Nelson Lakes NP: Travers-Sabine via Angelus & Sunset Saddle (febrero 2025) ✏️ Travel Journeys of New Zealand

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Este año he vuelto a una de mis zonas favoritas de senderismo en NZ, Nelson Lakes, para completar un circuito al que le tenía echado el ojo desde que visité el parque por primera vez hace unos años en mi visita a una de las cabañas más emblemáticas del país, Angelus Hut. El Travers-Sabine es casi como un rito de iniciación para los amantes del senderismo en NZ. Es una ruta considerada moderadamente exigente, de entre 5 y 7 días, que a mí siempre me había parecido más una aspiración que algo que podía completar fácilmente. En teoría, y para los más puristas, la ruta empieza y termina en St. Arnaud, en un loop de 80 km, y no pasa ni por Angelus Lake ni por Blue Lake, las dos grandes joyas del parque. Pero en la práctica hay muchas variantes de la ruta y es muy fácil (y habitual) incluir tanto Angelus como Blue Lake. Hace un par de años ya me había quitado el gusanillo de Blue Lake haciendo un circuito “alternativo”, que solapaba con Travers-Sabine en un pequeño tramo entre Sabine y West Sabine pero que abarcaba un valle mucho menos conocido y concurrido, el D’Urville Valley, y atravesaba un paso de montaña que se las trae, el Moss Pass. Esa ruta es, hasta hoy, una de mis favoritas de todas las que he hecho en NZ, y sentaba un precedente difícil de batir: ¿podría Travers-Sabine mejorarla? Para hacerlo más interesante, decidí volver a visitar Angelus hut y desde allí atravesar un collado que no tiene camino oficial, es decir, es off track: Sunset Saddle, recomendado por mi jefe que es un absoluto experto y mi gran fuente de inspiración. En total serían 7 días (6 noches), la ruta más larga que he hecho nunca en NZ, y a eso tenía que sumarle el hecho de que iría sola, con una parte off track, y con una mochila que el primer día pesaba unos 20 kg. Todos los ingredientes para una hazaña épica para alguien que se aficionó a esto del senderismo hace apenas cinco años y rondando los 40.


En realidad este era mi tercer intento de hacer esta ruta. La primera vez fue en marzo del año pasado, cuando hice la Old Ghost Road. Ya que cogía el ferry, quería aprovechar al máximo el tiempo en la zona, pero al terminar la OGR el tiempo se torció y tuve que volver a Wellington antes de lo previsto (y resulta que volví con covid, así que casi mejor!!). La segunda vez fue las pasadas navidades, cuando volví a cruzar a la isla sur para hacer el Paparoa track. La misma lógica (aprovechar el viaje) pero esta vez el problema fue que no encontré house sitters para quedarse con los animales todas las navidades, solo unos días que me permitían hacer Paparoa pero no el resto, así que tuve que mover las reservas de Travers-Sabine a febrero, cruzando los dedos para que no se volviera a torcer. Pero a la tercera va la vencida, y no solo no se torció sino que hizo un tiempo que si me lo cuentan no me lo creo, y salió todo estupendamente.



St Arnaud es un pueblo diminuto y bastante caro para dormir, así que para minimizar gastos decidí que el primer día iría directa desde el ferry hasta el parking de Mt Robert y esa misma tarde recorrería los escasos 4 km hasta Bushline hut, una cabaña que como su nombre indica está justo en el punto en el que terminan los árboles y tiene unas vistas envidiables del lago Rotoiti. Es una cabaña muy popular con familias con niños porque es muy accesible y sencilla, y es una buena iniciación para futuros senderistas. Realmente esa noche la podía haber pasado en St Arnaud y haber hecho la ruta en 5 noches en lugar de 6, pero dormir en Bushline era mucho más barato y no me importaba cargar con una cena más. El segundo día recorrería Robert Ridge para llegar a Angelus hut, algo que ya había hecho hace unos años pero que no me importaba en absoluto repetir. El tercer día cruzaría Sunset Saddle para dormir en Hopeless hut, una diminuta cabaña muy poco frecuentada. El cuarto día me engancharía, finalmente, al Travers-Sabine oficial y dormiría en Upper Travers hut, justo en la base de Travers Saddle. El quinto día cruzaría Travers Saddle y dormiría en West Sabine. El sexto día recorrería Sabine Valley entre West Sabine y Sabine huts, en el sentido contrario a lo que hice hace un par de años en el Blue Lake Circuit. El séptimo y último día terminaría el loop yendo desde Sabine hut de vuelta al parking, y esa noche dormiría en el camping de St Arnaud. Y al día siguiente cogería el ferry de vuelta a Wellington.


Las cabañas de Travers-Sabine, a excepción de Angelus y Bushline, eran no-reservables hasta este año, y funcionaban con un sistema de “first come first served”, es decir, si cuando llegas no quedan camas, mala suerte. La recomendación es siempre llevar tienda de campaña por si esto pasa, pero a mí eso de acampar no me va, así que cuando este año hicieron las cabañas reservables me alegré bastante. Hay mucho debate sobre esto, con fervientes seguidores de ambos sistemas. Las reservas te garantizan una cama y te evitan cargar con tiendas o tener que preocuparte de llegar pronto a la cabaña, pero a cambio pierdes toda la flexibilidad y no puedes adaptarte al mal tiempo o a retrasos por lesiones durante el camino, por ejemplo. En el caso del Travers-Sabine, es un circuito tan popular con los senderistas que están haciendo el Te Araroa (la ruta de 3000 km que recorre NZ de norte a sur), que el departamento de conservación, que gestiona los parques y las alrededor de 1000 cabañas públicas del país, decidió que era necesario establecer un sistema de reservas. Y febrero, además, es el peor mes en Nelson Lakes porque suele ser cuando se juntan los que hacen Te Araroa de norte a sur con los que lo hacen de sur a norte, y hay siempre bastante gente en todas las cabañas, aunque algunas como Angelus son especialmente populares. De las cabañas en las que dormí, la única que no es reservable es Hopeless. Los precios van desde $10 (Hopeless) hasta $30 (Angelus); todas las demás son $25. Ninguna tiene gas ni utensilios de cocina así que hay que cargar con todo eso, al contrario que en los Great Walks.


Al ser la primera vez que hacía una ruta tan larga, tenía serias dudas sobre si me entraría todo en mi mochila de 60L, y lo que pesaría. Tenía que llevar el saco, los cacharros de cocinar más el gas, ropa de abrigo y de agua, ropa seca y chanclas para cambiarme en las cabañas, power bank, Kindle, móvil, mapa más brújula, steripen para esterilizar el agua, cámara, botiquín de primeros auxilios y medicinas, mini neceser básico, PLB (baliza de emergencia), más el agua de cada día y la comida para 7 días. Y en las cabañas no se puede dejar basura, así que tienes que cargar con todo lo que usas. La comida (desayunos, comidas y cenas, más snacks) para toda la semana eran unos 7 kg, la propia mochila unos 2.5 kg, la cámara otro kg, más unos dos litros de agua al día de media… ya de primeras me ponía en 12.5 kg de peso antes de incluir nada más. Al final me entró todo sin problemas pero el primer día la mochila pesaba unos 20 kg… y luego el peso fue bajando según iban pasando los días.



Día 1: Mt Robert Carpark a Bushline hut [4.1 km / 1h 40m]

Desde el ferry (Picton) me fui directa a St Arnaud, al centro de visitantes del DOC para alquilar la baliza de emergencias. Yendo sola y en una ruta como esta, ni me planteaba ir sin ella. Es muy fácil alquilarlas durante una semana por $40 para los que, como yo, no se deciden a invertir en una propia. Desde allí me fui derechita al parking, y llegué pasadas las 3 de la tarde, con todavía varias horas de luz por delante. Hacía un día espléndido y la previsión del tiempo para los próximos días era también muy buena, de sol y bastante calor. Este primer tramo, siguiendo el camino que en los mapas aparece como Paddy’s Track, era corto pero entre el ascenso total de 500 m, el calor y la mochila llena, acabé sudando! El camino empieza entre árboles y atraviesa un par de zonas de desprendimiento desde donde hay muy buenas vistas del lago Rotoiti y St Arnaud. La cabaña está en una especie de calva de la falda de la montaña, con árboles por encima y por debajo.


Cuando llegué a la cabaña solo había otra persona, una señora bastante mayor pero que se veía claramente que era pro. Es alucinante lo habitual que es ver mujeres mayores solas en las cabañas, y muchas de ellas me cuentan que dejan al marido en casa y se van de excursión ellas solas en busca de paz y tranquilidad! El caso es que nada más llegar me avisó de que los depósitos que recogen el agua de la lluvia del tejado para suministrar a la cabaña estaban vacíos, y no teníamos agua. Era la primera vez que me pasaba esto, aunque en verano no es nada raro, pero lo normal es que haya algún río o lago cerca de la cabaña. Bushline está colgada en el lateral de la montaña y no tiene ningún río ni nada parecido cerca, así que era un problema bastante gordo porque no tenía agua para cenar, ni para lavar platos, ni para echar a andar el día siguiente. Pero la mujer esta me dijo que a unos 10 minutos camino arriba había una cabaña privada de un club de ski y que igual esa sí tenía agua en los depósitos, así que me fui a explorar y bingo. Esta otra cabaña está un poco escondida y no sale en todos los mapas, y definitivamente si no llega a ser por esta señora a mí ni se me hubiera ocurrido mirar (para empezar no sabía ni que estaba ahí). Cuando volvía con dos botellas llenas me topé con una familia con 3 niños que iba hacia Bushline, y les comenté que no había agua. Muy amablemente, el padre y el hijo mayor agarraron dos perolos enormes que había en Bushline y se fueron a coger agua para la cena de todos.


Poco a poco fueron llegando más familias y niños, y la cabaña acabó llenándose. La verdad es que entiendo por qué es tan popular, tiene muy buenas vistas y es una buena opción para quienes buscan algo sencillo. Es parte del Mt Robert Circuit, un loop de 9 km que recorre Paddy’s Track pasando por Bushline y luego vuelve al parking por Pinchgut Track. Se puede hacer como excursión de un día pero muchos eligen dormir en Bushline.


Día 2: Bushline hut a Angelus hut [10.6 km / 4h 30m]



Este era uno de los 3 “días grandes” del circuito ya que recorrería Robert Ridge, un camino completamente expuesto a lo largo de la cresta de la montaña hasta Angelus Lake (los otros dos serían Sunset Saddle y Travers Saddle). Esta ruta tiene unas de las mejores vistas de todo el parque pero al estar tan expuesta no se recomienda en días de mucho viento o mal tiempo. Ya había tenido la suerte de recorrerla en un día soleado hace unos años, y esta vez la suerte también me acompañó porque el día no podía haber sido mejor. Desde Bushline, seguí subiendo por Paddy’s Track hasta llegar al refugio que marca la intersección de Paddy’s Track, Pinchgut Track y Robert Ridge. En este primer tramo también se atraviesa alguna zona de desprendimiento con buenas vistas del lago.


En su día ya expliqué con detalle las distinas cuencas que se ven desde Robert Ridge así que no os voy a aburrir con lo mismo otra vez, pero os dejo más fotos.




Después de unas 4 horas de camino llegué al punto donde por fin se ve por primera vez Angelus Lake. Es uno de los lagos alpinos más fotogénicos del país, y la cabaña es sin duda una de las más populares, y con razón. De las 5 rutas que convergen en Angelus (Robert Ridge, Cascade, Cedric, Speargrass y Sunset), Robert Ridge es la más popular y yo creo que la más espectacular. No me extraña que la inmensa mayoría de quienes están haciendo el Te Araroa decidan desviarse para visitar Angelus. De hecho, creo que de todos los que estábamos en Angelus esa noche, solo otra persona y yo no estábamos haciendo el TA…


La última media hora es una bajada por gravilla hasta la cabaña. Cuando llegué, elegí colchón, solté los bártulos y preparé la comida, y no tengo palabras para describir el placer que es comer en el porche de una cabaña, al sol, sin viento y sin sandflies. Es una combinación tan poco habitual que es casi como que te toque la lotería. Angelus está a 1660 m y a esa altitud ya no hay sandflies, a pesar de que en el resto del parque debe haber como cien billones de ellas. El caso es que hacía hasta demasiado calor!! De los dos lagos, el grande se usa para sacar agua para la cabaña cuando los depósitos del tejado están vacíos, pero en el pequeño está permitido bañarse. Yo no soy mucho de bañarme cuando hago rutas, sencillamente porque el agua suele estar helada y porque la lucha a muerte con las sandflies cuando intentas secarte es demasiado para mí. Pero aquí hacía tanto calor (y sin bichos) que gustosamente me hubiera dado un buen baño… pero no tenía bañador (algo que tampoco es el fin del mundo, mucha gente se baña en ropa interior o sin nada) ni toalla (esto me preocupaba más), y al final me quedé con las ganas. Me fui a dar un paseo por el borde del lago, algo que no había hecho la otra vez, y me tiré un buen rato haciendo montones de fotos de la cabaña desde todos los ángulos posibles. Es un sitio realmente mágico.


Angelus hut es una de esas cabañas que siempre tiene un warden, y son siempre voluntarios que hacen turnos de una semana. El que estaba allí ese día era un tipo mayor y muy divertido, y a mí me quería sonar su cara… El caso es que hablando con él y contándole mis planes del resto de semana, me preguntó si no iba a ir a Blue Lake y le expliqué que no porque ya había estado hacía un par de años y no quería alargar el circuito más allá de una semana. Le dije que mi visita a Blue Lake había sido siguiendo los consejos de un warden que había conocido en Welcome Flat hut, en el Copland Track, una joyita de la West Coast. Dicho warden me contó que la forma más rápida de visitar Blue Lake (porque por aquel entonces, 7 días para mí eran impensables) era cogiendo un water taxi desde Rotoroa en lugar de haciendo Travers-Sabine, y me inspiró a montar el circuito que hice un par de años después. Seguro que podéis adivinar quién era el warden… Cuando le estaba contando esto, el warden de Angelus me dijo “eso suena a algo que podía haber dicho yo” y entonces recordé que Bruce, el warden de Welcome Flat, me había contado que sus turnos de voluntario rotaban entre Welcome Flat, Angelus y Blue Lake, porque eran sus cabañas favoritas… y entendí por qué me sonaba su cara. Qué pequeño es el mundo del tramping en NZ…


El resto de la tarde la pasé tranquilamente en el comedor, leyendo, bebiendo té y escuchando las historias de los Te Araroanos. La mayoría son extranjeros, sobre todo americanos, y siempre tienen alguna aventura que contar. La verdad es que a mí eso de estar 3 o 4 meses andando no termina de convencerme, y prefiero hacer trocitos pequeños a mi ritmo, pero está claro que esto no es realmente una opción para quien no vive en el país, y el TA es increíblemente popular. Después de una copiosa cena (había que seguir perdiendo peso en la mochila!!), me fui a descansar pronto, que el día siguiente sería interesante al ser mi primera experiencia off track (y por lo que había ido preguntando a quienes estaban en la cabaña esa tarde, no iba a encontrarme a nadie porque ninguno pensaba hacer la misma ruta que yo!).


Día 3: Angelus hut a Hopeless hut (Sunset Saddle) [7.4 km / 4h 30m]


Me levanté prontito, a tiempo de disfrutar de un bonito amanecer sobre el lago. Después de desayunar y recoger los bártulos, la estampa sobre el lago había cambiado, no había viento, y el reflejo de la montaña era perfecto:


A las 7:45 estaba ya en marcha. La etapa del día no era muy larga, pero al no saber muy bien lo que me iba a encontrar prefería empezar pronto. Además, Hopeless es la única cabaña que no llevaba reservada, y había oído historias contradictorias sobre lo ocupada que suele estar, desde gente que decía que no iba nadie nunca, hasta gente que decía que Sunset Saddle se había vuelto muy popular con los TA y hay noches con gente durmiendo en el suelo (porque sólo tiene 6 camas). Para aligerar peso, había decidido arriesgarme y no cargar con mi esterilla toda la semana para *quizás* usarla una noche, así que quería evitar lo de dormir en el suelo a toda costa, y la mejor forma era llegar pronto y elegir cama.


La primera parada, muy cerquita de Angelus, eran los Hinapouri Tarns, a los que tenía el ojo echado desde hacía tiempo. Había oído decir que son muy bonitos, y no me defraudaron. Cuando Angelus está llena, el warden suele recomendar a quienes llegan tarde o sin reserva que se vayan a acampar a los tarns, y tengo que decir que el sitio no tiene nada que envidiar a Angelus. Esa noche había solo una tienda, y si sois capaces de encontrarla en la foto (a la izquierda, parece una piedra), veréis que es una localización espectacular.


El camino, que no es camino oficial sino que simplemente está marcado con algunos montoncitos de piedras de vez en cuando, cruza el tarn en la parte más estrecha, a la izquierda, justo donde el agua empieza a caer montaña abajo hacia Cascade Track. Después de cruzar el tarn, hay que empezar a subir hacia el saddle. En el terreno, todavía con vegetación, se puede vislumbrar un tenue camino, que desaparece en el momento en que desaparecen las plantas y aparecen las rocas. La última parte del ascenso se convierte en un mar de rocas, y hay que estar atento para no perderse.


Tardé 1h 45m en llegar al saddle, a 1900 m, que debe ser de los puntos más altos a los que he llegado en NZ. A mi izquierda según subía estaba Mount Angelus, un pico de 2075 m al que es muy habitual subir o bien como day trip desde la cabaña, o bien como desvío desde Sunset Saddle. Al ser tan rocoso, recomiendan llevar casco, sobre todo si es más de una persona. También avisan de que si hay nubes la visibilidad desaparece por completo y es muy muy fácil desorientarse y perderse (de hecho, un par de semanas antes de mi visita, una mujer tuvo que ser rescatada después de perderse en la zona por la niebla, tuvo la enorme suerte de que había dos rangers del DOC acampando en los tarns esa noche y la oyeron pedir ayuda). Yo iba con la idea de dejar la mochila en el saddle y subir a la cima, pero justo había nubes en la parte más alta, y yendo sola, me dio un poco de respeto, así que lo dejé.




Las vistas desde arriba son estupendas: por un lado, Robert Ridge y Angelus, y por otro, la bajada hacia Hopeless Valley. Desde lo alto de Mount Angelus se supone que se ve hasta el lago Rotoroa. Hacía muy bueno, con muy poquito viento y nada de frío, así que estuve un rato sentada allí arriba disfrutando del paisaje y contribuyendo a aligerar la mochila a base de consumir frutos secos y chocolates. La bajada por el otro lado del collado es todo roca con algún tarn, pero es sencillo seguir el “camino”. La única parte un poco más peliaguda es cuando llegas al último tarn, justo antes de una caída casi vertical hacia el valle y una zona de desprendimientos por donde hay que bajar. Hay que bordear el último tarn y bajar por la derecha, porque si sigues recto o vas hacia la izquierda te despeñas fijo.




Este último tarn es tan bonito, y hacía tanto calor, que estuve muy muy cerca de bañarme. No había visto a nadie en todo el día y la idea de darme un chapuzón, aunque fuera desnuda, era tentadora, pero al final me rajé y me conformé con hacer unas fotos.


Había tardado 1h 15m en llegar hasta aquí desde lo alto de Sunset, y ahora me quedaba lo peor. La bajada desde allí hasta el valle fue bastante horrible, me resbalaba continuamente y con el calor y el esfuerzo se me hizo eterna. Tardé una hora exacta en llegar abajo pero me parecieron 4. Una vez abajo, el camino es sencillo, siguiendo el río hasta la cabaña, y en una media hora estaba allí.




Cuando llegué a la cabaña era todavía muy pronto, pasadas las 13:30, y me arrepentí un poco de no haber planeado llegar hasta la siguiente este día, porque la tarde se me iba a hacer muy larga. Pero como no la tenía reservada no podía cambiar de planes, así que tocaba tarde de descanso. En la cabaña no había nadie (tanta preocupación con si iba a estar llena para nada!) así que elegí cama y me puse a comer.


Hopeless está encajonada en el valle, que es bastante estrecho, y justo en zona de avalanchas, algo que se veía claramente por la ventana. Este valle discurre entre el Angelus Ridge y el Travers Range, donde está Mount Hopeless. La cabaña suele ser la base de operaciones de los clubs de alpinismo que vienen a hacer cima a Mount Hopeless (2278 m).

Después de comer me acerqué al río, que está justo detrás de la cabaña, y esta vez sí que me decidí a darme un chapuzón. El agua estaba helada pero no había muchas sandflies y hacía muchísimo calor, así que en un acto totalmente poco habitual en mí, me quité toda la ropa (sí, sí), y me metí en el agua. Y me quedé como nueva. Volví a la cabaña a pasar la tarde leyendo y bebiendo té. A media tarde oí voces fuera (las primeras del día) y un par de chicos americanos asomaron la cabeza. La verdad es que no me apetecía mucho compartir la cabaña, ahora que me había hecho a la idea de que iba a estar sola, pero en seguida me dijeron que solo habían parado a descansar un rato y que iba a seguir andando para acampar más abajo. Estaban haciendo el TA, cómo no. Después de un rato se fueron, y volví a quedarme sola. Más kindle, más té, cena y a la cama pronto. Y así pasé mi primera noche completamente sola en una cabaña. Fue un poco raro, no os voy a engañar. Había pasado una noche en pareja, solos, también en Nelson Lakes, pero estar completamente sola es un paso más allá.


Día 4: Hopeless hut a Upper Travers hut [16.4 km / 6h]

Después de una noche tranquila (no, el asesino del bosque de las películas no apareció en la cabaña en medio de la noche), tocaba desayunar y recoger los trastos. Iba a ser un día entre árboles y con pocas vistas, primero siguiendo Hopeless Track río abajo hasta que desemboca en el camino principal, y luego siguiendo Upper Travers Track río arriba. En otras palabras, primero un descenso de 300 m por Hopeless Valley seguido de un ascenso de más de 600 m por Travers Valley.


Hopeless Track tiene muchos menos visitantes que el resto del circuito, y eso se nota en el estado del camino. No era difícil ni mucho menos, pero sí un poco más salvaje. Tardé 1h 20m en llegar al circuito principal, y una vez en él empecé a ver más gente, pero tampoco algo exagerado. También vi un enorme ciervo en medio del camino que se asustó al oírme llegar. Sabía que Nelson Lakes es zona de caza porque hay bastante ciervo salvaje (que en NZ se considera peste), pero no había visto nunca ninguno. En otros 90m me planté en John Tait hut, una de las cabañas en las que no iba a pernoctar. Como he puesto más arriba, quizás hubiera sido una opción llegar hasta aquí el día anterior en lugar de dormir en Hopeless, pero hubieran sido casi 3 h más sumadas a las 4 y media del día anterior; algo perfectamente posible en un buen día sin complicaciones (como fue mi caso), pero si me hubiera tocado mal tiempo en Sunset se podía haber convertido en un día muy largo. Y la desventaja del sistema de reservas es que no puedes improvisar (a no ser que estés dispuesto a acampar, algo que yo no contemplo!).


John Tait hut está en un pequeño claro junto al río, y desde aquí tienes las primeras vistas de Mount Travers. Aproveché para parar a comer dentro, sentada, sin prisas y sin bichos! Había un par de TA también comiendo y estuvimos charlando un rato. De repente un tercero entró todo emocionado diciendo que Karel Sabbe acababa de pasar. Yo no tenía ni idea de quién era Karel Sabbe y me explicaron que era un corredor belga que estaba corriendo el TA, intentando batir el record que en ese momento estaba en 49 días. Había empezado en Cape Reinga, en el extremo norte de la isla norte, y cuando llegó a Nelson Lakes iba como una semana por delante de lo planeado. Por lo visto el tipo era una celebridad con los otros TA, hasta el punto de que cuando cogió el water taxi en St Arnaud había un grupo de fans allí animándole. Yo solo puedo decir que vi a un tipo pasar corriendo por la ventana de la cabaña mientras comía… Tenía una web para ir siguiendo su recorrido en directo y se convirtió en noticias a nivel nacional un par de semanas después cuando finalmente destrozó el record anterior y completó la hazaña en 31 días, corriendo una media de 96 km al día. Casi nada.


Después de comer me puse en marcha otra vez, y a partir de aquí era ya todo subida. Suave, pero subida, y al ser un poco monótono el paisaje, metido en bosque y sin muchas vistas, se me hizo un poco largo. También porque en un momento dado me di cuenta de que había perdido la tapa del objetivo de la cámara, y decidí esconder la mochila detrás de un árbol y deshacer mi camino para buscarlo, ya que iba bien de tiempo. Sabía que la tenía cuando salí de John Tait, así que como mucho solo tendría que retroceder hasta allí… Al final la encontré, pero eché hora y pico de gratis (este tiempo no está incluido en el tiempo total del día que he puesto más arriba).


La gran atracción de este tramo es Travers Falls, una bonita cascada metida entre los árboles, que es donde me di cuenta de lo de la tapa. Después de Travers Falls, hay otras 2h 15m hasta Upper Travers hut, donde dormiría esa noche. Upper Travers está en un claro bastante grande y con hierba alta, justo al fondo del valle. La subida hacia Travers Saddle empieza justo detrás de la cabaña.


Cuando por fin llegué y solté la mochila eran casi las 5, pero sólo había un par de personas más ya allí. El warden de esa noche era un tipo de lo más interesante. Americano de edad indeterminada, había sido ingeniero nuclear en submarinos en la marina americana, se pre jubiló con 30 años (y con buena pensión), se sacó un título de microbiólogo, y luego decidió que se iba a dedicar a viajar. Lleva 30 años haciendo surf, senderismo, viajando, y ha pasado gran parte de los últimos 10 de voluntario en cabañas del DOC. Me contó que hace años hizo varias buenas inversiones en bolsa y eso le ha permitido no tener que trabajar más. El sueño de cualquiera!!


Día 5: Upper Travers hut a West Sabine hut (Travers Saddle) [9.5 km / 5h]



El tercer, y último, de los días grandes del circuito. El tiempo seguía acompañando, y amaneció totalmente despejado y con bastante calor, aunque la previsión decía que había posibilidad de lluvia por la tarde, así que decidí empezar pronto para que me pillara ya en la cabaña, y a las 7:45 estaba ya en marcha. No es un día demasiado largo pero empieza con una buena subida de 550 m hasta el saddle, seguida por una larguísima bajada de más de 1000 m hasta el río que todo el mundo dice que es peor que la subida.


El camino empieza más o menos sencillo pero pronto se convierte en una buena subida por rocas. No es una subida larga y en poco más de hora y media estás arriba. Con el día tan bueno que hacía, sin nieve ni viento ni lluvia, y con buena visibilidad, me pareció bastante sencilla. Pero no se me olvidaba que hace años desapareció un chaval alemán en esta ruta. Esto fue en 2014 y recuerdo haber leído la historia en los periódicos (en aquella época, era absolutamente impensable que un día sería yo la que estaría allí arriba), y lo tuve muy presente toda esa mañana. A día de hoy no han encontrado su cuerpo.


Al llegar al saddle coincidí con una chica que también iba sola y con la que había estado hablando la noche anterior, y estuvimos un rato allí sentadas charlando. Los más valientes se atreven a dejar la mochila y subir a la cima de Mount Travers, pero nosotras no nos lo planteábamos.


Llegó el momento de afrontar la temible bajada, que de primeras no es tan mala. La primera media hora o así todavía discurre por encima de la línea de árboles, con muchas rocas y gravilla pero no demasiada pendiente, y con unas vistas estupendas del valle del río Sabine hacia donde nos dirigíamos, cubierto por nubes. El problema llega cuando te metes en el bosque. El camino es estrecho, entre árboles, con muchas raíces, y me recordó a la bajada de Moss Pass, pero en su versión sencilla. La gente que se queja de la bajada desde Travers debería probar Moss Pass… Imagino que bajar desde Travers en un día muy húmedo debe ser infernal, pero habiendo hecho los dos en condiciones similares de buen tiempo, definitivamente Moss Pass es mucho peor!




En 1h 20m estaba ya en el fondo del valle y sólo me quedaba seguir el río hasta la cabaña, que sería otra 1h 20m prácticamente en llano, con una bajada al final. Esa noche dormía en West Sabine hut, donde ya había dormido en mi anterior visita al parque. Es una cabaña pequeña y bastante antigua que antes de que se implantara el sistema de reservas siempre estaba llena, con gente durmiendo en el suelo. El camino hacia Blue Lake (por donde continua el TA) sale desde aquí, y en la cabaña se juntan quienes hacen el Travers-Sabine sin más con quienes hacen la excursión a Blue Lake y los que están haciendo el TA. Está justo al lado del río y como seguía haciendo mucho calor (y no llovió nada), esa tarde me volví a animar a lavarme un poco, esta vez en ropa interior porque había demasiada gente cerca! Pero no os asustéis, que eso de bañarse en bragas y sujetador y luego ponerlos a secar al sol es de lo más normal.


Día 6: West Sabine hut a Sabine hut [15.8 km / 5h]

El trayecto del sexto día era sencillo, valle abajo hasta el lago. Ya lo había hecho en sentido contrario en mi última visita y no lo recordaba como demasiado emocionante, y esta vez no fue distinta. No hay mucho que contar sobre este día así que os dejo solo unas fotos.







Esa noche dormí en Sabine hut, en la orilla del lago y punto de concentración estratégica de sandflies. Debían estar allí todas. Me hubiera dado un baño con mucho gusto en el lago, porque el agua no estaba demasiado fría y hacía mucho calor, pero la idea de un enjambre de sandflies sedientas de sangre esperando a que saliera me atraía más bien poco.


Día 7: Sabine hut a Mt Robert Carpark [19.5 km / 6h 50m]

Último día, y tenía un buen puñado de kilómetros por delante. Sabía que este día sería un poco aburrido, y que estaría ya cansada después de una semana, pero la alternativa era coger un taxi desde Sabine hasta Rotoroa y luego un shuttle hasta el coche, y me hubiera costado una pasta, así que decidí que ya que estaba lo terminaba. Tenía casi 20 km por delante con casi 1000 m de ascenso, así que me puse en marcha prontito.




El primer tramo desde Sabine es una hora de subida con bastante pendiente, y entre el calor que hacía, la humedad al estar tan cerca del lago, y que la vegetación cubría completamente el camino en algunas partes, parecía que estaba andando por la selva de Borneo. Qué manera de sudar! Después de casi 4 horas y media llegué a Speargrass hut, otra de las cabañas del Travers-Sabine donde no iba a dormir. Hay quien hace noche aquí pero yo seguiría hasta el parking, aunque sí paré a comer dentro de la cabaña. Desde Speargrass sale una de las rutas que sube hasta Angelus, y el ridge que se ve al fondo de la foto es Robert Ridge, por donde había caminado el segundo día. A partir de Speargrass el camino es de bajada con una leve subida al final, y en otras dos horas y media estaba en el parking, sudorosa y maloliente pero increíblemente satisfecha y orgullosa de haber completado la ruta más exigente que he hecho hasta hoy en NZ.


Conclusión

Una ruta especial por muchos motivos. Mejor que el circuito de Blue Lake? No mejor, pero a la par. Tiene partes muy espectaculares (Robert Ridge, Angelus, Sunset y Travers Saddles) pero también mucho tiempo en bosque, que es más aburrido. Nelson Lakes sigue siendo una de mis zonas favoritas y después de tres excursiones por el parque creo que he encontrado la ruta óptima para maximizar vistas y tiempo por encima de los árboles, y minimizar tiempo en el bosque, y quizás algún día me anime a hacerla. Para quienes tengan una semana y quieran ver lo mejorcito de Nelson Lakes, y no les importe que la ruta no sea un loop, os propongo (1) Robert Ridge a Angelus, (2) Sunset Saddle a Hopeless, (3) Upper Travers, (4) Travers Saddle y llegar a Blue Lake, (5) explorar Blue Lake, Lake Constance y Waiau Pass, y volver a Blue Lake, (6) Moss Pass a George Lyon o Morgan, y (7) bajar hasta D’Urville y coger water taxi a Rotoroa. Y si preferís loop, podéis o bien empezar desde Rotoroa y subir a Angelus por Cedric en lugar de Robert Ridge, o bien alargar un día más y dormir el día 7 en Sabine hut para luego ir desde allí hasta el parking. Una ruta que da mil vueltas a todos los Great Walks: ríete del Milford.

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