![]() ![]() PARQUE NACIONAL ABEL TASMAN. BAHIA DE ANCHORAGE- PLAYA DE TONGA ✏️ Diarios de Viajes de Nueva Zelanda
Levantarse a las 7 de la mañana en un barco y salir a cubierta con el café y el piti mientras ves la salida del sol en la Bahía de Anchorage es un momento de aquellos para enmarcar. A las 9 ya estaba en la playa con la pareja de israelíes para...![]() Diario: Crónicas de Nueva Zelanda⭐ Puntos: 4.8 (39 Votos) Etapas: 19 Localización:![]() Levantarse a las 7 de la mañana en un barco y salir a cubierta con el café y el piti mientras ves la salida del sol en la Bahía de Anchorage es un momento de aquellos para enmarcar. A las 9 ya estaba en la playa con la pareja de israelíes para empezar una caminata hasta la playa de Tonga (10 km. al norte de Anchorage). En principio no nos debería de llevar más de 4 horas parando en las playas con la calma. Para volver le pedimos a Chris que nos reservara billetes en un “water-taxi”, los barcos que enlazan las diferentes playas. De esta manera, sobre las 3 de la tarde ya deberíamos estar de vuelta en el barco. En Abel Tasman las mareas son bestiales. Por la mañana puedes caminar a través de las playas pero por la tarde la marea sube el nivel del agua a 6 metros de altura e inunda todas las playas adentrándose hasta las montañas, de modo que no se puede cruzar a través de las playas sino que hay que rodear las entradas de agua por la montaña. Por este motivo, para llegar a un mismo punto, hay dos rutas, la ruta de la marea baja (“Low Tide”) y la de la marea alta (“High Tide”). La diferencia de kilómetros y de tiempo de caminata se puede llegar a triplicar en el caso de la marea alta ya que no vas en línea recta sino bordeando las montañas. Este rollo es importante para entender el embolao en el que estaba a punto de meterme sin saberlo. Abel Tasman. Panorámica. *** Imagen borrada de Tinypic *** El día era radiante, sol y calor pero sin sofoco. Perfecto para caminar. El Coast Track discurría entre bosques y de repente se abrían playas preciosas y solitarias las cuales, gracias a la marea baja se podían cruzar. Podías pararte a tomar el solete, hacer fotos, o sencillamente, estirarte y hacer nada. El trayecto estaba siendo precioso. Por el camino nos encontramos a la inglesa y al Galés (Rich) que conocimos la noche anterior en el barco y se unieron a nosotros. Abel Tasman. *** Imagen borrada de Tinypic *** Abel Tasman. *** Imagen borrada de Tinypic *** Abel Tasman. *** Imagen borrada de Tinypic *** Abel Tasman. *** Imagen borrada de Tinypic *** Llegamos a Bark Bay (más o menos a mitad de recorrido) y mis cuatro compañeros de grupo decidieron que ya habían caminado suficiente y que cogían el water-taxi desde esa playa. Como yo me quedaba todo el día por ahí y dormía en el barco decidí que me sobraba tiempo para llegar a la Bahía de Tonga por mi cuenta y coger el water-taxi desde allí. Nos despedimos y empecé a caminar, quedaban 6 kilómetros por delante. Aquí empieza mi embolao personal en Abel Tasman. El camino hasta Tonga Bay no era tan sencillo como el que habíamos recorrido hasta Bark Bay. Las subidas empezaban a ser importantes y las bajadas también. A eso de las 2 de la tarde el tiempo se giró de golpe. En cuestión de minutos, el sol se fue al carajo y empezó a caer un tormentón de narices. No había donde meterse, llovía tanto que incluso dentro del bosque te quedabas empapado. Me puse el anorak, cubrí la mochila y decidí seguir caminando, quedaba una hora de camino y me salió la vena aventurera. Total, sólo tenía que llegar a Tonga y a las 3:15 pasaba el water-taxi a buscarme. Llegué a las 3, bastante cansado (15 km del día anterior y 10 km de esa mañana), empapado como una mona pero las botas, los pantalones, la camiseta de travesía, el forro y el anorak funcionaron bien y por ello no iba calado hasta los huesos. Tonga era una mini playa donde no había un puñetero sitio donde guarecerse por lo que debía esperar un cuarto de hora al water-taxi en plena playa o dentro del bosque. La cosa empeoró aún más cuando se levantó un viento bestial y el tema pasó de lluvia puñetera a vendaval preocupante. El mar se puso hecho una fiera con unas olas bastante serias, y el puto taxi no aparecía. Esperé 15 minutos más que se me hicieron enternos, y no aparecía el mamón. 30 minutos más, ya eran las 4 y allí no aparecía nadie. El puñetero vendaval no paraba y yo ya empezaba a calarme allá en medio. Entonces surgió la pregunta del millón. ¿Qué C…. Hago?. Me acorde de lo útil que resulta llevar el móvil en determinadas ocasiones pero lo había dejado en España. Podía ser que debido al vendaval los barcos no pudieran salir y me arriesgaba a quedarme allí colgao en medio de aquel pastel de tiempo sin una chocilla donde meterme hasta vete a saber cuando. Mire la hora y vi que eran las 4:15, si apretaba un poco podría volver sobre mis pasos caminando al barco con luz (si se hacia de noche nadie me vería en la orilla de la playa desde el barco y no vendrían a buscarme). Enfilé el camino de vuelta mientras dejaba atrás el cartel que ponía “Bahia de Anchorage: Ruta marea baja: 10 km. Ruta marea alta: 20 km!!!”. Evidentemente la marea ya estaba alta a esa hora. Tenía veiente kilómetros por delante. Jodeeeeeer. Y la puñetera tormenta no paraba. Las rampas de subida se habían vuelto pistas de motocross y las bajadas igual. Subía, subía, subía y no se acaban nunca. Las bajadas aun eran peores ya que la castaña podía ser importante. Cuando ya llevaba una hora de vuelta las piernas estaban empezando a quejarse, pobres y las plantas de los pies chillaban con ganas. Empecé a cagarme en San Peo y entonces, como no, cuando mas cabreado estaba….resbalón y ostión en la cadera, y la tormenta no paraba. MECAGONTOOOOOOO!!!. Que impotencia, por favor. Decidí, respirar hondo y hacer lo único útil que podía hacer, caminar hacia adelante. Todavía quedaban 3 horas de caminata y el cansancio era considerable. Un par de helicópteros sobrevolaban la zona y desde la montaña podía ver un barco yendo de playa en playa (Luego me enteraría de que se había activado el plan de rescate del Parque y que me estaban buscando). En lo único que pensaba era en llegar con luz a Anchorage para que me vieran desde el barco. Y llegué. 3 horas y media para hacer 20 kilómetros. La p.. tormenta no había parado ni un minuto durante todo el trayecto. Reventado es poco. En medio de la playa de Anchorage me para un tipo y me dice “no serás tu el perdido de Tonga, te están buscando por todos lados, voy a avisar por radio que estás aquí”. Cuando entré en el barco todas las personas que allí había se pusieron a aplaudir gritando “el perdido de Tonga ha vuelto!!”,de película vamos. Chris estaba muy preocupado, me dijeron. En ese momento no estaba en el barco, había cogido la barca y había ido a Tonga a buscarme. Yo casi no podía ni caminar. Ampollotas en las plantas de los pies, las piernas como flanes y empapao como un pollo. Habían sido treinta y dos kilómetros en total, de los cuales veinte bajo la lluvia. Como compensación por el follón me obsequiaron con unos filetacos que me entraron de maravilla y una botella de Cabernet australiano que compartí con un chico de California que andaba por ahí y que no paraba de lanzar alabanzas sobre la "proeza", "No pain no gain, dude" iba repitiendo mientras le metía al vino. Me metí en la cama y me costó bastante dormirme por el cansancio que llevaba encima, me dolía todo. Esta mañana me he levantado bastante bien. He decidido que 45 kilómetros de caminata son suficientes para conocer bien Abel Tasman y doy por acabada la visita. Tras pasar la mañana tranquilamente en la cubierta del barco hablando con Chris sobre la aventura he cogido un water-taxi para ir desde el barco a Marahau (donde había aparcado el coche) y el del taxi me suelta “¿Tu eres el perdido de Tonga?”. Llego a Marahau voy a la oficina de información y me sueltan “¿Tu eres el perdido de Tonga?”. Lo cierto es que sin exagerar el tema, lo pase un poco chungo. A pesar de todo, Abel Tasman mereció la pena y lo considero uno de los sitios cinco estrellas que he visitado en Nueva Zelanda. NOTA: y al final resulta que el water-taxi sí que me estaba esperando a las 3:15 en Tonga, pero no en la PLAYA de Tonga sino en la BAHIA de Tonga (a diez minutos caminando desde la playa de Tonga). Pasó por la playa de Tonga 5 minutos después de que yo ya me hubiera ido. Pero bueno, ahí queda la aventurilla y el mote que me pusieron. El perdido de Tonga. Índice del Diario: Crónicas de Nueva Zelanda
01: LLEGADA A NUEVA ZELANDA. AUCKLAND-CHRISTCHURCH-AKAROA
02: HACIA ABEL TASMAN – KAIKOURA, MOTUEKA, MARAHAU
03: PARQUE NACIONAL ABEL TASMAN. MARAHAU-BAHIA DE ANCHORAGE
04: PARQUE NACIONAL ABEL TASMAN. BAHIA DE ANCHORAGE- PLAYA DE TONGA
05: DE ABEL TASMAN HACIA EL GLACIAR FOX
06: BUSCANDO EL MONTE COOK - LAGO TEKAPO
07: LLEGADA AL MONTE AORAKI (MONTE COOK)
08: HACIA EL MILFORD SOUND – WANAKA Y QUEENSTOWN
09: HACIA EL MILFORD SOUND – TE ANAU
10: ESPECTACULO MILFORD SOUND
11: VUELTA HACIA CHRISTCHURCH – MILFORD SOUND A WANAKA
12: VUELTA A CHRISTCHURCH – WANAKA, HOKITIKA, CHRISTCHURCH
13: CURSO DE SURF. AUCKLAND – AHIPARA (NINETY MILE BEACH)
14: CURSO DE SURF. RARAWA BEACH
15: CURSO DE SURF - CAPE REINGA
16: CURSO DE SURF – SEGUNDA SEMANA
17: VUELTA A AUCKLAND-VISITA AL AUCKLAND CITY HOSPITAL
18: ULTIMOS DIAS – WAIHEKE ISLAND
19: AUCKLAND – CAPITULO FINAL
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