Nuevamente en mi intento por huir de la gente, he madrugado para visitar una de las playas más populares: Feiticeiras.
Aquí os dejo el enlace a la ruta de Wikiloc. TRACK DE LA RUTA
Tengo el barco de vuelta a las 14:30, así que a las 6 estaba ya en marcha. Por la calle, solo algún borracho rezagado y alguna pareja finalizando la noche en el agua.
La ruta ha resultado bastante bonita y cómoda, más un paseo que una ruta. Solo me he encontrado a un perro cariñosísimo en todo el camino que me ha acompañado, sospecho que oliendo la comida que llevaba. La ruta va por bosque tropical y senda bien marcada. Tiene poco desnivel, pero aún así, a los diez minutos voy chorreando de sudor por la humedad que hace. Mi compañero va andando conmigo, adelantándose para marcar su territorio y esperándome cuando hay algún cruce de sendas. A la hora, llego a la cascada de Feiticeiras. He hecho el intento de bañarme, pero el agua está helada. Me he comido la primera minipizza que llevaba a pachas con mi amigo. En este punto, el perro ya ha decidido que somos un equipo para siempre, me parece a mí. De la cascada he continuado, pasando por varios miradores hasta llegar a la playa a las 8. No había nadie, solo un hombre que preparaba cocos en su puesto de bebidas. Le he preguntado cuándo empieza a llegar la gente y me ha dicho que a partir de las 10:30. He estado dos horas y media solo en una playa idílica, con sol y con mi amigo durmiendo a mi lado en un agujero en la arena entre dos rocas, especial. A las 10:30 han comenzado a llegar los primeros barcos, así que he recogido y vuelta al pueblo.
Ilha Grande no se puede decir que no sea bonita, pero tiene un problema de saturación de turismo increíble. Cuando he llegado al alojamiento, había una pareja de argentinos preguntando por alojamiento con los que he estado de charleta. Los pobres han venido a la aventura, van viajando mientras se ganan un dinero vendiendo masajes y se han encontrado que en Booking no queda ni un alojamiento en la isla y van preguntando sitio por sitio hasta que alguno los coja. El problema es que, aunque es una isla grande, solo tiene un núcleo de población turístico, Abraao. Esto genera un turismo principalmente de fiesta, parecido a Utila en Honduras o Cayo Caulker en Belice, más cuando el alojamiento es barato y puedes comer por dos duros en el supermercado. Yo, que no busco fiesta, pues es un problema y una ventaja. Lo bueno que tiene es que para ir a las playas bonitas solo puedes ir andando o en barco, y el turismo de fiesta no madruga ni loco. Si uno madruga y va andando, al final puede disfrutar de las mejores playas sin absolutamente nadie. La ruta que me hice el otro día, aun siendo un palizón, me encantó y la mañana que he echado hoy también. En cambio, el plan de ayer me sobró bastante porque no es lo que me apasiona, si te gusta estar tirado en la playa entonces está ideal. Aquí, si vinieras con más gente, se puede alquilar una barca con patrón por 180€. Eso seguramente te permite hacer el plan de ayer, pero yendo a playas en horas en las que no hay nadie o yendo a otras playas fuera de los recorridos turísticos. Conclusión: la isla merece la pena, pero hay que currárselo. Si uno viene pensando en una isla paradisíaca y en ir a la playa sin madrugar ni nada, se va a llevar una decepción porque puedes caer en un turismo de borregos, más aún si coincide con un crucero, que eso ya es una locura. Menos mal que solo me coincidió el día de la llegada.
Una vez que he llegado al pueblo, me he separado de mi amigo. Ha costado, el pobre me seguía allá donde fuera, pero al final he entrado en un supermercado y el olor de la carnicería y el aire acondicionado han hecho que le parezca mejor idea quedarse en el súper que seguirme, una traición entendible aunque duela. A las 14:30 he cogido la lancha para Conceiçao de Jacarei y a las 15:40 el bus a Río. Yo tenía el billete a Río a las 17:40, lo compré así por precaución, pero cuando he visto que pasaba un bus nada más llegar le he preguntado si podía subirm y me han dejado. Me ahorro esperar dos horas en la parada de bus de muerte y además llego aún de día a Río.
He llegado a las 18 y me he cogido un bus de línea hasta el alojamiento. Me he pillado para hacerme unos filetitos de carne en el súper y a disfrutar del apartamento, que para eso me he gastado 30€ para dormir. Realmente Brasil, aun siendo mucho más caro que Centroamérica, es bastante asequible. Si hubiera venido acompañado estaría tirado de precio. Eso sí, cuidado con los alojamientos porque si te descuidas se agotan.