Comida en hotel, en un viejo palacio de familiares de familia real. Compartimos verduras, pollo y pescado (salsa como ketchup), fideos de frijoles, cerdo con otra salsa y sopa de cerdo. Sandía, piña y fruta de dragón de postre (estamos empezando a hartarnos de tener siempre el mismo postre).
Seguimos otra hora y pico. Parada en gasolinera. Luego nos queda otra hora y algo de camino.
Chiang Rai es una ciudad en el distrito de Mueang Chiang Rai, en la provincia de Chiang Rai. Es una de las ciudades más grandes en el norte de Tailandia.
La ciudad está a 860 kilómetros al norte de Bangkok, a unos 200 kilómetros al noreste de Chiang Mai, a 62 kilómetros al sur de Mae Sai y la frontera birmana, a 60 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chiang Saen, en el río Mekong, frente a Laos, y a 90 kilómetros al norte de la ciudad de Phayao. El Triángulo de Oro, el triángulo de las fronteras con Tailandia, Laos y Myanmar, está a 55 kilómetros (34 mi) al noreste de la ciudad.

La ciudad fue fundada por el rey Mangrai en 1262 y se convirtió en la capital de la dinastía de Mangrai. Posteriormente, Chiang Rai fue conquistada por Birmania y permaneció bajo el dominio birmano durante mucho tiempo. No fue hasta 1786 que Chiang Rai se convirtió en un vasallo de Chiang Mai. Siam anexó Chiang Mai en 1899. Fue proclamada como provincia de Tailandia en 1933.
En 1432, durante el reinado del rey Sam Fang Kaen de la dinastía de Mangrai (1402-1441), el Phra Kaeo o la Buda de esmeralda, la estatua de Buda más venerada, se descubrió en Chiang Rai cuando un terremoto dividió el chedi en Wat Phra Kaeo de la ciudad de Chiang Rai. La figura estaba oculta dentro de otra. Otra versión de la historia dice que el "Buda de Esmeralda" se cubrió apresuradamente con lodo justo antes de que los merodeadores ingresaran al pillaje. Muchos años después, se descubrió que el barro ocultaba en realidad una magnífica estatua de jade, seguramente cuando el terremoto mencionado anteriormente causó la ruptura de un trozo de arcilla, revelando el jade que había debajo.

Y al fin llegamos al Templo azul. Es muy friki. Hay arroz, agua y bombillas para donar.

Están haciendo un museo en un edificio del complejo.
En el lugar donde se encuentra actualmente el Templo Azul había otro viejo templo que en 2005 los locales decidieron transformar. Así es como se empezó a gestar el actual Templo Azul de la mano de Phutha Kabkaew, un arquitecto local que había trabajado en el Templo Blanco de Chalermchai Kositpipat. Además, para algunas partes del Templo Azul, como los enormes dragones que vigilan la entrada, el arquitecto asegura haberse inspirado en la obra del otro gran artista de Chiang rai, Thawan Duchanee, autor de la Casa Negra, museo se compone de 40 cabañas de distintos tamaños y formas, que evocan a las casas tradicionales tailandesas.
Es una de las visitas principales del norte del país.
El Templo Azul se llama así porque tanto en su fachada como en el interior el color azul es el predominante. El color azul simboliza la tranquilidad y la sabiduría, dos valores fundamentales en el budismo.

La entrada principal del templo está custodiada por dos grandes esculturas de tigres, animales considerados sagrados en la cultura tailandesa y que representan la fuerza, el valor y la protección. En el caso del Templo Azul se dice que, además de para protegerlo, los tigres simbolizan la dualidad entre la vida y la muerte.
En el interior del templo encontramos una gran figura de Buda de seis metros en la postura de meditación o postura de loto. Está decorada con detalles dorados y blancos. El templo o capilla principal está rodeado de unos farolitos que dentro tienen una esfera de cristal con la imagen tallada de la serpiente Naga dentro, como símbolo de protección. La serpiente también se encuentra en las escaleras de entrada de la capilla. En la mitología hinduista, los nagas son un tipo de seres, considerados semidioses inferiores, con forma de serpiente.

Las dos esculturas gigantes de dos Nagas de la entrada deberían tener cuerpo de serpiente y cabeza de dragón pero en este templo las cabezas las construyeron con forma humana.

Se pueden ver también pinturas con un estilo similar al del Templo Blanco (no en vano lo construyó un discípulo del otro artista): Buda sentado sobre los demonios para no dejarlos salir y obteniendo la iluminación así como una mujer que representa la tierra y el agua.

En el recinto también hay varias fuentes y otras estatuas de Buda.
Su nombre, Templo de los Tigres Bailarines, hace referencia al lugar desde el que estos felinos saltaban el cercano río Kok. Las obras terminaron en 2016.
Nos da un poco la sensación de haber entrado en Port Aventura.
Se encuentra a 15 km de Chiang Rai. Llegan los autobuses.
Poco puedo contar sobre Chiang Rai porque, a decir verdad, llegamos tarde y salimos temprano.
Como en muchas otras ciudades de Tailandia, hay un mercado nocturno, aunque no es tan grande como el de Chiang Mai y nos comentaron que, al estar lloviendo, los vendedores no estarían.
Aunque tampoco los vemos, Chiang Rai tiene varios templos (no tantos, desde luego, como Chiang Mai). El más importante es el Wat Phra Kaew, el más venerado de la ciudad al ser el lugar donde se encontró la reliquia del Buda Esmeralda (el de Bangkok).

Otro de los templos importantes es el Wat Phra Singh, uno de los más antiguos de la ciudad.
Otra de las cosas que uno puede hacer si tiene tiempo (cosa que nosotros no) es ir a 12 kilómetros de la ciudad a ver otra frikada, la llamada Casa negra (Museo Baan Dam). Se trata de un complejo de 32 edificios de madera de color negro oscuro, realizado por el arquitecto tailandés Thawan Duchanee, que trató de representar su particular visión del budismo en sus obras y la dualidad entre la vida y la muerte. Parece que el señor es un tanto excéntrico e incluso vivió allí hasta su muerte. Por lo que veo en Internet, el sitio es algo raro. Dicen que es una mezcla entre cabañas en el bosque y aldea vikinga. Además, está lleno de pieles y huesos de animales.

En la cima de una montaña (nosotros la vemos de lejos cuando vamos hacia el Triángulo de oro) está el Wat Huay Pla Kung, a 8 kilómetros de la ciudad. Destaca por su enorme Buda de color blanco. El templo en sí es una pagoda típica china en forma de decágono, de 9 niveles o plantas, coronada con una estatua de Buda de madera de 25 metros de altura. Para subir, se hace por una escalera en forma de serpiente.

En Chiang Rai nos alojamos en el The Legend Chiang Rai Boutique River Resort & Spa Hotel. Se trata de un bonito hotel de cuatro estrellas a orillas del río Mae Kok. Es un poco lioso porque consta de varias casitas que a su vez tienen las habitaciones y todo parece igual. De noche y lloviendo es fácil perderse.
La habitación es enorme y está compartimentada. Solo la ducha se encuentra sola en una estancia (toda es la propia ducha). Tenemos mosquitera en la cama y nos dan crema para los mosquitos. Con eso lo he dicho todo. Desde nuestra pequeña terraza se ve un estanque con peces de colores.
El hotel consta de varios restaurantes. En uno de ellos, de comida internacional (italiana, para más señas), es donde tenemos la cena. Penne alla arrabiatta, tallarines con ternera, patatas bravas, cerdo a la pimienta... De postre, fruta, flan, una cosa de coco azul que no vale nada, tarta de naranja, copita con algo de chocolate. El agua es más cara que en otros sitios. Mientras cenamos llueve a cántaros. La lluvia y la noche hacen que no podamos disfrutar plenamente de los encantos del hotel.