La cuestión se zanja rápidamente y opto por la opción de tener más tiempo de margen y acceder ya al recinto. Tiro la casa por la ventana, vamos, o como dicen por aquí “jeter l’argent par les fenêtres”. Por tanto, entro en el complejo (no hay nadie), adquiero el billete de 16,50 euros y para adentro que voy previa perspectiva desde el exterior.
[align=center]PUENTE DE ACCESO AL CASTILLO CONDAL DE CARCASSONNE

Cruzo el puente y ya entro al Castillo Condal.
El Castillo Condal de Carcasonne fue construido en el siglo XII por orden de Bernardo Atón, vizconde de Carcasonne, de la familia Trencavel. El castillo fue gradualmente modificado, sobre todo entre 1228 y 1239, cuando la ciudad pasó a formar parte del reino de Francia. Además, en 1258, la frontera entre Francia y Aragón se estableció muy cerca de la ciudad. Por tanto, la ciudad se convirtió en un punto estratégico para defender la frontera. Por eso sufrió tantos cambios y se reforzó durante el siglo XIII. Así, el castillo no sólo garantizaba la protección de los grandes señoríos de la ciudad, sino también mostraba el esplendor de la villa y de su región, a través de su tamaño y sus sistemas de defensa.
Según entras al interior del patio de Midi del Castillo hay varias opciones de visita:
- Interior del Castillo, el museo y el camino de ronda: A mano izquierda sale una puerta y unas escaleras que te llevan a estos espacios. Ahora detallo.
- Recorrido por las murallas: a la derecha al fondo hay unas escaleras por las que subes a la zona de la Tour de la Chapelle y a partir de ahí empieza la ruta por la parte alta de las murallas en el mismo sentido del itinerario de las Lices Basses y Hautes descritos en la anterior etapa. Es decir, el paseo discurre en el sentido de las agujas del reloj hasta dar la vuelta al perímetro y volver otra vez al castillo hasta la Tour de la Justice. Luego comento.
Empiezo por el recorrido en el interior del Castillo. Antes de subir las escaleras hay un cartel anunciando visitas guiadas de una hora incluidas en el precio de la entrada, tanto en francés como en español. La verdad es que desconocía de su existencia pero en nuestro idioma no había horarios puestos por lo que no sé si es que hay que reservarlas con antelación, sólo se hace si hay un mínimo de asistentes o que, directamente, hoy no tocaba. En francés, hay dos horarios disponibles. A tener en cuenta para quien vaya a viajar en el futuro.
Recojo un folleto con información prácticamente nula del Castillo por lo que menos mal que he venido documentado. Se ve que se quiere que la gente adquiera las audioguías…. En la primera planta hay una maqueta bastante esquemática del Castillo con una iluminación que va y viene y que no tiene demasiado sentido. Con posterioridad, en la segunda planta, hay una proyección gigante de un documental en 3D con la evolución de la historia de la Cité (algo desfasado en cuanto a renderización, en mi opinión) y luego ya se llega al Camino de Ronda que rodea el Castillo.

A través de la estructura de madera te das buena cuenta de la perspectiva del morador del Castillo en relación a los enemigos que puedan venir de fuera y los medios para rechazarlos sin sufrir bajas. Está muy conseguido, ciertamente.
Tras bordear el perímetro se accede al Museo Lapidario que contiene estatuas (la original de la Dama Carcas, que comentaré en la próxima etapa), arquerías, capiteles y pinturas murales. Destaca la pila románica del siglo XII procedente del pueblo de Lagrasse, un sarcófago paleocristiano procedente del pueblo de Tournissan del siglo V y las pinturas de la sala abovedada de la Torre del homenaje, del siglo XII, que muestran un combate entre jinetes cristianos y sarracenos. Lo mostrado está interesante pero tampoco te lleva mucho tiempo, salvo que lleves audioguía.
A continuación se pasa por la tienda de recuerdos, se baja al patio y se puede comenzar con la visita a las murallas. Por aquí dejo un plano con el sentido de la visita y los tiempos estimados de los recorridos. El itinerario permite hacerlo por tramos pero hay que tener en cuenta que si lo dejas en alguno de ellos ya no puedes reemprender la visita.

Concretamente, el trayecto de color verde (muralla Norte) te lleva desde la Tour de la Chapelle hasta la Porte Narbonnaise, donde hay otra entrada y una salida. El de color azul (muralla Este) discurre entre ésta y la Tour des Prisons, donde hay otra salida pero no entrada. El de color rojo (muralla Oeste) va desde ésta hasta el regreso al Castillo. Los tiempos indicados son bastantes aproximados a la realidad por lo que, entre unas cosas y otras el recorrido completo te lleva una hora de duración. Luego depende de si llevas audioguía, de si te paras a fundir la cámara de fotos, del paso que lleves…..
Comienzo la andadura por la muralla Norte y el sube y baja de escaleras y el entrar y salir de las torres es continuo. Todo es muy fotogénico y no para uno de mirar, de asomarse o de echar la vista adelante.

Traspasada la Puerta de Narbona sigo por la muralla Este contemplando desde las alturas el cementerio municipal que se encuentra a la izquierda de aquélla según se mira la muralla desde el exterior. Además viñedos y campos se otean a lo lejos.
Apenas hay gente recorriendo las murallas y se agradece porque tiene uno todo a la vista y no es necesario ir sorteando cabezas ni buscando ángulos panorámicos. La única pega es que mi palo selfie no quiere funcionar y me toca tirar de la extensión de brazo para sacar alguna instantánea donde salga uno medio en condiciones. Es lo que tiene también viajar solo, que no tienes a nadie cercano y de confianza para entregar cámara o móvil para que inmortalicen una estampa o un momento y es que cada vez me fío menos de entregar un bien tan preciado en manos de un desconocido así por las buenas.
Continúa el proceso de subir y bajar y empiezo ya a sentir que la jornada se acumula en el organismo. No hace demasiado calor pero la solanera aun así se nota y se añade al cansancio de la propia caminata y de lo que llevamos de día.
Una vez iniciada la parte de la muralla Oeste llega a mi vista lo que es el patio de butacas de un teatro al aire libre y que tiene como escenario la propia pared de la muralla, el teatro Deschamps.
El teatro Deschamps fue construido en el año 1908 sobre el lugar donde se emplazaba el antiguo claustro de la basílica Saint-Nazaire, con un aforo de 5.000 espectadores. Acoge anualmente el Festival de Carcasonne, con más de un centenar de actos: ópera, teatro, circo o música.

Ciertamente tiene que ser un lugar con una magia especial para según qué espectáculos con la muralla al fondo y rodeado de vegetación.
Continúo por la muralla Oeste y desde aquí ya se divisa por un lado la Basílica de Saint-Nazaire y de otro, al exterior, la Bastida de San Luis y, en lontananza, los Pirineos. Es que al final sólo estamos a escasos cientos de kilometros de la cordillera que separa ambos países vecinos.
Señalar que entre la Tour de L´Évêque y Four Saint-Nazaire hay un tramo de escaleras muy empinados por lo que es aconsejable tirar de pasamanos y evitar disgustos.
Prosigo camino, la Bastida se sigue desplegando a mis pies y poco a poco voy llegando al punto de origen.

Efectivamente, regreso al patio del Castillo y la ruta ha finalizado. Los pronósticos no han errado y, efectivamente, el trayecto ha venido a durar poco menos de una hora. Tras pasar por los baños, que presentan un estado de dejadez y suciedad bastante notable teniendo en cuenta el lugar tan turístico en el que se encuentran, me planteo qué hacer puesto que, al final, me ha sobrado como media hora según los cálculos hechos. Me siento en un banco y medito sobre el particular para ver qué hago a continuación.
Mientras me decido, aprovechando esta pausa, quizás sea un buen momento para hablar de Eugène Viollet-le-Duc.
En el siglo XIX, la ciudad medieval de Carcassonne, entonces en ruinas, fue objeto del mayor proyecto de restauración de Europa. En 1844 se le encargan a Viollet-le-Duc los trabajos correspondientes que lleva a cabo siguiendo el lema siguiente: "Restaurar un edificio no es mantenerlo, repararlo o rehacerlo, es devolverlo a un estado completo que quizá nunca existió en una época determinada" . Así, lo que hace es restaurar la Cité tal y como podría haber sido a finales del siglo XIII, no como realmente fue. Por eso, por ejemplo, hizo añadir un puente levadizo a la puerta Narbonnaise. Pero el elemento más controvertido en su momento fue, sin duda, el tratamiento de las cubiertas ya que hizo colocar tejados de pizarra en lugar de las tejas planas típicas de la región. Y ello, claro, no hizo más que hacer discutible hasta hoy en día la restauración realizada.
Como pasa con todo en la vida, la perspectiva que da el tiempo transcurrido hace que ideas, actuaciones o formas de pensar no se vean de igual forma con respecto al momento en que se desarrollaron. La eterna diatriba del pasado, presente, futuro.
De lo que dio de sí el resto del día se dará cumplida cuenta en la siguiente y jugosa etapa.[/align]