Para llegar a la Isla de Boipeba o bien llegas en barco con tour o con el transfer. El transfer me ha salido por 30€ ida y vuelta. El camino hasta Boipeba es una pista 4x4 por un arenal que, con las lluvias de ayer, está hecho un desastre y la mitad inundado. Hemos tardado una hora y cuarto hasta llegar al canal que separa la isla de Morro de Sao Paulo de Boipeba. Aquí nos esperaba un barco que nos ha cruzado a Boipeba.
La llegada a Boipeba ha sido bajo un diluvio totalmente loco. A diez metros a la izquierda, soletón, y justo donde nosotros estábamos, diluvio. La nube se ha ido en 5 minutos. El show de Truman.
La playa en la que hemos bajado es de arena fina, un bar que aún no ha abierto y poco más. Son casi las 10 y la vuelta es a las 18:00. 8 horas para recorrer la isla. Me he hecho una ruta bien bonita. La isla de Boipeba, a diferencia de Morro, es muchísimo menos turística, lo que hace que apenas haya gente y las playas sean casi salvajes, con algún bar de vez en cuando o algún puesto de cocos. Las playas son con seguridad las más bonitas de todo el viaje. Playas muy largas y anchas, con la característica de que la isla está rodeada de un arrecife que hace que el oleaje rompa lejos de la costa. Todas las playas son piscinas naturales de agua cristalina, no hay apenas gente, nada de suciedad, ni algas. Mejor imposible.
Diez minutos en la isla y me he tenido que meter al agua, de lo idílica que es me daba hasta la risa. La temperatura del agua, además, es tan calentita que no da ni impresión. Al salir, me esperaba una perrita que me ha acompañado un buen tramo hasta que ha decidido cambiarme por otro perrito. He ido andando por la playa hasta un pueblo que se llama Moreré. Me he ido pegando baños y tomándome una cerveza o un coco cuando veía un puesto. Es que ni hay cobertura, desconexión absoluta. Al final, ha sido mucho mejor decisión que irme con el tour del barco, estaría ahora mismo en una playa parecida pero petada de gente.
En la cercanía del pueblo se empiezan a ver pescadores que tiran la red con plomos en las piscinas, y algo más de vida local. Ya en Moreré hay más turismo jipi con un par de campings y tres bares. Me da la impresión de que están intentando orientar el negocio al rollo yoga y demás porque se ven varios cartelitos de masajes ayurvédicos y astrología. En unos años tienen aquí un pueblo hipipijo seguro.
Del pueblo me he vuelto por en medio de la isla hasta el pueblo de Boipeba. Me he tirado 7 horas para hacer unos 15 kilómetros de los que más de diez han sido por playa. Ya en Boipeba había más ambiente que esta mañana. Es un pueblo pequeñito con tres bares en la playa, con su música y su ambiente chill.
Con el atardecer ha venido el barco a por nosotros y hemos hecho el camino de vuelta, esta vez de noche. Iba de copiloto con tres portugueses de charleta la hora entera con el conductor, me intentaban meter en la conversación pero con lo cansado que iba no me he enterado de nada de lo que hablaban. O prestas atención o solo entiendes palabras sueltas.
He llegado justo para pasar por el súper, hacerme unos macarrones y a dormir. Me ha gustado el día, muy muy recomendable Boipeba. Vaya hinchacera de playa.