Viaje a Suiza y Selva Negra
Del 5 al 12 de Julio de 2.009

Día 05.07.09.- Salimos puntuales de la T4 de Barajas y llegamos sin ningún contratiempo al aeropuerto de Zurich a las 11:00 de la mañana. La primera sorpresa fue al salir y ver que no había nadie de Panavisión esperándonos así que fuimos agrupándonos todos los de este mayorista. Finalmente apareció el chofer del autobús y nos trasladó al hotel Mövenpick de Regensdorf en las afueras de Zurich. Tuvimos que llamar a atención al cliente pues no apareció nadie a recibirnos y el mosqueo general fue en aumento. Hasta la tarde no llegaría nuestra guía, Isabel, que tenía que llegar desde Viena. Un desastre de organización.
Como había un mercadillo en el pueblo nos quedamos a verlo y recorrimos las calles todas con bonitos jardines, pero enseguida habíamos visto todo el pueblo y los puestos del mercado. Como se hizo muy tarde y encima hubo una gran tormenta no pudimos hacer ese día la visita nocturna a Zurich; El hotel es muy correcto y la cena aunque un poco escasa está bien: sopa de tomate y ternera con verduras.
Como había un mercadillo en el pueblo nos quedamos a verlo y recorrimos las calles todas con bonitos jardines, pero enseguida habíamos visto todo el pueblo y los puestos del mercado. Como se hizo muy tarde y encima hubo una gran tormenta no pudimos hacer ese día la visita nocturna a Zurich; El hotel es muy correcto y la cena aunque un poco escasa está bien: sopa de tomate y ternera con verduras.


Día 06.07.09.- Lucerna está muy cerca y en poco tiempo llegamos, la guía se disculpó por lo ocurrido el día anterior pero dejando muy claro que ella no tenía la culpa, y que iba a intentar que Panavisión nos compensara de alguna forma… ya apuntaba sus “maneras de Sargento”.
Hicimos la visita a Lucerna y verdaderamente está justificada la fama que tiene esta ciudad, la puerta de entrada a la Suiza Central, a orillas del Lago de los Cuatro Cantones. No fue posible subir a la cima del Monte Pilatos ya que estaba cubierto por las nubes y no hubiéramos podido disfrutar del paisaje. Aun así el famoso puente medieval Kapellbrücke, con sus frontones pintados uno de los puentes techados de madera más antiguos de Europa y los edificios históricos de sus calles, la iglesia jesuita con sus dos torres del siglo XVII, el león moribundo, cortado en la roca en conmemoración de un suizo que murió como un héroe en 1792 en las Tuilerías la verdad es que disfrutamos de esta bella localidad.
Hicimos la visita a Lucerna y verdaderamente está justificada la fama que tiene esta ciudad, la puerta de entrada a la Suiza Central, a orillas del Lago de los Cuatro Cantones. No fue posible subir a la cima del Monte Pilatos ya que estaba cubierto por las nubes y no hubiéramos podido disfrutar del paisaje. Aun así el famoso puente medieval Kapellbrücke, con sus frontones pintados uno de los puentes techados de madera más antiguos de Europa y los edificios históricos de sus calles, la iglesia jesuita con sus dos torres del siglo XVII, el león moribundo, cortado en la roca en conmemoración de un suizo que murió como un héroe en 1792 en las Tuilerías la verdad es que disfrutamos de esta bella localidad.




Continuamos después de comer por la orilla del lago de los Cuatro Cantones hacia Interlaken, el paisaje es “Heidi – Heidi” y la carretera discurre entre los Alpes y el lago, vemos muchas cascadas por el agua del deshielo, una ventaja de la fecha elegida para este viaje y al llegar pudimos observar multitud de alas-delta que descendían desde las cimas de las altas cumbres a las que llegan en funicular. El espectáculo es muy bonito y adornaban, más si cabe, la extraordinaria belleza del paisaje. De regreso pedimos a la guía que parase el autobús aunque fuera un minuto en donde se pudiera para poder hacer fotos del paisaje, ¡conseguirlo nos pareció toda una deferencia!, parecía una pretensión imposible de conceder...



Volvimos al hotel para cenar temprano pues nos quedaba la visita nocturna a Zurich, una ciudad con el casco antiguo muy bonito, a orillas del lago del mismo nombre pero no pudimos disfrutarla en esta visita-relámpago, tan rápida fue que hubo los primeros roces con la guía.


Día 07.07.09. Salimos a las 9:15 en dirección a Schaffhaussen para visitar las cataratas del Rin, son realmente impresionantes a pesar de no tener demasiada altura, la gran cantidad de agua increíblemente limpia que lleva el río hacen la visita un regalo para los sentidos. Continuamos bordeando el lago Constanza hacia Lindau, el paisaje no está mal pero nada comparado con el del día anterior paramos de camino a comer en un restaurante autoservicio que parecía el comedor de un cuartel o de un colegio lo que provocó nuevas quejas a la guía. Muchas horas de autobús para visitar el pueblo medieval de Lindau pero es impresionante y muy importante por su enclave histórico, destacan la plaza del mercado los frescos que adornan muchas fachadas sobre todo las del Ayuntamiento, el puerto y faro del lago y el león que representa ala región de Baviera, algunas calles peatonales una bonita torre medieval (Diebsturm) (con la trenza de la princesa); se visita en muy poco tiempo a pie, ha merecido la pena tantas horas de autobús para descubrir esta bella ciudad de Baviera.




Lindau:




Día 08.07.09. A nuestra guía no le debe gustar demasiado madrugar, así que salimos a las 9 en dirección a Friburgo en Alemania (no confundir con el suizo) y llegamos enseguida, sobre las 10:30. La ciudad antigua es preciosa, nos gustó muchísimo la catedral, muy característica por el color rojizo de la piedra arenisca de la zona. En la plaza había puestos de mercado con frutas y productos típicos, Nos llamó mucho la atención las canalizaciones de agua que discurren abiertas por casi todas las calles del centro, se mantienen por la tradición para proteger las casas de madera ante posibles incendios, pero tienes que ir atento para no meter el pie. Muchas bicicletas y tranvías por todo el centro, hacen que la visita resulte muy cómoda, cuando nos recogió la guía local ya habíamos visto casi todo lo importante incluida la casa donde vivió el Humanista Erasmus Von Rótterdam. Tras la visita guiada aun nos quedó tiempo libre pero comenzó a llover copiosamente y nos refugiamos en una cafetería con Pepi y su sobrina hasta la hora de partir pues ya habíamos visto todo lo interesante.





Continuamos en dirección a la Selva Negra donde nos alojamos en el hotel Treff en la localidad de Bad Herrenalf que está en medio del bosque perdido en la montaña. El paisaje es de un bosque de cedros impresionantes, muy densos, húmedos y con mucha vegetación; de ahí que los romanos le pusieran el nombre de Selva Negra a un lugar donde apenas llega la luz del sol. Nos alojamos y apenas quedó tiempo para ir a cenar tiene unos bonitos jardines, las vistas al bosque son muy bonitas. El hotel es de madera tiene en las habitaciones grandes terrazas a veces compartidas con la habitación de al lado.


Día 09.07.09. Esta vez madrugamos un poquito más y salimos a las 8:30 hacia Estrasburgo (Fr.) famosa por ser sede del Parlamento Europeo y otras instituciones internacionales, a las 10:00 ya nos esperaba la guía local que nos acompañó explicando la visita con un poquito de historia y anécdotas. Visitamos la catedral gótica también de color rojizo y el centro antiguo con sus calles peatonales y canales; observamos a un barco navegar por los canales, pasar una esclusa y atravesar una calle bajo un puente giratorio.Las construcciones típicas de la zona están perfectamente conservadas y parece una ciudad salida de un cuento, sorprende ver la gran cantidad de flores de vivos colores que adornan todas las ciudades, jardines calles y casas, que hemos visitado hasta el momento.






Continuamos hacia Baden – Baden y comimos en un restaurante de las afueras bastante bien por cierto y enseguida retornamos para visitar la ciudad balneario. Sus construcciones muy lujosas de finales del siglo XIX y principios del XX, tiene un bonito teatro y hoteles de estilo clásico pensados para la aristocracia de entonces, uno de los casinos más lujosos de Europa y unos jardines preciosos, pero el centro está muy empinado con increíbles cuestas y escaleras así que nos limitamos a pasear un poco por la parte baja y los parques junto al río y al casino pues se va notando el cansancio conforme avanza la jornada. Volvimos al hotel y nos retiramos a descansar y preparar las maletas pues al día siguiente habíamos de salir de regreso a Suiza.



Día 10.07.09. Salimos temprano hacia el sur de la Confederación Helvética, por delante muchas horas de autobús, alguna parada técnica y la visita a las ciudades de Basilea y Berna. Llegamos a Basilea pasadas las 10:30 y visitamos a la carrera la catedral, la plaza del Ayuntamiento y muy poco más, apenas dio tiempo para ver el centro y hacer unas fotos, pues a las 11:30 ya estábamos en el autobús para dirigirnos hacia Berna.


Llegamos a la hora justa para comer en el restaurante del Hotel Bern, también nos atendieron perfectamente y la comida muy buena, nos facilitaron planos de la ciudad a todos que lo pedimos en recepción, pero este fue un descubrimiento al margen de nuestra “querida guía”. Berna fue otra de las ciudades que tras un breve recorrido con la guía visitamos casi todo por libre y con tiempo suficiente, así que disfrutamos de esta bella ciudad mucho más a nuestro gusto, con tiempo, sin prisas y eligiendo los lugares incluso para ver alguna tiendas, Las puertas de la ciudad con el famoso reloj astronómico, sus edificios, el río y sus paisajes, edificios a cual más bonito, las calles porticadas… no visitamos el famoso foso de los osos por que ya no quedaba ninguno, hacía un mes y medio que murió el último.




Llegamos al hotel La Paix de Lausanne muy cansados, pero aun así, después de cenar nos dimos un vuelta por los alrededores de la Catedral, el hotel es muy bueno y está muy bien situado y además nos regalaron unos pases para el transporte público gentileza del Ayuntamiento para los tres días que íbamos a estar en Lausanne. Subimos hasta la catedral, pero había una fiesta local y estaba todo abarrotado de jóvenes bebiendo cerveza y comiendo en la calle así que enseguida volvimos al hotel.
Día 11.07.09. Los planes para hoy despiertan mucha expectación entre todo el grupo, llevamos la visita a Chamonix en la que esperamos subir en teleférico hasta una altitud cercana a los 4000 metros desde donde si hay suerte podremos ver el Montblanc. El paisaje durante el camino hacia Chamonix es impresionante y llegamos a la base del teleférico de Aiguille du Midi antes de las 10 de la mañana así que comenzamos nuestra ascensión mediante dos teleféricos más un ascensor hacia la cota 3.842 con la esperanza de que se despejaría el día. No fue así en la cima del Águila había nubes muy densas que impedían toda visibilidad y encima teníamos una temperatura de menos 6 grados con lo que tras dejar testimonio fotográfico de nuestra estancia en el lugar descendimos hasta donde nos dejó el primer teleférico; además tanto Tere y sobre todo Pepi comenzaron a marearse debido a la altura y enseguida descendimos hasta la planicie donde se unen los dos teleféricos y desde allí se divisan perfectamente los glaciares, el pueblo, todo el valle y las montañas que lo circundan. Así pues bajamos al pueblo un poco antes de lo previsto y paseamos por la calle principal y sus tiendas.







Enseguida fuimos a comer al Restaurante La Calesa (o La Calèche) decorado con infinidad de objetos antiguos de colección de todo tipo, desde la propia calesa, pasando por utensilios agrícolas o de montaña, máquinas de coser, herramientas… toda clase de antigüedades y "cachibaches"; donde nos sirvieron un guiso de carne de ciervo acompañado de una especie de puré de patatas con queso gratinado... ¡exquisito!.




En Ginebra fue increíble cómo un par de guías inútiles, tanto la nuestra como la guía local, pueden llegar a asesinar la visita a una ciudad interesante: Tras hora y media recorriendo los alrededores en el autobús a velocidad de transporte público, sin detenerse más que en los semáforos y aguantar una charla sobre los edificios que iban pasando sin tiempo a mirarlos si quiera, imposible de verlos desde el autobús aunque estuvieras en el lado adecuado, ni decir los que caían al otro lado, una panorámica totalmente inútil y desquiciante. Ni tan siquiera ante la sede Europea de la ONU nos detuvimos para que la vieran los del otro lado del autobús.
Pedimos a la guía que nos dijera el lugar y hora de partida pues no queríamos seguir con ese ritmo. No les pareció oportuno y “nos obligaron” a hacer la visita guiada con el grupo, luego nos viene con que ya no quedaba tiempo libre y sólo ante las fuertes protestas accedieron a dejarnos unos minutos junto al lago Leman. El ya importante enfado general llegó al límite de lo soportable.
Ya en Lausanne y tras la cena realizamos una visita al lago aprovechando el generoso gesto que había tenido el Ayuntamiento al darnos los pases para el transporte público. Cogimos el metro que estaba recién estrenado y paseamos por el puerto donde había un ambiente tranquilo y muy familiar.




Día 12.07.09. Por fin día libre, lo esperábamos todos como los colegiales que se liberan de la profesora carca, raspa, y mandona, Salimos temprano con Pepi y Cecilia hacia la parte baja de Lausanne, junto al lago, en busca de alguna tienda donde comprar chocolate y bombones pues en los días anteriores no habíamos tenido ocasión de hacerlo. Afortunadamente encontramos abierto un supermercado que abría los festivos donde compramos todo tipo de chocolate y chocolatinas típicas y posteriormente en una bombonería más fina compramos los bombones más exquisitos cerca del hotel donde regresamos para dejar las compras y sacar las maletas de la habitación. Después volvimos al lago y visitamos el museo al aire libre de la Sede del Comité Olímpico Internacional, compramos comida en el mercadillo junto al puerto y comimos sentados en un banco y después volvimos al hotel pues no recogían a las 3:30 para llevarnos al aeropuerto.







Muy puntual se presentó el autobús con un guía local que nos acompañó hasta facturar en el aeropuerto. En los tres cuartos de hora que estuvimos con este guía nos dio más información sobre Suiza que la guía-pesadilla en todos los días anteriores...s/c. Facturamos enseguida y aun nos quedó tiempo para tomar un refresco en la cafetería del aeropuerto y gastarnos los últimos francos (cómo no) en más chocolate.
En resumen este ha sido un viaje precioso pero un tanto accidentado por la mala organización del mayorista y una guía incompetente pero por lo demás disfrutamos de buena compañía y unos paisajes extraordinarios tanto en las ciudades como en la naturaleza pero sobre todo las ciudades de Lucerna, Estrasburgo y Berna y los paisajes de Interlaken, y Chamonix son imprescindibles.