El sexto día cuando nos levantamos ¡no llovía!, por la que parecía ser primera vez en un millón de años, y en cuanto desayunamos fuimos a hablar con los supervisores del camping para pedirles alguna herramienta con la que separar el filtro de la anilla, pero no se mostraron, la verdad, con muchas ganas de ayudar a resolver el problema. Nos dijeron que no tenían nada y nos sugirieron ir a un taller mecánico que había a apenas un kilómetro de distancia.
En el taller mecánico encontramos a un islandés curtido, muy veterano y de muy pocas palabras, por no decir que de ninguna, entre miles de piezas y respuestos y una gran cantidad de coches y camiones medio desmontados. El hombre echó un vistazo a la anilla y el filtro, tomó una gran llave inglesa, me la tendió con la mano sin decir nada y en cuanto la cogí, se sentó a leer el periódico.
Obviamente no conseguí separar las dos piezas y sí conseguí crear algunos desperfectos en el filtro que, sin afectar a su funcionalidad, sí que hicieron que a la vuelta tuviera que comprar uno nuevo para reponerlo a su dueño. Otro daño colateral más.
Decidimos olvidarnos del asunto y ponernos en marcha, pues ese día íbamos a visitar dos de las cascadas que más ganas teníamos de ver: Detifoss y Selfoss. Pero antes decidimos subir nuevamente a la zona de Krafla dado que, como hacía mejor tiempo, si aguantaba así podríamos hacer el trekking alrededor del cráter Viti que había habido que abortar repentinamente el día anterior.
Efectivamente, el tiempo aún aguantaba cuando llegamos al cráter y pudimos comenzar a recorrer su perímetro por el borde:

En la parte de arriba hay unas estaciones con pinta de "iglú futurista"


Después de embarrarnos bastante por segundo día consecutivo, subimos de nuevo a la autocaravana y nos dirigimos a la imponente Dettifoss. Sabíamos que se podía ver desde los dos márgenes, Este y Oeste, pero nos decidimos por el margen del Este debido a estas dos informaciones de las que disponíamos:
-El margen Oeste recibe mucho más spray
-La carretera del Oeste era una tipo "F", la F862, es decir, solo accesible en 4x4
Cuando pasamos la señal indicando Dettifoss por la carretera 862, me sorprendió que no estaba señalizada como F. Tuvimos entonces unos minutos de discusión de Barrio Sésamo: que si el Este, que si el Oeste, que si cuál está antes, que si cuál está después,... Estuvimos a punto de dar la vuelta, pero finalmente decidimos seguir y, efectivamente, cruzamos el río y vimos el desvío hacia Dettifoss por la 864. No lo dudamos y lo cogimos. Apenas habíamos avanzado un kilómetro por esta carretera cuando a la derecha vi un campo de "lupines", flor típica de Islandia cuya traducción desconozco, y aunque se suponía que luego veríamos infinidad, decidí parar a hacerles una foto. Menos mal, porque luego en todo el viaje no volvimos a ver ningún campo más de estas flores en condiciones


Reemprendimos la marcha muy animados, animación que duró muy poco pues a los pocos metros vimos una señal que decía DETTIFOSS 28 KM y de repente la carretera se transformó... en ooooootro camino de cabras


Lo peor fue mirar la velocidad a la que circulaba y ver que era de 30 km/h... eso significaba, obviamente, que prácticamente íbamos a tardar UNA HORA en llegar a la cascada

Entonces, al otro lado del río, nos fijamos y empezamos a ver coches, autobuses, motos,... todo tipo de vehículos pasando a toda leche



Volvimos a tener unos momentos de debate absurdo interpretando mapas y datos y, finalmente, comprendimos que la información que teníamos que decía que la carretera del margen Oeste era una F estaba desfasada: por lo visto la han adecentado recientemente y ahora es en ese lado donde han puesto un centro de información. O sea, que estábamos haciendo un poco el canelo, gastando una hora en recorrer el camino de cabras


Una vez visitado el sitio, y sin haber ido a la otra parte (nos lo planteamos, pero luego veréis por qué lo descartamos de inmediato), creo que podemos entender los pros y contras de cada lado. En nuestro caso, que fuimos al lado del Este:
-La vista está mucho más vista (valga la redundancia), ya que hasta entonces era la más accesible, y es la que más se puede encontrar en fotos, películas,...
-Te puedes acercar mucho más al agua
-Efectivamente, el spray parecía ir más hacia el otro lado
-Pero, sobre todo, nos pareció que las vistas de Selfoss eran muchísimo mejores. Y Selfoss fue una de las sorpresas más gratas del viaje; yo diría que fue la cascada que más nos gustó de todas.
Por contrapartida, hay que tragarse toda la ida y vuelta por el camino de cabras.
Finalmente llegamos a Dettifoss y, como hecho excepcional, ¡hasta parecía que el sol quería salir!


Como el tiempo se estaba portando, nos animamos bastante e hicimos el camino hacia Selfoss. Tengo que decir que esta caminata, de una media hora, y lo que vimos después fue de lo que más disfrutamos del viaje. El camino es muy entretenido, primero serpenteando entre rocas, con el río a la derecha y un muro de piedras a la izquierda, y luego ya llaneando plácidamente mientras se contempla un paisaje increíble. Pero si increíble es el paisaje, más lo es la cascada de Selfoss vista desde este lado. Hay una caída por la que baja el grueso del agua del río pero luego hay toda una larguísima pared a lo largo del otro margen por el que hay infinidad de caídas de agua, y esto es lo que obviamente entiendo que desde la otra parte no se puede disfrutar.
Aquí estoy jugándome el tipo para conseguir la foto:
Y el resultado:

Después de hacer esta foto del vértice de la cascada, nos dispusimos a hacernos una foto un poco más abajo, en paralelo al río, en la que se viera detrás la pared del margen Oeste con la infinidad de pequeñas cascadas, cuando de repente nos cayó una gota... dos... tres... y en menos de un suspiro empezó a caer una tromba de agua como no he visto otra en mi vida



Recogimos todo como pudimos, a toda prisa, y echamos a correr hacia la pared de piedras que había al otro lado del camino, a unos 100 m, solo que cuando llegamos allí tampoco había sitio humano donde refugiarse de semejante diluvio. Finalmente asumimos con resignación la idea de que, esa vez, íbamos a calarnos hasta los huesos sin solución. Una vez que uno asume eso, ve la vida de otra manera

Emprendimos el camino de vuelta hacia la Ring Road y, aunque dejó de llover, no nos apeteció retroceder y coger la 862 para ver las cascadas desde el otro lado. Eran más de las 7 de la tarde y teníamos una tirada de unos 200 km hasta el camping de Atlavik. Había escogido este camping porque el único punto de interés que había encontrado entre Dettifoss y Höfn era la cascada de Litlanesfoss, muy poco conocida, y tenía mucha ilusión por verla, dado que no está tan trillada como la mayoría de las otras que vimos. Litlanesfoss está justo a medio camino entre Dettifoss y Höfn y el camping de Atlavik estaba apenas a unos kilómetros de la cascada, por lo que el plan parecía perfecto.
Y lo hubiera sido si hubiéramos podido traernos la foto de Litlanesfoss, pero eso no fue posible. ¿Por qué...?
...¡Habrá que verlo en la siguiente etapa!


Por el momento, lo que tocaba era carretera... y manta:
Kilómetros de la etapa: 275.
Kilómetros acumulados: 1725.