporticus; b) El Teatro; c) Las tiendas (s.II)
Una vez que salí del recinto me fui a uno de los muchos cafés que hay en la parte norte del foro, en la calle Olympou. Escogí el primero que tiene una terracita con vistas al foro a la que daba el sol de pleno, así que elegí una mesa en la otra terraza que tienen que da a la calle. El café estaba a tope. Es esta una zona con ambientillo. Me relajé un poco y miré en el mapa como ir a visitar las Ruinas del Palacio de Galerio, que se encuentran a 10 minutos de aquí en la Plaza Navarinnou.
Ruinas del Palacio de Galerio.-
Así que bajé por la calle Leonida Iasonidou, crucé Egnatia de nuevo, tomé Paleon Patron Germanou que son calles anodinas con casas de pisos con su correspondiente graffiti hasta llegar a la Plaza Navarinou, que es como la plaza de tu pueblo y el mío o como cualquier plaza de cualquier localidad de España: Con un patio de recreo en el centro para que jueguen los niños y rodeada de bares con terraza alrededor de su perímetro. Bueno, casi todo, ya que en uno de los lados de esta plaza no hay bares porque está la entrada al Palacio.
Enseñé mi billete al apático recepcionista de la entrada, que me dejó pasar. ¿Cuantas almas había en el lugar? Pues, a ver: déjame contar (con los dedos): Estábamos entre 250.071 y 250.073 almas. "¿Y por qué doy un margen de error tan pequeño?" -te preguntarás -¡oh, lector!- en un océano de dudas. Pues porque estábamos un servidor, el Menda y yo (que somos "3 en 1" en realidad), setenta gatos y unas 250.000 moscas.
Para disfrutar de este lugar te tienen que gustar mucho las piedras (como a mí), pero mucho, mucho, mucho.... porque hay que tener mucha imaginación ya que solo vas a ver la planta de unas cuantas estancias con algunas paredes y poco más. Sí: Puedes ver "el Octágono" y lo que llaman "la Basílica" del Palacio (aunque en realidad no era tal). El sol daba de pleno sobre los paneles explicativos que no se podían leer. Y luego yo ya había visto hoy demasiadas piedras y estaba un poco cansado, así que no lo disfruté mucho. De todas formas, como ya he dicho, hay tener imaginación para poder apreciarlo.
Al salir del palacio dejé la Plaza Navarinou para tomar la Calle Dimitri Gounari. Esta calle junto con la Plaza de Aristóteles son el verdadero centro neurálgico de la ciudad.
Dimitri Gounari es una calle peculiar porque combina la "modernidad" de una via muy concurrida con un montón de tiendas, restaurantes y sobre todo pequeñas pizzerias y kebabs de precio muy barato de pedir la comida y comértela por el camino. Es esta una calle donde hay muchísima gente joven, estudiantes, etc, además de músicos callejeros etc, especialmente en su intersección con Tsimikis -que es otro de los ejes comerciales de Tesalónica-. Al mismo tiempo, la mitad del recorrido de Dimitri Gounari está dominado por los yacimientos arqueológicos ya que en ella está también parte del Palacio de Galerio que se puede ver al pasear por esta calle sin pagar. Segun vienes de la Plaza Navarinou, si miras hacia arriba verás al fondo la Rotonda y si miras hacia abajo ves el mar.
Atravesé Tsimiski y Mitropoleos para tomar la Calle Mela a la izquierda en dirección a la Torre Blanca. Ahí vi una estatua de una mujer con pinta de guerrillera, con un rifle a sus espaldas y con inscripción únicamente en griego. Quedé intrigado, le hice la foto de abajo a cuyo pie explico el resultado de mis investigaciones.
b) y c) Tesalónica, ciudad de graffitis.
La Torre Blanca - Λευκός Πύργος - Lefkós Pyrgos
Llegué a la Torre Blanca. Fue inicialmente construída en el siglo XII, pero los otomanos realmente fueron los que la construyeron tal como la vemos hoy, siendo una fortificación que formaba parte de las murallas de la ciudad. El sultán Mahmood II llevó a cabo aquí una matanza de prisioneros jenízaros rebeldes de tales dimensiones que el edificio se quedó con el nombre de "La Torre Sangrienta". Los griegos destruyeron las murallas en 1866 y pintaron la Torre de Blanco para "purificarla" dándole así el nombre que tiene actualmente.
Se encuentra junto al paseo marítimo que estaba ahora atestado de puestecillos de golosinas y fritangas y músicos callejeros tocando al mismo tiempo diferentes músicas: Un pianista por una lado tocando Mozart y a apenas 50 metros un tío con una guitarra eléctrica le daba por el rollo psicodélico, pero era bastante pelma. Ese híbrido musical cacofónico no pegaba nada con la bonita puesta de sol que las muchísimas personas que estábamos ahi veíamos.
Decidí entrar en la Torre, ya que tenía la entrada pagada dentro del combo Museos Bizantino-Arqueológico-Torre Blanca y comencé a subir las escaleras en espiral. No son escalones muy altos y a cada nivel hay un sala. Es un museo sobre la ciudad de Tesalónica, pero están todos los paneles en griego y me pareció que tenía poca enjundia. Lo mejor: Las vistas desde el exterior en la parte superior de la Torre.
Dejé la Torre y me puse a caminar hacia casa parando a medio camino en la calle Paleon Patron Germanou, que es una bocacalle de Tsimiski, en una pizzeria llamada Anafriotis, que me gustó. Me tomé una ensalada de la casa y una pizza mini y una cerveza. Me costó todo 15€
Tras la cena, camine por Tsimiski, que más tarde se convierte en Politechniou a la altura de Ladadika, donde se encuentra mi apartamento. Hora de ir a descansar, que mañana salgo de Tesalónica.
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