Este año, por motivos que serían un poco largos y aburridos de explicar, tenemos que reducir unos días nuestras vacas de verano. Saldremos de A Coruña el 22 junio para regresar en la madrugada del 1 al 2 de julio. Son apenas diez días que tenemos la "obligación" de exprimir al máximo.
Mañana domingo, a primera hora, tomaremos un vuelo desde el aeropuerto de Oporto, con destino a Milán. Por eso decidimos salir el sábado después de comer y aprovechar así un día que, en principio sólo serviría para acercarnos al aeropuerto de Sa Carneiro.
Abandonamos A Coruña con tiempo poco veraniego, el día está nublado, pero el tiempo irá mejorando a lo largo de la jornada. Salimos sobre las 3 p.m. con nuestros equipajes de mano y algo de chuches para las tres horas de trayecto que nos separan del aeropuerto portugués.
Poco después de las 5 p.m. hacemos una parada en la preciosa localidad portuguesa de Ponte da Lima, a orillas del río del mismo nombre. Es una coqueta villa de origen medieval, punto de paso del Camino de Santiago portugués.
Encontramos sitio para aparcar en la bonita Avd. Antonio Feijoo, en el acceso principal al pueblo. Estamos a 28 grados, podemos decir que es nuestro primer contacto con el verano



En un par de minutos llegamos a la Praca da República, acceso al casco antiguo, aquí destaca el Palacio del Marques de Ponte da Lima y el edificio del Ayuntamiento.
Paseamos por la calle Cardeal Saraiva, la principal del casco histórico, vemos la Iglesia Matriz, en la que se celebra una boda y pronto llegamos a las orillas del río Limia.
Cruzamos para tener una panorámica desde la Iglesia de San Antonio, al otro lado del espectacular puente medieval.
Volvemos sobre nuestros pasos y paseamos por el Largo de Camoes, aquí las terrazas están a tope, Portugal juega contra Turquía el segundo partido de la Eurocopa 2024, antes de volver al coche para dar por terminada la visita nos tomamos un heladito y escuchamos el rugido que produce el primer gol de la selección portuguesa.
A las 6.15 p.m. estamos saliendo con destino a Matosinhos, en donde dormiremos, para tomar mañana el avión hacia Milán. En una hora estamos haciendo el check in en el hotel, pequeño pero cómodo, en un edificio tradicional céntrico y con aparcamiento gratuíto para clientes, aire acondicionado y muy limpio, todo en habitación cuadruple por 112 €, no está mal. maps.app.goo.gl/RkDJdKJPWQ5A4LZz9
Buscamos un lugar cercano para cenar, después de darnos una buena ducha salimos del hotel. El tiempo ha cambiado, la niebla se ha adueñado del ambiente y la temperatura ha descendido hasta los 20 grados, que unidos a la brisa marina, hacen necesaria una cazadora veraniega. Es cuando nos damos cuenta que el peque se ha dejado la sudadera en casa, buscamos rápidamente en donde podemos hacernos con ropa de abrigo, encontramos un local abierto y le compramos un jersey bien mono por 9,90 €


Una muy buena elección, comida casera, abundante y a un precio mas que recomendable, menos de 60 € los cuatro, postres incluidos. En cinco minutos estamos en el hotel, ponemos las alarmas y a dormir. Mañana a las 9:50 a.m. sale nuestro avión.